GABARRO, ‘especie de úlcera que pueden tener las caballerías en el casco’, del mismo origen incierto que el fr. javart, oc. gavar(ri), port. gavarro (comp. it. chiavardo).

1.ª doc.: gavarro, S. XIII, Libro de los Cavallos, 57.10, 104.3; 1546, en la Albeitería del zamorano Reina.

Dice este autor: «gabarro es úlcera cavernosa con raíces profundas, que se hace en las antas de los caxcos». Guauarro está también en el Trato de la Gineta (1551) de Fdo. Chacón, cap. 14. En portugués, el vocablo está ya documentado en 1318, en la Alveitaria de Mestre Giraldo, que en relación con esta dolencia de los caballos habla de la carne que crece dentro de la llaga (56.42, vid. C. Michaëlis, RL XIII, 334). Ignoramos dónde se acentuaba el cat. ant. gavarro, que ya aparece en la Manescalia editada por Batllori, correspondiente a los SS. XIV o XV: «cura a sobre os; cure per aristella; cura per gavarro; cura per fals quarter» (AORBB V, 205). En lengua de Oc tenemos gavar como forma languedociana, gavarri rodanense y javar lemosina. En francés se halla javart desde 1393, pero Olivier de Serres, que era del Ardèche, escribe javarre a princ. S. XVII (del francés pasó al piam. y milan. giavard). Finalmente, hay un vco. kabarro ‘gabarro, enfermedad del ganado’ registrado en el Baztán y en la vecina localidad francesa de las Aldudes (donde además significa ‘divieso’ en general), pero interesa más bien como indicio del área de máxima popularidad del vocablo, pues todos los indicios son (entre ellos la k- < g-) de que penetró allá desde el romance.

Reconoció Wartburg, FEW IV, II, n. 9, que en Francia el vocablo vendrá del occitano, según indica el sufijo -arr, ajeno al francés. En cuanto a suponer, como hace Brüch (ZRPh. XXXVIII, 688), que del francés pasara a la lengua de Oc y de ahí al castellano y al portugués, claro está que es imposible, pues además de que el vocablo aparece en Castilla y en Portugal antes que en ninguna parte, no es admisible que la j- se convirtiera en g-; todo indica, por el contrario, que la -t de la terminación -art no es más que una grafía sin valor fónico. Quizá sea cierto que el étimo en definitiva se halle en el prerromano *GABAbuche’, de donde ‘bulto’ > ‘tumor’, según propuso Dauzat y admite Wartburg. Sin embargo, nótese que el tipo GABA es completamente desconocido en español y portugués. Por otra parte, el it. chiavardo ‘furúnculo de las caballerías’, que probablemente designa el gabarro, sugiere la posibilidad de que el significado fundamental sea el de ‘clavo’, de donde ‘clavo de tumor’, y de ahí ‘gabarro’ (comp. la ac. secundaria «nódulo de composición distinta...»). Entonces podría tratarse de un derivado de oc. gabarro ‘clavo’1, cat. gavarrot ‘tachuela’ (Cataluña, Valencia), que parece ser originariamente ‘clavo para gabarras’ (V. este artículo), pues en Toulouse se les llama clabèls de gabarro (Doujat) y los clavis de gabarra aparecen ya en un documento medieval de la Gironda (Levy)2; es verdad que en el nombre de la GABARRA no se conocen formas con j- en francés ni en el Norte occitano, lo cual obligaría a suponer que en estas zonas es palabra importada, con adaptación a la fonética local.

En castellano, desde luego, el primitivo es el sentido veterinario; de ahí después ‘enfermedad de las gallinas, pepita o moquillo’, por otra parte ‘defecto que se descubre en lo que se compra después de celebrada la venta’ (por la habilidad de los traficantes en ocultar el gabarro de las caballerías, vid. DOLAMA), ‘defecto en la urdimbre’, ‘error en las cuentas’ (todos ellos ya en Aut.), ‘nódulo de composición distinta de la masa de la piedra en que se encuentra encerrado’, ‘pasta que se aplica en caliente para llenar las faltas de los sillares’.

En cuanto al salm. gabarro ‘abejón’, ‘zángano, holgazán’, es otra palabra, quizá metátesis de vagarro, que tiene los mismos sentidos en catalán, y podría ser derivado de VAGAR; en la Bureba gabarrón es «insecto que chupa la sangre de las bestias, esp. de los bueyes», Gnzz. Ollé, RDTP IX, 3; la idea de éste de que proceda de su sinónimo lat. CRABRO, -ONIS (gabarro sería entonces derivado regresivo), es muy razonable fonéticamente y dada la persistencia segura del vocablo en España, en otras acs., pero de ninguna manera puede darse por cierta habiendo fuertes razones en pro de otras explicaciones históricas. G. de Diego, BRAE XXXV, 191-6, ha ampliado y desarrollado la idea, suponiendo que de ‘abejón’ pasara gabarro a significar «carga, molestia»3, y desde ahí a ‘tumor del casco de las caballerías’, lo cual ya es inverosímil, siendo así que esta ac. se documenta en cast. y port. desde el S. XIII, y reaparece en el oc. gavar, fr. javart [1393]. Creo más bien que ésta sea palabra independiente y que de ella (y no de ‘abejón’) venga la ac. berciana y navarra figurada. Sigue G. de Diego tratando de apoyar la etimología de G. Ollé por medio de la forma cabarrón empleada en Santander (G. Lomas) y en el Alto Aller (Rdz. Cast., p. 209), pero con esto, en vez de apoyar la idea, nos lleva a rechazarla, pues en estas hablas cabarrón significa ‘garrapata’ (y esto mismo es lo que debe de significar gabarrón en la Bureba) y no es más que aumentativo de cabarra íd., empleado allí mismo, el cual a su vez es inseparable de caparra y de garrapata (< caparrata); como éste tiene claros y seguros enlaces en vasco y prerromano, y también por razones semánticas, hay que desechar la idea de que venga de CRABRO, y el corolario de esto es que el gabarrón de la Bureba (que a juzgar por la descripción debe de ser una garrapata y no un abejón) saldrá también, en definitiva, de la familia prerromana de garrapata.

En cuanto a tabarro, no será debido a un cruce de estos vocablos con TÁBANO; V. este artículo.

1 Así en Montbarbier (Tarn-et-Garonne, VKR V, 353).―

2 Comp. el granadino algabarra ‘taco de madera que sirve para sujetar el macho de los martinetes’, que Eguílaz quisiera derivar de un ár. Ǥabâra «éclisse», «ferula».―

3 Así lo define G. Rey para el Bierzo (mal gabarro tienes con tu hermano por las partijas). En sentido análogo, gabarro y gabarra en Navarra (Iribarren) y en Andalucía (AV, sólo en la 2.ª ed.). Además estaría en Nicolás de Azara, lo cual no podemos comprobar.