FULLERO, origen incierto; hay relación con el antiguo y dialectal fulla ‘arte del fullero’, ‘mentira, impostura’, pero no consta cuál de estas palabras deriva de la otra, y por lo tanto no es seguro que sean tomadas del cat. full, fulla, ‘hoja’, ‘defecto que tiene el metal, las monedas, etc.’ (del lat. F֊LIUM).

1.ª doc.: 1570, C. de las Casas1.

Oudin (1607) traduce «joueur de passe-passe, il se prend aussi pour un couppeur de bourses, parce qu’il joue subtilement des mains, bavard, jongleur, pipeur», y fullería «piperie au jeu, baverie, causerie»; Covarr. (1611): «el jugador de naypes, o dados, que con mal término y conocida ventaja gana a los que con él juegan, conociendo las cartas, haziendo pandillas, jugando con naypes y dados falsos, andando de compañía con otros que se entienden para ser, como dizen, tres al moíno». Ésta es, en efecto, la ac. conocida, que Aut. reproduce, y cita varios ejs. clásicos, desde 16122.

No es palabra propiamente jergal, pues además de que no es rara en el léxico de Góngora, no la explica Juan Hidalgo en su vocabulario de germanía, y en cambio la emplea para traducir el jergal florero; y sin embargo tampoco estaba distante de este especial ambiente lingüístico, pues Quevedo dice «porque él era jugador, y lo otro diestro (que llaman por mal nombre fullero)» (Buscón, ed. Castro, p. 193)3. Aunque fulheiro ha pasado al portugués, parece ser allí palabra reciente, tomada del castellano, pues no se conoce documentación anterior a Moraes.

Apenas se estudió el origen: pues no podemos tomar en serio las suposiciones de Covarr. (< *fallero ‘que engaña’) y de Sánchez de las Brozas (fr. follier, es decir, fr. med. folier = fr. ant. foloier ‘hacer locuras’, ‘engañarse’; gr. ưαυλίζειν ‘tener por vil, despreciar’); sólo M-L. (REW3, 3416) tomó en consideración el derivarlo de un cat. fuller4, que vendría de FOLIUMhoja’, pero poniéndolo en duda por falta de explicación semántica. En verdad ésta no sería dificultad insuperable. Por lo pronto, hoy en Bilbao fullero es ‘barquillero’ y fullas ‘barquillos’ (Arriaga, Revoladas, glos.), de que éste procede del cat. fulla ‘hoja’ no cabe dudar: sabido es que los actuales barquilleros ambulantes de España suelen llevar una especie de ruleta, a la cual juega el comprador de barquillos, y cabría imaginar que de ahí se hubiese pasado a ‘coime, jugador profesional’, pero poco verosímil es que estos hechos locales y modernos se dieran ya en la España del S. XVI.

Ahora bien, Rodrigo de Reinosa, h. 1513, habla ya de un personaje que era «en arte de fulla maestro mayor» (Hill, s. v.), es decir, ‘en arte de fullería’, y hoy fulla significa ‘mentira, impostura’ en Aragón (Borao). La gran antigüedad de fulla obliga a tenerlo en cuenta como posible primitivo de fullero, y su actual proximidad a Cataluña hace pensar en que venga realmente del cat. fulla ‘hoja’ o full ‘hoja de papel’. Sabido es que una de las trampas más corrientes consiste en marcar los naipes, para conocerlos, con algún doblez u otra señal5: bien pudo esto llamarse ‘hacer hoja’ y pasar de ahí fulla a ‘arte del tramposo’6. Y, por otra parte, full es también «defecto que altera la homogeneidad en algún punto de una masa» (Fabra), «especie de escama o laminilla delgada que se levanta en los metales al tiempo de batirlos» (Amengual, Griera), «en las piedras una raya o defecto de unión de la misma calidad, que hace dificultoso el labrarlas, porque se suelen romper por allí, y también suele haberla en los vidrios» (Ameng.), fullat ‘pieza de loza que tiene full’, fuller ‘cuchillo con el mismo defecto’ («en la casa del ferrer / ganivet fuller») (Griera); yo mismo he oído en el Priorato una sària molt fullera hablando de un serón de mala calidad, que se deshilachaba: así fuller pudo significar ‘de mala calidad, fallado’ y aplicarse luego en castellano al jugador de mala condición, tramposo. El hecho es que fullero es palabra que aparece en el S. XVI reemplazando al antiguo y castizo tahur, y si por una parte la f- la hace ya sospechosa de procedencia forastera, ésta es justamente la época de auge del hampa valentina, en que la capital del Turia tenía fama internacional como lugar de diversión desenfrenada7: desde ahí pudo el vocablo propagarse a la germanía de Castilla, y no olvidemos que esta misma palabra viene de las famosas germanies o hermandades valencianas, que en el S. XVI lanzaron un alzamitnto democrático contra el absolutismo real. Para otros catalanismos germanescos, vid. BOCHÍN, FUÑAR, <R=BORNE III>BORNE (?), CELLENCA, cadira, faena, ficar, fornido, formaje, portar, corullero, etc. Una certeza satisfactoria acerca de este origen no podemos por ahora alcanzarla8. Spitzer aprueba mi etimología catalana (MLN LXXI, 379), pero sugiere que el cat. germanesco fulla pudo tener además el, sentido de «petite lame de métal qu’on place sous une pierre fausse pour la faire ressortir», documentado para el fr. feuille desde 1549 y para el ingl. foil desde 1581. De ahí ‘arte de falsificación de joyas’ = art(e) de fulla y luego fullero. A los eruditos hispanistas tocará comprobarlo.

Ni siquiera podemos estar seguros de que el fulla de Reinosa sea el primitivo de fullero, y no un derivado regresivo de éste, que sólo por casualidad coincidiría con el cat. fulla (por lo demás, sólo full me es conocido en el sentido de ‘defecto’ en este idioma). Otros derivados regresivos ha habido probablemente: enfullir es asturiano en el sentido de ‘hacer trampas’ (Rato), y enfullar figura en la Acad. ya en 1884; derivarlos de FOLLIS en el sentido de ‘sacar la piel’ (> ‘expoliar’), como quiere Spitzer, ZRPh. XL, 226, me convence semánticamente tan poco como a M-L. (l. c.); es verdad que la objeción fonética de este filólogo podría eliminarse partiendo de enfullir y derivándolo de FOLLRE, que aparece en S. Jerónimo para ‘moverse en vaivén como un fuelle’, de donde quizá venga también el rum. fot ‘hormiguear’, y seguiríamos así entre los derivados de FOLLISfuelle’; pero claro está que todo esto es muy arriesgado. En cuanto a follón, que además de ‘cobarde’ y ‘pedorrero’ es ‘tahur, fullero’ en Asturias, no creo que nos autorice a partir de este germanismo (vid. FOLLÓN) para derivar de ahí fullero, por cambio de sufijo: la dificultad fonética sería demasiado grande.

Finalmente, no podemos dejar de pensar en que fullero y fulero podrían tener un origen común, lo cual nos apartaría decididamente de la etimología catalana, y más bien haría pensar en un étimo con -LL- que hubiera dado -l- sencilla en portugués, de donde la forma fulero habría pasado al español; pero el hecho es que no hay un port. fuleiro. Fulero (Acad. después de 1899) es en Aragón y en Murcia ‘lo que no es de recibo (moneda defectuosa o de baja ley, p. ej.)’, ‘de malas mañas o equívoca conducta’, ‘de mal gusto (prenda de vestir)’ (Borao, Sevilla), en Granada ‘malo, desdichado, sin gracia’ (Toro G., RH XLIX, 457), en la Arg. ‘malo’ y ‘feo’ (Garzón, Dellepiane), en todas partes es palabra marcadamente plebeya, y en Cataluña pertenece al caló con el sentido de ‘presuntuoso, engañoso’ (BDC VII, 11 y ss., s. v.); junto a él están fulastre, que la Acad. traduce ‘chapucero, hecho farfulladamente’, y P. Galdós empleó en el sentido de ‘desgraciado, de mala suerte’ (año fulastre), y ful, que es ya palabra propiamente jergal y vale ‘falso, sin valor (moneda, etc.)’, ‘apócrifo’ (policía ful), ‘malo (hablando de la salud)’, gíria brasileña fuloso ‘mentiroso’ y fulecar ‘perder en el juego todo lo que se llevaba’. Si fuese verdad que fulastre en Andalucía vale «moldeador de sombreros», se relacionaría con fula «moldeo de sombreros» (AV), el cual seguramente se tomó del fr. fouler ‘abatanar(FULLARE); entonces fulastre podría venir de un fr. foulard de sentido análogo, tal como pillastre sale de pillarte < pillard, y sollastre de souillard. Pero todas las apariencias son de que este significado de fulastre sólo lo ha supuesto GdDD 2960 en vista de fula; es más probable que fulastre sea pillastre cruzado con ful, y en todo caso ni ful ni fullero pueden tener nada que ver con el fr. fouler. Como fulero es también leonés, según la Acad., no sería sorprendente que todo esto viniera del port. fulo ‘lívido’, ‘negro amarillento’, ‘irritado, furioso’, que también penetró en el gauchesco argentino en las acs. ‘desvaído de color’ y ‘atónito, azorado’9, y es ya antiguo en Portugal (J. de Barros, h. 1550): que su origen está en el lat. FŬLVUS ‘amarillento’, ‘overo’, con pérdida de la v ante U, después de la época en que se perdió la -L- intervocálica, me parece claro a pesar de los escrúpulos de Rohlfs (ASNSL CLXVIII, 319). Pero claro está que a base de FULVUS no podríamos explicar ni el significado ni la -ll- de fullero. Tanto más cuanto que, en realidad, el origen de ful y de toda su familia castellana parece ser otro, no menos incompatible con fullero: el gitano ful ‘estiércol, porquería’, con derivados típicamente gitanos y arraigado en los varios dialectos de este idioma, vid. M. L. Wagner, Notes Ling. sur l’Argot Barc., 58-5910; como ya observa Wagner, fullero pudo sufrir el influjo de fullero, pero la estirpe de los dos vocablos ha de ser fundamentalmente distinta.

En cuanto a fullero sugiere Wagner (Bol. C. y C. VI, 198-9), con duda, que venga del murc. farfullero ‘farfullador’ y ‘trapalón, embustero’, pero no es verosímil que una palabra tan antigua y general salga de un dialectalismo muy localizado y reciente, y difícilmente podría admitirse tal mutilación de la palabra.

DERIV.

Fulla, vid. arriba. Fulleresco. Fullería [1607, Oudin]. Fullear ‘hacer trampas’ [Terr., con cita del Dicc. de Herr.]. And. tranfulla ‘fullería’ AV (cruce de fulla con trampa), algarb. trafulha íd.

1 «Furo [‘ladrón furtivo’], guanciatore [él mismo traduce guanciatore por ‘jugador de manos’ y ‘fullero’], marido [‘rufián’]».―

2 Agréguese: «ni todos los alguaciles se conciertan con los vagabundos y fulleros», Coloquio de los Perros, Cl. C., p. 269. Más ejs. del S. XVII en Fcha.―

3 Hoy sigue bastante viva en todas partes, sin excluir a América; en el Norte argentino se citan las formas vulgares fullero (Carrizo, Canc. de Jujuy, glos.), julleriando (del verbo fullerear, íd., Canc. de Tucumán). Andaluz fullería ‘tramposo’ (A. Venceslada).―

4 En realidad no hay tal palabra catalana o es dudoso. No la conozco como viva ni figura en diccionarios fidedignos. Sólo en el valenciano de Escrig, pero es sabido que éste se apropia muchas voces puramente castellanas. Sin embargo no descarto la posibilidad de que tenga arraigo en el catalán de Valencia. La de Alcover, pero sin documentarla ni localizarla.―

5 Tal vez se refieran a esto Covarr. y Aut. con lo de «haziendo pandillas», expresión que no figura en Aut. Juan Hidalgo da «panda, pandillar el naipe, lo mismo que juntar» (no define juntar); Aut.: «apandillar, metafóricamente es juntar en el juego de los naipes la suerte o algún encuentro»; Oudin: «pandilla, un pacquet ou liasse de canes ou de lettres; pasté au jeu de cartes», «pandillar, faire un pasté aux cartes»; Vittori apandillar «fare il pastello nel giuoco délie carte»; Stevens «to pack the cards». Es decir, ¿‘hacer que un grupo de cartas vayan siempre juntas’? Covarr.: «pandilla de jugadores de naipes cosarios, y tahures, que juntan las cartas quando quieren, tomando para sí el flux corrido o la primera».―

6 En el Quijote, II, xlix, 185, sale tres veces fullero, pero algo antes tenemos una variante fuellero, puesta en boca de un personaje de habla popular y pintoresca; como el lance sucede en Aragón cabría imaginar que Cervantes quiso emplear una forma aragonesa, y luego al hablar él mismo u otro personaje recurre a la forma normal; tendríamos entonces un derivado de la forma arag. fuella = cat. fulla, cast. hoja. Pero esto no es muy verosímil, y mucho más probable que se trate de una errata de la edición príncipe.―

7 Recuérdense los versos de Juan de Mena en que una ramera se jacta de que «aun en el burdel de Valencia tuvo cadira» (V. aquí CADERA), la afirmación famosa del italiano Bandello, que escribió de Valencia «non è in tutta Catalogua più lieta e gioconda città», etc.―

8 Todavía queda fulletería ‘adorno postizo’ en Malón de Chaide (Fcha.), que debe de relacionarse con los ornamentos de follaje y no queda muy lejos de la idea de ‘fullería’.―

9 Estanislao del Campo, Fausto (a. 1866), vv. 359, 810.―

10 Un escrúpulo suscita el germanesco fulidor «el ladrón que tiene muchachos para que le abran las puertas o casas de noche» (1609, J. Hidalgo). Si este vocablo pertenece a la familia de ful dificultaría la procedencia gitana, pues en 1609 no hay todavía palabras de este origen en español. Se podría pensar también en un préstamo del alem. merid. y suizo fûl ‘podrido’, ‘malo’ (alem. faul), y en voz jergal no sería absurdo admitir un préstamo de alguna jerga alemana, aunque no se ve claro el conducto por el que se hubiese trasmitido el vocablo, pues en Italia sólo lo conocemos en la jerga alpina de Val di Sole (ful «ciarlatano, testa sventata», falta en Mirabella, Calvaruso y en muchos diccionarios de dialectos italianos).