ESTELA ‘rastro de oleaje y espuma que deja una embarcación’, en portugués esteira, procede del lat. AESTUARIA, plural de AESTUARIUM, que tendría el sentido de ‘agitación del mar’, como AESTUS, -ȢS, del cual AESTUARIUM es derivado; aunque en la forma castellana no está bien explicado el cambio de -R- en -l-.

1.ª doc.: la stela, 1573, E. de Salazar (Cartas, ed. Biblióf. Esp., p. 49); estela, 1587, G. de Palacio, Instr. 142 v.°.

El port. esteira significa lo mismo que la voz castellana, y se halla ya varias veces en la Crónica do Conde D. Pedro, de Eanes de Azurara (3.r cuarto del S. XV), vid. Jal; también en Mendes Pinto (1541), Juan de Barros (h. 1550) y en Freire de Andrada (S. XVII); es verdad que muchas veces se emplea en frases como vogar pela esteira o vir na esteira de um navio, en el sentido de seguir otra nave el rumbo de éste. Pero esto no es razón para derivarlo del ingl. to steer ‘gobernar una nave’ (según hace Solano Constâncio), pues éste no es más que un empleo especial, derivado naturalmente del sentido general del vocablo. También es erróneo y aun absurdo derivarlo del it. stella ‘estrella’, según hacen Jal y la Acad., alegando que la estela brilla, como las estrellas. Pero tampoco es verosímil la etimología de Fokker, ZRPh. XXXVIII, 483, ár. Ȑistiƫâla, nombre de unidad de Ȑistiƫâl ‘prolongación’, que a su vez es nombre de acción de la décima forma del verbo ƫâl (comp. DESTARTALADO): esto no explica la forma portuguesa, y además es raro que una voz romance proceda de un nombre de acción arábigo. Quizá entreviera la verdad CortesƟo al comparar esteira con esteiro ‘estero’, pero el significado de este vocablo portugués no tiene nada que ver hoy en día con el de esteira.

Es menester remontarse hasta el latín. Y aunque ahí no tenemos noticias seguras de que AESTUARIUM significara ‘estela’ u ‘oleaje’1, el hecho indudable es que AESTUS es ‘agitación del mar’, ‘oleaje’, ‘fluctuación encrespada’, ‘marea’, y el mismo debió de ser el sentido inicial de su derivado AESTUARIUM, de donde vinieron luego las acs. conocidas ‘paraje inundado por la marea’, ‘laguna, marisma, piscina’, ‘desembocadura de un río’; sea partiendo del sentido inicial de AESTUARIUM, o suponiendo que esteira sea un derivado meramente romance de AESTUS, no hay dificultad alguna en explicar así esta voz portuguesa: la desaparición de la U en hiato tras dental, se da también en estero, port. esteiro, descendiente incontestable de AESTUARIUM, en enero, port. janeiro, de JANUARIUS, en el port. janela ‘ventana’, de JANUELLA, etc.; semánticamente comp. el fr. remou(s) ‘estela’ (Jal), propiamente ‘remolino’. Una voz emparentada parece haber existido en catalán antiguo, donde fer una estereya de galees era ‘formar una hilera de galeras que navegan una tras otra’ en documento barcelonés de 1472 (Faraudo, Misc. Fabra, 154), significado en relación con el del port. esteirar «suivre une direction, une route; étre dans les eaux d’un navire», y con los usos de esteira señalados arriba2.

La dificultad está en la -l- cast., aunque ésta no puede ser dirimente en un idioma donde se dice ESPUELA, ESQUILAR, ESQUILO, en lugar de espuera, esquirar, esquiro, y lo mismo ocurre en tantos arabismos; de todos modos en nuestro caso cuesta hallar explicación convincente de la anomalía, pues el influjo de STELLA, aceptable quizá con carácter de etimología popular, sólo sería posible en catalán o en italiano, y nuestro vocablo en estos idiomas parece ser castellanismo de escaso arraigo3; quizá sea estela un portuguesismo en castellano, según indicaría su mejor documentación y mayor antigüedad en este idioma; ahora bien, el cambio de -r- en -l- no extrañaría en un advenedizo; las terminaciones -el(o), -ela, habían de sonar a los oídos castellanos como típicamente portuguesas, provenzales o francesas (puesto que en estos idiomas correspondían a los frecuentes sufijos -ELLUM, -ELLA) y así como en las palabras de procedencia galorrománica o catalana es frecuente la sustitución de -(i)er, -era por -el, -ela (timonel, furriel, corcel, broquel, laurel, papel, dosel, charnela), no sería extraño que marinos poco conocedores del portugués alteraran *estera en estela, por sentirlo como voz extranjera, y que una vez nacida esta alteración se generalizase, porque evitaba todo equívoco con el más familiar estera ‘alfombra de pleitas’.

1 La definición de AESTUARIA «ubi duo maria conveniunt», en el glosario CGL V, 344.24, se referirá a la ac. ‘desembocadura de un gran río’, documentada en Tácito (aestuarium Tamesae). Un glosario anglosajón (CGL V, 341.47) traduce el mismo plural por «fleutas», que nos recuerda el ingl. floods ‘olas’, ‘aguas’, lo cual nos llevaría ya al sentido que necesitamos, pero creo que se trata del ingl. antic. y dial. fleet «a place where water flows; a creek, inlet, run of water», en anglosajón fléot, al fin y al cabo pariente de floods. Claro que todo esto nos confirma cuán fácilmente se pasa en todas partes de una de estas ideas a la otra.―

2 Es verdad que es extraño este sufijo -eya. Difícilmente puede ser -ITIA, que no forma derivados de sustantivos; tanto menos cuanto que la -y- antihiática, frecuente hoy en catalán oriental, apenas se halla en los dialectos occidentales, que es donde -ITIA da -ea, y no -esa como en aquel dialecto. Haría gran falta comprobar la lección en el manuscrito.―

3 En catalán lo emplea Verdaguer, que era de tierras adentro, y lo registran en su Vocabulario de la Pesca Amades y Roig (BDC XIV), aunque sin localizarlo, mas puedo asegurar que en realidad no lo emplean los pescadores, y que lo popular es el deixant o les aigües d’una barca; también Fabra lo excluyó de su diccionario. En Italia está hoy anticuado, y sólo se documenta stela en el diccionario de Neuman (1800) y stella en el de Stratico (1814); en italiano siempre se ha dicho la scia.