ERRAJ, ‘cisco hecho con el hueso de la aceituna después de prensado en el molino’, antiguamente arrax o arraax; a pesar de su fisonomía arábiga es voz de origen desconocido.

1.ª doc.: arraax, Covarr.; errax, Quevedo, Ayala Manrique y Aut.

Dice Covarr.: «arraax, los osseçuelos de las azeytunas, quebrantados en la rueda del molino del azeyte, que exprimido dellos, y del hollejuelo, los suelen secar, y se gasta en los braseros de las damas, porque su fuego es apazible, y no haze daño a la cabeza, antes la conforta... quitado el artículo a, queda r,ax, nombre arábigo que significa los hueseçuelos quebrados de las azeytunas: y es de raíz Hebrea, o por mejor dezir Caldea, del verbo Rahaha, conterere, et confringere, y hase de advertir, que la letra aiin, es una aspiración densíssima, que no se puede significar su pronunciación pon escrito... y assí diremos, a Rahhahha, y corrompido arahax». Oudin, aunque no recogió el vocablo en su primera edición de 16071, llamada su atención por el artículo de Covarr., en la segunda (1616) da muestras de conocerlo personalmente: «arrax, charbon de noyaux d’olives; fuego de arrax, feu de charbon de noyaux d’olives, feu lent», «arraax, voyez arrax», «raxa o arrax, charbon de noyaux d’olives»; desde estos lexicógrafos pasó a otros posteriores: Minsheu, 1623 (arrahax), Franciosini, 1620 (arrahax, arrax «sansa, noccioli d’olive per abbruciare»), etc. Emplearon errax Quevedo y J. de Zabaleta (Cej. V, p. 426). Ayala Manrique (1693) advierte «aora para quitar el mal sonido de repetir una misma vocal, dezimos errax con dos sílabas no más», en su diccionario manuscrito comenzado en 1693, pero aumentado en fechas posteriores, con referencias ya a Aut. En éste se recoge también la variante errax, pero con referencia a arraax, y éste se define «carbón de huessos de azeituna con que haze un fuego muy apacible y durable para los braseros que se usan en las casas», siguiendo la cita de Covarr. Terr. agrega algunas precisiones: «herrax, el desecho de huesos, que queda de la aceituna... El herrax que queda en los Alfahares, es el mejor, más pronto y sin tufo algano, y así tiene más subido precio: vulgarmente dicen herraje. Herrax de encina, después de curtidos los pellejos con el tan o polvos de la corteza de encina, queda una especie de pasta o herrax, con que a muy poca costa se pueden calentar los pobres; fr. motte; it. vinaccia, scorza di quercia macerata». En cuanto al dicc. vulgar de la Acad., definió primero «erraj, carbón menudo formado del hueso de la aceituna» (1843, 1884), para rectificar después en la forma reproducida arriba.

La etimología está por averiguar. En la forma que le da Covarr. tiene el vocablo fisonomia arábiga, pero esta forma no está confirmada en fuentes independientes 2. De todos modos el origen arábigo no es improbable, pero no es posible precisarlo. Orientalistas tan eruditos como Engelmann y Dozy se contentaron con recoger el vocablo en su glosario con un interrogante; y la etimología que propone Eguílaz (p. 280), ár. ȟɊ, que más que «bajo, vil», como él dice, significa ‘blando, tierno, suave, flexible’, en PAlc. ‘cochío, fácil de cocer’, además de presentar dificultades fonéticas (esperaríamos *arrahaz), ofrece una base semántica inadecuada, e indudablemente hizo bien Steiger en rechazarlo (Contr., 169). Covarr. parece referirse a un vocablo arábigo determinado, y su referencia a la letra ain invita a buscar una raíz provista de este sonido, pero nada parecido se halla en los léxicos3; sin embargo, al hablar de una raíz caldea da la impresión de no conocer ningún étimo concreto4. Cej. dice que viene del «vasco arrats ‘quemado’»; pero esta palabra vasca sólo significa ‘noche’. Se trata en realidad de err(a) ats ‘olor a quemado’ (Michelena, BSVAP XI, 289), lo cual tampoco conviene. En cuanto al arag. ERAJE, estudiado arriba, queda muy lejos en lo semántico. No sería inconcebible que el bearn. arratge ‘cizaña’ (de donde viene ERAJE), tomado en castellano en el sentido de ‘desperdicio del trigo’, pasara a significar ‘desperdicio en general’ y luego ‘cisco de aceituna’, mas por ahora esto es muy hipotético.

Provisionalmente se podría creer que estamos ante un vocablo de la familia del vasco erre ‘quemar’ (Azkue; Michelena, Apellidos V., § 219), tal vez errauts ‘ceniza’ o erratz ‘codeso o piorno’, ‘brusco’, ‘retama’ (íd., íd., § 218) (que significaría primeramente ‘arbusto chamuscado’, por la frecuencia con que se queman al incendiar los ribazos, compuesto al parecer con atz, hoy ‘dedo’, ‘eje’, mas antes pudo valer ‘rama’ o ‘tallo’) o erraia ‘polvo de corteza’.

Pero lo más probable me parece que sea erragin ‘combustible’ (voz bien conocida en vizc. y guip., con la variante errakin en los demás dialectos), cambiado románicamente en erráȤe > erraj. Pudo trasmitirse por Navarra y Aragón, tierras siempre olivareras, donde la evolución correspondería bien a la fonética local, o bien pudo propagarse en fecha tardía, y con evolución fonética retrasada, desde los olivares de la Rioja, donde, hasta la conquista de Toledo en el S. XII, estuvo concentrada toda la producción aceitera de Castilla. La a- de Covarr. es fácil de explicar como secundaria, y en cuanto a la aa del mismo autor (si es que es algo más que una de las errates que no son raras en este léxico), teniendo en cuenta que no está confirmada por otro autor alguno, la introduciría este lexicógrafo a su arbitrio, como acostumbra, para justificar su seudo-etim. caldea rahaha.

Mas por otra parte hay otra etimología no menos seductora, y es difícil decidirse entre las dos. Lo es la que sugiere GdDD 2897, lat. FRACES ‘hez de la aceituna’ (por más que erraj se aplique mas bien al carbón de los huesos que a las heces de este fruto), a condición de admitir que este vocablo latino pasara a través del vasco, pues sólo abí son posibles los cambios fonéticos de FR- en arr- (comp. FRAGA ‘fresa’ > arraga) y de -CE en -txe; es verdad que -j- no corresponde bien a -tx- (sólo a -x-), obstáculo grave, pero quizá no insuperable: el vocablo se tomaría del vasco antiguo de la Rioja y de la Ribera navarra, cuyos rasgos fonéticos no conocemos en detalle, pero sí sabemos que en este territorio vasco etxe ‘casa’ se volvía exe (de donde Xavier < Exe-berri; V. EXEA).

Entonces cagarrache, compuesto de CAGAR, no se habría formado como sugerí en CAGAR, sino con el vasco común *arratxe ‘heces de aceituna’, que es la forma que deberíamos esperar, lo cual parece preferible desde el punto de vista semántico, y los indicios geográficos que poseemos no son tan propicios a las procedencias mozárabe y catalana, que allí tomé en consideración, como a una procedencia vasca: en la Ribera tudelana de Navarra «llaman cagarraches a los artesanos» (Iribarren). Quizá también tenga razón GdDD al sugerir que los valencianos farga, fragalada, y el murc. frágala ‘heces, lías del vino’, pueden salir de *FRACAS por FRACES (más que del étimo arábigo algo hipotético que sugerí en BDC XXIV, 17). Es grave, sin embargo, el escrúpulo que causa el hecho de que FRACES y su familia sólo se documenten en formas con CE, que no podían dar más que Ƈe o c,e en mozárabe: no existe una variante *FRACAS ni verbo *FRACARE, etc.; el Fragalos ~ Fargalos (quizá acentuado Fá- o Fargá-) toponímico de Cullera podría dar que pensar en un *FRACULOS con ŭ > a, pero queda sin explicar el val. farga y no es natural el dimin. m. del fem. FRACES; un *FRACLES adj. o colectivo tampoco convence.

1 La afirmación contraria de Gili, Tesoro, es infundada, según he podido comprobar en un microfilm de esta edición.―

2 No es inverosímil que la alteración de arrax en erraj (-x) se deba a confusión con la palabra herraje ‘conjunto de piezas de hierro, herraduras, etc.’, derivado de hierro con el sufijo -aje; la confusión se produjo en los dos sentidos, pues si Terr. recoge el vulgarismo herraje para el desecho de los huesos de la aceituna, Pineda en 1589 habla de «las cevicas de las ruedas, que otros llaman herrax» (Agric. Crist., diál. 4, § 20).―

3 ¿Pensará en raâ ‘populacho, heces del pueblo’? Claro que esto no podía dar erraj. Nada parecido a este vocablo en las raíces r--š, r--Ǥ, -r-š, etc. ‘Orujo de aceituna’ se dice kúsba (persa kúspa) en el árabe de Egipto; ‘heces del aceite’ es ƫaɅl az-zâȳt; ‘carbón’ se dice faɅm en todas partes.―

4 Quizá en relación con este rahaha «conterere» está el verbo raȟȟ ‘pisotear’, que figura en los diccionarios del árabe clásico, pero no sé que ningún vocablo de esta raíz tenga curso en el habla vulgar (falta en el Suplemento de Dozy).