CUEZO, ‘artesilla de albañil para amasar yeso’, y nombre de otros varios recipientes, del mismo origen incierto que el cat. cossi ‘tina de la colada’.
1.ª doc.: cueço, ‘recipiente para recoger la harina que cae de la muela’, 2.ª mitad S. XIII, Vidal Mayor (Tilander, Fueros de Aragón, p. 310).
Este vocablo castellano está evidentemente emparentado con el cat. cossi ‘tina de la colada’ [1388], y su numerosa y compleja familia romance (REW 2011.3; FEW II, 826-7). En ésta nos interesa especialmente el b. arag. y murc. cocio ‘tina de la colada’ (Peralta, Borao, Torres Fornés, García Soriano, Lemus; RH XLIX, 392; vivo en Caspe y la Puebla de Híjar: BDC XXIV, 166), que es probablemente catalanismo, como lo es sin duda el campid. cóssiu (Wagner, Arch. Stor. Sardo III, 391). Por otra parte mozár. catalán cutxol ‘medida equivalente a dos almudes’ (S. XIII, Costumbres de Tortosa, p. 400), cutxola ‘hueco con las palmas de la mano para beber agua’ (en el Maestrazgo: G. Girona), oc. ant. cossa, oc. mod. cosso (Mistral) «écuelle de bois sans anse», «petite mesure pour grains», «droit de mesurage sur le blé» (documentado además por el b. lat. occitano cocia, cossa, en estas dos últimas acs., en escrituras de Aviñón y de otras partes, desde primeros del S. XIII: Du C.), gascón coço ‘cucharón’ (Ariège, H.-Gar., Gers, H.-Pyr., con Ȏ en el habla de Bethmale, que distingue ç de ss), vasco b. nav. y sul. khotxu ‘vasija de ordeñar’, a. nav., b. nav., ronc. kotxu ‘estuche de la piedra de afilar la guadaña’ (BhZRPh. VI, 21), salac. «vasija de pastor de regular tamaño, más ancha por la boca que por el fondo y con un solo agarradero», también en Ibarre, «cochua cacharro» Araq.; cutchua pot de chambre» Pouvr. y «munnlòg (palangana)» glos. vco.-isl., Michelena, FAzk. 145, it. còccio ‘vasija’, ‘pedazo de vasija rota’, cocci ‘cacharros de cocina’. Es ya más dudoso que pertenezca a la misma familia el fr. cosse ‘vaina de legumbre’.
El eminente lingüista H. Schuchardt estudió esta familia de palabras en su famoso artículo dedicado a los descendientes romances de COCHLEA ‘concha’ (Roman. Etym. II, 29ss.; añade más, especialmente sobre las palabras vascas y formas francoprovenzales, en BhZRPh. VI, 21), y por desgracia los etimologistas posteriores, como ocurre muchas veces con los trabajos de aquel maestro, se han atenido a su opinión sin analizarla mucho. Se trataría de una variante fonética de COCHLEA, que si en unas partes sufrió la metátesis de la L (CLOCEA > sic. crozza, it. chiòcciola, val. clòtxina) en otras habría perdido esta consonante enteramente; pero esta última evolución fonética es inadmisible y sin otros ejs. En sus grandes síntesis léxicas, que con razón han podido ser comparadas por algunos y aun por él mismo a una confusa tormenta de nieve, el sabio lingüista amontonaba materiales y acumulaba problemas, con el resultado de acabar a veces cegándose ante los obstáculos más evidentes y elementales. Esta etimología debe desecharse sin vacilación, y es preferible reconocer que hasta ahora ignoramos el origen de CUEZO. Volveré a estudiar detenidamente el problema en mi DECat.
Mientras tanto adelanto una sugestión. La base *C֊CCĔUM que postulan de concierto el castellano2, el catalán, la lengua de Oc y el italiano, pudo tener como significado etimológico la ac. italiana ‘cacharro roto’ y, por lo tanto, podría ser un derivado adjetivo de la raíz de creación expresiva COCC- ‘cascara’, ‘cráneo’, ‘cabeza’, que he estudiado s. v. COCO. La dificultad principal es que así no se explica la conservación de la i postónica en el cat. cossi, arag. cocio, pues no puede haber tratamiento culto en voz ajena al latín clásico, y documentada en fecha reciente en latín medieval3. Y desde luego hay que tener muy presente la idea de un posible y aun probable origen prerromano. Es más, no deja de haber asidero para suponer una base indoeuropea, sea sorotáptica o céltica, pues aunque en celta insular no conozco voces análogas sí hay una coincidente en báltico y sánscrito: el scr. kóçaɅ ‘cubo’ ‘barril’, más tarde también recipiente de cualquier género, ‘caja’ ‘funda’, etc. (y aplicado a la oquedad de un carro está ya en el Rig Veda VI, 54.3), pero la ac. básica y más antigua es ‘balde, cubo, barril’: en el Rig Veda, p. ej., invocan al dios de la lluvia, Parjanya, con las palabras mahāntaྔ kóçaྔ ni Ɋiñca! ‘vacíanos encima tu gran cubo’ (V, 83.8). A esta palabra índica responde en báltico el lit. káȮšas ‘gran cazo o cucharón’, letón kaûss ‘espumadera, tarro’. La forma de ambas familias lingüísticas corresponde a una base indoeuropea KO?ոO- o KAUոO- y existen palabras derivadas de la misma raíz con vocalismo algo distinto así en báltico como en iranio e índico: lit. kiaũšis ‘huevo’, ‘testículo’ (KEUKI-), kūšỹs ‘pendejo’ (KȢKI-), ave. kusra- ‘hueco, -a’, scr. kukɊí- ‘cavidad’, persa mod. kus ‘vulva’, etc. (para otras muchas ampliaciones consonánticas de la raíz básica KEU- / KOU- como el letón Ƈàula ‘cáscara’, isl. ant. hauss ‘cráneo’, o el scr. koɊƫhaɅ ‘recipiente’ vid. Pok. IEW 952, y agregar quizás el lit. kiaũle ‘puerca, marrana’, prus. ant. skaura, skewre íd. [letón cūkas ‘cerdo’] a base de la idea de ‘vulva’ o ‘testículo’); coexistiendo KO?KO- con KE?KI- bien podríamos suponer un sorotáptico *KO?K?OS que en unas partes, reducido a CÒCIUS por latinización pasaría a cuezo; y acaso entonces el diptongo O? conservado o convertido en AU en otras partes al latinizarse el vocablo podría explicarnos la i conservada del cat. cossi y el arag. cocio, cf. la conservación de la I en SCAURIA > escoria, CAURIA > Coria, LAUREA > cat. Llúria, Lòria, Salòria, etc. Me apresuro a conceder que es una etimología sumamente hipotética, para la cual desearíamos hallar algún apoyo filológico más tangible.
Cueza ‘maquila’, ‘derecho que se paga en pan en el horno común’, pronunciado con Ȏ sorda en Serradilla y Malpartida de Plasencia (Espinosa, Arc. Dial., 55, con la observación de que este pormenor nos impide derivarlo de COCER, cast. ant. cozer)4; en el sentido de «taxe» ya en 1349, BHisp. LVIII, 89; claro que cueza no puede salir del ár. qiyas ‘medida’ (GdDD 5370b). Cozuelo ‘medida de trigo o de sal que han de pagar los que introducen estas mercancías en la ciudad’ [Ávila, 1485: BRAE XVI, 109]5, cuzolo íd. [Daroca, 1291-1327: RABM 1873, 79-80]. Cocinu santand. ‘especie de dornajo o artesa’, ‘tronco de árbol ahuecado para dar de comer a los cerdos’ (G. Lomas). Cocharro ‘vaso o taza de madera o de piedra’ (ya Acad. 1843), y cucharro, de origen mozárabe6, véanse congéneres portugueses aquí s. v. CUCHARA, y el arag. cuzarro ‘recipiente de cuerno para beber’ (Ansó: BDC XXIV, 166).
1 Aut. traía además una ac. ‘brial, especie de falda de seda que llevaban las mujeres’ documentándola en Cervantes, pero E. Cotarelo (BRAE VII, 541) observa que ahí quedando en cuezo es errata por quedando en cuerpo. Terr. dice que cuezo significa además ‘comida mal compuesta’ y de ahí ‘fárrago, centón, mezcolanza’.― ↩
2 Nótese que la ç sorda de los documentos medievales y de la pronunciación cacereña postula en forma indudable un étimo con -CC- geminada, detalle que ignoraríamos si sólo conociéramos las formas de los demás romances, que se satisfarían igualmente con -C- sencilla ante ?.― ↩
3 Véase además el estudio de Leonie Feiler RF XLV 333-4. Partir de *CAUCĔU derivado de CAUCUS ‘vaso’ (como quisiera Moll en Alcover) no es posible en vista del diptongo castellano.― ↩
4 Registrado por la Acad. ya en 1843 (también variante gráfica cuesa). El Cueza es un afluente del río Carrión, cuyo nombre pudo significar ‘olla, cauce’; véanse formas antiguas en M. P., Oríg., 128.― ↩
6 En efecto es propio de Andalucía, como señala Alcalá Venceslada y confirma Caro Baraja (Los Pueblos de España, p. 403) y se emplea para trasegar el vino de una tinaja a otra, o para llenar los vasos de cata; se hace de calabaza, lo cual nos recuerda el nombre, probablemente prerromano, de la calabaza en gascón (coujo, aran. cója) y otras comarcas del SO. de Francia. ¿Buen asidero etimológico? No lo creo, pues éste postula una base *K֖IA o al menos K֖GIA y cuezo y congéneres exigen K֕KIO- con -K- y vocal abierta. ↩