CIMARRÓN, amer., ‘alzado, montaraz’, aplicado a los indios, negros y animales huidos, ‘salvaje, silvestre’, probablemente derivado de CIMA, por los montes adonde huían los cimarrones.

1.ª doc.: 1535, Fz. de Oviedo (indio cimarrón o bravo, puercos cimarrones o salvajes).

Nótense los pasajes, de Lope: «versistas cimarrones, fugitivos del monte del Parnasso» (Epístola VI, ed. Sancha, I, 332, v. 28); del P. Cobo: «en muchas provincias de la América hay gran suma de caballos alzados al monte o montarazes, que llamamos cimarrones»; y de Domingo F. Sarmiento, que hablando de un niño cimarrón o escapado a su tutor, se refiere a la creación de la palabra en la Habana: «para los negros y esclavos que ganaban la cima de montañas inaccesibles y formaban colonias, que eran atacados con perros adiestrados al objeto» (Obras, tomo XLV; en las Páginas selectas publicadas en 1938, p. 402). Hay sinonimia perfecta con montarazcimarrón: montaraz, salvaje» en el dominicano Brito) y con cerril («vacas cerriles o, como acá llamamos, cimarronas», Lozano, Hist. de la Conq. del Paraguay, 1745, libro I, cap. xi, ed. B. Aires, 1874, I, 274) y cerrero; este último es también casi exclusivamente americano. ‘Perseguir al indio cimarrón o alzado’ se decía en la Española montear (B. de las Casas, Apologética, p. 45a). Comp. además el origen de JÍBARO.

Claro está que el sufijo iberorromance -arrón no se puede invocar en manera alguna contra la derivación de cima, pues es sufijo muy productivo en castellano, con radicales de cualquier origen (mancarrón, vozarrón, zancarrón, dulzarrón, fanfarrón, etc.). La voz chilena cimarra, de fecha moderna y puramente local, empleada solamente en la frase hacer la cimarra ‘faltar a clase, hacer la rabona’, lejos de ser el punto de partida de cimarrón, como admitió Lenz (Dicc. 188-9), es derivado regresivo de hacer la cimarrona, aunque chimarra ‘cierto juego de muchachos’ se emplee también en Colombia (Malaret, Supl.)1.

No hay, por lo tanto, necesidad de recurrir a otras etimologías, como la de zamarra, zamarrón, ‘pelliza o calzón de piel usados por los campesinos’, como sugirió Tiscornia (M. Fierro coment., p. 393) y, tras él, Spitzer (Language XIV, 145-7); por cierto, la forma çimarra parece haber existido como variante de çamarra (así en G. de Segovia, p. 82), y Spitzer nos recuerda eruditamente el ecuat. zamarro ‘individuo pesado, necio, rústico, grosero’, en Venezuela ‘hombre taimado’, en Honduras ‘pícaro, bribón’, costarr. zamarrear ‘picardear, bellaquear’, pero la verosimilitud semántica de la idea sigue siendo vaga, y el propio Spitzer vacila entre explicarla por el carácter pastoril o campesino de la zamarra, y su largura, que habría sugerido la idea de arrastrar la cola, como en hacer la rabona, o en el alem. schwänzen, sinónimo de esta frase castellana2. Del cast. cimarrón salieron el ingl. maroon [1666] ‘esclavo alzado’, ‘navegante abandonado en una isla’, fr. marron ‘esclavo alzado’, ‘animal salvaje’ [1667, König, BhZRPh. XCI, 145-6]: no consta en cuál de los dos idiomas se produjo la eliminación de la sílaba ci-, ni se ha explicado la causa de este hecho, pero es más verosímil que ello ocurriera en un idioma de tipo diferente, como el inglés, que a menudo deforma gravemente las voces romances. Para materiales, V. además Friederici, Am. Wb., 191-2.

DERIV.

Cimarronada. Cimarronear.

1 La misma ch- en el riograndense chimarrão ‘cimarrón’, Collecção de Vocábulos usados na prov. do Rio Grande do Sul, Londres, 1856. No son raros los casos de chi- o che- por ci-, ce-, en los americanismos; vid. chiguato, chiclán, chipote y che en los artículos CIGUATO, CICLÁN, CIPOTE y CHE. En cuanto a las cartas de achimarre, cartas de declaración para enamorados, que se venden ya escritas, en Michoacán (Méjico) (vid. V. Rodríguez Rivero, Rev. Hisp. Mod. IX, 370), no tiene eso que ver con cimarrón ni con amarrar (según quiere la Srta. Rodríguez), sino con el zamarrear ‘bellaquear’ citado abajo, que en otras partes es chamarrar ‘engañar’ (Malaret).―

2 Spitzer se inclina por esta última alternativa, colocando así la frase local chilena a la base de un vocablo antiguo de los cronistas de Indias, contra toda probabilidad. En cuanto al vasco ezibearra ‘indómito’, que también sonríe a Tiscornia, es uno de tantos compuestos forjados por Larramendi, con los elementos vascos existentes ezi ‘domar’ y bear(ra) ‘necesitado, pobre’. Anteriormente aceptó Spitzer la etimología cima (Lexik. a. d. Kat., 97n.1), rechazando una conexión imaginable con el oc. chimarro, gimerro, jumerri, fr. jumart ‘animal híbrido’ (Sainéan, Sources Indig., I, 332, cita a este propósito un cast. zimarro ‘carnero’, cuya existencia no me es conocida).