CHARLAR, voz de creación expresiva, probablemente tomada del it. ciarlare íd.

1.ª doc.: 1555, Fz. de Oviedo; charlador, ya en C. de Castillejo, † 1550.

Cuervo, Dicc. II, 717-8. Cej. IX, § 205. Falta todavía en Nebr. y PAlc. y no conozco ejs. medievales; está ya en C. de las Casas (1570)1, en Oudin (1607)2 y en Covarr. Esta fecha tardía, si se confirma, es fuerte indicio del origen italiano, que el uso del vocablo por parte del anti-italiano Castillejo no basta para poner en duda3. El port. charlar parece ser aún más moderno que en castellano, pues Moraes y Vieira no dan ejs. y CortesƟo sólo trae uno de 1860 (chalrar); las voces más corrientes en el idioma vecino son palrar y tagarelar. La introducción de charlar parece se produjo juntamente con la del italianismo indudable charlatán4. Para italianismos pertenecientes al mismo orden de ideas, vid, CHÁCHARA, CHANZA. En italiano ciarlare es palabra antigua, pues ciarla figura ya en Boccaccio: se trata al parecer de una alteración, por influjo de parlare ‘hablar’, de una forma ciarrare, conservada hoy en Cerdeña (con variantes locales tsarrare, dzarrare, vid. AIS, mapa. 716), e idéntica a oc. charrà, cat. xerrar (también xarrar, particularmente en Valencia), a. arag. orient. charrar (BDC XXIV, 166), norm. charrer, todos ellos ‘charlar’.

DERIV.

Charla [h. 1580 o 90, J. de la Cueva]. Charlador (V. arriba); charladuría. Charlante. Charlear. Charlón. Charlotear; charloteo. De un cruce de chalrar con barallar ‘hablar mucho y confusamente, sin provecho’ (quizá con influjo de zarrapastroso) puede salir el gall. centr. zarrallar dicho del «borracho que habla zarrapastrosamente» (Sarm. CaG. 217v). Charlatán [C. de Castillejo, † 1550, vid. Terlingen, l. c.; «cierto charlatán salta en barco, de aquellos que suelen hazer la prueva de la theriaca», Laguna, Diosc. VI, pref., p. 574], tomado del it. ciarlatano íd., como atestiguan Fz. de Oviedo y Covarr.; la voz italiana parece resultar de una contaminación de cerretano ‘vendedor de panaceas y de indulgencias falsas’ por ciarlare5; charlatanear, charlatanería, charlatanismo. Gall. cherlo «lelo, charlatán» [Vall.] por cruce de estas dos palabras y quizá de la paronomasia con cherla ‘especie de mero’.

Charada [Acad. ya 1843; Cej. IX, § 209], del fr. charade [1770], que parece ser tomado de oc. mod. charrado ‘conversación, charla’, derivado del citado oc. charrà ‘charlar’6.

1 «Chalar: frappare» (es decir, ‘engañar, charlar’). Es errata segura por charlar en vista del orden alfabético. Nótese, de todos modos, que en la parte ítalo-castellana traduce ciarlatore por parlero, como si charlador le pareciera poco castellano.―

2 «Caqueter, babiller, bavarder, causer, bouffonner, jaser, badiner, faire le bouffon».―

3 El ej. de charlar en J. Ruiz, citado por Cuervo, no existe. Los manuscritos traen chirlar (para el cual V. CHILLAR), aunque en uno de los dos pasajes la i está comida por un agujero de ratón. De ahí la falsa lectura de T. A. Sánchez.―

4 Charlatão es frecuente en portugués desde princ. S. XVII (Vieira, Moraes). También el francés y el catalán introdujeron el sustantivo charlatan (xarlatan), pero no el verbo correspondiente. Nuestra primera autoridad, Fz. de Oviedo, emplea, además de charlar, una forma charlatar sacada evidentemente de charlatán. Para documentación Gili y Terlingen, 303-4.―

5 Ciarratano en forma latinizada se halla en una carta dirigida a Inocencio VIII (1484-92); hoy se conserva el uso de ambas formas en Calabria (AIS, y Rohlfs, Diz. Cal.); dzarritanu, ciarrulitana, ciarralitana, en Cerdeña. Más documentación de ceretanus, cerretanus, en los artículos correspondientes de Du C. Para bibliografía acerca del origen de esta palabra, vid. además Tommaseo, s. v.; Baist, RF XVI, 404; Prati, ARom. XX, 214. La z- de la forma zarlatàn (con z sorda) de Parma, Romagna y Venecia, en desacuerdo con la ci de ciarlare, más o menos extendida por toda Italia (AIS), confirma el origen diferente. Cerretano, en efecto, es probablemente derivado de Cerreto, ciudad de Umbría, región donde abundaba el tipo popular del vendedor locuaz de medicamentos e indulgencias, comp. orvietano ‘medicamento compuesto de muchos ingredientes, que se creía adecuado para numerosas enfermedades’, que es derivado de Orvieto, en la misma región. Covarr. da una descripción extensa y pintoresca del charlatán italiano tal como entonces era conocido en España, No se puede tomar en consideración la idea de K. H. Menges (RPhCal. II, 221-3), quien quisiera derivar el it. ciarlatano de una palabra turca hipotética, que a su vez sería un préstamo del mongólico. Los esfuerzos de Malkiel (ibid. II, 317-26) por apoyar esta idea son vanos. Es inconcebible el préstamo de un vocablo afectivo como éste, en el campo de batalla, entre dos ejércitos como el veneciano y el turco, que hablaban lenguas absolutamente incomprensibles del uno para el otro. Según la propia documentación de Malkiel, cerretano, documentado en 1477 (según Battisti-A. ya en el S. XIV), es anterior a ciarlatano, documentado en un libro sobre los hombres ilustres del S. XV, que por lo tanto no será anterior al XVI. Y el significado de la hipotética voz turca ‘el que obliga a otro a promulgar o a hablar en alta voz’ tampoco corresponde; más argumentos contra el pretendido origen turco de charlatán, en Nykl, MLN LXV, 518-21. Menos inverosímil que la de Menges, la etimología de Kahane (RPhCal. V, 177-8), gr. bizant. κερατĘ ‘¡cornudo, bribón!’, tampoco resulta convincente, no habiendo noticias de que significara ‘charlatán’ o ‘vendedor de panaceas’ en griego (que el cambio de κε en Ƈe sea corriente en los antiguos helenismos populares del Sur de Italia no prueba que sea posible en un préstamo del S. XIII). Sobre todo, ni Malkiel ni Kahane dan razones sólidas para negar la derivación de Cerreto. En pruebas del DCEC agregué referencia al artículo de Migliorini, RPhCal. VII, 60-64, quien demostró la etimología CERRETANUS históricamente, identificando a CERRETUM con el Cerreto de Spoleto.―

6 La etimología de la voz francesa es litigiosa por no haber testimonios de que el vocablo tuviera ya el sentido francés en lengua de Oc. Últimamente Spitzer, Philol. Q. XXIII, 77-83, vuelve a la idea de Forster de que es alteración del fr. ant. charaude, variante de charait, charaute, del lat. CHARACTER, ‘esquela con caracteres mágicos’, y da argumentos encaminados a demostrarla. Siempre queda, de todos modos, el hecho de que charade es palabra muy reciente para venir de aquel viejo vocablo. Desde luego es inaceptable la idea de Baist, ZRPh. V, 243, de derivar el vocablo francés del salm. charrada ‘baile’, ‘canción, copla, tonada’, derivado de CHARRO (Lamano).