CAPÓN, del lat. vg. *CAPPO, -ĶNIS, íd. (lat. CAPO, -ĶNIS).

1.ª doc.: Apol.; Cortes de 1268.

Todas las formas romances (salvo el campid. caboni) proceden de la forma vulgar *CAPPO, provista de una geminada expresiva (it. cappone, etc.), la misma que reaparece en otras voces de la misma familia (V. CAPOLAR, CAPA, CABAÑA). La ac. ‘golpe que se da en la cabeza con el nudillo del dedo mayor’ [Nebr.: «capon: golpe del dedo; talitrum»], capón de ceniza ‘golpe que se da en la frente en algunos juegos, con un trapo atado, lleno de ceniza’ [Covarr.], se explicará por un simbolismo de este juego.

DERIV.

Capona (para la ac. ‘especie de baile bullicioso y popular’, pasada al siciliano, vid. Spitzer, ZRPh. XLIV, 378). Caponar ‘atar los sarmientos en la vid para que no estorben’; caponada ‘fogata que se hace con leña menuda’ alav. Caponera ‘jaula en que se encierran los capones para cebarlos’, ‘sitio donde se vive fácilmente’, ‘cárcel’, ‘obra de fortificación consistente en una estacada’.

Capar [APal., 175d], de un lat. vg. *CAPPARE, deducido secundariamente de *CAPPO; también port. y cat. capar íd.1; comp. CHAPURREAR. Quizá sea antigua la ac. de capar en Sajambre ‘coser de prisa, sin zurcir’ (Fdz. Gonzz., Oseja, 223). Capadillo. Capador. Capadura.

1 Bastante extendido en el catalán continental, pero caponar (que es el único documentado en lo antiguo, 1460, S. XVI) tiene también mucha extensión (oído en Farrera, Pallars, y vid. Alcover). El hispanoárabe kápan ‘castrar’ (R. Martí, PAlc.), argelino kábbal, kámbal, es también forma derivada de kapûn ‘capón’, equivalente de caponar; qabbûn (= kapún) en el poeta malagueño Ben-Mas?ûd, h. 1016, Al-And. XXXVII, 428 n. La falta de documentación medieval castellana puede ser casual, pero este carácter moderno de la voz catalana y su ausencia completa en tierras de Francia, da qué pensar. Wartburg, FEW II, 284, guiado por Frings, admite que el vocablo debió existir en otro tiempo en galorrománico y que de aquí pasó al su. alem., alsaciano y suabio kappen, tirol. koppen ‘capar’, neerl. med. y mod. kappen (pasado al alemán, danés y sueco), ingl. med. chappen ‘cortar’; el lat. CAPULARE, el fr. chapuiser, chapoter, y oc. ant. encapar, serían también derivados de *CAPPARE; pero no es creíble que CAPULARE se sacara de CAPPARE, mucho más reciente, sobre todo teniendo en cuenta el derivado plautino concipilare. Por el contrario Brüch, seguido por M-L., admite que el romance capar viene de este verbo germánico, al cual se debería también la geminada de *CAPPOcapón’. Este origen germánico de las voces romances es muy poco verosímil, pero quizá se trate de dos palabras coincidentes y meramente homónimas.