BRUCES, DE ~, del antiguo de buzos o de buces íd., de origen incierto, quizá variante de BOZO.

1.ª doc.: Lucas Fernández, ed. 1514, p. 41: arrojarte has de bruçes; 15481.

Algo más antiguo es de bruças, que aparece desde el Canc. de Juan del Encina, a. 1496 (f°. 115, r°, a) en el Cartujano (1521), NBAE XIX, 341, y desde el Amadís hasta Espinel (1618); además de buzas en Rey de Artieda (1604). El portugués tiene de bruços (también de burços según Cornu, GGr. I, § 149)2 y el verbo port. y gall. debruçarse, participio debruçado, que ya sale en Eannes de Zurara, 3r. cuarto del S. XV (Inéd. de Hist. Port., II, 619), gall. «debruzado na baranda de popa» (Castelao 235.7f.); de aquí esbrucinar-se en Serpa (RL II, 44).

Las formas más antiguas son las desprovistas de r, pues abuçado ‘boca abajo’ se halla dos veces en Berceo (S. Dom. 654; S. Mill. 134); abocinado en el mismo sentido se halla todavía en Moratín. V. otros datos y consideraciones importantes en el art. BOZO. Creo que esta r es debida al cruce con la expresión sinónima port. y gall. de bôrco ‘cabeza abajo’, emborcar ‘poner cabeza abajo’ [S. XVI]3 que en castellano ya está registrado por Nebr. en la forma embrocarembrocar como vaso: invergo», íd. A. de Molina, Voc. de la L. Mex., 1571, y en Aut.; Oudin «mettre qqch. par un trou»); la misma forma se usa en el Bierzo (‘embrocar’ y ‘echar una cosa por la boca de una vasija’, Fz. Morales), Méjico, Honduras y Costa Rica, y además debrocar ‘tirar una cosa cabeza abajo’, allí y en Salamanca4, y ya en Juan del Encina significando ‘enfermar de muerte’; y debrocado ‘gravemente enfermo’, ed. de 1496, f° 109r°a, dos veces; también hallamos la forma en br- en los dialectos portugueses (Arcos de Valdevez cair de brôco, RL XXXI, 294)5; cf. de brueca [probablemente ‘hacia abajo’] en una versión de la Gitanilla de Madrid de A. de Solís y Rivadeneira (1610-86) en boca de la gitana, V. AMURCAR. Convendría averiguar si la interdental de abuzado, bruces, etc., era sonora o sorda en la Edad Media. Espinosa, Arc. Dial. 74, dice que en Cáceres de brucias tiene sonora, pero la ç del portugués coincide con la de las formas antiguas que puedo comprobar: bruças en Encina, bruçes en L. Fernández y abuçado en el Sto. Domingo de Silos6. Luego es probable que las formas con sonora se deban a la influencia de buz.

Podemos dar como cierto que la etimología es en definitiva buço variante de BOZO ‘parte inferior de la cara’7, y no, como se ha venido repitiendo desde Diez (Wb., 434), el cast. buz ‘beso que se da a la mano por reverencia’8, lo que no satisface desde el punto de vista semántico. Sin embargo, la influencia de buz, por etimología popular, puede explicar no sólo la z sonora sino la sustitución de buzos por buces, y aun quizá el predominio de la vocal tónica u, que en bozo casi no es más que portuguesa9.

Larramendi, seguido por Gonçalves Viana, Apost. I, 170, partieron del vasco buruz ‘de cabeza’10, caso modal de buru ‘cabeza’, pero como por «cabeza» el pueblo entiende sólo la zona posterior y superior de esta parte del cuerpo, no es concebible que ‘de bruces’ se haya dicho nunca de cabeza, y lo que se hace intervenir en las denominaciones de esta relación adverbial son siempre la boca (it. bocconi, cat. de bocaterrosa), los dientes (fr. ant. a denz) o la parte anterior de la cara (lat. pronus); además así no explicaríamos la forma antigua sin r. A. Tovar ha reivindicado recientemente (Boletim de Filol. VIII, 267-72) la etimología del vascómano Larramendi, pero admitiendo que el vocablo romance resulte de un cruce del vasco buruz con de buces, que vendría del ár. bûs ‘beso’. Desde luego hay que renunciar definitivamente al árabe. Pero la opinión de Tovar es defendible si la retocamos en el sentido de un cruce del romance buzo, de buces (*BUCCEU), con el vasco buruz. Sin embargo, ni así puede ello aceptarse como seguro, y, al contrario, me inclino a dar la preferencia al cruce con debrocar, embrocar, y su familia, de procedencia romance. Insisto, en efecto, en que buruz no parece haber significado nunca ‘de bruces’, sino sólo ‘frente a’, ‘hacia’, ‘atendiendo a’, ‘de memoria’, ‘dirigiéndose a’, ‘después’, según corresponde a su origen, y todo esto bien lejos está del sentido del cast. de bruces. En el pasaje de Oihenart, citado por Tovar, no es buruz, sino su derivado buruzpiko el que llega a significar ‘cabeza abajo’, pero es natural, puesto que contiene el sufijo -be ‘debajo’ (combinado con -ko ‘de’). Como atinadamente observa el propio Tovar, el que pudo sufrir el influjo del cast. de bruces es en todo caso el vasco buruz, aunque en realidad el que Larramendi le achaque el sentido de la voz castellana, no prueba en absoluto que lo haya tenido. Para de bruces es preferible el cruce con debrocado y de borco, puesto que éstos significan lo mismo que debruçado y de bruces: además si fuese buruz el agente de la transformación en de bruces, el resultado había de ser de *buruces, sin que hubiera razón alguna para la pérdida de la primera u, puesto que no hay síncopas romances en sílaba inicial; comp. la conservación en BORUCA, éste sí derivado romance del vasco buru ‘cabeza’. Ya Tovar manifiesta sus dudas sobre el origen vasco, al reconocer que da que pensar la circunstancia de que la familia de nuestro vocablo tiene mayor vitalidad que en castellano, en portugués, en cuyo territorio no podemos esperar etnológicamente influjos propiamente vascos.

1 En el Palmerín de Inglaterra, en el cual, empero, se hallan también de bruzos (asimismo en Covarr.) y de buzos (dos veces; también en Santa Teresa). El DHist. cita además de bruces en el Menosprecio de Corte de Guevara, edición de 1673, pero la edición príncipe, de 1539, trae de buces en el mismo pasaje, según dicho diccionario (también en Quevedo).―

2 Cej., Voc., cita burçarse ‘revolcarse’ en la Crónica de Eugui (fin S. XIV).―

3 «Ten o criminal de borcos», «emborcóuselle o corazón na boca» Castelao 239.11, 236.11.―

4 Ast. debrocar ‘torcer el pie’, Rato.―

5 Como etimología admite el REW, 9444, volcar *VOLVICARE. Aunque realmente el trasmontano Madureira en 1739 cita embolcar como forma incorrecta de emborcar (Cornu, GGr. I, § 145), la generalidad de las formas con r y la imposibilidad de explicarlas me hace dudar mucho de esta etimología. Nótese que embrocar corresponde a BROCCUS de la misma manera que el fr. ant. embronchier, oc. embroncar ‘bajar la cara’, oc. y cat. ant. embronc ‘inclinado’, corresponden a *BRUNCUS, variante de BROCCUS ( FEW I, 564b). Quizá sea ésta la etimología. Cuervo parte de BROCCUS en el sentido de ‘pico de una vasija’ que tiene el catalán broc (Disq. 1950, 572).―

6 Así en el ms. básico E, de la 2.ª mitad del S. XIV. Sin embargo, en H, que es de la misma época, hay abuzado.―

7 Abuzado significa ‘echado hacia la frente’ en Bédar, Almería (llevar el pañuelo abuzado).―

8 Sólo en Cervantes, una vez («Encájele un besapiés / de mi parte, y dos o tres / buces a modo de mona»), y en Covarr.: «el beso de reverencia y reconocimiento que da uno a otro: y entre otras monerías que la mona haze es el buz, tomando la mano y besándola con mucho tiento, summis quod aiunt labiis, y luego ponerla sobre la cabeça». Por lo demás, sólo se halla la frase hacer el buz ‘hacer alguna demostración de obsequio o lisonja’, que es frecuente desde la Gr. Conq. de Ultr., Rivad. XLIV, 314 (fazer del buz), hasta el S. XVII, con alusiones repetidas al beso de la mona (DHist.). La ac. ‘inclinación, reverencia’ que supone M-L. es hipotética e inexistente, ideada para justificar la presunta etimología de la locución de bruces, pues el origen de buz, si no es el ár. bûs ‘beso’ (de bâs ‘besar’), será onomatopeya expresiva del contacto de los labios, atendiendo al hecho señalado por Diez y subrayado por Dozy, de que los mismos fonemas con igual significado se hallan en persa (de donde se admite que viene el árabe), en celta y en dialectos germánicos, y aun en algunos bálticos y eslavos: al. dial. bus(sel) ‘beso’, lit. bu༩?ti, let. bu༩?t ‘besar’, persa mod. bōsīdan, íd., turco ot. buse ‘beso’, pol. buzia(k) ‘beso’ y con sentido más lejano pol. buzia ‘boquita, hocico’, rum. buză ‘labio’, alb. buzη, íd., bulg. buza ‘mejilla’ [cf. lat. vg. bucca ‘mejilla’], cf. Berneker, Sl. Et. Wb., p. 104. Para el detalle de las formas, ver Pok., IEW, 103, y Walde-H. II, 98. Como ellos admiten es probable que sea onomatopéyico en todas partes; nótese la vacilación en las formas árabes: bûs (1001 Noches), buss, bass (R. Martí), beç (PAlc.). Pero la ac. ‘labio’ que se atribuye a buz es también hipotética, ideada por Aut. para justificar su supuesta relación etimológica con BEZO. No se conoce en realidad el origen de perro bucero ‘sabueso de hocico negro’ [1634], que la Academia quiere derivar de aquí. Buzcorona m. (1603, 1605, vid. Clemencín, ed. del Quijote VI, 382) ‘burla consistente en dar a besar la mano y descargar un golpe sobre la cabeza y carrillo del que la besa’, es compuesto de buz y corona.―

9 Comp., sin embargo, buznegro ‘que tiene la boca negra’, en el Vocabulario de Correas.

10 Vid. López Mendizábal, La Lengua Vasca, 1943, pp. 54, 255. También significa ‘de memoria’. En catalán caure de memòria significa ‘caerse golpeando con la nuca en el suelo’, pero como se ve, el significado es muy diferente.