ATARAZANA, ‘arsenal de navíos’, ‘recinto en que trabajan los cordeleros’, del hispanoár. dâr aɊ-Ɋána (ár. dâr aɊ-Ɋinâa) ‘casa de la fabricación, atarazana’.

1.ª doc.: daraçana o adaraçana, Sevilla 1277; ataraçana h. 1340, Crón. de Fernando IV.

Dozy, Gloss., 205-6; Neuvonen, 250-1; Torres Balbás, Atarazanas Hispano-Musulmanas, Al-And. XI, 175-209. Del mismo origen: cat. drassana [1245], it. darsena, arsenale (V. DÁRSENA, ARSENAL). La forma Ɋána en lugar de la clásica Ɋinâa (del verbo Ɋ-n- ‘preparar, fabricar’) figura en PAlc., y hoy el vocablo se pronuncia también con a en ciertas partes del Norte de África (Marcel); Ɋinâa por sí solo ya significa ‘arsenal’ en varios autores africanos medievales (Dozy, Suppl. I, 848b). Como ya indicó Dozy, la forma tarsâna tarsȟâna, tersȟâne, empleada hoy en Túnez, Egipto y Turquía, viene del romance, con influjo parcial del ár. ȟâna ‘casa’, de origen persa; la forma tersana aparece en Pisa ya en 1286 (tersanaia en 1322), Pellegrini, Rendic. Accad. dei Lincei 1956, 155, lo que acaba de descartar la idea de un intermediario turco. Alaraçana tenía ç sorda en la Edad Media y todavía en Nebr. El cambio de d en t indica que en el vulgar de España, perdida la conciencia del carácter compuesto del vocablo y percibiéndose daraɊɊána como palabra simple, se empleó precedida del artículo ad-daraɊɊána, contra las normas de la gramática árabe, y de la doble dd resultó t en castellano (comp. ATAIRE, cat. almugatèn = ALMOCADÉN, etc.)1.Variantes: tarazana (en Tirso, Burlador, I, v. 826); atarazanal en Abarca, Anales de Aragón, que resulta de una pronunciación Ɋanâa, más cercana a la clásica (comp. ALBAÑAL, de ballâa). La antigua forma port. de nuestro vocablo es taracena [S. XV, Moraes], más modernamente tercena ‘almacén junto a un muelle’ (1541, doc. portugués de Ceuta: ‘astillero o atarazana’, Al-And. XII, 46), de donde se tomó el cast. tercena ‘almacén para vender, por mayor, efectos estancados’ [Acad. ya 1817; ej. de Larra en Pagés].

DERIV.

Tercenista.

1 Steiger, VRom. X, 30-31, reúne éste y otros ejs. de d- > t- en voces árabes y en arabismos, ejs. de carácter muy heterogéneo, la mayor parte debidos a tendencias fonéticas del turco y del siciliano. Desde luego hay que rechazar su diagnóstico «disimilación de sonoridad».