ANGARILLAS, ‘armazón de la que penden unas como bolsas para trasportar objetos en una caballería’, ‘especie de andas para llevar a mano ciertos materiales’, de *ANGARIELLAE, diminutivo del lat. ANGARIAEprestaciones de trasporte, trasporte obligado en caballería o en carro’, ‘la silla de caballo empleada para este efecto’.

1.ª doc.: 1290, Registro de Segovia; 1369, invent. arag., BHisp. LVII, 448; 1404, invent. arag., BRAE IV, 526; angarillas voc. de med. S. XV p. p. Huarte, RFE XXXV, 336; APal. 520d1.

Angaria ‘acarreo forzoso’ y angariare ‘requisar para un acarreo’ se hallan ya en el Digesto y en otros textos latinos de baja época. Para su origen greco-persa, V. ANGARIA. En bajo latín esta familia de palabras está representada copiosamente y desde muy antiguo; se nota la referencia casi constante a obligaciones de transporte: animalia in angaria praestita en la Lex Wisigothorum, angarias cum carro faciant en la Lex Bajuvariorum (Du C.)2. En Portugal el vocablo evolucionó en el lenguaje popular: «qui cavallo alieno cavalgar... pectet las angueiras», en doc. del S. XII3. Merea, Biblos XVI, 623-34, da más documentación de este port. ant. angueira ‘indemnización’; también en Aragon: anguera, enguera, ‘lo que pagaba el prendador al prendado como indemnización por la pérdida del aprovechamiento de la bestia prendada’, en los fueros de Zaragoza de fines del S. XII (Ramos, Homen. a M. P. III, 239) y en otros textos forales de la región (Tilander, p. 375), y la Acad. (después de 1899) registra además como antiguo enguera ‘alquiler que devengaba una bestia de carga o tiro’ (comp. Baist, ZRPh. VII, 115ss.)4. Por todo ello debe darse la razón a A. Castro (RFE V, 29-30), que deriva angarillas de esta familia léxica, tanto más cuanto que angariae se aplicaba también a la silla de caballo que debían llevar como símbolo de ignominia los reos de ciertos delitos graves, en virtud de una antigua costumbre germánica documentada en una escritura lorenesa de la primera mitad del S. XIII. Debemos deducir que el nombre de la prestación se aplicó a los arreos con que se lavaba a cabo, y que siguió designándolos una vez abolida ya aquella costumbre medieval. De aquí también port. angarela y sanabr. angariellas ‘tablas laterales del carro’; gall. angarellas íd. (Sarm. CaG, 202v) (< էCULAS); y también el vasco angaila, angareilak, etc., vid. Tovar DEVco.; formas vascas de origen románico en Schuchardt, BuR, 19. Una metátesis de la n y la r dió origen al cat. arguenells ‘angarillas’, arganell ‘especie de cabrestante’, fenómeno favorecido por el influjo de ÁRGANO y su familia; o bien la contaminación pudo venir de ARGADILLO, y de aquí resultó el cat. argadells, alto arag. argaderas y otras formas citadas en dicho artículo: nótese que ninguna de estas formas está documentada antiguamente, por lo tanto deberá renunciarse a la idea expuesta por muchos (yo mismo en Vocab. Aran., s. v. árȤes y ardéges) de que estas formas vengan, respectivamente, de ORGANUM y de ERGATA, sobre todo en vista de que estos étimos no satisfacen semánticamente, pues aquél designa un aparato para levantar pesos, una especie de grúa, y éste es un cabrestante o una devanadera. Sentido arguenells como un diminutivo, y ayudando el influjo de ÁRGANO, se sacó de él un seudo-primitivo àrguens (sólo desde 1580 en catalán, mientras que argue en el sentido de ‘árgano’ ya se halla en el S. XIII), y en castellano un fenómeno paralelo condujo a la creación de árganas ‘angarillas’ [J. del Encina, † h. 1529; Sánchez de Badajoz, 1525-47; Cej. V, p. 122]5, árguenas [S. ΧΙΠ: Partidas, Bocados de Oro; Lope de Rueda: Cej. V, p. 123] o árguinas [1369, invent. arag.: BRAE II, 708; Glos. del Escorial]6. La vacilación en la vocal postónica de esta palabra no se explicaría si fuese un descendiente de ORGANUM, pues el castellano no cambia la A postónica en e o i. Todo se aclara, en cambio, admitiendo que *ANGARIELLA dio *anguerilla, como era regular, junto a angarilla, y que árguenas, árguinas, representan la correspondiente forma *arguenilla, tal como árganas viene de arganillas7. Tal como de arganillas (arguen-) sale árganas (-guenas), del etimológico angarillas (anguer-) se extrajo Renera (Guadalajara) anguera ‘angarillas de trasportar paja’, RDTP VII, 136. Inadmisible para el grupo de árganas la etimología ár. arqân, dual de arq «saco» (admitida por GdDD 707 y 4709, siguiendo a ciertas eds. de la Acad., pero ya rechazada por Asín, Al-And. IX, 22), voz que no existe con el sentido de ‘saco’ (significa ‘hueso’, etc.); tampoco se puede partir del ár. wánya ‘saco’ (como quiere Asín), entre otras razones porque es argueñas y no *argüeñas, come él cree. Las formas aragonesas alguinio ‘cuévano’ (1589: entiéndase alguiño), argiño (Orden. de Teruel de 1684), argiña (Orden. de Tudela: entiéndase arguiño, arguiña; Borao arguiño ‘espuerta de mimbres’) proceden de argueniello > arguiñello8.

DERIV.

Gall. engarillarse (este cordel se engarillou ‘se enredó’ Sarm. CaG. 222v).

1 «Verennes son angarillas que usan los labradores para acarrear». Nebr.: «angarillas: craticium vectabulum». Cej. VI, § 26.―

2 Añádase: « Angariae sunt opera possessionibus imposita... vel in equo, vel in asino, vel hujusmodi»; angarium «officina ubi equi sufferrantur», ambos en el Brevílocuo; angariare «carro vel equo vehere» en escritura de Metz, a. 765; «angariati: portati» (CGL V, 412.38). Para el paso de esta familia a dialectos germánicos y célticos, vid. Jud, ZRPh. XXXVIII, 39.―

3 ‘Alquiler de bestias de carga’ hoy anticuado en Portugal, pero no en Galicia: angueira ‘el quehacer o cuidado que cada uno tiene; la tarea o empresa de andar en alguna labor uno solo’, P. Sobreira DAcG.; «esta angueira foi comprida por P. R. Castro» Castelao 271.15, «os vicios que tollen unha angueira ideal e fermosa» Marino Dónega en el prólogo a la Escolma de Castelao, 1964, 147f.―

4 De aquí deriva el salm. enguerar ‘trabajar con exceso’, ‘ahorrar, escatimar’, ‘tejer’, Sierra de Francia enguerado ‘gastado, sucio’ (Lamano); en Aragón y Navarra enguerar es ‘estrenar’ y en la Rioja ‘dar que hacer, molestar’ (Acad.). Aquí corresponderá el enguerar del Fuero Juzgo, sinónimo de «manear malamientre» y del lat. «male tractare», que Cuervo, Obr. Inéd. 74, quisiera erróneamente derivar de HUERO.―

5 Árgana en 922 según el glosario de Sahagún por Vignau, pero debería comprobarse, pues Sánchez Albornoz da arganza para la misma fecha y probablemente en el mismo documento (Oelschl.).―

6 Las dos últimas formas se oyen hoy en Mendoza (Argentina). En Chile, árguenas.―

7 Arganiella es lo que debe leerse en el inventario aragonés de 1378 (BRAE IV, 215), donde se habla de una «argaviella» vacía, teniendo en cuenta que el editor cambia las u intervocálicas del manuscrito en v. La Acad. ha constituído un artículo arginas a base de un pasaje de un artículo de Covarr. donde se habla de las aguaderas o arginas, pero claro está que debe leerse árguinas, pues es común hallar casos de olvido de la u tras g en este diccionario. En mi Vocab. Aran. (1928) pensé en la posibilidad de que esta forma apoyara la explicación del aran. árȤes, bearn. aries, como forma antigua, procedente de un lat. vg. *ARGէNUM, pero las formas gasconas no vienen tampoco de tan lejos: al cast. árganas o árguenas correspondía aquí *árgueas > árguies y éste pasó a áryes > árȤes (f. pl.).―

8 El DHist. atribuye árgueñas (sic) a las Novelas Ejemplares de Cervantes. Se trata de un pasaje del Licenciado Vidriera donde la ed. Rivadeneira (161b) trae argueñas, pero las ediciones antiguas no conocen esta forma con ñ: la de 1613 trae argenas y la de 1614 arguenas. Debe leerse árguenas. Pero Cej. V, p. 123, cita además argueñas en Estz. Calderón, y esta forma puede explicarse de la manera indicada arriba. Trató del origen de angarillas y su familia Spitzer, RFE X, 168-9n., pero sin llegar a conclusiones claras.