VELLORITA, ‘Bellis Perennis L.’, ‘Primula Officinalis Jacq.’, ‘Colchicum montanum L.’, origen incierto: se desconoce a cuál de estas tres plantas, muy diferentes, se aplicó primeramente este nombre; quizá debido a un cruce de bellis con margarita, nombres latinos de la primera.

1.ª doc.: 1496, Juan del Encina.

Un pastor, en uno de sus villancicos, dice que a su zagala «sírvola de mil maneras / por le dar más alegría /... / tráyotele tortolillas /... / cogujadas y abubillas, / belloritas, maravillas / y gavanças cada día» (ed. 1496, fº92rºa). En el Auto de la Sibila Casandra, de Gil Vicente (h. 1515), la heroína manifiesta a su pretendiente el temor a que después de casados la maltrate, como tantos, y él replica: «No soy dessos ni seré: / por mi fe, / que te tenga en bolloritas. / CASSANDRA: Y con floritas / ¿piensas que m’engañaré?» (ed. 1562, fº9rºa; velloritas en la ed. de 1843, I, 41). Se trata, pues, de una flor común que suelen dar los galanes a las muchachas, lo cual conviene sobre todo a la margarita o Bellis Perennis, quizá también a la primavera o Primula Officinalis, que aunque menos común no es menos renombrada por su flor1, de ninguna manera al Cólquico o quitameriendas, flor de montaña, poco común y de forma alargada y poco manejable. Oudin (1607) se refiere a la ‘primavera’: «primevere, herbe: primula veris en latin»; también Covarr.: «yerva que llaman de San Pedro, Latine primula veris, por otros nombres verbasculum y articularis»2. De ahí lo toma Aut.: «especie del gordolobo, que por ser mui baxa llaman gordolobillo o verbásculo: hai dos especies de este nombre, una mui olorosa, y la otra sin olor, en que sólo se diferencian; son mui útiles contra la perlesía, por lo que en Latín se dice herba paralysis o arthética» y agrega que Laguna (1555) dice que es «la consuelda menor o la que llama Plinio Bellis», nombres ambos de la margarita (Colmeiro III, 116). Realmente, como nombre de ésta dan bellorita Cienfuegos (1627), Quer y Palau, y en gallego da Sarmiento biloreta, bilorita, vilorita y velorita; mientras que según Jarava (1557) es la primavera la que se llama bellorita, según Fz. de Navarrete (1742) bellorita de oro o bellorita blanca. Por otra parte, Clusio (1576) advirtió que el Colchicum vulgare (con lo cual se refería al Colchicum montanum, según Colmeiro V, 163-4) era «Salmanticensibus quitameriendas, quibusdam etiam villorita» (cita de Bertoldi)3, mientras que Cienfuegos, aun reconociendo que se daba a esta planta el nombre de villorita, decía que era mejor llamarle merendero. Hay un billorete ‘billete’ en F. de Rojas Zorrilla, Entre Bobos anda el juego, Cl. C. 71, que debe de ser resultado de un floreo verbal entre billete (amoroso) y vellorita ‘flor amorosa’4.

Aunque, según los datos recogidos por Américo Castro y trasmitidos a Vittorio Bertoldi, villorita o vell- puede designar el cólquico en casi todo el territorio castellano, y es especialmente el Colchicum montanum en el campo de León y Salamanca, de todos los informes anteriores se deduce en forma bastante clara que para los botánicos ésta es una denominación impropia, luego probablemente secundaria. Es probable que el nombre se haya trasmitido de una de estas especies a las otras, aunque se trate de plantas pertenecientes a tres especies muy diversas: de la primavera pasaría al cólquico, porque las flores de ambas especies, según los botánicos, tienen forma de tubo, embudo o parasol: como hemos visto, encontraba el P. Noydens que las flores de la primavera parecían «camisas de mujer», y es sabido que por esta forma se llama al cólquico dame nue, belle toute nue, belle de nuit, féman biot, etc. (Bertoldi, pp. 37, 188, y V. el grabado de la p. 80a); por otra parte, también es posible que por la mera homonimia se diera a la belle de nuit el nombre de la bellis de Plinio, o sea la margarita. En cuanto a ésta y la primavera, lo común puede ser el color amarillo de las flores y también la costumbre de ofrecerlas por galantería, costumbre bien conocida por lo que hace a la margarita, y probada en cuanto a la primavera (que es una de las flores que primero salen en esta estación) por los nombres citados (primicia de amistades); realmente se da a la margarita el nombre de primavera en Mallorca (Barceló), y según Pastor también en cast. se le aplica el de primavera de prados.

Es muy arriesgado buscar la etimología de un nombre de planta como vellorita, que no se encuentra en otros romances (a no ser el gallego) y que se aplica a especies tan diferentes. Dice la Acad. que vellorita viene del lat. bellis, lo cual es idea razonable, puesto que estos nombres se aplican a una misma planta, pero será muy dudoso mientras no se pueda dar una explicación razonable de la terminación -orita. M-L. vacila en el REW entre dos posibilidades, ambas muy vagas: por una parte propone derivar de VILLUS ‘vello’ (9335), quizá fijándose en las hojas vellosas de la margarita, pero esto no me parece característico, pues lo que interesa en esta planta es la flor y no la hoja; por otra parte relaciona (9178) con el galo VELA, citado por Plinio como nombre del Sisymbrium Irio o aliaria (Colmeiro I, 206), planta crucifera sin relación alguna con las tres especies que interesan, de cuyo nombre o de su variante medieval velarum proviene el fr. vélar, nombre de la misma planta. Ya Bertoldi (p. 88) puso de relieve la inverosimilitud de esta etimología de vellorita y de otros nombres de plantas romances que Urtel y M-L. relacionaron con VELA por el puro sonsonete. Por lo demás, ambas etimologías de M-L. tienen el grave defecto de no explicar la terminación -orita.

Todavía más difícil desde el punto de vista formal sería relacionar vellorita con los nombres célticos BELESA y BELEÑO (que designan plantas diferentes de las llamadas vellorita, aunque relacionables con el Colchicum autumnale por sus propiedades venenosas), como sugería vagamente y con mucha reserva Bertoldi (seguido por Riegler, Litbl. XLVII, 168). Hasta aquí lo único firme me parece la relación con bellis, que de hecho ha pervivido en castellano en la forma bella como nombre de la margarita, según Fz. de Navarrete; para explicar la terminación, lo más natural es suponer un cruce de las dos denominaciones concurrentes bella y margarita. Esto tiene la ventaja de explicar la forma gallega bilorita, velorita, cuya terminación en este idioma no puede ser el sufijo diminutivo (allí -iña), y cuya -l- está de acuerdo con el étimo bellis. Sólo queda algo oscura la -o-: quizá haya influjo de parónimos como vellora y vellorí, o de otros nombres de vegetales como bellota; lo más probable es que el vello de las hojas de la margarita hiciera que se cambiase *bellarita en vellorita por etimología popular. Derivar de véllora ‘granillo que se saca al tejido de lana’ no es probable semánticamente ni por la terminación gallega -ita. Como indicó Simonet (s. v.), es posible que bellis se conservara en bulîš o balîš, nombre según Abenbeclarix de una especie de ruda silvestre5, que sin embargo es planta del todo diferente.

Más llamativo es el parecido que con vellorita tiene otro nombre: mozár. buluryâlla (es decir, boloriella), que según el anónimo sevillano (Asín, p. 336) era nombre de la hašîšya ȶūmîya, o sea la aliaria (Alliaria Officinalis, Colmeiro I, 209-10), planta que no tiene nada en común con las tres especies llamadas vellorita, pero sí es muy semejante al Sisymbrium Irio, llamado velar en francés y VELA en galo. ¿Tendremos ahí, pues, un descendiente hispánico de VELA? Esto vuelve a suscitar la cuestión de si había algo de bueno en la idea de Urtel de relacionar VELA con vellorita. Pero son plantas tan diferentes, y ¿cómo explicar la terminación? Por lo demás, el anónimo escribe: «tiene sobre ella un velo blanco y se le llama buluryâlla, que quiere decir vellosa». ¿Es, pues, derivado de VILLUS? Pero otra vez queda oscura la terminación, y no debemos perder de vista la posibilidad y aun probabilidad de que falte un punto a la letra transcrita r, y que por lo tanto debamos leer buluzyâlla, o sea ‘vellosilla’, lo cual nos aleja del todo de la vellorita.

Para la etimología pueden tener interés viluria de la Ribera salmantina del Duero, gall. abeluria y abrula, RDTP VI, 14, formas que animarían a partir del vco. bilur ‘vilorto’ (cf. VILORTO) (teniendo en cuenta que la voz vasca belorita resulta no tener nada en común con vellorita, lo cual quita su apoyo más sólido a la etim. BELLIS x MARGARITA); pero habría que probar que la vellorita echa vilortos o puede emplearse como vencejo, y no conozco datos que apoyen esta idea. GdDD: 7055 quiere partir del VELLUS, -ĔRIS, achacando a éste, con su habitual desenfado, el sentido de ‘vello’.

Comp. BONINA.

1 Comp. los nombres castellanos primicia de amistades y flor de primavera, y el nombre latino de una de las variedades Primula suaveolens. Colmeiro IV, 5-6.―

2 Verbásculo se llama en efecto la primavera. El anotador P. Noydens agrega «hallé en la Agricultura de Alonso de Herrera que es la que llaman en la Sierra gayadas [nombre de la primavera, en efecto], porque la flor es como mangas de camisa de muger, su flor es amarilla, no huele, tiene simiente la raíz, cunde mucho, quiere mucha agua».―

3 Un Ribelle nel Regno de Fiori, p. 99, n. 1.―

4 Un vasco ant. belorit(a) (1596), citado por Azkue, no significa «royo, pino albar», como traducía el lexicógrafo, ni designaba planta alguna (como podía sugerir la interpretación de Azkue), pues se trataba de la ‘picota’ o ‘rollo’ (de la cual colgaban racimos humanos), voz emparentada con el fr. pilori íd. (y sus sucedáneos nav. pilorich, gasc. pilourit, port. pelourinho), vid. Urquijo, BSVAP XIII, 488, traducción que confirma Michelena por carta y en sus notas de BSVAP XXII, 289, RFE XLVIII, 168ss. y FoLiVa I, 30.―

5 Según Abenalɏazzar, bilîs es el ‘puerro de viña’, que coincide con la ruda silvestre en sus cabezuelas características. V. el otro artículo de Simonet, y comp. Dozy, Suppl. I, 110 y 111, y II, 352b.