BELEÑO, nombre de una planta narcótica, viene de una base *BELENIUM, de origen céltico.
1.ª doc.: h. 1106 belényo en el judío zaragozano Abenbuclárix (Simonet, s. v.).
Dioscórides en el S. I. d. C. dice que los galos llamaban
βελενούντια el beleño, noticia que pasaría al seudo-Apuleyo y, corrompido el nombre en
bellinoton,
bilinoton, etc., a las glosas latinas medievales; según Weisgerber, la forma
βελενούντια es sólo de Dioscórides, pues la única lección propia del seudo-Apuleyo es
bellinoton (y la otra sólo se halla en éste en la parte interpolada). El nombre que analizamos, exclusivo de la lengua castellana
1, es el único representante de esta antigua raíz céltica, aunque con terminación diferente
2.
Kretschmer,
Glotta XVI, 97, lo cree «ilírico» (o sea sorotáptico) más que céltico. Desde antiguo, al parecer, se relacionó su nombre con el del dios galo
Belenos, a quien se identificaba con Apolo por sus virtudes curativas (César,
De bello gall. VII, 17); de aquí que se tradujera el nombre galo al latín llamando el beleño
herba Apollinaris (Plinio), denominación que hoy sobrevive deformada en la francesa
herbe de Sainte Apolline y en el it. dial.
erba de santa Polonia. Formas emparentadas con la céltica ―o tomadas de ésta― se hallan en lenguas germánicas (ags.
beolone, sajón ant.
bilene, danés antic.
bylne) y eslavas (ruso
belená). Pero es probable que esta derivación del nombre del dios sea secundaria, pues existen varias plantas venenosas cuyo nombre procede de la misma raíz céltica
BEL-. Véase Bertoldi,
l.
c., pp. 89-91. (Comp.
BELESA,
VELLORITA, y
hierba belida, según la Academia, es otro nombre del ranúnculo, que produce un jugo acre muy venenoso). Más tarde aún, se sintió el cast.
beleño como derivado de
VENENUM ‘veneno’, de donde la grafía
veleño, que ya se halla en Nebrija (n5v°). Como existe el verbo
beleñar ‘aletargar’ en Juan de Lucena (1463), y
embeleñar en Fray Luis de León y en Fr. Pedro de Oña es ‘emponzoñar’ (ya Berceo
embelliñar,
Mil. 729
a ‘enloquecer’), podría pensarse que de un verbo *
VENENIARE, derivado del lat.
VENENUM, procediese
beleño como postverbal, mas no es probable que sea casual la coincidencia con la forma gala atestiguada por Dioscórides y con los nombres germanos y eslavos
3.
Sin embargo la forma de Guadalajara
beniña «planta narcótica», que
GdDD 978 cita entre los descendientes de
*BELENIUM (falta en los glosarios guadalajareños de
RDTP II, 136, y VII, 136 ss.), apoyaría el étimo
*VENENIARE. Para representantes toponímicos galorromanos y para representantes célticos insulares del Apolo Belenus y de la raíz céltica
BEL-, vid. Pokorny,
ZRPh. LXVI, 431-2.
1 El beleño se llama en port. meimendro, gall. meimendro o mimendro (Sarm. CaG. 160v), miomendro (o herba dos ouvidos) en el Morrazo de Pontev. (A148r, A175r) del hispano-lat. MILIMINDRUM (S. Isidoro XVII, ix, 41, cast. milmandro en Cabrera, melimandrum en Ruices de Fontecha), voz en cuyo primer elemento MIL- se sospecha el mismo origen céltico que en el BEL- de beleño (Bertoldi, Un ribelle nel regno de’ fiori, p. 103; del mismo BSLP XXX, 170ss.; cf. Walde-P. II, 180; Weisgerber, Spr. F. K.2, 52). En catalán, gotets; hoy beleny ha penetrado algo en valenciano y belenyo se halla ya en la Manescalia de Díeç (2.ª mitad del S. XV), texto lleno de castellanismos.― ↩
2 Suele citarse un gr. βελένιον, que figuraría en Aristóteles. Pero en realidad se trata del Liber Vegetabilium, atribuído falsamente a este autor, y que quizá sea de Nicolás de Damasco. El original griego se perdió, y también su traducción arábiga, y sólo conservamos una traducción latina hecha en el S. XIII o a fines del XII por el inglés Alfredo de Sareshell, que incorporó muchos vocablos hispanoárabes, debidos a sus intérpretes. Con toda probabilidad belenum, que figura con otras variantes en los manuscritos de esta traducción latina, es uno de ellos. Posteriormente esta traducción se vertió nuevamente al griego, atribuyéndola a Aristóteles, y de aquí sacan esta supuesta forma griega los diccionarios, véase A. Thomas, BHisp., 1909, 20 ss. y 26.― ↩
3 La traducción ‘brezo’ que da Vigón al ast. beleñu es sospechosa (falta el vocablo en Rato, Acevedo-F., Canellada y Munthe). ↩