TRONAR, del lat. T֊NARE íd.; la r se debe al antiguo y vulgar tronido, donde resulta de una metátesis del lat. T֊NէTRUS ‘trueno’.

1.ª doc.: orígenes del idioma (tonidro, Alex.).

Casualmente no tengo a mano ejs. de tronar anteriores a Nebr. («tronar: tono»); APal.: «el truenar y el relampaguear» (69b). No hay que decir que ha sido palabra general en todas las épocas, y que la forma actual ha sido siempre general o poco menos; sin embargo, es posible que en lo antiguo se mantuviera alguna huella de la forma latina sin r, pues según M. P. todavía se dice la tona por ‘la tronada’ en algún punto del Oeste de Asturias (Luarca, junto a trono)1; de todos modos tendría poca extensión. El sustantivo aparece en el Alex. repetidamente en la arcaica forma tonidro: «atales ha los pelos cuemo faz un león, / la voz cuemo tonidro, quexoso·l coraçón», «fuertes eran... los roýdos / cuemo quando los vientos andan desabenidos: / fazen bolver las naves e echar los tonidros / encendidos» (138b, 658c)2. Con esta excepción, la forma que se encuentra siempre es tronido, que ya está en el ms. aragonés del Alex., en Fn. Gonz. 749c, en doc. navarro del S. XIII (ahí ‘relámpago’, Michelena, FoLiVa I, 35) (y atronido ‘trueno’ Fn. Gonz. 585d), «tronido: tronitum» glos. del Escorial; «cataracte: como ventanas del cielo, o tronidos con relámpagos, que parece abrirse el cielo» APal. (65b, también 63d), «tronido o trueno: tonitrus» Nebr., «tronido, lo mismo que trueno» Aut., con ejs. del S. XVII y ya en 1521 en Juan de Padilla (rimando en -ído), Triunfo II iv, 19d; tronido ‘estruendo’ en el Beato Juan de Ávila (Fcha.), y comp. BDHA IV, 395, y Cuervo, Disq. 1950, p. 943; hoy ast. «troníu: el estampido del trueno o del cañonazo» (R, variante troñíos, s. v. truenu), «tronido: estruendo del trueno» (Acevedo-Fz.), y así en Astorga (A. Garrote), Santander (G. Lomas) y otras hablas vecinas; and. tronido ‘rumbo, arrogancia, ostentación’ (Acad.).

En el verbo, la forma con r tiene considerable extensión románica: gall.-port. troar o trovejar son generales o poco menos: salvo que tóós en la Gral. Est. gall. aparece alguna vez traduciendo el lat. tonitrus (115.27), pero troo está ya en la Crón. Troyana (I, 279.21; y vid. torvon en TURBAR) 4; lo mismo el cat. tronar (tro ‘trueno’ está ya en Lulio: Meravelles, N. Cl. II, 18; Doctr. Pueril, ed. Gili, p. 199); en lengua de Oc antigua sólo se ha documentado tronar, aunque junto al sustantivo toneire (y troneire y tonedre), y hoy se dice tron y variantes fonéticas equivalentes en los dialectos gascones, provenzales (Góhri, RDR IV, 166-7) y valdenses (RF XXIII, 539), y el verbo trounà con extensión semejante, si no me engaño (p. ej. en valdense, ZRPh. LIV, 512). El Lemosín y otras zonas septentrionales conservan tounà, como el fr. tonner. En Italia, tonare y tuono son las formas de la lengua literaria, y formas semejantes son populares en Florencia y la mayor parte de la Toscana, el Véneto y el Friul, así como en otros muchos puntos del reino; pero tronare y trono se encuentran en casi todo el Piamonte y muchos puntos de Lombardía, Liguria, Emilia, Sur de la Toscana y de la Umbria, Basilicata, Calabria, Sicilia y Cerdeña (AIS mapas 398 ‘tuono’ y 393 ‘fulmine’; RFR IV, 170n.; ZRPh. XXXVIII, 279), también a lo largo del Adriático (Servigliano, ARom. XIII, 270; Iesi, ARom. IV, 234); por lo demás, en este país las formas con r son también muy antiguas, se encuentran en textos del S. XIV procedentes de Emilia (BhZRPh. XX, 93) y de Sicilia (Rom. XLVI, 455), y trono es la forma general en Guinicelli y en los poetas del dolce stil novo (ARom. XXII, 317). Esta fecha, antigua en todas partes, es natural, pues TRONUS ya figura en los primeros siglos de la Edad Media, en Notas Tironianas (KJRPh. II, 70).

La explicación me parece fuera de duda. Diez (Wb. 330) creía que la r se había agregado espontáneamente para dar al vocablo más efecto onomatopéyico; Schuchardt (ZRPh. XV, 121) pensaba en una contaminación de TREMERE, ‘temblar’, si bien favorecida por el efecto onomatopéyico; M-L., REW1 y 3 8778, vacila entre esta explicación y la de atribuir este agregado a una metátesis de T֊NէTRUS ‘trueno’5. Esta última explicación es indudablemente la cierta, aunque, una vez engendrada así la inicial TR-, se generalizó y consolidó gracias al mayor efecto imitativo y expresivo de este radical. El cast. tronido continúa indudablemente T֊NէTRUS cambiado primeramente en TR֊NէTUS y después acentuado en la penúltima, lo mismo que S֊NէTUS pasó a sonido, cuando los participios del tipo VENDէTUS, PERDէTUS, FALLէTUS, etc., fueron reemplazados por vendido, perdido, fallido, etc.; desde TRONITUS se extendió la R, diciéndose TRONARE y creándose además un postverbal TRONUS. Cuando el significado de T֊NէTRUS se hizo metafórico, perdida la conexión morfológica con TONARE, se pudo conservar la acentuación primitiva, de donde ESTRUENDO y ATUENDO. Ciertos círculos más conservadores o más eruditos reaccionarían contra el vulgarismo TRONARE: de ahí el tonner francés y el it. tonare, y no faltaría algún foco esporádico de esta actitud en España, de donde el tonidro del Alex. la tona de Luarca y el judesp. marroquí tuenos ‘truenos’, BRAE XXXII 276. Comp. turbón y port. trovão en TURBAR.

DERIV.

Tronada [Aut.]; de aquí el ingl. tornado [1556], que primitivamente significó ‘tormenta’ y luego ‘huracán’, y que recientemente se ha emplcado en cast. Cf. turbón y turbonada s. v. TURBAR, Tronado adj. (comp. «tronar, entre jugadores, perder todo el dinero» Acad. 1884, no 1843; entronecer ‘deteriorar, maltratar’ ant., Acad. ya 1817); m. ‘tronera’ arg. (Chaca, Hist. de Tupungato, 312). Tronador. Tronante. Tronido (V. arriba); tronitoso. Trueno (APal. 171d, 503b, sentido propio; ‘detonación de un arma de fuego’, frecuente en la Crónica y el Poema de Alfonso XI, ,V. el glos. de Ten Cate); tronera [«cavus machinarius» Nebr.; 1570, C. de las Casas; 1600, Aut.]6, de trueno en el sentido de ‘detonación de una arma de fuego’; tronerar o atronerar; tronero. Atronar [Nebr.]; atronadoa. como de trueno: attonitus» Nebr.]; atronamiento [íd.]. Del latín por vía culta se tomaron: tonante y el raro tonar; detonar [Acad. 1936, no 1843]; detonación [Acad. ya 1843; como ant. ya 1817]; detonador; detonante.

En gallegoportugués, donde existían troar y estrondo, estrond(e)ar (cf. ATUENDO y ATOLONDRAR), debió de formarse, ya en fecha preliteraria, otro derivado, con el sufijo -eiro: *estoeiro (sin la r adventicia, o perdida ésta aquí por disimilación) y verbo *estoeirar, pronto contraídos en estoirar ‘estallar, reventar con estruendo’ y estoiro (con la acostumbrada variante diptongal estourar); así el verbo como el sustantivo se documentan ya en el S. XVI (Camoens, Diogo do Couto) y aun en la Edad Media (estouro u -oiro en los PMH, cita de Crespo Pozo s. v. estallar). En gallego coexisten estourar y un parónimo estoupar: dícese aquél del huevo que revienta a la lumbre, de una castaña en el fuego, de un hombre a pique de reventar de gordo (Sarm. CaG. 78r, 219r), del estallido de los cohetes (Castelao 200.3); estoupar es ‘reventar de risa, de cólera, de comida o bebida, de gordura’ o de ‘la castaña que revienta y salta’ (Sarm. CaG. 59v, 219r, A48v), y hay también estoupo ‘estallido’ (Vall.), ‘estampido’ (Ambía, Or., Crespo P.)7. La explicación más natural de éste, puesto que significa prácticamente lo mismo y sólo se emplea en una parte del territorio de la lengua, es que se deba a un cruce de estourar con un sinónimo, probablemente estampar o estampir en su ac. ‘dar estampido’8.

1 El Diál. Leon. § 3.2; sin confirmación en los trabajos de Munthe, Acevedo-Fz. y Canellada. También está necesitado de confirmación un gall. toar que da Sarm. CaG. 107r, no tanto un derivado entoar ‘retumbar o sonar un golpe que se da en una pared, por estar hueca’.―

2 Tronido en P en el 1.r ej. (hay errata en el otro). La rima en el segundo parecería indicar que el poeta empleaba esta forma, pero este criterio no es seguro en el Alex.―

3 ‘Disparo’: «cayó el gatillo, dió fuego; / al tronido desmayase / doña Sancha» Rz. de Alarcón, La Verdad Sospechosa, Cl. C., p. 63.―

4 Hoy en gallego se ha restablecido parcialmente la -n-: trono ‘trueno’, tronido ‘estampido’ (Vall., Lugrís) junto a troar y trebón, troboada (Vall.), «voz de trono» Castelao 178.6; pero troo y trobexar en IrmFa.―

5 El lat. tonare nada tenía de onomatopéyico en su origen (ni se relacionaba tampoco con el gr. τóνος ‘tono’, y sus sucedáneos romances y germánicos modernos, al. ton, tönen etc.), pues era voz heredada de la raíz indoeuropea STEN-, TEN-, aplicada al gemido y otros ruidos (gr. στένω, ags. stenan, alem. stöhnen, lit. stenù, paleosl. stenj྿), que en latín y en germánico se aplicó además al trueno en la variante sin S-, y en sánscrito este sentido se halla en la variante en ST-: véd. stanáthaɅ m. ‘trueno’ (RV V, 83.3), stanayáti ‘truena’ (V, 83.7, 8) etc.―

6 De aquí se tomaron el fr. tronière [1690] y el it. troniera: Ant. Thomas, Rom. XXIX, 206. ‘Griterío’ en Calderón: «REBOLLEDO (alzando la voz): Vive Dios... CHISPA (aparte): Ya empieza su tronera» (Alcalde de Zalamea I, xix, ed. Losada, p. 113). ‘Cabeza’: «el ser rey se le a asentado / lindamente en la tronera», corrección del autor en vez de mollera, Vélez de Guevara, El Rey en su Imag., v. 914. ‘Hombre aturdido, atronado’ [1739, Aut.], de donde ‘calavera, juerguista’, que todavía falta en Acad. 1947.―

7 En Castelao «O fol [‘barriga’] estoupando de comida» 212.4f., «estoupar de risa» (314, 163.8).―

8 No creo que se trate de una etimología independiente, como un *STUPPIARE deriv. de STUPPA, que seguramente habría podido dar ‘tapar, taponar’, pero no es ése el sentido; ni un germanismo (al. staub ‘polvo’ y staupe ‘azotes’ son palabras sólo alto-alemanas, ésta con Ü antigua, aquélla con AU, pero en gótico había la variante stubjus; la familia del b. alem. stelpen, stalpen, expresa la idea de ‘obstruir’, también muy alejada). Se podría acaso suponer que el lat. vg. STLOPPUS, STLOPPARE, ‘detonar’ (it. schioppare, scoppiare) hubiese trasladado su L, haciendo *STOLPARE, pero además de no haber en las formas romances ninguna que se presente con esta variante (REW 8270), ni el paso de OLP a oup es normal, ni se explicaría fácilmente que tal vocablo aparezca sólo en Galicia pero ya no en portugués.