TRIAR, ‘escoger’, voz rara y en realidad ajena al cast., tomada del cat. triar íd.; éste es vocablo hermano de oc. triar y fr. trier ‘escoger’ y antiguamente ‘separar’, de origen incierto, que suponen una base *TRIARE; acaso esta base se dedujo secundariamente del fr. ant. destrier, oc. y cat. destriar ‘separar, discernir’, lat. vg. *DESTRIARE ‘separar con un surco’, ‘separar’, derivado de STRIAsurco’, STRIAREformar estrías o arrugas’.

1.ª doc.: en algún léxico de los SS. XVII y XIX; antes sólo aparece en un doc. arag. de 1311, y algún otro ej. suelto y muy dudoso; en catalán es constante desde el S. XIII.

Sólo esporádicamente ha sido señalada en textos castellanos. Quizá ya tengamos un ej. en doc. leonés occidental de 1251: «nos don Pedro, abbat de Sant Noval... damos a vos Pedro Fruchos e a vuestra muyer por 6 annos la nuestra casa con las nuestras heredades de Val de Fresno... y 8 pares de boys por medio; et si nos quisiermos triar ganado o bestias convusco triar por medio; et yo Pedro Fruchos devo a dar la metat del pan e de las serondayas...» (Staaff, 87.9); podría entenderse que esta forma esté por triyar y corresponda al port. trilhar ‘trillar’ de la misma manera que muyer del mismo doc. corresponde al port. mulher (comp. trillar en el doc. leonés central de Staaff 57.15): entonces habría que puntuar delante de ganado y suponer que este vocablo y bestias hacen de sujeto del segundo triar, lo cual es forzado, como lo sería entender ahí triar ganado como ‘separar, partir’. Como me observa el Prof. V. García Yebra en realidad debemos leer ahí criar ganado: él mismo ha comprobado en el manuscrito que es ésta la lectura justa; esta misma lectura es la que proporciona el más reciente editor de este documento, G. Castán, Documentos de Villaverde de Sandoval (siglos XII-XV), Salamanca 1981, p. 131. Otro caso se ha citado en una poesía misógina del poeta cuatrocentista Hernán Mexía: «perdonad, Pedro Torrellas, / mis renglones torcederos / en la defensa de aquéllas, / que yo bien hallo ser dellas / vuestros dichos verdaderos: / no sé dónde los hallastes, / vos más prudente que Lelio; / pienso que vos los triastes, / pues cuanto dellas hablastes / es verdad como Evangelio» (NBAE XIX, 281a), pero también ahí observa mi amigo que debe de tratarse de un error de lectura por criastes, si bien ahora en el sentido de ‘crear = inventar’, a no ser que siguiendo ahí Mexía las huellas del catalán Pere Torrelles, como reconoce, tome el vocablo de su modelo (a la manera como emplea por ej. donas por ‘mujeres’).

No se conocen, que yo sepa, otros ejemplos medievales ni clásicos en castellano, ni figura el vocablo en las obras lexicográficas de la Edad Media o del Siglo de Oro, salvo Oudin: «triar: choisir, trier; triado: choisi, esleu, trié»; falta en Aut. y la Acad. en su sentido propio no le dió entrada hasta ed. recientes (ya 1925, no 1884) «escoger, separar, entresacar», absteniéndose injustificablemente de toda calificación geográfica o social, a pesar de que sería voz inadmisible en literatura o en la conversación; además reconoce a triarse las acs. secundarias «clarearse una tela por usada o mal tejida» y la aragonesa «cortarse la leche», según Borao «torcerse o agriarse algún plato de leche», en Echo triarse «coagular» (ZRPh. LV, 627)1; ac. también usual en cat., al menos localmente: val. triar-se «cortarse la leche» (Lamarca), Manacor triar-se la llet ‘separarse del suero sus sustancias grasas’ (BDLC VII, 185), Arán trigà-se íd. Además, ya er. 1817 da la ac. intransitiva «entrar y salir con frecuencia las abejas de una colmena que está muy poblada y fuerte», dar una tría «trasladar una colmena débil o poco poblada al sitio de otra fuerte, y ésta al de aquélla, mientras se hallan fuera las abejas, para que cambien de vaso y quede reforzado el débil y aligerado el fuerte»: como tantos términos de apicultura se tratará de una voz de Aragón, la tierra del romero y de las abejas, y la idea fundamental es la de ‘separar unas abejas de otras’.

Con un par de datos que daré abajo, queda agotada toda la documentación del vocablo en castellano y sus dialectos. Por otra parte en catalán triar es palabra básica, empleadísima y de todas las épocas. Ya abundan mucho los ejs. en el S. XIII, con el sentido moderno de ‘escoger’, aunque a menudo es difícil decir si predomina el matiz de mejoría o el de separación, que siempre andan mezclados en esa idea: figura en una carta privada de 1274 (RH XXXVII, 154); en Serverí de Girona, que escribía por la misma fecha y algo antes, rima con valria y vale ‘discierne’ (VI, v. 8, cd. Kolsen, Neuphil. Mitteil. XXXIX, 314ss.); en Lulio: «Si... elegs la vida contemplativa, elig e tria aquell orde qui sia pus luny de la vida mijana» (Doctrina Pueril. ed. Gili, p. 240), «molts ossos e molts lops ha en vostra terra; d’aquells podets triar, a vostre plaser, tal ors e tal lop qui...» (Meravelles, N. Cl. II, 140). Desde luego en textos algo posteriores se hallan los ejs. por docenas y predomina definitivamente la idea de ‘elegir, escoger’: «Senyor meu, dóne’m discreció, per la qual sàpia elegir e triar lo bé del mal» B. Oliver (Excitatori, N. Cl., 198), «[Maria] entre cent mil / la pus humil, / per Déu triada, / al seu criada / molt alt misteri», «lo carnicer / qu’es negligent, / qui va sovent / al bestiar / per bous triar, / triant, triant / e confiant / de son saber, / veu-se lauger, / pert-ne la por: / a la fi n mor» Jaume Roig (vv. 11317, 6564-5), a los cuales pueden agregarse los de Ag.

Pero en la época más arcaica es frecuente que la idea de separación prepondere levemente, o sea la única; aquello es lo que ocurre en textos como los siguientes: «al dia del judici dirà l’amat que hom trii a una part ço que en aquest món li ha donat; e a altra part sia triat ço que hom ha donat al món» Lulio (Amic e Amat, N. Cl., 101.30), «los creedors... poden demanar que·ls béns del testador no sien mesclats... ab los béns del hereu; e si y són mesclats.. poden demanar que·n sien separats e departits e triats» Costumbres de Tortosa (ed. Oliver, p. 325); también en el Gènesi de Scriptura de Amer triar-se vale «apartar» según el glos. de Aguiló. Pero el sentido de ‘separar’ aparece inequívocamente, y sin mezcla alguna de la idea de selección, en las dos grandes Crónicas del S. XIII. En su romántico desafío de Burdeos, Pedro el Grande, presintiendo la emboscada, se presenta disfrazado de caballero particular ante el Senescal del Rey de Inglaterra: «ab tant lo senescalc se va a ell acostar e saludà-lo, e dix-li que ben fos vengut; e el rei, a cavall, trià-lo lluny dels altres, e parlà ab ell» Desclot (princ. del cap. 104), «altre dia matí faem-lo venir denant nós a la església de sent Feliu, e triam-lo a una part ab lo maestre del Temple» Jaime I (ed. Aguiló, 501); también en las Costumbres de Tortosa, de la misma época: «açò damunt dit es entès de les dones que han exovar triat ab lurs marits» (ed. Oliver, p. 163; otros, quizá aún más claros, pp. 145, 280)2.

No son raros los ejs. de este uso de triar en trovadores occitanos de los SS. XII y XIII, como Aimeric de Sarlat, cuando dice de su amada «adès la desir mai / on plus de mi se tria», evidentemente ‘se aparta’; ‘apartarse’ vale en Guilhem Montanhagol, y ‘separar’ en los tres ejs. de G. de Bornelh y Peire Cardenal que Levy cita en su n.º 53. Claro que también es frecuente en el sentido de ‘escoger, elegir’, como lo encontramos ya en el primer cuarto del S. XII en Guillermo de Poitiers: «ren per autruy non l’aus mandar, / tal paor ay qu’adès s’azir, / ni ieu mezeys, tan tem falhir, / no l’aus m’amor fort assemblar; / mas elha·m deu mo mielhs triar, / pus sap qu’ab lieys ai a guerir» (Appel, Chrest., 11.47). La misma historia se redite en francés, donde el vocablo aparece también en el S. XII aparejado sinonímicamente con sevrer ‘separar’: «que il seüst le tort del dreit / trier et conoistre et sevrer» Benoit (God. X, 809; VIII, 74), y de ahí ha venido triyé «tirer, jeter» en las hablas modernas del Bajo Valais, en el Berry ‘destetar un niño’; por lo demás, hasta la actualidad el sentido del fr. trier es menos abstracto que el del cat. triar ‘elegir, escoger’, pues allí sólo vale «choisir dans un assemblage d’objets de même nature (un certain nombre d’objets que l’on sépare des autres)» (Dgén.); del francés se tomó el ingl. try, desde h. 1300, y también aquí el sentido primordial fué ‘separar un objeto de otro’, luego ‘separar lo bueno de lo malo’, ‘someter a juicio’, finalmente ‘probar, tratar de’.

La indagación del origen del vocablo fué a parar con Diez (Etym. Wörterbuch, 692) a un callejón sin salida: desorientado por el piam. trié y milan. trià «tritare, stritolare, sminuzzare, pestare» (Sant’Albino, Cherubini), se empeñó el fundador de nuestra filología en igualar el galorromance trier, triar, al it. tritare ‘desmenuzar’ (y antiguamente ‘trillar el grano’), del lat. vg. *TRզTARE, frecuentativo de TERERE (TRITUM) ‘desgastar’; claro está que en piamontés y milanés la caída de la -T- intervocálica es tan regular como en francés del Norte (como observa Salvioni KJRPh. V, 138), y por lo tanto las formas citadas de estos dialectos son la prolongación natural del it. tritare, pasando por el comasco tridà ‘desmenuzar’, ‘cortar en rebanadas’ (Monti). Pero el sentido separa absolutamente estas formas del fr. trier, tanto como la fonética las hace inconciliables con el oc. y cat. triar, idiomas donde la -T- intervocálica latina se conserva sin excepción en forma de -d-. Para conservar la etimología de Diez sería preciso admitir que esta palabra esencial y popularísima fuese un préstamo francés y norteño en catalán y en lengua de Oc, idea inverosímil aun por razones cronológicas (ejs. desde h. 1110 en lengua de Oc, sólo desde med. S. XII en francés), y francamente inaceptable en el aspecto semántico4. Que Diez no prestara atención al pormenor fonético de la pérdida de la -T- no es extraño en su época, pero ya el Dgén., el NED, Gamillscheg y Bloch1 y 2, rechazaron decididamente esta etimología, que conviene tan poco por el sentido y por la evolución fonética5; sólo M-L. (REW 8922) siguió transigiendo, si bien con fuertes dudas, con la idea de su predecesor.

Hoy debemos mirar la idea como rechazada inapelablemente. Pero es más difícil proponer algo positivo. Que triar sea voz prerromana no es a priori imposible ni aun inverosímil, pero nada semejante se encuentra en céltico; la etimología céltica de Gamillscheg (EWFS) es infundada; sin necesidad de mayor análisis nos bastan para rechazarla sus mismos datos: aunque en gaél. mod. de Escocia rhognaich valga ‘escoger’, en la etapa antigua del idioma rigid sólo significaba ‘extender’ y por lo tanto sería imprudente atribuir aquella ac. al galo; además el compuesto *ATE-RզGĶ no está comprobado en idioma alguno, y un dilema fonético sin escape nos muestra que aun si hubiese existido tampoco podía dar trier6.

He aquí una idea que me parece por lo menos digna de estudio, teniendo en cuenta la persistente aparición de la ac. ‘apartar’, ‘separar’, en los textos más antiguos; además de esta antigüedad, es natural tomarla como punto de partida, dada la facilidad con que pasamos de la idea de ‘separar’ a la de ‘escoger’, mientras que es más difícil concebir el paso de ‘escoger’ hasta ‘apartar’. Ahora bien, admitiendo que STRIARE ‘trazar estrías o surcos’, ‘marcar arrugas’, persistiera en latín vulgar (vid. REW 8300; y comp. CGL VII, 299, y Du C.) o que de él se formara un derivado *DESTRIARE ‘partir con un surco’, ‘separar en dos partes’, el resultado natural era el oc. ant. y cat. destriar, fr. ant. destrier, que suelen mirarse como derivados de triar (trier). Estas palabras aparecen desde los más antiguos documentos de los idiomas respectivos; en catalán: «al cessar que féu lo vent, veem la yla de Maylorques e destriam la Palomera e Sóller», Crónica de Jaime I (92), es decir, ‘columbrar, distinguir de lejos’ (< ‘aislar con la vista’, lo mismo que divisar viene de dividir); «lo ca com sabia destriar que aquella herba fos bona a purgar la humor per la qual lo can era en malaltia» en el Félix de Lulio (Ag.); en lengua de Oc destriar, detriar y sus derivados figuran en el Monje de Montaudon (fin S. XII), en Daudé de Pradas y en otros trovadores de la primera época, así como en textos más tardíos; en el Norte de Francia parece ser voz más bien regional, aunque destrier se lee en bastantes autores desde el S. XIII o XIV hasta el XVI, y hoy détrier sigue viviendo en el Poitou, Aunis, Saintonge y Bresse (God. II, 692) con el sentido de ‘destetar’ (< ‘separar’), su antigüedad viene corroborada por el picardo ant. detrier ‘escoger’, ZRPh. LXIX, 153. Según Bloch étrier (< STRIARE) y détrier es general todavía con este sentido en el triángulo formado por los Alpes francoprovenzales, y las desembocaduras del Loire y del Garona. No sé si Thuasne en su ed. de Fr. Villon (Il, 152) comete un provincialismo o imita el léxico de un doc. de la época al escribir: «au XVe siècle... Domremy se trouvait scindé en deux sections... Le cours d’un ruisseau... aurait servi de limite et strié ainsi le village entre Champagne et Barrois».

Sin embargo este tipo romance STRIARE o *DESTRIARE ‘separar’ tenía que ocasionar forzosamente el malestar lingüístico que tantas veces nos ha descrito magistralmente Jud, como propio de las palabras de aspecto derivado, pero carentes de un «jefe de familia»: STRIARE se pronunciaba vulgarmente estriare y su sílaba inicial era idéntica a la de los derivados en EX-; *DESTRIARE coincidía vulgarmente con los derivados en DIS-. Y sin embargo no existía un *TRIARE, a pesar de que junto a dessevrer existía sevrer, junto a despartir había partir, junto a DISCERNERE había un CERNERE, junto a DISPERIRE un PERIRE, etc.; es la situación que dió lugar a la creación de TINO y atinar partiendo de destinar, de attaccare sacándolo de staccare, de tibar deducido de estibar STIPARE, etc. El prefijo des- o es- parecía superfluo en un vocablo que no era contradicción o negación de nada, por cuanto no tenía un primitivo: y así habría cada vez más tendencia a decir sencillamente triar; o por lo menos se trataría de evitar la apariencia ilógica de una negación pronunciando solamente detriar, como lo encontramos en el Monje de Montaudon, en Ramón Vidal de Besalú (gran detriansa ‘gran diferencia, separación’, en So fo el tems c’om era jays), y repetidamente en Lulio: «qui sap detriar entre bé e mal»7.

La creación del seudo-primitivo *TRIARE pudo venir de muy lejos, puesto que ya en latín vulgar existían las condiciones fonéticas necesarias, y la gran frecuencia y variedad semántica del vocablo en los tres romances desde el S. XII supone una palabra ya antigua8. Siendo así el tratamiento fonético *TRէARE > fr. trier es tan regular en posición pretónica como SPEHÔN > épier. Quizá no carezca de interés el detalle de que en Murcia sólo se conoce el que supongo primitivo estriar ‘escoger’ y ‘mondar, limpiar’ (G. Soriano)9.

Alessio, Lettere Italiane IV, 277, quisiera partir de formas latinas contrio, intrio, presentes analógicos extraídos del pretérito vulgar intrisi = lat. intrivi (de interere). Pero no atiende a que la dificultad máxima es la semántica, pues el sentido no es ‘triturar’, sino ‘separar’ y luego ‘escoger’ (el alto-it. triar sí es ‘triturar’, pero éste viene sencillamente de TRITARE, luego la hipótesis de Alessio de nada sirve).

DERIV.

Tría [Acad. ya 1815]. Triache, del cat. triatge o del fr. triage. Trío ‘tría’.

1 En Aragón sí tomó pronto este verbo algún arraigo (cf. nota 9), por lo menos en el lenguaje de los judíos. Leo en un doc. de 1311 de los publicados por Baer (Die Juden 1929, p. 201) «ordinamiento a ellos feyto por el dito merino, ovieron ende grant plazer en sí e triaron ende luego xii jodíos de sí con el alatma e con jura, los cuales ordenaron una tecana...». Sin embargo tampoco en aragonés ha sido nunca palabra general o castiza.―

2 Triats significa ‘separados’ sin ningún matiz de selección en el poeta del Maestrazgo García Girona, hablando de dos grupos de cuatro caballeros que tornean «tant pronte tots se barregen / tant pronte ja estan triats» (Seidia, pág. 108).―

3 Hay todavía más, que Levy no entiende, al final de su artículo, como el de Flamenca: «poissas se·n vai, si coma goz / c’om geta de cort jangolan, / que·s vai per los osses trian»: ‘se aparta para poder roer huesos’. Otro en La Venjansa de la Mort de Nostre Senhor, donde a los judíos que se han tragado oro y plata «fetz fendre ab ·i· coltelh per mieg lo ventre e triar l’aur e l’argen», ‘sacar, apartar’ (Appel, 118.101).―

4 Jud sugirió brevemente en uno de sus primeros trabajos (ASNSL CXXVI, 129, n. 1) que triar se tomara del Norte de Francia como voz feudal aplicada por los trovadores a la pleitesía que el hombre rinde a la mujer en el amor cortés. Pero ni en el Norte ni en el Sur de Francia existió ninguna restricción en este sentido, ni se nota la menor preponderancia de las acs. de este tipo; por el contrario, los ejs. son raros (el sentido judicial de try se desarrolló en el francés de Inglaterra y en inglés, en el Continente no se conoce); ni siquiera el de Guillermo de Poitiers tiene nada de feudal, material o simbólicamente, pues se trata de que la amada elija lo mejor para el amado. Menos aún puede aceptarse la idea de Diez de pasar de ‘desmenuzar el grano’ a ‘separarlo de la paja’, tránsito difícil de concebir, y tampoco se nota que triar se aplique primeramente a nociones agrícolas. Por otra parte un término agrícola sería singularmente inadecuado. como objeto de préstamo.―

5 Horning, ZRPh. XXII, 490-1, trató de salvarla proponiendo como alternativa un *TRզTէCARE, fundado en el morvandeau triquer «trier», mientras que en los demás dialectos franceses se habría pasado a *tri(d)eiier > triier. Esto no sirve de nada, pues de todos modos habrían de ser préstamos las formas catalana y occitana. Y para el Norte de Francia las dificultades empeoran de esta manera: el resultado regular de *TRITICARE, así en París como en el Morvan sólo podría ser *tricher o quizá *triger. G. París, Rom. XXVIII, 144, observa además que en francés antiguo el vocablo rima en é y no en , y él tuvo el mérito de reaccionar primero que nadie contra la etimología de Diez y Körting proclamando que el origen de trier es «oscuro». De nada serviría admitir una disimilación *TRզDARE (comp. TRIGO, que no creo venga de *TRIDICUM), que bastaría para el catalán, pero no para la lengua de Oc (donde habría dado *trizar o *tridar); ni un *TRITIARE, que sólo serviría para el cat., mas no para las lenguas de Oc ni de Oïl.―

6 O la síncopa de la E ocurrió antes que la aféresis de la A, u ocurrió más tarde. Si primero se perdió la A-, la E siendo inicial ya no podía perderse; si lo contrario, la alteración de las intervocálicas ya había empezado cuando se sincoparon las pretónicas, y por lo tanto el resultado habría sido *drier.―

7 Doctrina Pueril, ed. Gili, p. 135. En el pasaje arriba citado del Félix la ed. de N. Cl. (II, 58) lee igualmente detriar.―

8 No aseguraré que la tengamos bien documentada en latín vulgar por la forma triata de los Hermeneumata Montepessulana (CGL III, 324.28), en una glosa griega que otros glosadores traducen por el lat. striata; pero quizá esto no sea más que un error por strigilata. Pero creo al menos que el copista del S. IX a quien debemos la trasmisión de los Hermeneumata olvidó la s- justamente por la existencia del vulgar triar.―

9 Hay en ciertas hablas occitanas y aragonesas una variante trigar: Rouergue trigà «trier, choisir» (Vayssier), girondino trigà «trier» (Delpit), Arán íd., Plan trigar ‘separar’, Gistáin trigare ‘escoger, limpiar (guisantes, etc.)’ (BDC XXIV, 182). Pero no hay por qué creer antiguas estas formas, que sólo se documentan en dicc. modernos, ni hemos de relacionarlas con el morvandeau triquer a que tanta importancia daba Horning. Una base etimológica *TRIGARE no podría explicar el cat. triar (comp. RIGARE > regar, LIGARE > lligar, RUMIGARE > remugar, etc.), ni el fr. ant. trier (se esperaría *triier, rimando en , lo que no ocurre, como ya he dicho que observó Gaston Paris). El oc. mod. y arag. trigar puede ser consecuencia indirecta del gran parecido de destriar ‘separar’ y destrigar ‘perjudicar’, trigar ‘tardar’ (TRICARE). «Trigar» guisantes es faena entretenida, y el que destría o separa a dos personas no lo hace sin causarles perjuicio; bastaban estas analogías para causar esta confusión local. No es posible tratar bien aquí del arduo problema del origen del port. ant. trigar-se ‘darse prisa’ y de su grave discrepancia semántica con el cat. y oc. trigar(se) ‘entretener(se)’ ‘tardar’. Será útil de todos modos indicar que uno y otro aparecen desde el origen de las respectivas lenguas literarias; en el Este sigue aquél bien vivo y general, en el Oeste se emplea el otro todavía algo en portugués pero ya no en gallego; en cambio en la Edad Media encontramos trigar-se ‘apresurarse’ (399.50) y trigoso ‘pronto, apresurado’ (íd. 195.133, 319.42) ya en las Ctgs. No creo posible la etimología gót. θreihan [= zrihan con i larga y z de Castilla] ‘presionar, meter prisa’ para el vocablo portugués, admitida por Diez (Wb. 8713) y respetada por M-L. (REW 8713), y no tanto por lo chocante de la separación con un vocablo romance idéntico al menos en la forma y en el uso, como porque esa etimología no explicaría la -g- gallegoportuguesa; y ni siquiera podemos pensar en una variante de otra lengua germánica (como el suevo), pues las formas emparentadas de esas lenguas hermanas tienen todas ng (alem. dringen, etc., por lo demás cf. Kluge s. v. y IEW 1093) y la falta de nasal en gótico se explica sólo por eliminación fonética ante la fricativa velar, no por ninguna variante de tipo morfológico, de suerte que tampoco podríamos pensar en un congénere prerromano indoeuropeo de la voz germánica. La etimología lat. TRզCAE ‘minucias, frioleras’, TRICARI ‘entretenerse en pequeñeces’ es buena para el vocablo catalán-occitano; y aunque bajo reserva me inclino a creer que la palabra de la lengua occidental no debe separarse y que desde el sentido de ‘molestar con minucias’ se evolucionaría ahí hasta ‘apurar’ ‘poner en aprieto’, de donde luego ‘apresurar’ (cf. hisp.-amer. apurar ‘apresurar’). Pero el problema merece y requiere mayor estudio, que aplazo hasta el artículo de mi DECat. No creo que el arag. y nav. trías ‘carriles’ venga de las estrías; puesto que también hay arag. triar por ‘trillar’, será derivado de esta palabra: aunque el aragonés no conoce por lo común el yeísmo, ha de haber habido zonas de yeísmo en esta región, a juzgar por los numerosos casos de ll por y y y por ll en los glos. de h. 1400 publ. por A. Castro; comp. LLANTA y mi estudio del homenaje a A. Alonso (NRFH).