TAGAROTE, origen incierto, quizá bereber.
1.ª doc.: 1386, López de Ayala.
Fundándose en que Martínez de Espinar (1640) concuerda con Covarrubias en que se crían en África, supone Dozy (Glossaire, 346) que sea alteración de Tāhurtî, gentilicio derivado del nombre de la ciudad de Tahort, junto a la cual hay dos ríos: a esto se reducen todos los fundamentos de esta etimología afortunada, que logró la aprobación de Eguílaz (499), M-L. (REW3 8531a), Sainéan (Sources Indig. II, 400n.), Lokotsch y otros. No lo merecía ciertamente: se trata de la población más bien conocida por Tǝhart, al SE. de Orán (no en Marruecos, como dice M-L.), que gozó de cierta fama pasajera en el S. IX, hasta que fué destruída definitivamente a princ. S. X por los fatimíes (Encicl. It., s. v.; el actual Tiaret es fundación reciente que sólo ha heredado su nombre), y aunque hay algún río cerca de la misma está algo apartado y es poco importante: se trata, pues, de una etimología fundada únicamente en un parecido de nombres, parecido que además es muy imperfecto, y sobraba razón a Baist (RF IV, 372), a David Lopes y a Colin (Hespérís VI, 61n.1) para rechazarla. Sugiere el primero que tagarote derive de tagre, empleado también por Lz. de Ayala, que vendría del ár. ȶaġrî ‘fronterizo’ (V. TAGARINO), denominación análoga a baharí (propiamente ‘marino’) «porque el tagarote, que es ave de paso pero no migratoria, anida en la frontera pero no más allá del mar»: por desgracia se abstiene de probar esta afirmación, y su etimología, aunque más fácil fonéticamente, no es mucho más sólida que la de Dozy: lo que de ella puede quedar es la relación con tagre, que es el nombre de una «muda» de borníes, que había en las Asturias de Santillana [¿comp. el apellido Tagle?] que «han plumas entre los dedos» (Ayala, cap. VI, p. 179); pero el cambio de acento ȶaġrî > tágre es sospechoso2. El dato de Covarr. parece procedente del libro De las Aves que caçan (h. 1450) de Johan de Sant Fagund, quien, según Paz y Melia (ZRPh. I, 241), «con referencia a un Johan Alfon de Murcia, cazador del rey de Francia y establecido en Fez, dice que se llaman así porque crían entre las peñas de las orillas del río Tagaros en África». Pero ni con ésta ni con la grafía de Covarr. me es conocida la existencia de tal río. Por lo demás no son sólo estas dos las etimologías geográficas que se han dado de este nombre, pues Nebr. con su equivalencia «accipiter tabracensis» ya parece sugerir otra: que venga de Tabraca, nombre romano de la actual Tabarca, puerto de mar bien conocido al Oeste de Túnez; mas tampoco podemos señalar a esto un fundamento en los hechos ni justificarlo fonéticamente. Lo propio (salvo este último aspecto) habría que objetar a quien relacionara con Tuggur población de Marruecos junto al Muluya, o con Tuggurt en el SE. de Argelia. Ni se ve relación posible con tâġar, nombre de pescado en el almeriense Arbolí (S. XV; vid. Simonet y Dozy, Suppl.). Lo único prudente es conjeturar con Colin que sea palabra bereber, a lo cual invita el doble artículo ta- -t (nótese que PAlc. da baharí tagaróte como nombre granadino de esta ave). Tal vez haya relación con el bereber rifeño agaruƌ (auaruƌ) «perdreau» (Biarnay) o más bien un femenino suyo *t-agaruƌ ‘perdiz’ (que no encuentro en los dicc.), suponiendo que, análogamente a lo ocurrido con ALFANEQUE y ALFERRAZ, se haya eliminado ahí el sustantivo principal: bâz *at-tagaruƌ ‘halcón de perdices’ (baz ‘halcón’ es también bereber según Huyghe), comp. falcón zorzaleño (Lz. de Ayala, Caza, p. 19), especializado en la caza de palomas [y zorzales]. Mucho menos verosímil parece que haya relación con el bereb. igider (pl. igudar) ‘águila’, ‘buitre’ (Huyghe) o con tagêwart ‘cuervo, grajo’ (Stumme). De todas formas conviene dejar esta palabra a los especialistas en bereber.
Para la identificación del ave llamada tagarote, vid. Ch. A Newcomer, NRFH VI, 148.
DERIV.
Tagarotear [Aut.].
1 Vivo en el Rosellón según Tastu, S. XIX, Oiseaux, ms. de la Bibl. Mazarina, n.º 4512.― ↩
2 Es improbable que haya relación, como quisiera Eguílaz, con ƫúġar sólo documentado en el Qamûs y que Freytag define vagamente «nomen avis». ↩