TAZA, del ár. ƫássa ‘escudilla’, ‘tazón’, ‘caldero’, ‘taza’.
1.ª doc.: doc. sevillano de 1272.
Neuvonen, 77; Dozy, Gloss., 349; Suppl. II, 44a, 67b; Eguílaz, 504. Anterior es el diminutivo tazola, recipiente de bronce o cobre, citado junto con una redoma del mismo metal, en doc. de Sahagún de 996, (M. P., Oríg., p. 284). Oelschl. cita taza en doc. mozárabe de 1157, pero Oelschl. en estos casos no distingue entre las voces romances y las que figuran en docs. árabes a título de voces arábigas, ni entre éstas y las escritas al dorso en letra latina, muchas veces de fecha bastante más tardía. Sea como quiera taça está también en J. Ruiz, Juan Manuel, Nebr. («taça o taçón para beber: phiala») y parece ser palabra de todas las épocas. No son menos antiguos port. taça, cat. tassa, fr. tasse, it. tazza: en lengua de Oc se documenta desde el S. XIV (ZRPh. XLVII, 439), y en francés desde el XII, procedente de Oriente por vía comercial. En árabe, ƫássa y su genérico ƫass pertenecen ya a la lengua clásica, y son de uso general en todas partes y en todas las épocas; además hay variante ƫâsa (1001 Noches; Boqtor; y ya clásica como la otra), pero atribuída a otra raíz: ignoro cuál fué la primitiva, pues en sus empleos verbales estas raíces son poco vivaces y no corresponden al sentido de este sustantivo. Es posible que el árabe tomara el vocablo de otra lengua oriental, pero en romance procede del árabe. Designan por lo común recipientes mayores que la taza de nuestros días: R. Martí define «pelvis», PAlc. «taça, taçón para beber» y cf. Dozy, 67. Como observa Eguílaz, también en cast. ha designado vasijas mayores, p. ej. «la copa grande donde vacian el agua las fuentes, por lo común de piedra» [Aut.]; y tazón es todavía una ‘jofaina’ en Andalucía.
DERIV.
Tazón [Nebr.]. Tacita. Taceta.