SUSTO, voz tardía, peculiar al cast. y el port., de origen incierto; quizá creación expresiva, de ¡sst! que expresa el movimiento repentino del asustado.

1.ª doc.: 1604, Guzmán de Alfarache. Parece que hay ya un caso en Hurtado de Mendoza, que no es muy anterior y que no puedo comprobar.

Se lee en Guzm.: «el carnero, terneroso de verse tan cercano a su enemigo, aunque comía lo que le daban, hacíale tan mal provecho por el susto que siempre tenía, que no solamente no medraba, empero se vino a poner en los puros huesos» (Cl. C., IV, 147.8); «cada vez que veía levantar las bexigas en el ayre y caer sobre las ancas de su ruzio, eran para él tártagos y sustos de muerte», «començó a correr el suero por todo el rostro y barbas de don Quixote, de lo que recibió tal susto que dixo... parece que se me ablandan los cascos o se me derriten los sesos» Quijote (II, xi, 39; xvii, 60); «lo que era dar sustos, martelos y sobresaltos» La Gitanilla; «las huellas quadrupedales / del coronado abrenuncio, / que en esta sazón bramando / tocó a vísperas de susto» Góngora (a. 1618, ed. Foulché II, 297); «Vuestra Magestad es fuerza / que algún descanso del susto / procure tomar» (su caballo ha estado a punto de despeñarla) Vélez de Guevara (El Rey en su Imaginación, v. 357); «un esqueleto... un trasunto / de la muerte, que en distintas / voces me dijo (¡oh qué susto!): / ―Así, Cipriano, son / todas las glorias del mundo» Calderón (Mágico Prodigioso, III, xviii, ed. Losada, p. 239). «¿Éste es auto o baile? ―Cuando / de moralidades sea, / no es el primero de burlas / que se haya hecho de veras, / y así no coja de susto / que es todo de esta manera» Quiñones de B.; el sentido de esta locución es evidentemente ‘coger por sorpresa’, según muestran los ejs. del Padre Guerra que cita Cej. (VIII, 584-5): «te sepulta poco a poco por no cogerte de susto», «no habrá mortal a quien no cojan muchas culpas de susto».

Del verbo asustar aparecen los primeros ejs. por la misma época: «entró Sancho en la sala todo asustado», «entró el correo sudando y asustado» Quijote (II, xxxii, 126; xlvii, 176); «más me asusté cuando advertí que todos los que antes vivían en el pupilaje estaban como lesnas» Buscón; otros semejantes de la Farsalia de Jáuregui y de los Sermones de Avendaño (1617) en Cej. (l. c.), y todavía otros posteriores en Cuervo, Dicc. I, 728-9. En la tradición lexicográfica aparecen primeramente en Oudin (1607): «susto: estonnement, trouble, altération, espouventement, sursault» (en 1616 agrega «tressaillement de peur»), «asustar: estonner, esfrayer, troubler, espouvanter»; Covarr.: «susto: la alteración que se toma de una causa repentina», «assustar: dar susto y sobresalto o tomarle; del adv. subito, súbitamente, a deshora; assustado el que ha tomado el tal susto por alguna ocasión repentina y sobresalto». Es notable la ausencia de ambos vocablos en Percivale (1591), C. de las Casas, PAlc., Nebr., APal. y los glos. de 1400; asustar (y creo también susto) es ajeno al léxico de la Celestina, y ni el verbo ni el sustantivo se encuentran en los más importantes glosarios de autores medievales. No es de creer que esta ausencia sea casual en palabras tan importantes y que tan fácilmente podían emplearse en la literatura antigua; este antecedente suscita fuerte duda ante el único ej. que podría señalarse en un texto medieval, que tantas oscuridades presenta como estos versos del Yúçuf: «echaron lo en un pozo kon una kuerda muy grande, / a medio obiéronla kortada, / kayé entre lax fierax en una piedra irada [‘enhiesta’], / pero de xuxtalle no le feçieron nada»1.

Algo análogo al cast. susto lo encontramos solamente en portugués, donde aparecen susto y assustar, y ya (por lo menos aquél) en el dicc. de Bluteau (1715), con abundante fraseología análoga a la castellana; ni éste ni Moraes aducen autoridades, sí trae varias D. Vieira, pero creo son todas del S. XVIII. Sin embargo, no se ven razones para sospechar que sea menos castizo en portugués que en castellano. Los demás romances nada de esto conocen, a no ser el catalán2 y el sardo, donde se han empleado recientemente susto y assustar(e) como castellanismos sin gran arraigo.

La etimología se ha investigado escasamente. Diez (Wb., 300; con aceptación de Cornu, GGr. I, § 32) proponía con duda relacionarlo con el it. sostare ‘detener’, ‘apaciguar’, oc. ant. sostar «accorder un délai, des termes», port. sostar o sustar ‘interrumpir, aplazar’, voz forense y poco empleada3, todos los cuales vienen del lat. SŬBSTARE ‘estar o esconderse debajo de algo’, empleado una vez por Terencio en el sentido de ‘resistir, aguantar’: el proceso semántico y fonético está bien claro en el caso del it. sostare4, oc. sostar, pero no en el de susto, ya que la Ŭ de SUBSTARE había de dar o; es verdad que el lat. substare parece haberse empleado en la Edad Media como término legal5, y con un sentido como ‘poner en suspenso, oponerse a’, a juzgar por dos docs. judeoespañoles de 1219 y 1220: «tod qui viniere... e suxtare sobrellos, sobre la véndida esta, en alguna guisa, en el sieglo sean sos vierbos baldados, e preciados por tiesto frecho, que non a en él prod, e sobre nos, por espazer e por enxavorrar de sobr’ellos tod xustador e razonador de los vinientes de lur fuerza, fasta ques affirme en luz mano la véndida», «si vinieren... e xustaren sobre esta véndida» (M. P., D. L., 23.33; 24, p. 48); aunque harían falta pruebas mejores y más numerosas (¿no se tratará ahí de alguna palabra hebrea?), podríamos aceptar que substare pasó a sustar como voz culta con este sentido. Esto último parece lo cierto, pues también en los versos ya citados del poema de Yuçuf la idea básica pudo ser ‘dejar suspenso, paralizar el movimiento’ los reptiles al asombrado pero impávido Yuçuf: y así advertimos que se trata de uno de tantos cultismos que pululaban en el tecnicismo jurídico hebreo, y desde éste trascendieron más o menos al uso común judeoespañol. Pero de ahí hasta admitir esto como punto de partida de susto hay mucha diferencia, y me parece idea poco verosímil en el aspecto semántico.

Sin embargo, peor es la idea de N. Caix (Studi di Etim., s. v.), consagrada por M-L. (REW 8422), de partir del lat. SUSCITAREsuscitar, levantar’, derivando de ahí además de susto el it. susta ‘muelle, resorte’ (del reloj, de las tijeras, etc.), metter in susta ‘poner en movimiento’ (en Venecia «metter in zurlo, in allegria»): además de que la U de este verbo, pese a M-L., era indiscutiblemente breve y debía dar o6, la síncopa tan temprana que haría falta para la conservación de la -T- sería inconcebible en castellano tras un grupo tan complicado como SC: comp. el oc. ant. soissidar ‘sacudir’, representante indudable de SŬSCէTARE (como reissidar de RE-EXCէTARE). Luego es preciso abandonar la idea.

En el Victorial de Díaz de Gámez (2.° cuarto S. XV) leemos: «la galera del capitán envistióla por la popa; e al enbestir, saltó el capitán dentro, e del golpe del revestir resustió la su galera atrás, e fincó él solo en la galera de los moros» (ed. Carriazo, p. 116, igual en la de Llaguno), en cuyo lugar lee Iglesia en sus selecciones (p. 74) resurtió7, es decir, el verbo resurtir, que en este sentido de ‘volver atrás, saltar atrás’ es bien conocido. Esto sugiere la idea de que susto pueda ser lo mismo que el cat. surt ‘sobresalto, movimiento brusco (muchas veces causado por un susto)’ (V. pormenores en SURTIR), primitivamente participio *SURCTUM del verbo SURGERE. Esta etimología sería satisfactoria en todos los aspectos, salvo el cambio de -rt- en -st-, que costaría explicar, pues una dilación s-r > s-s sería algo completamente desusado8; como por otra parte la realidad de la citada forma resustir es muy dudosa (como digo en la nota 5), no me parece que por ahora debamos aceptar esta etimología, aunque pueda admitirse que el catalanismo surte (citado en SURTIR) contribuyera algo a la generalización de susto.

En cuanto a esta palabra, me inclino a creer que esencialmente sea una voz de creación expresiva. Para ello me fijo en el mall. sustar «despedir el sollozo, sollozar, singultire» (Amengual)9. Así está ya en el Dicc. Mallorquí-Castellà de Pere A. Figuera (Palma 1840) ―obra excelente en su tiempo, como es sabido, y todavía muy útil―, y con definición más perspicua «sustar v. n. plorar, suspirant, sollozar». Es curioso ver que DAlcM. no ha creído oportuno recoger esta palabra, como si no existiera (será ajena al uso palmesano, tan empobrecido), aunque no cabe dudar de su realidad, dada la concordancia total de dos testimonios, y el acuerdo parcial, pero significativo, con las palabras dialectales de Italia citadas más abajo. ¿Quién no ha observado que el niño sollozante parece como que pierde el respiro? Y las ansias del que sufre de hipo (cat. singlot, lat. singultus) no son menos aparatosas.

Hay además un grupo de voces dialectales italianas formado por: venec. sustar «sospirare; dolersi, nicchiare, rammaricarsi», susto «sospiro, profundo suspiro», aver un gran susto «aver afa o lo affanno che, per soverchio caldo, renda difficile la respirazione», sustar qualcun «noiare, fastidiare alcuno, dare afa o seccaggine ad uno» (Boerio), Val Verzasca sust «niente» (Monti), piam. süst «sollecitudine, curanza», «senno, giudizio», süstós «giudizioso, premuroso», y aun el comasco sust «pauta» (si éste no es una reliquia de la dominación española en Lombardía, como lo son lindiLINDO’ y otros que he citado en este artículo), calabr. susto «disgusto, ripugnanza ad un cibo», «noia, insistenza», susta «uggia, rincrescimento; molestia», napol. sustia «pressione, angustia», logud. sustu «il destarsi di soprassalto» (Wagner, Sard. Et. Wb., s. v. surtu); el sic. sustu «fastidio» ya estaba bien arraigado en 1638, pues figura en la comedia de Tommaso Averso de Mistretta (Mango, Teatro Siciliano, 1961, p. 64): un vocablo que ya figura en un autor rural (no palermitano ni mesinense) había de tener forzosamente hondo y viejo arraigo ya en Sicilia, y siendo esto tan pocos años después de la primera aparición del vocablo castellano, basta para desvanecer toda sospecha de un castellanismo. Todas estas formas y también el italiano susta ‘resorte’, que por la u no pueden venir de SŬSCէTARE ni de SŬBSTARE, han de ser en mi opinión resultado de la onomatopeya ¡sst! que expresa un movimiento brusco, de donde por una parte ‘resorte’, por otra ‘suspiro’ o ‘hipo, sollozo’ o ‘susto, sobresalto’, o sencillamente ‘pequeña cosa, santiamén’ (como en Val Verzasca); dentro de este orden de ideas, comp. alav. chusta ‘chispa que salta de la leña, del carbón, del pedernal’.

DERIV.

Asustar [1607, Oudin]10; asustadizo.

CPT.

Asustarratas.

1 A 34c. El ms. trae kaya en tierra i lax fierax en una irada, pero de xuxtalle no falleçieron nada, aunque en lugar de no también podría leerse ta o tu o te. La corrección del primer verso la sugiere M. P. (RABM 1902, p. 299), que además cita el pasaje correspondiente del Sefer Haiyaschar, donde se explica que cayó en medio de serpientes y escorpiones, y asustado de estos animales lanzaba gritos, pero Jehová les hizo entrar en sus guaridas y no le hicieron daño alguno; fundándome en esto supongo que el último verso podría enmendarse en la forma indicada, y entender pero de como ‘fuera de’. Sin embargo, esto es extraño, y todo junto quedaría muy dudoso, aunque no hubiese el xuxtar suspecto. ¿No se tratará de su talle ‘su cuerpo’, o de un aragonesismo talle ‘cortadura, herida’ (recibida por el golpe)?―

2 Desde luego, en algún punto suelto del dominio catalán ha llegado a penetrar hasta hablantes de lenguaje no impuro; así particularmente en mallorquín y en el valenciano central; también oí hace más de diez años «li va donar un sust» a una vieja del Valle de Hostoles (O. de Gerona). Pero basta observar que esta forma catalanizada es local y rarísima ―por lo demás, es susto en todas partes― para comprender que el vocablo no es genuino en parte alguna; en Monóvar dicen sustio «ensurt, esglai» (Sanchis Guarner, glos. a l’Oncle Canyís de J. Amo y Mrtz. Ruiz, 1973, p. 157). En cuanto a los ejemplos de assustar que se ha creído encontrar en catalán medieval, son falsos: los dos casos de assustar de Auziàs Marc (LXXV, 87, 91) se deben a una enmienda de A. Pagès de afustar, palabra que traen los mss. y que existe en catalán con el sentido de ‘recriminar’, ‘meter miedo (a alguno)’; lo mismo creo que debe ocurrir (aunque convendrá comprobar bien los manuscritos) con la lección assusten en el Terç del Crestià de Eiximenis (Bna. 1932, III, cap. 240, p. 40), que procederá también de una mala lectura de affusten o esfusten; pero lo que es lamentable es que los autores de la nueva edición del DAlcM., desorientados por estos pretendidos ejemplos antiguos de assustar hayan rectificado el artículo de la primera edición, quitando de él la nota de castellanismo. V. mi nota en Cat. Studies in Mem. of J. de Boer, 1977, 55-57.―

3 Falta en Bluteau y Moraes; D. Vieira dice que es «erro» empleado en el foro. Fig. le da ac. más amplia «fazer parar; interromper (sustar a marcha); suspender-se, interromper-se; sobrestar». Realmente es ac. más o menos usual, si bien en estilo culto. El lingüista J. da Silveira escribía p. ej. «Ferraz reproduziu depois o meu erro, agravado com uma identificaçƟo falsa. Convem sustar a sua difusƟo», y pasa a refutarlo en el Suplemento al Índice General Toponímico que publicó en 1959, p. 35. Aunque no es mera pronunciación descuidada de sobrestar, de todos modos la u de esta forma no es comparable con la de susto, pues la o pretónica se pronuncia u en portugués.―

4 El it. sostare ha tenido empleo frecuente desde la Edad Media, y en particular con especial aplicación a toda clase de faenas náuticas. Como indicio de que el cast. susto venga de SŬBSTARE me cita un amigo estos dos pasajes: «del puerto salen ya, ya se desvían, / sostan la boga [‘paran de remar’], la galera avían / tras la [galera] real, el curso enderezado...» C. de Virués, Monserrate, canto III; y en P. Sarmiento de Gamboa, Viaje al Estrecho de Magallanes «en la nave... los soldados no podrían substar el trabajo» por ‘parar, suspender’. O sea, simplemente el sentido del it. sostare y con las mismas aplicaciones fraseológicas. Por más que P. Sarmiento latinice algo la grafía del vocablo, salta a la vista que no tenemos ahí más que pálidos reflejos de un italianismo de marinos, más o menos ocasional en el S. XVI ―nótese entre otras cosas que el sust. voga, tan popular y antiguo en italiano y en todos sus dialectos, siempre se ha empleado poco en castellano. Poco o nada tiene esto que ver con los sentidos, los empleos y aun la forma del cast. susto y asustar; no tenemos por qué relacionarlos etimológicamente.―

5 Falta en Du C., pero Baxter-J. señalan substare en Inglaterra con el sentido de ‘quedar por hacer’ en doc. de 731 y con acs. clásicas en textos posteriores.―

6 Suscitare es derivado de citare con el conocido prefijo sus-, variante de sub-, que como éste tiene siempre vocal breve (recuérdense sustinere, suscipere, suspirare, suspendere, y sus descendientes romances, todos con ó).―

7 Los tres editores dicen haberse fundado en un mismo ms. básico, de h. 1500. Además, en un pasaje que falta a las otras dos, se lee en la ed. Carriazo (p. 14, vv. 38-39) «caudilla bien nos [?] hazes, e a paso las mandas yr, / e diles que no quieran por nada resurdir; / al que resisdir [sic] quisiere, fazlo tú referir, / fasta que benga la ora que los tú mandes ferir». Aquí con el sentido de ‘retirarse, retroceder’ que era corriente en el francés antiguo ressortir; la forma resurdir recuerda el gall. xurdir, que tiene este sentido aproximadamente (V. aquí s. v. SURGIR n. 1); la otra será posiblemente errata. Las formas y grafías de la nueva ed. de Carriazo, única completa, presentan muchas extrañezas, y el editor con sus enmiendas al ms. (pp. 385-97) demuestra muchas veces poco conocimiento del cast. medieval.―

8 No se invoque el caso de sastre < sartre < SARTOR, que más que nada es disimilación (aunque la dilación pudo ayudar); comp. rosell. aibre < *asbre < arbre ARB֊REM.―

9 No creo que tenga que ver con esto el mall. dessustat ‘desustanciado, deslavazado’, ‘puesto como corcho’, ‘entumecido’ (Amengual), que tan a menudo empleaba Alcover (con la grafía des·sustat: BDLC I, 237; VI, 19, 133; X, 14); aunque se podría creer que es por el temor popular a las consecuencias que tiene para el niño el no poder arrancar el sollozo, lo más probable es que des·sustar resulte de un cruce de los sinónimos dessucat (que ya empleó Eiximenis, DAlcM.) y dessu(b)stanciat, que ya registran el Dicc. Mall. de Figuera, el Val. de Martí Gadea, etc. El mallorquín Bartomeu Ferrà emplea sustar, pero no precisamente en el sentido de ‘espantar, dar un susto’ sino en el de ‘poner en alarma, dar una impresión brusca’ (cast. ant. coger de susto, cat. sobtar): He aquí el pasaje «Madò B. Un baül? Però què fas? / I si aquí no hi ha cap mot. Tomassa Això se diu tenir sort! / Es vostro fii que ve.- Madò B. M’has sustada! No sé què em diu... / D’En Joan? I que és aquí? / Fa dos anys que no m’escriu! (Tira la feina amb alegria)» (Comèdies, ed. I. d’Or I, 156) ¿Será esto también un castellanismo, pese a la pureza y a la popularidad radical del viejo comediógrafo mallorquín? Mas bien me inclino a creer que, lo mismo que sustar ‘sollozar’, será formación autóctona y paralela a la del castellano, pero no copiada de él. Ahora bien, la aparición de este vocablo en tantos dialectos romances, separados, sugiere una idea que no se puede desechar del todo, cuando a ella se suma el llamativo paralelismo con el cast. surt ‘sobresalto’ y los hechos que allegué aquí en 342a45-47, 51-52, 58-60, 342b3ss., 343b13ss., 344a32ss. Y es que existiera ya en latín vulgar un participio *SURSէTUS de SURGERE, de forma analógica, combinación de SURCTUS con *SURSUS (oc. ant. sors, fr. ant. sours, fr. source), tal como se formaron RESPONSէTUS, VISէTUS, LEXէTUS, *REMANSITUS (it. rimasto), etc., según el modelo de POSITUS, QUAESTUS, etc. Tal como RESPO(N)SէTA da respuesta o VISITUS da visto, o LEXITUS da listo (con síncopa primeriza propia de los participios) este *SURSITUS pudo reducirse a susto (tanto más fácilmente cuanto que RS se asimiló muy pronto a ss en las lenguas hispánicas), y la ú en un participio no podría sorprender más que la del cat. surt de SURCTUM. Así es como se comprendería más llanamente la curiosa coincidencia semántica entre el sentido del cat. surt y las acs. anticuadas del cast. susto. Esta idea, pues, ya no la desecho del todo, aunque sigue confortándome en mi escepticismo ante toda etimología latina ―sin abandonar la idea de creación expresiva― el hecho de que no sólo *SURSITUS es una mera hipótesis sino que aun el tipo *SURSUS está limitado al galorrománico. ¿No es ajeno aun al italiano y al catalán? Demuéstrese lo contrario y habrá llegado el momento de cambiar nuestras conclusiones.―

10 En la Arg. se emplea absolutamente en el sentido de ‘aparecerse como fantasma’: «desde la misma noche el animal asustó por aquellos andurriales», L. Lugones, La Guerra Gaucha, 233.