SETO, del lat. SAEPTUM ‘barrera’, ‘recinto’, ‘seto’, propiamente participio pasivo de SAEPIRE ‘cercar’, que a su vez deriva de SAEPES ‘seto’.
1.ª doc.: APal. («obsitus... es cercado con vallado entorno con seto», «sepes son los setos que cercan las sembradas» 318b, 447b; y 66d, 179d).
SAEPES y SAEPTUM son voces en que el romance presenta formas correspondientes a ୱ más que al AE clásico; esta grafía es la más frecuente en los mss. e inscripciones, pero ambas se encuentran en un códice tan antiguo como el Mediceo de Virgilio y otros varios (vid. Forcellini-Perin); la etimología latina no decide la cuestión, pero hay el hecho de que el derivado praesēpe tenga ē y no ī, como debiera esperarse de ser el ae originario; los romances postulan ୱ en general, salvo el italiano. Pero en España misma hay una variante con ie: santand. sieto «sarzo de pequeñas dimensiones» (Alcalde del Río).
DERIV.
El ej. de setura en 1210 que doy como deriv. de SETA, y lo mismo otro de la trad. bíblica del S. XIII, parece sean, en realidad, deriv. de seto, vid. Morreale, RFE LVI, 108.
1 No descartemos la posibilidad de que más que del latín se trate de una voz sorotáptica emparentada; pero la parentela indoeuropea del grupo latino saepire, -saepe, praesepe, es muy escasa, reduciéndose a un enlace incierto con el gr. αƳμóς (postulando -p en saip-mo-) y αƳμασία, que además de ‘seto’ significan ‘bosquecillo, espesura, jaral’, pero queda vaga en exceso esa alternativa. ↩