SER, las formas de este verbo castellano resultan de una fusión de las de dos verbos latinos: la mayor parte proceden del lat. ĔSSE íd., pero las demás, incluyendo el futuro, el condicional, los presentes de subjuntivo e imperativo, y las formas impersonales, vienen del lat. SĔDRE ‘estar sentado’, que debilitó en cast. y port. su sentido hasta convertirse en sinónimo de ‘estar’ y luego ‘ser’.

1.ª doc.: orígenes (varias formas se encuentran en las glosas de Silos y de San Millán, del S. X; el infinitivo sedere significa ya el sentido ‘ser’ en aquéllas).

Donde traduce el lat. esse (n.º 72, 205, 238). Las formas de la conjugación de ser, su empleo con el valor del moderno ser o de estar, sus varias construcciones y usos fraseológicos, son temas esenciales de la gramática histórica, que deberán estudiarse en las obras correspondientes; para posibles estudios de esta naturaleza reservo los materiales que tengo reunidos. Aquí importa solamente notar la evolución fonética y semántica que condujo de SĔDRE a ser. Aquel verbo se encuentra ya empleado en forma abusiva en la Peregrinatio Aetheriae escrita en el S. IV, y según la mayor parte de los tratadistas, en España; Anglade en su tesis De latinitate libelli qui inscriptus est Peregrinatio ad Loca Sancta, París, 1905, p. 89, señala su proximidad al sentido de ‘ser’ en ese texto, si bien Geyer (ALLG XV, 233ss.) cree que está más bien con el valor de residere que con el de esse; sea de ello lo que quiera, está claro que ya se había iniciado la evolución hacia la debilitación propia del cast. y el portugués. Sin embargo, el sentido etimológico ‘estar sentado’ se conserva todavía en la Edad Media, sobre todo hasta la primera mitad del S. XIV: San Millán «siempre en bien punava, andando e seyendo» (67d), «el Emperador fizo ser a Miles, que era mayor, cabo sí, et a Esmeré sentaron cabo Florencia» (Cuento de Otas, ed. Ríos, 404.4; también 401.32, 419.37); análogamente Gr. Conq. de Ultr., 524, Alf. XI, 1363; otras veces es ‘sentarse’: «quando Myo Çid esto ovo fablado, / las armas avien prisas e sedien sobre los cavallos», «venid acá ser... en aqueste escaño» Cid, 1001, 3114; etc. Como probó M. P., Cid, p. 849, estas acs. sobrevivieron poco o mucho hasta med. S. XV. En realidad hay que dudar que el apartamiento entre el cast. y port. por una parte y los demás romances por la otra (cat. seure es sólo ‘estar sentado’ hasta hoy) se hubiese producido, al menos en forma tan radical, de no haber habido más que la evolución semántica de SEDERE; creo por el contrario que el cambio revolucionario sufrido por el vocablo en cast.-port. se debe, tanto o más que a esto, a la confusión fonética entre SEDERE y *ĔSSĔRE, que en latín vulgar sustituyó al clásico ESSE. Esta confusión era punto menos que inevitable, una vez que el cast.-port. hubo trasladado a la penúltima el acento de todos los infinitivos en -ĔRE: por una parte SEDERE tendía fonéticamente a reducirse a ser y por la otra ESSÉRE tendía a perder la inicial átona en todas partes; recuérdese la ocurrido al futuro y condicional en francés (sera de ESSERE HABET), en cat.-oc. (serà), en it. (sarà), etc., y que esta reducción es antiquísima lo indica la oposición en el tratamiento de la vocal interna entre el infinitivo y el futuro, lo mismo en francés (e(s)tre pero conservación de la vocal segunda en sera), que en gascón (est(r)e pero serà). Siendo átona en iberorromance la inicial del infinitivo, lo mismo había de ocurrirle; y que el fenómeno podía aun ser independiente de la confusión con SEDERE lo prueba el catalán, donde modernamente, en el lenguaje oral se ha introducido un infinitivo ser analógico del futuro (en lugar del ésser antiguo, literario, y popular en ciertas comarcas), que no puede mirarse ni como castellanismo (comp. el compuesto general potser ‘quizá’) ni como resultante, como en castellano, de un antiguo ESSRE (que habría dado y no , como es en la pronunciación barcelonesa). Creo, pues, seguro que el golpe decisivo en la evolución semántica de SEDERE ‘estar sentado’ hasta ‘estar’ y ‘ser’, lo dió la confusión fonética con ESSERE; como de todos modos el sentido de SEDERE ya solía debilitarse hasta el de ‘estar colocado’ (ejs. en M. P., l. c.) la fusión total con ESSERE y sus formas se hacía inevitable. De ahí que formas inequívocamente pertenecientes a aquél aparezcan desde el principio con el sentido de este: el imperfecto sedié, sedién (p. ej. Berceo, Sacrif., 9; Apol., 16), el infinitivo no sincopado seyer (Apol., 6, 225), el pretérito sovo ―resultante de SEDUIT, como crovo de CREDUIT, atrovo de ATTRIBUIT― (sovo Alex., 1273; sovioron íd. 2015; soviessen íd. 405, etc.), y aun una primera persona del presente de indic. seo, representante raro de SEDEO, que aparece en rima en J. Ruiz 180a. Para el deriv. *ADSEDENTARE, que acabó sustituyendo a SEDERE en su sentido etimológico, V. SENTAR.

DERIV.

Ser, sustantivado, comp. el compuesto enser y el derivado CEDIZO.

Excepto éstos todos los derivados y compuestos de ser son cultismos. Esencia [Mena (C. C. Smith, BHisp. LXI); ess-, APal. 140d; Quijote, etc.], de essĕntĭa íd.; esencial [h. 1580, Sta. Teresa, Fr. L. de Granada, Aut.]; esencialmente [Santillana, p. 299]; esencialidad; esenciarse; esenciero. Eseíble, eseyente, raros. Futuro [APal. 10b; ejs. S. XVII, Aut.], de futūrus, part. de futuro de esse; futura [ley de 1630, Aut.]; futurario; futurición [Aut.; no Acad. 1936].

Ausente, V. artículo aparte. Presente adj. [Berceo], de praesens, -ĕntis, íd., part. activo correspondiente al verbo praeesse; presentar ‘poner delante, mostrar, etc.’ [Cid, Berceo], ‘ofrecer un don’ [Cid], de praesentare íd.; presente m. ‘don’ [Cid], derivado postverbal del anterior; presentaja [Cid] ant., del cual es duplicado presentalla [Aut.] tomado del catalán; presentable; presentación; presentado; presentador; presentante; empresentar, apresentar, raros; representar [Berceo], representable, representación, representador, representante, -anta, representativo. Presentáneo. Interés [1600, Góngora I, 211; Quijote I, ix, 29; etc.; enteresse, Canc. de Baena, W. Schmid; interesse, Corbacho (C. C. Smith), h. 1530, Fr. Antonio de Guevara, muy usual en el S. XVI, Carmen Fontecha, y todavía en Don Quijote I, xi, 34], sustantivación del lat. ĭnterĕsse ‘estar interesado’, ‘interesar’; interesar [Góngora]; interesable; interesado; interesante; interesal antic. (Quijote); interesante, interesencia, raros; desinterés [S. XVII, Aut.]; desinteresado [íd.]; desinteresar; desinteresamiento [h. 1580, Fr. L. de Granada]. Ente [h. 1630, J. Polo, Aut.], del lat. tardío ens, entis, íd., adaptación latina del gr. ƽν, ƽντος, participio activo de εƸναι ‘ser’; entidad [Quevedo], entitativo.

CPT.

Ontología [Acad. 1843, no 1817], compuesto de esta palabra griega con λóƔος ‘tratado’; ontólogo; ontológico, ontologismo. Ontogenia (con Ɣένος ‘origen’); ontogénico.

Enseres [Acad. ya 1817], resulta de sustantivar la locución estar en ser o tener en ser ‘en existencia, en su ser’, ‘íntegro, no tocado’1 que solía emplearse en inventarios para distinguir los objetos que fueron encontrados de hecho al hacer el inventario, de los que hubieran debido estar y no se encontraron (por venta, consunción, pérdida, etc.) (V. la nota de Spitzer-Corominas en AILC I, 68-70, donde se citan ejs. de inventarios de 1618 y 1716): de ahí que se llamara enseres a los objetos que solían figurar en inventarios.

1 V. ejemplos de estar y tener en ser en El Celoso Extremeño Cl. C., 92 y Quijote I, xxix.