SAMARUGO o JARAMUGO, ‘pececillo’, ‘renacuajo’, voz común al cast. con el port., el cat. y las hablas del Sur de Italia, de origen incierto; parece haber relación con el cast. dial. moruca ‘lombriz’, it. merid. maruca ‘caracol’, ya documentado en el siglo VIII, pero el origen de este vocablo a su vez es inseguro, y es difícil precisar la relación existente entre los dos tipos; de todos modos es probable que samarugo sea prerromano, y seguro que no es árabe.

1.ª doc.: xaramugo, Aut.

Con la definición «pececillo pequeño de que suelen usar los pescadores para cebo de otros»; según Acad. (1817) «jaramugo: nombre que los pescadores de mar dan indistintamente a todos los peces pequeños de que se sirven para cebo». La otra variante aparece por primera vez en Borao como aragonesa «barbo pequeño que suele vivir en las balsas y generalmente sirve de alimento a los barbos mayores», «torpe, obtuso y al mismo tiempo, con basta apariencia exterior», «persona arisca, imbécil o egoísta», acs. figuradas que recuerdan las del parónimo zamacuco; volviendo a las acs. propias, le dió entrada la Acad. (ya 1925, no 1884) como voz aragonesa y con el sentido de ‘renacuajo’, que es el que tiene en Peralta y Falces (Sur de Navarra) samarugo, en Tarazona samaruco, y en Alborite sabanuco (cruce con sabandija), según datos obtenidos epistolarmente por Griera1; zamarugo en Echo es cierto ‘pez de río’ (BDC XXIV, 183), ‘pececito’ (RLiR XI, 101)2.

Continúa en lengua catalana: en Sagunto samaruc ‘renacuajo’ (Griera, l. c.), en Borriana sameruc íd., en Valencia samaruc ‘especie de gusano’ (Griera, Tresor), mientras que otras fuentes valencianas lo definen ‘pececito de agua dulce’ (Boscà, Geogr. Gen. del R. de Val., p. 493), ‘samaruco’ (Escrig), que en El Archivo (II, 157) se identifica con la Hydrargyra Hispanica, y lo corriente es que designe un pececillo inocente que se pesca con facilidad (Pensat i Fet, 1952, p. 18); además samaruga3 en el sentido de ‘sanguijuela’ lo he oído en el Empordán y más al Oeste (La Selva de Mar, Sadernes) y según Ag., se emplea en Palamós y Alguaire (junto a Lérida). También lo encontramos en el Occidente ibérico: gall. xaramugo (Vall., j-, con la definición académica), port. saramugo «peixe miudo» empleado en Évora (RL XXXI, 109, junto con saramugar «entregar-se a trabalhos leves e sem pressas») y junto al Guadiana (RL IV, 104); L. Mendes de Vasconcellos ya lo empleó en 1608 con referencia al Tajo inferior («nƟo tirƟo pardelhas ou saramugos, sena? salmonetes, pescadas», cita de Bluteau); según Fig. saramuga en el Minho es «caruma seca» (‘hojarasca de pino’). No sé de nada parecido en Francia, pero sí en el Sur de Italia: el calabr. ciamarúculu, recogido por Rohlfs en un pueblo de la zona central, es ‘gusanito’, y ciammaruca con el sentido de ‘caracol’ se oye en los Abruzos, Montes Albanos y Amaseno (Sur del Lacio) (ZRPh. XXI, 29; RLiR 1, 314.; Litbl. XLIV, 266), giammarruca en Tarento (REW); además venec. Ɋamarùgole, Ɋim- «sorta di conchiglia univalve di mare» (Boerio, p. 279).

Es arbitraria la etimología de la Acad., ár. sumaȐûk, plural de sámak ‘pez’: no hay tal plural, o por mejor decir se trata de una vocalización errónea del plural conocido sumûk4, que naturalmente no podía dar samarugo; tiene interés el santand. jamugo «jaramugo; todo pez pequeño para cebo» (G. Lomas), pero su semejanza con el ár. sumûk ha de ser casual (nótese que aun el propio Asín, Al-And. IX, 37, desmintió esta etimología arábiga). En general cualquier etimología arábiga sería inverosímil dada la s- inicial de cast. Pero reconozco que hoy tampoco me parece probable la procedencia, que sugerí como posible en AILC II, 149-150, de *SAMBէSȢGA variante itálica del lat. SANGUISUGA ‘sanguijuela’, por más que la existencia de esta variante itálica en romance sea verosímil en vista del port. ant. y dial. sambesuga, semessuga, xambixuga5, etc., gall. samasuga, zumezuga, cemazuga, cim-6, judesp. sambaxuga, samixuga, y las formas samsugias y samsuginis, documentadas en glosas latinas trasmitidas por códices de los SS. X y XI; a pesar de la identidad de sentido con el cat. samaruga7, y aunque éste podría venir de *SAMBISUGA por rotacismo (fenómeno, por lo demás, excepcional aun en catalán), este cambio fonético no sería posible en los demás romances que conocen el tipo samarugo, y no hay que pensar que un préstamo catalán, en vocablo de este significado, se hubiese podido extender por toda la Península Ibérica. Era, pues, una pista falsa.

Por otra parte, en el Sur de Italia, junto a ciammaruca, -úculu, existe maruca ‘caracol’ en Calabria e Irpino, maruzza íd. en Nápoles y en otras partes de Calabria, y en esta misma región existe cozzamaruca «lumaca» y otras formas (varmaruca y maramaruzza) debidas evidentemente a cruces (con VERMIS, etc.); también cozzamaruca se explicará por un encuentro con COCH(L)EA, pero que ciammaruca pueda salir de cozzamaruca por una especie de mutilación, como había sugerido Schuchardt, es ya muy difícil, como observa atinadamente M-L. (REW 5387). En cuanto a maruca ‘caracol’ es palabra ya documentada en un glosario latino-anglosajón del S. VIII (CGL V, 377.23), pero ignoramos su etimología, aunque bien podría ser prerromana; ahora bien, moruca vive hoy en León con el sentido de ‘lombriz’ (RH XV, 6), y ya una Ordenanza Real de Castilla de 1570 habla de «mandar que no se pescase con moruca ni gusarapa, ni con redes cuya marca pudiese tomar trucha menor de media libra» (BRAE XVI, 467-8). A pesar de las leves diferencias semánticas y fonéticas (*MORȢCCA en España, MARȢCA en Italia) no cabe dudar que estamos ante un mismo vocablo; la o española sugiere una base céltica *MORȢCA ‘caracol o gusano marino’, derivada del celta MORE ‘mar’ con el sufijo céltico que hay en CARRȢCA, y en algunos puntos adaptada al latino MARE o al sufijo iberorromance -UCCA: cierto que es algo extraño un celtismo en el Sur de Italia, pero el vocabulario de la pesca viaja (comp. SÁBALO) y acaso el vocablo fué llevado allá por pescadores languedocianos o españoles. Sea de ello lo que se quiera, parece haber una relación entre moruca-maruca y el iberorromance samarugo, it. merid. ciammaruca, puesto que ambos tipos reúnen las acs. ‘pececillo’, ‘lombriz’ y ‘caracol’, cuyo común denominador es ‘cebo’; para el it. merid. (ciam)maruca, vid. Parlangeli, RIL XCII, 773 (que se opone al origen céltico). Pero es muy aventurado adivinar de dónde proceda la primera sílaba. ¿Prefijo prerromano? ¿Cruce con SANGUISUGA? ¿O con el tipo ibérico usan ~ gusano (V. GUSARAPO)? ¿O con SAPO? Todo ello sería en rigor posible dadas las varias acs. de samarugo y afines. Aunque nada de ello se impone. Un cruce de MARȢCA con SABANDIJA parece en castellano lo más natural; pero estando tan arraigado en los romances vecinos, donde no está sabandija la duda crece; un célt. SŬ-MOR-ȢCO-, con los vivacísimos SŬ- ‘bueno’ y MORI ‘mar’, y doble disimilación vocálica, no es un supuesto nada inverosímil.

DERIV.

Samaruguera.

1 Butlletí del C. Excursionista de la Comarca de Bages, 15-IX-1930.―

2 Terr. dice que en tierra de Sigüenza zamarruco es un pájaro semejante al tordo, que canta desagradablemente, pero de carne gustosa, y que hace el nido en las balsas y lagunas, colocándolo encima del agua como un barquito. Quizá haya confusión en esto.―

3 Sameruga (variante samarruga) figura en el dicc. de rimas, sin definiciones, de Jaume Marc (1371), lín. 254.―

4 Así vocalizado en Freytag, y en efecto otra vocalización no sería posible según la morfología arábiga (Wright, Gramm., 1933, I, 205); por lo demás los plurales vulgares son más diferentes y sin parecido alguno con samarugo (Dozy, Suppl. I, 686).―

5 RL II, 39, 252; XII, 124; XIX, 321; XVII, 266, 324.―

6 Dicc. de Vall., Cuveiro y Carré; VKR XI, s. v. Sarm. CaG., recogió çumesuga, zumezuga y sumesuga (65v, 91r, A21v). Lo sorprendente de estas formas gallegoportuguesas y catalanas no está solamente en la base SAMBI- en lugar de SANGUI- que parecen suponer, y que apuntarían hacia un origen oscoumbro o dialectal latino, sino también en la -m- intervocálica de las formas gallegas y en parte portuguesas, pues justamente en esta lengua romance la -MB-se conserva sin pasar a -m-. Por lo tanto, y teniendo en cuenta que la raíz SȢG- (o TSUK-) ‘chupar’ no es sólo itálica sino común con el céltico, el germánico y el baltoeslavo, no puedo reprimir la sospecha de una voz de sustrato más bien sorotáptica que céltica, y acaso más afín al gr. αƹμα (< SAMT- o SAI-MEN-T-?) que al lat. sanguis.―

7 Comp. también el girondino sansarrugue «sangsue» (Moureau), donde ha de haber cruce con otro vocablo. Es cuestión enmarañada.