ROCA, voz tardía en cast. y port., sin duda tomada del cat. o el oc.; con viejo arraigo es común a estos dos romances y a los demás de Francia e Italia; de origen incierto, seguramente prerromano.

1.ª doc.: ¿Cuento de Otas (1.r cuarto S. XIV)?; APal.: «rupes es roca o peña alta y berrueco áspero».

Ya antes de fines del S. XV debió de emplearse más o menos, pues a mediados de esta centuria Pero Tafur empleaba un derivado hablando de un lugar «tan enrocado que ninguna bestia non puede subir arriba»; además roca aparece ya alguna vez en el Otas1. Pero los demás ejs. de roca y derivados que cita Cej. (V, 272-6) son todos de fines del S. XVI o más tardíos; aparece, sin embargo en el S. XV: Santillana, Gz. Manrique (F-Delbosc, Cancioneros Cast. S. XV: I, 501b, II, 30a, 109b), Mena, Coron. ed. ¿1489?, fols. 43v, 44r, 63r (vid. también María Rosa Lida, Mena, p. 136, lín. 6). Nebr. lo recoge ya como voz corriente: «roca, peña en el mar: scopulus; rocas, peñas de monte: rupes», los ejs. clásicos abundan y hoy es voz generalmente usada o por lo menos conocida; sin embargo, no hay duda de que la vieja palabra española, peña, sigue teniendo sabor más popular en todas partes, sobre todo entre la gente de montaña. Algo parecido ocurrió en portugués, donde aunque hoy pena sólo tiene carácter caduco y vida toponímica, existen otros sinónimos más arraigados, como penedo, rocha, fraga.

Comparando con la unánime o abierta que tiene en cat., oc., fr. e it., es preciso reconocer que roca ha de ser extranjerismo más o menos antiguo en español, pues de lo contrario habría diptongado esta vocal en ue. Por lo demás es probable que la penetración fuese lenta y empezara desde bastante temprano; el anónimo sevillano de h. 1100 ya nos informa de que el anīsûn saȟ (= ‘anís rocoso’) recibía entre otros nombres el de rûqus (Asín, p. 306) «en nuestro ġarb»2; indicio más firme que éste, acerca de la penetración de la familia de roca, lo da el verbo derrocar, que ya vemos arraigado en el Cid (v. 1007) y es muy frecuente en toda la Edad Media: a los testimonios dados por Cuervo y Cej. agréguense: «leváronlo en cuellos mientras lo vió el padre, / quando se allaron (solos), veredes qué fueron a fare: / derrocáronlo de los cuellos...» Yúçuf (A 15c), «más quiero asno que me lieve, que cavallo que me derrueque» Refranes que dizen las Viejas (n.º 426, RH XXV, 163). Como puede verse por este ej. y por otros muchos de los arriba aludidos, el presente antiguo era derrueca3. Derrocar deriva de roca, de la misma manera que derrumbar, antes derrubar, deriva del lat. RȢPES ‘roca’, y de la misma manera que derribar es derivado de riba ‘ribazo’, o despeñar de peña; pero las antiguas expresiones castellanas eran éstas, y en particular la palabra castiza para decir ‘echar al suelo’ era derribar; derrocar haría su entrada como sinónimo de lujo, seguramente como expresión militar, de caballeros que gustaban de imitar la fraseología catalana y occitana, idiomas donde derrocar es muy antiguo4 y es la única expresión usual. Pero la penetración de derrocar es mucho más antigua que la de roca, como lo muestra el diptongo: hubo de producirse en una época en que el sentimiento de la correspondencia ue = ྿ era mucho más vivo.

El arraigo mucho más grande de roca en oc. y catalán que en el resto de la Península, lo muestra también la toponimia; no faltan hoy ejs. de nombres de lugar derivados de nuestra palabra, según es de esperar en voz tan importante, en las varias regiones de España, especialmente en Galicia, alguno en Extremadura, Santander y Almería (Madoz, s. v. Roc- y Roqueta), pero son incomparablemente menos numerosos5 que los que registra el propio Madoz para un territorio mucho más reducido como es el de lengua catalana; en este caso la toponimia menor agravaría aún la diferencia, denunciando el diferente grado de vitalidad en el lenguaje popular. Lo mismo revela la respectiva fecundidad en derivados, muy escasa y reciente en cast. (nótese la fecha modernísima de rocoso), muy grande y antigua en catalán: roquer, rocam, roquedal, roquisser, roquissar, roqueta, enrocar, etc.; para ‘guijarro’ se forma el importante masculino roc6 sin equivalencia en los romances del Centro y el Oeste; también se ve esto por la mayor amplitud semántica: en el Priorato roca es el vocablo para decir ‘risco, despeñadero’ (cingle es desusado allí); etc.

El origen último de roca parece ser un problema insoluble, que todo el mundo acomete con visible desaliento. La antigüedad del vocablo la comprueban: 1.º sus tempranos testimonios, de los cuales cita Diez uno francés de 767, y en glosa trasmitida por un ms. del S. VIII o IX leemos también «Syrtes: ardua loca sive rocce in mare» (CGL VII, 261, s. v. sertis); 2.º su difusión a varias lenguas vecinas de las romances: vasco arroka, neerl. rots, ingl. mod. y med. rock (> irl. y gaél. roc), y bret. roc’h f., cuya entrada muy antigua en este idioma se prueba por el tratamiento de la CC (Thurneysen, Keltorom., p. 77) y por el plural anómalo reier (Hémon, Gramm. Bretonne, 85, se esperaría *rec’hier, ibid. p. 21); su gran extensión en romance, pues es palabra común desde antiguo al cat., oc., fr., it., y aun (al parecer) al sardo y al rumano de Macedonia, aunque ajena al rumano en general (donde sobrevive RUPES y se han introducido otras palabras) y al retorrománico (ahí crap y voces de otro origen).

Indudablemente hay que atribuir el tipo *R֊CCA a una lengua prerromana7. La existencia del derivado *VER-R֊CCO-N (vid. BERRUECO), con el conocido prefijo céltico, es fuerte indicio de que *R֊CC fuese también una palabra celta, aunque perdida en las lenguas célticas insulares, y aun, partiendo de *VERROCCON, y suponiendo a *ROCCA derivado retrógrado, se le podría hallar una etimología indoeuropea en celta, aunque en mi artículo citado he hecho observar el carácter audaz de esta hipótesis, que sólo puede tomarse en seria consideración teniendo en cuenta la ausencia de toda otra explicación razonable, después de un siglo de sistemáticas indagaciones8. Comp. RUECA y DERROCHAR.

Para la var. mozárabe rocha V. DERROCHAR. Como digo allí, se localiza la palabra rocha en una amplia área manchega y churra, p. ej. en Pavías, junto a Segorbe (dato de los profesores Sarrión y Fletcher) y todo a lo largo de la frontera lingüística, aproximadamente desde Peñagolosa hasta Alcoy, p. ej. La Rótxa, paraje de montaña cerca de Cárcer. Tanto para la averiguación de la nacionalidad lingüística de roca, como para su etimología concreta, la existencia de *R֊CCէA en el mozárabe castellano y portugués es de importancia capital.

DERIV.

Rocalla [Aut.; en ac. figurada ya 1680], del fr. rocaille; rocalloso. Roquedo [2.º cuarto S. XV, Díaz de Gámez en Cej., Voc.; 1535, Fz. de Oviedo]; roqueda [S. XV, Juan de Mena, Cej.]; roquedal. Roqueño [Acad. S. XIX]. Roquero [Covarr.], del cat. (castell) roquer (mucho más vivaz). Roqués. Roqueta [Acad. S. XIX]. Rocoso [Acad. 1925; lo reclama con razón el cubano F. Ortiz, Ca., 197, haciendo observar con razón que la falta de este vocablo en el dicc. académico ha conducido a traducir malamente el ingl. Rocky Mountains por Montañas Rocallosas, como suele hacerse en toda América, aunque no en España]. Derrocar (V. arriba). Rochela ‘lugar de desorden y confusión’ [1604, G. de Alfarache, Cl. C. IV, 12.11; otras en Cuervo, Ap.7, p. 518], en memoria del famoso sitio de La Rochelle; de ahí recholá o rechulá (de pájaros) ‘gran cantidad’ en la zona de Cespedosa (RFE XV, 257), propiamente ‘cantidad desmesurada’. Rococó [Acad. 1925, no 1884], rococo (Valle Inclán en Pagés), del fr. rococo íd. [1829], derivado de rocaille, según un tipo de derivación popular en francés.

1 Ed. Ríos, p. 462.10; me dice mi alumno Herbert Baird que así está ya en el ms. Sin embargo, como la forma predominante en ese texto es rocha, hay buen motivo para sospechar que la variante roca sea cosa del copista posterior.―

2 Lo cual no debe entenderse ‘en el Algarbe’, como parece hacerlo Asín, pues en árabe el vocablo significa sencillamente Occidente, y así puede referirse a toda España y al África occidental. Por lo demás, la localización parece referirse sólo a la primera denominación Ʌulwêllu, y no a las otras. Lo más probable es que rûqus fuese uno de tantos nombres catalanes (o valencianos, aragoneses) que cita el anónimo.―

3 Cito uno del Corbacho s. v. DUDAR. Todavía se oía así en tiempo de Quevedo (Cuento de Cuentos, Cl. C. IV, 186). Otros testimonios en la nota 76 de Cuervo a la Gram. de Bello.―

4 A los ejs. de los dicc. agréguese éste de h. 1385, donde vemos la «figura etymologica»; dice el perro hablando del hombre: «vaig-li a caça sovint, e en rep molt mala dentada de diverses altres bèsties; derroc-me per roques e per tossals avall...» Eiximenis, N. Cl. VI, 127. Hoy más bien se dice enderrocar.―

5 Alguno como el gallego Rocamador muestra claramente la imitación occitana; Rocamundo en Santander quizá sea todo él un nombre de persona germánico.―

6 En el Norte de Cataluña, hasta la altura del Montseny, roc significa, en cambio, ‘peñasco’ (Roc de la Guàrdia junto a Centelles, la Pleta del Roc en los Pirineos, etc.).―

7 Contra un origen céltico puede alegarse su ausencia en los dialectos insulares del celta; contra un origen mediterráneo podría hacerse valer la introducción forastera del tipo roccia en Italia, si es que éste viene del fr. septentrional (como el neerl. rots), pero hay que contar con la posibilidad de que esta forma naciera en el plural tan empleado rocce, donde vendría regularmente de *ROCCAE. Hace gran falta un estudio geográfico de rocca y roccia en Italia, teniendo en cuenta dialectos y documentación en bajo latín. El port. rocha, vivísimo también en la toponimia gallega, sí parece ser galicismo. Y se extendió hasta el leonés antiguo (Cuento de Otas, ed. Ríos 456.31, 457.13, también en el ms.).―

8 Como dejé anotado en aquel artículo, la principal objeción que puede hacerse a esta etimología es el hecho de que el área primitiva de *ROCCA no coincide en ninguna parte con la de *VERROCCON. Claro que esto podría explicarse por una desaparición posterior del primitivo *VERROCCON en tierras galas e itálicas. Supuesto que sólo hallaría muy vacilante apoyo en un nombre de lugar francés como La Barroche; esta clase de semejanzas tiene escaso valor cuando no se ha estudiado la historia de un topónirno: por casualidad sabemos que el cat. La Barroca sale de Sobre Roca (así en docs. medievales) disimilado en Saberroca, cuya primera sílaba se tomó por el antiguo artículo sa IPSA. No sé de dónde viene el nombre francés.