PIEDRA, del lat. PĔTRA ‘roca’ y éste del gr. πέτρα íd.

1.ª doc.: pietra, doc. de 1042; piedra, doc. de 1074; Cid, etc.

General en todas las épocas y común a todos los romances. Aunque el helenismo petra aparece desde los más antiguos escritores latinos, y parece haber arraigado pronto en el latín hablado, permaneció ajeno al uso correcto y los clásicos lo evitan, pero en vulgar debió generalizarse pronto, pues en romance apenas queda algún rastro esporádico de la voz clásica LAPIS, -էDIS (probte. aran, lobada ‘losa’): los demás que suelen citarse son cultismos o tienen otro origen (para lauda, V. LOAR); ya en la antigüedad latina se halla PETRA con la nueva ac. romance ‘piedra’. El empleo frecuente de PETRA en la toponimia, en combinaciones donde actúa como primer elemento átono, ha ayudado a la formación de alteraciones locales como pera (Peralta, etc.; para el portugués, vid. Leite de V., XVI, 171-2; forma muy extendida en catalán, donde tampoco es regular fonéticamente, contra lo que suele afirmarse, V. mi trabajo sobre el tratamiento de -TR- en Estudis Romànics III), piegra1, etc. Notable la ac. del gall. pedra ‘terrón’ («unha pedra de zucre», Castelao 141.9, 158.25), no recogida por los diccionarios.

DERIV.

Piedrezuela. Pedrada [Berceo]. Pedral. Pedregal [1242, M. P., D. L., 94.25; h. 1400; glos. de Toledo; 1591, Percivale; ejs. del S. XVI, en Aut.], comp. port. pedregal, cat. pedregar (o -guer), oc. mod. peiregal, -au; pedregoso [-osus, doc. de 972, citado por Cabrera; -oso, doc. de 983, en Vignau, Glos. de Sahagún; Nebr.; pero nótese que pedroso es común en lo antiguo, ejs. de los SS. X-XIII en Oelschl.; APal. 35d, 168b, 233d; y muy extendido en la toponimia]2, comp. port. pedregoso, cat. pedregós, oc. mod. peiregous, corso petricoso; otros derivados de PETRA que contienen el infijo -eg-, son el mozár. peƫreqáȳra ‘roqueta salvaje’, peƫreqâl ‘abrótano’3 (Asín, Glos., 227-8); port. pedregulho ‘peñasco’, en Galicia y en la Beira (RL II, 83n.1) ‘ripio, casquijo’ (ac. que ya se halla, a med. S. XVI, en J. de Barros, o vid. Moraes) > rioplat. pedregullo, venez. pedregullal ‘casquijo, conjunto de piedras menudas’ (Corominas, RFH VI, 222); cat. pedregar ‘caer pedrisco’, apedregar ‘apedrear’ (un oc. mod. peiregà «empierrer», registrado por Mistral sin ejs. ni localización, es dudoso, tanto más cuanto que la variante peirugà parece indicar otra procedencia; sin embargo, un verbo de esta forma debió existir esporádicamente en lengua de Oc, si bien con la ac. catalana, en vista de oc. ant. peiregada ‘pedrisco’), corso petricaghja ‘montón de piedras’, y numerosos nombres de lugar del tipo Pedregal esparcidos por todo el NO. de Italia (para los cuales V. el trabajo de Giandomen. Serra, VRom. IV, 102-22)4; este grupo de derivados, con arraigo en iberorromance, lengua de Oc y hablas italianas limítrofes, presenta un elemento -eg- cuya génesis no es bien clara5; no es admisible suponer un sustantivo *PETRէCA equivalente de PETRA (según hace M-L., REW 6447), cuya creación no se justifica y que carece de apoyo en romance6; tampoco convence la explicación de Malkiel (Language XXV, 139-45), quien parte de un verbo *PETRICARE ‘empedrar’, por influjo del cual pedroso habría sido reemplazado por pedregoso en la Península Ibérica; pero, además de que nunca parece haber existido un verbo pedregar en español ni portugués, nótese que este *PETRICARE en el sentido de ‘empedrar’, no se documenta en parte alguna a no ser por el *perger local del fr. ant., por lo demás hipotético; lo más plausible parece ser que el uso frecuentísimo del tipo diminutivo PETRICELLA, en la toponimia y en el lenguaje hablado, daría lugar a la extensión del tema PETRIC- a otros derivados (para lo cual no sería objeción la diferente calidad de la consonante en romance, piedrecilla frente a pedregal, puesto que los romances conservaron el sentimiento vivo de esta alternancia en casos numerosos como dice: diga, raíz: arraigar, perdiz: perdigón, llegando hasta crear derivados nuevos de fecha reciente como raigón de raíz o narigudo de nariz).

El gall. peirau ‘muelle’, ‘dique’ parece ser un occitanismo náutico, aunque en oc. ant. sólo se ha señalado peirat «quai» y peirade en Frontignan, cerca de Sète (1737, vid. Sarm.); pero se tratará; más bien de un gascón *peirau (-ALE), afín al fr. ant. piere ‘dique, tajamar’ (> ingl. med. per, ingl. mod. pier ‘muelle’). Peiráu según Sarm. (CaG. 60v, 154v, 155v, 178r, 179r) es propio de Pontevedra, donde se aplica a los desembarcaderos o escaleras de piedra de la ría, que hoy son doce, y él mismo documenta peirao en escrituras pontevedresas de 14547 y 1484 (bis); de Sarm. lo sacan F. J. Rodríguez, Vall. y otros; Vall. dice además que peiroa son en Betanzos las escaleras por donde se baja al mar o al río (lo cual Eladio Rodríguez y Crespo Pozo, s. v. escalón, enmiendan en peirao); en el Apéndice de Eladio Rdz. se dice que peirao es una presa vadeable para detener las aguas del río, en Morgadáns y Val Miñor, cerca del mar. Castelao emplea peirán ‘muelle’8. No tengo noticia cierta de que se haya empleado en Portugal, aunque cabe sospecharlo, en vista del brasil, perau o peirau registrado por Fig. en acepciones afines9. Otro deriv. gallego, de *peroulo, dim. mozárabe de PETRA (con la misma reducción fonética pretónica que en Peralta, Paramio, Pero, etc.), será pelouro ‘guijarrito redondo de mar o río’ (Vall.; O río dos Pelouros, poesía del pontevedrés L. Rdz. Seoane, n. 375); en portugués es dialectal en esta ac. y común y ya clásico en la secundaria ‘bala de fusil, etc.’; por adaptación a su diminutivo pelourinho (también usual en esta ac. en portugués) el fr. pilori ‘picota’ se convirtió en pelourinho, que Sarm. ya anotaba como port. y gall. en CaG. 232v. Hay finalmente un gall. pedrolo con referencia a los guisantes (Vall.), habas (Carré) duros y a estas y otras legumbres y frutos que no se ablandan con la cocción (Eladio Rdz.); ‘embutido del intestino grueso’ (íd.), ‘niño robusto, persona baja y gruesa’ (Carré, Eladio Rdz.); padroulo (Vall., Supl.).

Otro significado es indudablemente de origen más incierto: ‘gusano y coquito color de tierra, que roe los pámpanos de las viñas’ (Sarm. CaG. 224r, 91r, 109v, A21r, 217r; en el valle de Ribadavia, etc., Eladio Rdz., Carré, etc.) junto a pedrol que era la forma de Pontevedra (Sarm. ibid.); es probable que sea esto una deformación de pedrisco, por comparación pintoresca de las dos plagas de la viña, adaptada a pedrolo, preexistente en las demás acepciones; la forma pontevedresa sugiere en este significado una sugestiva etimología, lat. PRAEDONEM ‘saqueador, despojador’, que no me convence, empero (sin desecharla del todo), porque la evolución fonética (conservación de la -D- y -N > -l) exigiría entonces un origen mozárabe o castellano, y precisamente el vocablo no existe en portugués ni es castellano.

Pedrejón [Acad. ya 1843]. Pedreñal ‘trabuco que se disparaba con chispa de pedernal’ [1615, Quijote II, lx, Cl. C. VIII, 104], tomado del cat. pedrenyal [S. XVI, Ag.]10, derivado de pedreny, pedrenyera ‘pedernal’ [S. XV, Ag.]. Pedrero [‘cantero’, h. 1300, Gr. Conq. de Ultr., 295; Nebr. «que corta piedras», «p. de piedras preciosas»; port. y gall. pedreiro ‘cantero’ y ‘vencejo’ (Sarm. CaG., p. 231), port. también ‘albañil’, cat. rosell. peirer ‘albañil’] hoy anticuado en las más acs.; también su fem. pedrera ‘cantera’ [«lapidicina», Nebr.] es hoy provincial o anticuado (comp. cat. pedrera, de uso normal); pedreral; pedrería [G. Segovia (Nougué, BHisp. LXVII); h. 1590, J. de Acosta], que sigue usual. Sal pedrés (G. Sachs, Libro de los Caballos, S. XIII, p. 141). Pedreta. Pedréu ast. ‘sitio pedregoso a orillas del mar’ (Vigón) < -edo.

Pedrisco [S. XV, Mingo Revulgo, Aut.]11. ¿Será mozarabismo el merideño petrisco ‘pedrisco’ (Zamora V.)? Pedrisca; pedriscal ‘pedregal’ [APal. o 225d; monte pedriscaleño ibid. 330d]; pedrisquero; judesp. pedriscado ‘que tiene la piel con manchas blancas y otras’ (BRAE V, 356; Cuervo, Disq., 1950, p. 283), para cuyo significado comp. el cast. rucio de ROSCIDARE ‘rociar’ y el port. saraivado ‘rucio’ de saraiva ‘pedrisco’. Pedrizo. Pedroche ‘pedregal’ [Acad. 1925, no 1843]: no me consta que se emplee fuera del nombre propio de lugar Los Pedroches en Córdoba, equivalente mozárabe del port. pedrouço ‘montón de piedras’. Pedrusco [Acad. 1925, no 1843], comp. cat. pedruscall ‘casquijo’.

Pedernal [S. XV, R. Cota, cita de Malkiel, Langage XXV, 141; «silex», Nebr.; «con aquel arco hum estormento... et sua ysca et seu pedernal em el Gral. Est. gall. S. XIV, 222.11; la forma etimológica pedreñal12 se conserva en Lucas Fernández, h. 1500, Églogas, 90, y en una comedia antigua, RH LXXII, 78], derivado del lat. tardío PETRէNUS, gr. πέτρινος ‘pétreo’ (acerca de pedernal, etc., Malkiel, Filología, Bs. As., III, 201-6); pedernalino; apedernalado; de la misma raíz procede empedernido [Nebr.], empedernecerse [Nebr.] o empedernir; para la metátesis comp. venternero, venternía, s. v. VIENTRE; pero al menos a la consolidación de esta variante metatética debió de ayudar el influjo del antónimo tierno, entern(ec)ido, junto al cual se empleaba tan a menudo, cf. «teniendo el coraçon empedernido / vino de tal manera / a recobrar sentido, / quel duro pecho se hizo enternecido», Arbolanche, Abidas (a. 1566), 15v6.

Apedrear [«a. con piedras: lapido; a. con granizo: grandino», Nebr.]; apedreadero; apedreador, apedreamiento; apedreo; apedrea, por lo común pedrea (por confusión con la a del artículo).

Despedrar o despedregar [ambos en Nebr. «lapido»], hoy desempedrar.

Empedrar [h. 1410, Gz. de Clavijo, Cuervo, Bol. Inst. C. y C. IV, 371-2]; empedrado; empedrador; empedramiento; empiedro ‘conjunto de rulo y solera, en el molino de aceite’ (en Jaén, RFE XXIV, 227).

Cultismos: Petraria. Pétreo. Petrera. Petroso. Empetro, tomado del gr. ƒμπετρον, propiamente ‘que está en las piedras’.

CPT.

Petróleo [petrolio ‘betún’, Gr. Conq. Ultr. III, 12ra30 (Cooper); Terr.; Acad. ya 1817], compuesto con el lat. oleum ‘aceite’; petrolero; petrolífero [Ca., 67; Acad. 1925]. Petrografía. Petrificar; petrificante; petrificación.

Perejil [perexil ya en el Tratado de las Enfermedades (fin S. XIII) p. P- B. Maler (Filologiskt Arkiv IV, p. 101); 1385, Lz. de Ayala, Libro de la Caza, cap. 22, ed. Soc. de Biblióf.,. p. 95; med. S. XV, Refr. que dizen las viejas, n.° 350, RH 3: XXV, 159; Nebr.; con -x- también en judesp., BRAE XIII, 223; comp. port. ant. perrexil, a. 131813, y todavía mais verde que um perrexil en Sá de Miranda, RL XIII, 360-2; gall. perišel, pirixel, prixel14, VKR XI, 102; mozár. perexíl, perrixín, Simonet], préstamo antiguo de oc. pe(i)ressil15 (comp. fr. persil; cat. julivert, port. salsa, de otros orígenes), procedente de *PETRISILLU por *PETRISILNU < PETROSզLĔNON (forma documentada en 3 mss. de S. Isidoro, Etym. XIII, xi, 2; comp. petrisilĭnum CGL III, 577.40), metátesis de PETROSÉLզNON (< gr. πετροσέλινον, especie de perejil, compuesto con σέλινον ‘perejil’)16; perejila; emperejilar.

1 Vulgar en muchos puntos de la Arg. (piegritas, Ana M. Berry, La Nación, 12-V-1940); cruzado con la forma chilena pieira: en el Neuquén pieigra (Camino, Nuevas Chacayaleras, 121).―

2 El carácter secundario del infijo -eg- en el Sudeste de España se ve por el detalle de que el nombre mozárabe Petrair, conservado por el Repartimiento de Valencia en el S. XIII, fué reemplazado por Pedreguer al catalanizarse la región: Ribera, Disert. y Opúsc. II, 355. PETRARIOS es también el étimo de Patraix junto a Valencia (del antiguo Petrat(r)s).―

3 De esta forma mozárabe quizá sea alteración el murc. y and. pelagartar ‘lugar seco y pedregoso’ (G. Soriano), and. pegalartar ‘tierra mala para sembradura’ (AV): petregal > pregatal > plegatar > pelagatar e influjo de lagarto.―

4 El logud. pedrighina ‘piedrecita’ es cambio de sufijo de pedrighedda PETRICELLA y por lo tanto no interesa aquí. Dos representantes sueltos que se ha creído hallar del tema PETRIC- en los Vosgos y en Bélgica, respectivamente, tienen etimología dudosa, y por lo tanto vale más prescindir de los mismos para la cuestión. Malkiel cita otras formas hispánicas diferentes, que contienen otros sufijos conocidos (como el leon. pedracal).―

5 Se ha citado un petricosus en Marcial III, 63, pero otros mss. traen pertricosus, derivado normal de tricae, que va bien por el sentido; hay que prescindir de aquella forma.―

6 M-L. cita un oc. ant. peirega y un fr. ant. pierge; pero aquél, que es palabra muy rara (sólo en el Levy pequeño), significaba ‘caída de granizo’ y por lo tanto es postverbal del verbo peiregar; pierge ‘camino empedrado’ es también palabra poco común, documentada sólo tres veces en textos locales de los SS. XIII y XIV (God.) y a lo sumo podrá mirarse como prueba de la existencia esporádica, en algún punto del Norte de Francia, de un verbo *perger ‘empedrar’, hermano del cat. pedregar; a no ser que se trate de un adj. sustantivado PĔTREA.―

7 «Que fazades fazer por vosa custa hum peiraao de pedra de casa para o mar».―

8 «No peirán da ribeira» 200.6; 207.10; y aplicándolo a los quais parisienses del Sena en 222.22. Apareciendo tantas veces, quizá no sea errata por peiráu, como sospecharíamos de otro modo.―

9 ‘Línea inferior de la margen, donde empieza el lecho del río y que la marea cubre y descubre’, pero también ‘hondón en el fondo del río’ y ‘precipicio’. Por otra parte Beira peirão ‘piedra tosca y larga que sirve de pilar’, aunque -ão es -ONE.―

10 Biȝrinyâl (= pedreñal) «musket» en una carta de 1595 escrita por un morisco valenciano pidiendo armas a un amigo (Harvey, Al-And. XXXVI, 1972, 106, 101.5).―

11 Como observa Jud, ARom. II, 238, no es aceptable la idea de Urtel de que en la ac. ‘granizo’ sea calco semántico del vasco, pues además de que el cat. pedregar ‘caer pedrisco’ está ya más alejado, el fr. grésil también deriva de grès, el napol. lapeto «grossa grandine» viene de LAPIDEM, y marchigiano sassate «grandine forte» de SAXUM.―

12 Enrique D. Tovar y R., BAAL XIII, 616-7, dice que se conserva en murc. vizc. y puntos de América, de lo cual no tengo confirmación.―

13 Según R. Lapa, CEsc., p. 731, la documentación portuguesa que cita C. Michaëlis en realidad es algo posterior, aunque todavía medieval, en la Falcoaria de Pero Menino. Pero quizá se halle o aplicado a una salsa, o color de salsa, en una cantiga del S. XIII, si bien es texto conjetural.―

14 «Endeble como un prixel» Castelao 217.4f.; ya Sarm., CaG. 207r, cita un gall. prinxel, negando explícitamente que pirugel sea forma gallega.―

15 En la E. Media hay sólo dos ejs., ambos en Raynouard y escritos pe(y)ressilh. Pero el uno procede del Languedoc meridional (nótese la grafía naish), donde -LL- da -lh- como en iberorromance; del otro, que parece languedociano, se ignora la procedencia exacta. Hoy Mistral sólo registra formas en -l, entre ellas persil en Toulouse, donde no se confunde -l con -lh (-L?, -CL’); es verdad que Palay da como bearnés peyrassilh, pero en gascón abundan los casos de -lh < -l (pernilh, candilh, karko, etc.; V. este artículo de mi Vocab. Aran.).―

16 A. Castro, RFE VII, 59-60, trata de explicar la dificultad fonética de la forma castellana sin lograrlo, pues partir del b. lat. PETROSILLUM, forma sin explicación lógica, no conduce a mucho; esta forma medieval, así como el petrisilus de alguna glosa, no es más que latinización de la forma romance. Lo mismo hay que decir del petrosile, petrosilo y petrosilio de las Notas Tironianas (ALLG X, 267), colección donde hay anotaciones muy tardías. Está claro por el tratamiento de -TR- y de la -U que las formas hispano-portuguesas han de ser préstamos galorromances.