PELMAZO, ‘objeto compacto o pesado’, origen incierto, probablemente derivado del lat. PEGMA, -ଵTIS, gr. πŲƔμα , -ατος, ‘materia congelada o coagulada’ (derivado de πƓƔνύναι ‘clavar, fijar, coagular’); pelmazo puede ser derivado romance muy antiguo de un preliterario *pelma, o quizá más bien provenir del diminutivo gr. πƓƔμάτιον; sea como quiera, el moderno y vulgar pelma es derivado regresivo de pelmazo y no al revés.
1.ª doc.: pemaço (?), Berceo; pelmaço, Alex.
Covarr. en sus definiciones está influído por las dos etimologías que propone alternativamente, a saber gr. πέλμα ‘planta del pie’, y apalmazar de palma (de donde ‘apretar con las palmas de las manos’); prescindiendo de algún detalle inspirado en estos prejuicios etimológicos, sus definiciones, sin embargo, son aceptables, y se explican bien partiendo de la idea básica de ‘emplasto’, que es objeto amasado y compacto: «apelmazar es apretar alguna cosa con las palmas de las manos...; y pelmazo, todo lo que está apretado en esta forma: y porque lo apretado está más pesado de lo que parece su cuerpo, llamamos pelmazo al hombre que es pesado en su conversación y trato; lo que se assienta en el estómago dezimos pelmazo, por la misma causa y similitud»; así esencialmente pasó la definición del vocablo a Oudin, y así quedó en Aut., donde sólo se cita un ej. del mismo, en la ac. ‘hombre pesado...’, en Salas Barbadillo (1635), que en efecto es la más conocida o quizá la única en la lengua moderna. Completemos la documentación recordando que el verbo apelmazar es ‘hacer algo más compacto de lo que debería ser’, que es como lo emplea ya G. A. de Herrera (1513): «cuando está muy pesada la tierra, se apelmaza» (DHist.).
En cuanto a la palabra hoy usual, pelma, que por lo común toman como punto de partida los etimologistas, en realidad, es voz muy moderna (ni siquiera figura en Terr.); su primer testimonio es el de Aut., que se limita a decir es «lo mismo que pelmazo» y que «es voz usada en el reino de Sevilla». No son raros los ejs., desde fines del S. XVIII: «vamos a la tertulia y dejemos estos pelmas» en Ramón de la Cruz, «que mi hermano viniera al instante... ―Mucho tarda. ―Si es un pelma» (citas de Ruiz Morcuende). Hoy es voz de resabio fuertemente vulgar, pero muy empleada, y más o menos general en España; siempre la he oído (y con ello coinciden lodos los testimonios que cita Pagés) en la ac. de ‘hombre tardo o pesado’, y siempre como masculino2; desconozco del todo su empleo en las demás acs. de pelmazo, que le atribuye Acad. Sea como quiera, está claro que este pelma es secundario, sacado de pelmazo, que se sintió como aumentativo; si fuese vieja palabra tradicional es seguro que sería femenina, como lo son tradicionalmente las palabras en -a, aun las procedentes de neutros griegos en -ma, a condición de que tengan carácter hereditario. Luego es preciso prescindir de pelma para la etimología.
Por lo que a ésta respecta podemos prescindir del πέλμα de Covarr., adoptado por Diez (Wb., 444), y del πέμμα ‘pastel’ de Baist (ZRPh. V, 241), ya que aquél no satisface al sentido ni éste a la forma, y ambos son palabras sin descendencia romana, aquélla ni siquiera documentada en latín. La explicación más probable es la de C. Michaëlis (Misc. Caix, 142-3), quien deriva del gr. πŲƔμα relacionando con el dolomítico y lomb. alpino pelma ‘panal de miel’, ‘dulce de miel’ (Gamillscheg, ASNSL CLXVI, 282); a ello se adhirió M-L. (REW 6364) agregando un rum. pielmă ‘harina de trigo que se mezcla con la masa de harina de maíz para dar más consistencia al pan’ (con cita de Tiktin, que no está a mi alcance; falta en Saineanu). No hay, en efecto, dificultad en explicar con esta base griega las palabras rumana y alpinas, pues el cambio de GM en lm es frecuente y conocido (comp. ENJALMA, ESMERALDA, etc.; la etapa intermedia peuma por pegma está documentada en el Appendix Probi, en el Edicto de Liutprando y en otros textos vulgares, ALLG XI, 314), y aunque en latín pegma, que por lo demás no es vocablo raro en este idioma, sólo se documenta en el sentido de ‘andamiaje, estantería, mobiliario’, en griego tiene las acs. ‘materia congelada’, ‘cuajo para cuajar leche’, ‘cuajarón, coágulo’, y no es nada inverosímil que estas acs., bien apoyadas en el sentido de la raíz de πƓƔνύναι, pasaran también al latín; de ellas hasta ‘pastel’ o ‘masa de pan’ se llegaba muy fácilmente. Y si el sentido básico del cast. pelmazo fué ‘emplasto’, se concibe perfectamente que los médicos helenísticos al servicio de los romanos familiarizaran a éstos en la baja época con esta ac. médica (fácilmente deducible de la de ‘masa cuajada’), sin que llegara a documentarse en el latín escrito.
Sin embargo, con esta etimología, es algo extraño que sólo hallemos en fecha antigua pelmazo y no *pelma; es verdad que podríamos partir del diminutivo πƓƔμάτιον, documentado alguna vez en griego y que podía formarse ahí en cualquier momento, aunque entonces perdamos el apoyo que prestaba a nuestra etimología el carácter documentado de pegma en latín y en otros romances. No son reparos éstos que obliguen a desechar la etimología, pero sí la dejan en cierto grado de duda y nos privan de echar en olvido otras sugestiones etimológicas que se han ofrecido: la alternativa sugerida, pero no aceptada, por C. Michaëlis, de derivar del port. polme ‘gachas, masa’ (*PULMEN = PULMENTUM), buena desde el punto de vista semántico, no tanto en lo fonético; y la ya propuesta por T. A. Sánchez en su glosario al Alex. de identificar con PLUMACEUM ‘cojín, almohada’ (port. chumaço, cast. arcaico plumazo, llumazo, vid. CHUMACERA), que se apoyaría bien en el pasaje del Alex., con explicación posible de las demás acs. posteriores, y en lo fonético podría reforzarse con la cita de pulmazo ‘almohada’ en doc. portugués antiguo, ya hecha por C. Michaëlis; esta etimología obligaría a suponer que pelmazo fuese voz primitivamente mozárabe, lo cual explicaría el traslado de la l, y aun podría justificar el cambio de la vocal inicial. De todos modos esta vocal e es desfavorable a ambas etimologías y a ninguna de las dos podemos reconocer la misma verosimilitud que a PEGMA o más bien PEGMATIUM3.
DERIV.
Pelmacería. Pelma [1737; V. arriba]. Apelmazar [princ. S. XV, V. arriba]. Derivado culto de pegma: pegmatita.
1 Canc. de Baena, n.° 389, v. 7; n.° 446, v. 4. El sentido es oscuro en ambos pasajes, como tantas veces en que este poetastro, llevado por la necesidad de la rima (aquí preestablecida por su contradictor); fuerza el sentido de las palabras. Quizá en el primer pasaje haya que leer palmazo ‘bofetón’.― ↩
2 En Costa Rica dicen un pelmas (Gagini), comp. allí mismo un palanganas, un tarambanas, etc.― ↩
3 Acaso pueda agregarse a los representantes de PEGMA un cat. ant. peima que figura en la Farmacología de Klagenfurt (S. XV), y que Menhardt traduce «cassoleta» (AORBB III, 265); no puedo comprobar ahora en qué ac. ↩