CHUMACERA, ‘tablita que se pone en el borde de una embarcación de remo y en cuyo medio está el tolete, destinada a evitar el desgaste por el continuo roce del remo’, del port. chumaceira íd., derivado de chumaço ‘almohadilla’, ‘sustancia empleada para almohadillar’, que procede del lat. tardío PLȢMACIUM ‘cama de plumas’, derivado de PLȢMA.
1.ª doc.: 1675, Fz. de Navarrete (Gili); Acad. 1817, no 1783: sólo en la ac. náutica; Cej. VIII, § 85.
Las palabras portuguesas
chumaceira y
chumaço son voces muy antiguas en el idioma: en la forma medio latina
plumazo se halla la última ya en documentos del S. X, escritos en Portugal
1.
Por lo demás, en esta época se empleaba el vocablo aún en Castilla (
plumazo, a. 935, en documento de Valpuesta citado por Steiger,
Festschrift Jud, 633), y en tierras leonesas sobrevivió el vocablo más tiempo; pero aun ahí se había anticuado de tal manera en 1627 que el salmantino Correas lo toma erradamente por «planta pequeña» en el adagio «vióse la pulga en el
chumazo, y dió un salto». Se empleó también en Aragón
plumaço (inventario de 1378:
BRAE IV, 215) y
plumaça (íd. de 1362:
BRAE IV, 210). Quizá de uno de estos documentos arcaicos sacó
plumazo ‘colchón lleno de pluma’ la Acad. [ya 1843], voz ajena al español normal.
1 N. P. Sacks, The Latinity of dated Documents in Portuguese Territory, 162-71. ↩