PANTALLA, probablemente tomado del catalán, donde resultará de ventalla ‘pantalla de lámpara’, ‘abanico’ (derivado de ventar ‘hacer viento, abanicar’), alterado por influjo de pàmpol ‘pantalla de lámpara’, propiamente ‘hoja de parra, pámpano’.

1.ª doc.: pantalla, 1615, Quijote; pantalla, 2° cuarto S. XVII, Castillo Solórzano (Aut.).

Cervantes (II, xliv, Cl. C. VII, 135) increpando a la pobreza la acusa de obligar a los hidalgos pobres a «dar pantalla a los çapatos»1. Sanvisenti, ARom. XXI, 491-6, observa que lo mismo, y en situación análoga, expresa Cervantes por dar humo a los çapatos (Quijote II, ii), y Franciosini, buen conocedor del idioma coetáneo del Quijote, traduce dar pantalla, en su versión italiana, por «fumicar le scarpe»; explica Sanvisenti, fundándose en un artículo de Eduardo del Saz (en Plus Ultra, B. Aires, 30-XI-1927), que se empleaba el hollín de humo recogido en las pantallas de linternas y candeleros como el medio más económico para dar a los zapatos un color negro uniforme, cuando su mal estado lo exigía. Así tenemos en la pantalla cervantina el ej. más antiguo de pantalla, voz que falta no sólo en Nebrija y C. de las Casas, sino todavía en Percivale, Oudin y Covarr., pero ya recogida por Aut., donde se cita el verso de Castillo Solórzano «le sirve de pantalla la nariz», y el de Agustín de Salazar († 1675) «porque su luz no goce sin pantalla». Según Aut. es «plancha delgada de varias hechuras, que se pone en la vara de los velones y candeleros, que se mueve a todas partes, se baxa y se sube, como se quiere, y sirve para ponerla delante de la luz para que haga sombra y no ofenda la vista». Cej. IV, § 136. De aquí que en Cuba designara antiguamente las «cornucopias de los candeleros» (Ca. 178) Según Terr. es además la que se pone delante de las chimeneas para resguardar de la reverberación excesiva del fuego del hogar, y designa también un parapeto o mampara de paja que resguarda ciertas plantas del frío.

Como etimología indicaba Sanvisenti una alteración de ventalla, documentado en el sentido de ‘válvula’ desde principios del siglo XVIII, y en su forma masculina ventalle, con el sentido de ‘abanico’, desde fines del siglo XVI (citas en Aut. y además C. de las Casas y S. Juan de la Cruz); alteración que se debería a cruce con pantano, a causa de la analogía entre las ideas de ‘hollín de humo’ y ‘fango, cieno’. Esto último es muy indirecto y nada convincente. Sin embargo, la idea de relacionar con ventalla es atinada y a ella se adhiere Spitzer, AILC I, 672, llamando la atención hacia el hecho de que pantalla es ‘abanico de palma, de cartón, etc., empleado para hacerse aire, aventar el fuego, etc.’, en toda la Arg.3. Esto confirma efectivamente que pantalla es variante de ventalla, el punto de partida no hay que buscarlo en francés, sino en catalán, donde también ventalla suena igual que *vantalla, y además pantalla es usual. Es verdad que Fabra lo consideraba castellanismo y lo excluyó de su diccionario, admitiendo solamente pàmpol en este sentido; de todos modos el hecho es que se usa no sólo en Barcelona, sino más o menos en todo el dominio lingüístico (Ag.; BDC XIV, 45; XX, 275), y como -alla es sufijo forastero en castellano, pero castizo en catalán, sólo en este idioma se puede explicar etimológicamente el vocablo, deberemos admitir que de Cataluña pasó a tierras castellanas y no viceversa.

En efecto, además de ventall ‘abanico’ y ventalla ‘hoja de puerta o ventana’, voces de uso general, ventalla es la pantalla de un quinqué u otra lámpara en Mallorca e Ibiza, un biombo o paraviento en Sant Feliu de Guíxols y muchos puntos de Cataluña (BDC XX, 137-8, 268), ventalló la ‘pantalla de la lámpara para la pesca nocturna’ en la Costa Brava catalana (BDC XIV, 67), etc. Por otra parte pàmpol, además de ‘pámpano, hoja de parra’ designa precisamente la pantalla de lámpara en catalán (ejs. desde el S. XVIII en Ag., etc.), de suerte que era natural se cruzasen los dos sinónimos ventalla y pàmpol dando pantalla. En portugués pantalha se emplea sólo en Olivenza y en el Alentejo, de suerte que tendrán razón Leite de V. (RL II, 348) y Nascentes al considerarle tomado del castellano. La forma pantalia de Cervantes puede explicarse variamente: será adaptación del sufijo forastero -alla al tipo de los latinismos en -alia, más frecuentes en castellano; o bien será pronunciación andaluza de raíz morisca como enjulio por ENJULLO, aliende por ALLENDE, y la que se halla con cierta frecuencia en el sevillano Baltasar del Alcázar, a fines del S. XVI.

Es inaceptable desde todos los puntos de vista la etimología de Segl (ZRPh. XXXVII, 219) *PANDITALIA, derivado de un *PANDէTUS (por PANSUS), participio meramente supuesto de PANDERE ‘extender’; lo cual, de todos modos, no nos ahorraría el partir del catalán, ya que -ALIA no da -alla en castellano. No puede ser variante del catalanismo davantal, (a)vantal, ‘delantal’, como quiere GdDD 4.

Lo que también convendrá examinar es la posibilidad de que el castellano recibiera el vocablo, durante las guerras de Flandes, etc., sea de Alemania o de los Países Bajos, pues pantaile, panteile ya se documentan en a. alem. medio (S. XV o antes), creo que en el sentido ‘visera del yelmo’; claro que siempre el punto de partida último sería la voz catalanofrancesa. Pero el fr. ventante pudo alterarse en alemán y en lugar de dar *bantaile o *wantaile hacerlo en panteile, -taile, en parte por el sentimiento de correspondencia b- ~ p- en alto alemán frente al francés, en parte por una especie de etimología popular panzer-teile ‘parte de la coraza’. Y justamente así explicaríamos mejor la variante pantalia de Cervantes. La clave del dilema (catalán o alemán) estará en lo semántico y en más datos históricos: no es difícil que el vocablo entrara en el S. XVI como voz de soldados, y tampoco podemos rechazar la posibilidad de que partiendo de ‘visera’ se volviera, por comparación, al punto de partida etimológico ‘pantalla, abanico’, etc. Pero lo decisivo está en el repertorio de las acepciones en la documentación alemana y en la castellana del Siglo de Oro.

Colón, Enc. Ling. Hisp. II, 206-207 poco ha agregado de sólido a la cuestión de pantalla. No estoy muy conforme con su afirmación de que en catalán se sienta pantalla como castellanismo: el que sea voz nefanda para los correctores de catalán claro que no prueba nada, pues se limitan a tomar ingenuamente el magnífico diccionario Fabra como el Corán de la lengua catalana. Mis datos son más humildes, pero todavía puedo dar fe de que en un hogar de rigurosa tradición catalana como el mío no oí nunca dudas sobre la catalanidad de pantalla; mis primeras noticias en contra datan de 1930 y pico en que oí de boca de Fabra la afirmación contraria, y casi fué entonces cuando me enteré de que se empleaba pàmpol en este sentido (quizá lo había oído yo alguna vez). Mi gran maestro nunca pretendió ser infalible; sin embargo es posible que en el fondo tuviera razón.

DERIV.

Pantallazo ‘destello’, ‘reflejo que escapa oblicuamente a una pantalla’ arg.4. Apantallar ‘deslumbrar’, ‘asombrar’, ‘fr. épater’ en Zacatecas, mej. (Quirarte, en Malaret Supl.); apantallado ‘zafio, bobalicón’ mej. (Revilla, BDHA IV, 194).

1 Clemencín supone vagamente sea ‘cerote’ e imagina que pueda ser voz de la lingua franca, en vista de lo cual a Rodríguez Marín, aunque confiesa ignorar totalmente lo que signifique el vocablo, se le ocurre buscar en un diccionario griego, y encontrando allí πανȎƓλƲς «tout verdoyant» (o sea ‘lozano’), imagina una especie de betún verde. Claro que todo esto no tiene el menor fundamento.―

2 Cree que se trata de un cambio esporádico, pero espontáneo, como el de bandullo en pandullo; en el tomo siguiente el mismo filólogo cita el caso de prevete por brevete, MARBETE, casos debidos a la diferente calidad de los sonidos extranjeros; podría agregarse algún otro caso de esta naturaleza, como port. ant. prasmar < fr. ant. blasmer. Pero en realidad todos estos casos son debidos seguramente a cruces o interferencias de palabras indígenas. Anteriormente Spitzer (Lexik. a. d. Kat., 3n.) había opinado brevemente que pantalla podía haberse extraído del cat. espantall ‘espantajo’, idea poco atractiva desde el punto de vista semántico y por otras razones.―

3 Aunque Malaret lo daba como de la «América meridional», pero B. Murrieta observa que no se emplea en el Perú, y no hallo más que noticias argentinas: «se afanaba por avivar el fuego con una pantalla raída y ahumada» Alberto Córdoba, La Prensa de B. A., 29-VI-1941; V. además Garzón -

4 «A la señora le parece haber visto algo así como un pantallazo, que sin duda es la luz de uno de los camiones», Guillermo House, Nubes de Contramano, en La Nación de B. A., 10-VIII-1941. Otro ej. del mismo sentido, aunque mal interpretado, en Garzón.