LUGAR, del lat. LOCALIS ‘local, del lugar’, derivado de L֊CUS ‘lugar’, al que sustituyó porque su descendiente arcaico luego se confundía con el adverbio de igual forma.
1.ª doc.: locar, doc. de 933 (Oelschl.); logar, Cid, etc.; lugar, doc. leonés de h. 1100 (M. P., Oríg., 169).
La locución prepositiva en lugar de aparece muchas veces alterada en en guar de, ya en el Corbacho (1438) y en otros textos, y hoy vulgarmente, p. ej. en Nuevo Méjico (BRAE X, 180; BDHA I, 259n.).
La locución tener lugar ‘suceder, acontecer’, rechazada primero como impropia por la Acad., y calificada de galicismo por Barak y otros, fué ya admitida por la Acad. en 1852.
DERIV.
Lugarejo. Lugareño. Lugarete, -ote.
Otros derivados y representantes de LOCUS. El adverbio lat. ILէCO ‘inmediatamente’1, propiamente compuesto de IN L֊CO ‘en el lugar, allí mismo’ (comp. fr. sur-le-champ ‘luego’), fué restituído en latín vulgar, de acuerdo con las tendencias generales de este lenguaje, en su forma prístina2, y abreviado en L֊CO, de donde el fr. ant. lues, el port. logo y el cast. luego [lueco, med. S. X, Glosas Emilianenses, 2, traduciendo a repente; luego, Cid, etc.; la variante lugo debida a reducción en el uso proclítico se halla ya alguna vez en Berceo y en la 1.ª Crón. Gral., es frecuente en Juan del Encina, y hoy pertenece al habla vulgar de los judíos, de los aragoneses, y de otras partes, RFE XVII, 124-5, n.; Cej. IX, § 152; ast. lluego, V]3.
A desloga ‘lejos, en lugares apartados’, ant. (Alex., 1844).
Cultismos. Local [APal. 22b, 78b]; localidad; localismo; localizar (imitado del francés, aunque Baralt recomienda su admisión), localización. Locativo, gram. Colocar [S. XIV, Castigos e docum.; vid. Cuervo, Dicc. II, 199-201], tomado de collocare íd.; colocación. Dislocar [fin S. XVII, Aut.]4; dislocación [fin S. XVI, Fragoso, en Aut.]; dislocadura; disloque.
CPT.
Lugarteniente [h. 1590, Ant. de Herrera], adaptación del b. lat. locum tenens (port. logotenente, cat. lloctinent, fr. lieutenant, etc.); lugartenencia.
Locomotor, -ora [Acad. ya 1869, no 1843], adaptación del ingl. locomotive ‘locomotora, máquina de ferrocarril’ [1829], para cuya formación y antecedentes filosóficos, vid. Lerch, Studia Neophilol. XII (1940), 210-36 y Spitzer, MLN LVI, 403; locomotora viene de una traducción latina literal de la frase de Aristóteles το κινƓτικòν κατĮ τóπον. Locomotriz; locomóvil; locomovible; locomoción [Acad. íd.]. Trilocular, compuesto del lat. locŭlus ‘lugarcito’, ‘compartimiento’.
1 El sentido en romance pronto evolucionó. El matiz hoy muy general ‘después’ ya se nota en Berceo, Mil., 893a. Claro que el etimológico permaneció con gran extensión (Nebr.: «statim», «luego que: cum primum»), y es todavía el preferido en Chile (ahí, además, muchas veces, ‘pronto’) y en otras partes. Hay otros matices secundarios: ‘entonces’ (Lazarillo, en M. P., Antol. de Pros., p. 89), ‘algunas veces, de cuando en cuando’ (Cuervo, Ap.7, p. 545). En vez de luego que [Berceo, Mil., 883a], se halla también luego como (Guzmán de Alfarache, Cl. C. I, 175.1, II, 63.12; Pérez de Hita, Rivad. 519a, pero Blanchard lee assí como llegó...).― ↩
2 Tal como el latín vulgar restituyó CONTENERE por CONTէNERE, PERJURARE por PEJERARE, COMMANDARE por COMMENDARE, CONSACRARE por CONSECRARE, etc.― ↩
3 En ciertos valles alto-aragoneses se reduce a lugo ‘en seguida’, oído en el catalán fronterizo de Perafita de Fades. Schuchardt, Prim. L. Vasconum § 54, admite que el vco. lekhu ‘lugar’ (que ya está en Landucci, y que Leiçarraga ya emplea con el sentido de ‘pueblo, población’, Luc. XV, 15) es préstamo del «esp. luego ‘lugar’». Lo cual es bastante discutible. Michelena, Fon. § 9.1 da esta etimología con un «quizá» y Azkue, s. v., pregunta «¿Qué relación hay con el lat. locus?»; de esta reducción de ue a e no da Michelena otro ejemplo que erregu (a. nav., guip. y ronc.) < ruego [pero cf. otra opinión posible aquí s. v. rezar]. Lo más extraño sin embargo es la fuerte evolución de ֊ > ue > e junto a la conservación de -C-: cabría pues admitir que la palabra se tomó de un alto-aragonés lueco en fecha relativamente tardía, pues en Castilla y León el paso de -C- a -g- debió de ser anterior al paso de ֊ a ue (quizá no al de ֊ a uo, pero en todo caso no es verosímil que la etapa ue sea anterior a la sonorización de las intervocálicas). Ahora bien, lek(h)u es general en los siete dialectos y en el alavés de 1562 y el bajo navarro de 1571. Lo más sencillo y razonable me parecería admitir que el vasco antiguo tomó *loku y *errogu en préstamo ya del latín vulgar y después los cambió en leku y erregu por una disimilación intravasca: no olvidemos que los dialectos vascos o no tienen acento de intensidad o lo han tenido pero con fuerza mucho menor que el romance, luego allí el acento tónico no se oponía a la disimilación de la primera vocal.― ↩
4 Vulgarmente se toma en muchas partes como sinónimo de alocar, por etimología popular (p. ej. Draghi Lucero, Canc. Cuyano, p. 67). ↩