LUGAR, del lat. LOCALIS ‘local, del lugar’, derivado de L֊CUS ‘lugar’, al que sustituyó porque su descendiente arcaico luego se confundía con el adverbio de igual forma.

1.ª doc.: locar, doc. de 933 (Oelschl.); logar, Cid, etc.; lugar, doc. leonés de h. 1100 (M. P., Oríg., 169).

Logar es todavía la forma normal en Berceo (Mil., 317c, 726a, 896b, 878cA) y en otros textos del S. XIII; y aun en el Rim. de Palacio (41, 145). Sin embargo, tenemos lugar en doc. leonés de 1250 (Staaff, 36.17), y desde luego en APal. (139b, 326d, 335d) y Nebr. Formas sin disimilación de la segunda l se hallan todavía en el Alex.: logal, Alex., 217, 388, 504, lugal en Alex., 1432, 1554, y en otros textos (p. ej. la traducción del Livro de Falcoaria de Pero Menino, Tilander, RFE XXIII). Cej. IX, § 152. Ast. llugar ‘pueblo’ (V). Paralelamente port. lugar; junto a éste se halla el port. logo en la Edad Media como sustantivo equivalente de lugar, y todavía, aunque en frase proverbial, a med. S. XVI en Ferreira de Vasconcelos; M-L. (REW 5097) cita un cast. ant. luego cuya fuente ignoro, pero al menos hay leon. ant. logo en doc. de 965 (M. P., Oríg., 216). La sustitución de luego o logo por el derivado lugar se explica porque frases como en otro luego, en aquel luego, podían resultar equívocas, sobre todo cuando luego significaba ‘entonces’ (V. abajo en los derivados). Durante mucho tiempo, sin embargo, coexistirían logar y luego como sinónimos, de donde pudo nacer una forma contaminada *luegar o *luogar, que después se reduciría a lugar (comp. la variante lugo abajo citada, y los hechos paralelos mencionados en CONTAR, JUGAR y PULGAR: éste puede deberse al influjo de un arcaico *puelze < POLLICEM).

La locución prepositiva en lugar de aparece muchas veces alterada en en guar de, ya en el Corbacho (1438) y en otros textos, y hoy vulgarmente, p. ej. en Nuevo Méjico (BRAE X, 180; BDHA I, 259n.).

La locución tener lugar ‘suceder, acontecer’, rechazada primero como impropia por la Acad., y calificada de galicismo por Barak y otros, fué ya admitida por la Acad. en 1852.

DERIV.

Lugarejo. Lugareño. Lugarete, -ote.

Otros derivados y representantes de LOCUS. El adverbio lat. ILէCO ‘inmediatamente’1, propiamente compuesto de IN L֊CO ‘en el lugar, allí mismo’ (comp. fr. sur-le-champ ‘luego’), fué restituído en latín vulgar, de acuerdo con las tendencias generales de este lenguaje, en su forma prístina2, y abreviado en L֊CO, de donde el fr. ant. lues, el port. logo y el cast. luego [lueco, med. S. X, Glosas Emilianenses, 2, traduciendo a repente; luego, Cid, etc.; la variante lugo debida a reducción en el uso proclítico se halla ya alguna vez en Berceo y en la 1.ª Crón. Gral., es frecuente en Juan del Encina, y hoy pertenece al habla vulgar de los judíos, de los aragoneses, y de otras partes, RFE XVII, 124-5, n.; Cej. IX, § 152; ast. lluego, V]3.

A desloga ‘lejos, en lugares apartados’, ant. (Alex., 1844).

Cultismos. Local [APal. 22b, 78b]; localidad; localismo; localizar (imitado del francés, aunque Baralt recomienda su admisión), localización. Locativo, gram. Colocar [S. XIV, Castigos e docum.; vid. Cuervo, Dicc. II, 199-201], tomado de collocare íd.; colocación. Dislocar [fin S. XVII, Aut.]4; dislocación [fin S. XVI, Fragoso, en Aut.]; dislocadura; disloque.

CPT.

Lugarteniente [h. 1590, Ant. de Herrera], adaptación del b. lat. locum tenens (port. logotenente, cat. lloctinent, fr. lieutenant, etc.); lugartenencia.

Locomotor, -ora [Acad. ya 1869, no 1843], adaptación del ingl. locomotive ‘locomotora, máquina de ferrocarril’ [1829], para cuya formación y antecedentes filosóficos, vid. Lerch, Studia Neophilol. XII (1940), 210-36 y Spitzer, MLN LVI, 403; locomotora viene de una traducción latina literal de la frase de Aristóteles το κινƓτικòν κατĮ τóπον. Locomotriz; locomóvil; locomovible; locomoción [Acad. íd.]. Trilocular, compuesto del lat. locŭlus ‘lugarcito’, ‘compartimiento’.

1 El sentido en romance pronto evolucionó. El matiz hoy muy general ‘después’ ya se nota en Berceo, Mil., 893a. Claro que el etimológico permaneció con gran extensión (Nebr.: «statim», «luego que: cum primum»), y es todavía el preferido en Chile (ahí, además, muchas veces, ‘pronto’) y en otras partes. Hay otros matices secundarios: ‘entonces’ (Lazarillo, en M. P., Antol. de Pros., p. 89), ‘algunas veces, de cuando en cuando’ (Cuervo, Ap.7, p. 545). En vez de luego que [Berceo, Mil., 883a], se halla también luego como (Guzmán de Alfarache, Cl. C. I, 175.1, II, 63.12; Pérez de Hita, Rivad. 519a, pero Blanchard lee assí como llegó...).―

2 Tal como el latín vulgar restituyó CONTENERE por CONTէNERE, PERJURARE por PEJERARE, COMMANDARE por COMMENDARE, CONSACRARE por CONSECRARE, etc.―

3 En ciertos valles alto-aragoneses se reduce a lugo ‘en seguida’, oído en el catalán fronterizo de Perafita de Fades. Schuchardt, Prim. L. Vasconum § 54, admite que el vco. lekhu ‘lugar’ (que ya está en Landucci, y que Leiçarraga ya emplea con el sentido de ‘pueblo, población’, Luc. XV, 15) es préstamo del «esp. luego ‘lugar’». Lo cual es bastante discutible. Michelena, Fon. § 9.1 da esta etimología con un «quizá» y Azkue, s. v., pregunta «¿Qué relación hay con el lat. locus?»; de esta reducción de ue a e no da Michelena otro ejemplo que erregu (a. nav., guip. y ronc.) < ruego [pero cf. otra opinión posible aquí s. v. rezar]. Lo más extraño sin embargo es la fuerte evolución de ֊ > ue > e junto a la conservación de -C-: cabría pues admitir que la palabra se tomó de un alto-aragonés lueco en fecha relativamente tardía, pues en Castilla y León el paso de -C- a -g- debió de ser anterior al paso de ֊ a ue (quizá no al de ֊ a uo, pero en todo caso no es verosímil que la etapa ue sea anterior a la sonorización de las intervocálicas). Ahora bien, lek(h)u es general en los siete dialectos y en el alavés de 1562 y el bajo navarro de 1571. Lo más sencillo y razonable me parecería admitir que el vasco antiguo tomó *loku y *errogu en préstamo ya del latín vulgar y después los cambió en leku y erregu por una disimilación intravasca: no olvidemos que los dialectos vascos o no tienen acento de intensidad o lo han tenido pero con fuerza mucho menor que el romance, luego allí el acento tónico no se oponía a la disimilación de la primera vocal.―

4 Vulgarmente se toma en muchas partes como sinónimo de alocar, por etimología popular (p. ej. Draghi Lucero, Canc. Cuyano, p. 67).