LACRA, ‘defecto o vicio’, ‘reliquia de una enfermedad, achaque’, origen incierto, quizá de lacre en el sentido de ‘marca roja dejada por un azote o una llaga’.

1.ª doc.: la lacre o la lacra, 1605, Pícara Justina.

Está ahí con la primera ac.: «devía de ser justa aquella mesonera, pues le comprehendió [‘le afectó, le alcanzó’] aquella maldición que le echó... aunque bien creo yo que no estuvo la lacre en ser ella justa, sino en serlo la causa», ed. Puyol II, 129. En vista del artículo femenino es posible que tengan razón el publicador (en su glosario) y el dicc. de Aut. al enmendar en lacra, que es la única forma conocida por otras fuentes. Otro ej. en Palomino (1708): «plastecer con hyeso y cola hecho massa, los nudos o lacras o juntas que tuviere». De la otra ac. «reliquia o señal de achaque padecido o que se padece» no da Aut. ejs. en textos, mas parece que es en la que debía de pensar Covarr. al dar su definición, deformada por una etimología imposible: «la cosa que en sí es digna de lágrimas por la compassión que haze, a lacryma»; Cej. VII, § 46. No conozco otros testimonios en autores o diccionarios del Siglo de Oro ni anteriores. Más recientemente ha sido frecuente el empleo como sinónimo de ‘achaque’: «mi persona, la cual atendida mi decrepitud y hartas lacras, poco vale» (Sbarbi, en Pagés), «está sifilítico y lleno de lacras» (Moratín); es probable que lacra en esta ac. sea responsable de la r del cat. xacra, del mismo origen y significado que achaque, y del cat. xacrós ‘achacoso’. En la Arg. es ‘señal o lastimadura, particularmente si ya está seca, de una enfermedad que aparece en el cutis’ (Garzón), en Puerto Rico ‘costra o cascarilla que se forma en las llagas, úlceras, heridas, etc.’ (Malaret), en Perú ‘costra de llagas’ (B. Murrieta), en Venezuela ‘úlcera, llaga’ (Calcaño o Picón Febres). En el Valle de Arán se emplea lacrat por ‘podrido, medio consumido’, hablando de un árbol, aunque éste podría tener otros orígenes1. Fuera del español sólo conozco esta palabra y el gall. lacra con las mismas acs. que en castellano (Vall.), junto al cual hallamos el pontev. lacre ‘juego de niños en que se arroja al aire un palito de cuatro caras y si sale la llamada horca un niño azota al otro’ (ver Sarm., CaG. 225v y p. 158) con lo cual se aludirá a las llagas que produciría el azote; además gall. lacarear ‘aparecer hendeduras en un cuerpo cualquiera, con el sol, la sequía, el hervor, etc.’ (comp. el ej. de lacra en Palomino), port. minhoto alacrar «nƟo se desenvolver devidamente na parte superior, falando-se da espiga do milho»2.

Cree Spitzer (RFE X, 375-7) que debe partirse de lacre ‘pasta de laca para cerrar o marcar’, sea pasando por ‘color rojo’ (así en América) y luego ‘tizón o neguilla (enfermedad del grano)’ (comp. el port. alacrar), o bien pasando por ‘marca’. M-L. (REW 4859) rechaza la idea por razones semánticas. En su apoyo se podría citar la forma lacre de la Pícara Justina, aunque ya hemos visto que no es bien segura; por otra parte, la neguilla o tizón es negra y no roja. Luego quizá sea preferible partir de la idea de ‘marca’, teniendo en cuenta que en portugués lacrar tiene o ha tenido la ac. «queimar por tortura, com lacre pingado», según Vieira. Pero sólo este diccionario conoce, sin documentarla, esta ac. que falta en todos los demás a mi alcance. ¿Podemos fiarnos de ella? También es algo sospechoso que nuestro supuesto derivado sólo se halle en español y sea casi totalmente ajeno al portugués, cuando es ahí donde parece haber nacido lacre, variante de LACA, y que en castellano hallemos lacra pocos años después de la introducción del lacre portugués, documentado en castellano solamente desde 1578 y traído de la India en Portugal en los últimos años del S. XV.

Diez (Wb., 462) comparó el cast. lacra con el ingl. medio lak ‘defecto’, ‘fracaso’ [h. 1280], ingl. lack ‘carencia’, fris. ant. lek ‘perjuicio’, fris. or. lak ‘defecto, vituperio’, neerl. med. y mod. lak ‘falta’, ‘reproche, vituperio’, b. alem. med. lak, sueco lack ‘defecto, vituperio’, isl. lakr ‘defectivo, carente’, dan. antic. lak ‘falta, carencia, reproche’, palabras emparentadas con el ingl. leak, alem. lecken y afines, con el sentido de ‘rezumar, gotear’, y con a. alem. ant. y b. alem. ant. lahan, ags. léan ‘reprochar’; de un pre-germ. lak-no- vendría lakka- y de éste el ingl. lack, etc. (V. los diccionarios de Skeat, Franck y Falk-Torp, s. v. lakkelØs y last); luego no sería imposible postular un gót. *LAKK o *LAKKA, pero aunque se podría decir que la -r- romance se debe a una simple repercusión de la l- inicial (la r de lacre quizá tenga la misma explicación), me cuesta, sin embargo, aceptar esta etimología no conociendo formas romances sin -r-, y más en un vocablo no documentado antes del S. XVII.

Finalmente podríamos derivar nuestro lacra del lat. LACCA ‘tumor en las piernas de una caballería’, documentado en Vegecio, con derivados en otros autores latinos, y representado indiscutiblemente en gallegoportugués, en asturiano y en dialectos italianos: «si laccae in gambis fuerint, aut aliquis dolor coxae vel gambae, sanguis detrahatur gambis» (Vegecio, De Re Veter., XXI, xxvii, n.° 3): quien recuerde el caso de DOLAMA, primero ‘defecto oculto de las caballerías’ y luego ‘achaque que aqueja a una persona’, no podrá oponer objeciones semánticas. Para explicar la -r- se podría pensar en repercusión o en un diminutivo *LACCULA3 disimilado. Pero también ahí nos dejan en duda los mismos escrúpulos opuestos al étimo germánico, con la única ventaja de que el étimo es aquí vocablo ya documentado en romance y por lo tanto menos hipotético.

En conclusión, las tres posibilidades etimológicas son inciertas y tienen probabilidades muy equilibradas, con alguna desventaja para el étimo germánico, y una ligera ventaja en favor de la idea de Spitzer, en vista del germanesco lacre ‘azote’ (V. LACA), que atestigua indirectamente una ac. *‘marca de azote’: la atrevida evolución semántica indicaría entonces una palabra de procedencia jergal; nótese que en Salamanca lacra no es más que ‘rasguño’ o ‘cicatriz’.

DERIV.

Lacrar ‘dañar la salud’, ‘pegar una enfermedad’, ‘perjudicar’ [Aut.].

1 En el dialecto local es fácil la reducción lacrat < *laquerat, que podría derivar de un *hlaquèra = bearn. flaquère «état d’inertie» (Lespy), oc. flaquiero «état de faiblesse, indolence, mollesse», flacà, gasc. hlacà «faiblir, fléchir, lâcher, rater, manquer de force ou de courage» (Mistral). O bien equivaler a Luchon lakro «auge dans lequel on met le cochon pour le tuer» (AORBB VIII, 130), quizá emparentado con LAGAR.―

2 El brasileño alacranado «áspero, de superficie cheia de talhos e esfoladuras, como que denteada ou espinhosa», «(animal) cheio de feridas ou chagas» (como meridional en Lima-B.), alacranar o lacranar «produzir esfoladuras, chagas, feridas, tornar alacranado o corpo do animal ou alguma de suas partes» (L. C. de Morais), ha de ser derivado de alacrán, y seguramente castellanismo, comp. el arg. alacranear ‘picar (el alacrán)’, ‘decir mal de alguien’. C. Ribeiro de Lessa, Vocabulario da Caça, trae lacranar «ferir; sangrar; dilacerar (diz-se das feras em relaçƟo aos cƟes de caça)», con el ej. «os queixadas, enfurecidos, rodearam o pobre Foguete, lacranando-o horrivelmente». El alacranado «vermelhƟo, alacrado», que da Taunay como propio del interior de San Pablo, me parece sospechoso. En cuanto al brasil. lacrecanha «mulher velha e desdentada» (Fig., Lima-B.), quizá tenga otro origen.―

3 En apoyo de *LACCULA quizá podría invocarse el alto-santand. ñacla «defecto, falta, alifaz», BRAE XXV, 391 (¿disimilación de *llacla < *lacla?). Desde luego esta forma no puede venir de MACULA, como dice GdDD 4024.