JÍCARA, probablemente tomado del náhuatl šikálli ‘vasija de calabaza, vasija de ombligo’, compuesto de šiktli ‘ombligo’ y kalli ‘receptáculo’.

1.ª doc.: xícalo, Fz. de Oviedo, poco después de 1535; xícara, h. 1540, Fr. Marcos de Niza.

Friederici, Am. Wb., 332-31; L. B. Kiddle, en Philol. and Documentary Studies I, n.° 4, Tulane University, 115-154; Hz. Ureña, RFH VII, 288-90; Nykl, RH LXXVII, 185. Xicales aparece también en Bernal Díaz del Castillo, y xícaras en varios cronistas del S. XVI; en España lo emplean ya Lope, Tirso y Moreto, y sigue hoy siendo palabra bien vivaz en todo el país2 como nombre de la taza pequeña para tomar chocolate; en Méjico, América Central y Cuba (Pichardo, s. v. güira) es ‘vasija para depositar alimentos’ o ‘vasija pintada para adorno de la Gasa’, en Santo Domingo ‘vasija hecha de la cáscara interna del coco’. Primitivamente fué una vasija hecha del fruto de la Crescentia Cujete o calabacero, empleada para el chocolate, para lavarse las manos, para depositar alimentos, etc. Del castellano pasó al it. chìcchera [S. XVII: Zaccaria] y al cat. xicra. En azteca xikalli está ya documentado por Molina. El traslado del acento se explica por la explosión glotal que afectaba la primera sílaba del vocablo y que los españoles pudieron tomar por un acento; comp. Mexíco > Méjico, šikamatl > jícama, y petla-kalli > petaca. No se ha explicado, en cambio, por qué se cambió la ll (pron. l doble) en -r-. Puede ser debido a una trascripción aproximada de la combinación fonética extranjera -l·l-, favorecida por la general labilidad del sufijo átono castellano (comp. lo dicho bajo CÁRCAVA); pero acaso no pueda descartarse del todo el influjo del hispanoárabe y árabe africano šikâra ‘mochila’, ‘talega’, ‘saco grande para grano y harina’, bien documentado desde el S. XIII (R. Martí; PAlc.; Dozy, Suppl. I, 777b), aunque nuestro vocablo no está documentado en castellano antes del descubrimiento de América, y el traslado del acento se opondría a que mirásemos a aquél como étimo del cast. mod. jícara; comp., sin embargo, ALBRICIAS, JÁQUIMA, RECUA; y šákkara ‘olla’ figura en diccionarios del árabe clásico; el argumento decisivo contra el árabe está en la abundante documentación americana del S. XVI y el especial arraigo de la palabra en Méjico y América Central.

DERIV.

Jícaro ‘escudilla hecha de cáscara de coco’ cub. (Ca., 170), hond. Jicarazo. Jicarón (jicaró en Acad. 1936 es errata). Jicarudo ‘carilargo’ mej., nicar. Jicarero ‘fabricador de jicaras’; jicarería. Jicarista [S. XVII, Esquilache].

1 Aunque atribuye la cita de una xícara de cacao, en Fr. B. de Sahagún, al año 1532, conviene no olvidar que este libro no se publicó hasta 1575.―

2 Variante cícara en Cespedosa, RFE XV, 146.