HIERBA, del lat. HĔRBA íd.

1.ª doc.: ierba, h. 950, Glosas Emilianenses y Silenses; Cid, etc.

Muy frecuente y de uso general en todas las épocas; ast. erba (V; véase para nombres compuestos de especies). Entre las acs. secundarias es notable sobre todo la ac. ‘veneno’, que suele aparecer con la forma plural hierbas: Alex. 2327; Apol. 40c; Berceo, Mil. 340c1; nótese el juego de palabras que refiere Juan de Valdés: «Yervas llamamos en Castilla a lo que acá [= en Italia] llamáis tóssigo, y también a los pastos adonde se apacientan los ganados... Un escudero muy honrado, aviendo arrendado ciertas yervos o pastos en su tierra y no teniendo con qué pagarlas, se ausentó de la tierra, y... encargó... publicasse que era muerto, «y si os preguntaren ―dixo él― de qué morí, dezid que de yervas» [Diál. de la L., 127.22); esta ac. se conserva en partes de Méjico, y en Tabasco ha pasado a ‘tarántula, araña venenosa’. La grafía yerva es la que se halla en Berceo, Conde Luc. (ed. Knust 87.7), J. Ruiz (104d, 302b), APal. (8d, 12b, 16d, 20b, 190b, 190d, 431b), Nebr., J. de Valdés, etc.; yerba en el Cid y glosas; aquélla coincide con el port. erva, ésta con los demás romances. Sabido es que la Acad. prefirió la grafía yerba sin h en sus ediciones de la primera mitad del S. XIX, pero en 1884 ya volvía a recomendar hierba, como en Aut.; a pesar del prejuicio de algunos, ambas son buenas desde el punto de vista fonético, pero aquélla goza de cierta preferencia en algunos países de América. En la Arg., Chile, Perú y Ecuador, las hierbas silvestres que no come el ganado se llaman YUYO, palabra de origen quichua, y las forrajeras se conocen exclusivamente por pasto, de suerte que en la Arg. yerba2 designa sólo la hierba mate (para el detalle, vid. A. Alonso, El Probl. de la L. en Amér., 148-9); quizá ello se explique por el grande y antiguo desarrollo que alcanzó en América hierba ‘veneno’. No es posible atender en este diccionario a los nombres de hierbas formados con la palabra hierba y un calificativo; me limito a transcribir los que indica Nebr.: «ierva de ballestero: veratrum; ierva de sancta María: athanasia; i. de san Juan: hipericon; i. xabonera: borit saponaria; i. puntera: sedum; i. de golondrina: chelidonia; i. buena: mentha; i. mora: solatrum»3.

DERIV.

Hierbajo. Erbatu ast. ‘cualquiera hierba rara o de nombre desconocido’ (V) (comp. SERVATO); en el mismo sentido he oído hierbato a cubanos. Hierbezuela [herbizuela, J. Manuel, Rivad. LI, 390]. Hierbal chil. Hierbatero arg., chil.; yerbero ‘vendedor de hierbas medicinales’, cub. (F. Ortiz, Ca. 104), arg. (Carrizo, Canc. de Tucumán, glos.); yerbatear ‘tomar mate amargo’ arg. [Ascasubi, vid. BDHA III, 149]. Herbáceo, tomado del lat. herbacĕus íd. Herbada. Herbaje [1427, BHisp. LVIII, 91; «ervage: pabulum», Nebr. s. v., y s. v. alfalfa; herbax, como nombre de un tejido áspero con mezcla de hierba, 1680, Aut.], antes herbadgo; herbajar o herbajear; herbajero. Herbal. Herbar; ervado ‘prado’, en Juan de Andújar, primera mitad del S. XV, Canc. de Stúñiga, 71. Herbario. Herbaza. Herbazal [ervaçal, Nebr.]; cub. hierbazal (1526, Woodbr.; F. Ortiz, Ca. 212). Herbecer, antes herbolecererb-, crecer en ierva: herbesco», Nebr.]. Herbecica. Herberoervero: que va por ervage», Nebr.]; en la ac. ‘esófago de los rumiantes’ es derivado común con el fr. antic. herbier, gasc. erbè, y en este sentido se ha dicho también hebrero en castellano [Acad. ya 1843], o herbera. Herboso o yerboso. Herbolar ‘envenenar’ [Berceo, Mil. 340; Alex. 2451] o enherbolar [1542, D. Gracián], derivados del lat. HĔRBŬLA ‘hierbezuela’, de donde también el port. arvoado ‘aturdido, atontado’ (C. Michaëlis, RL I, 298), it. antic. erbolare ‘herborizar’, y las formas galorrománicas estudiadas en FEW IV, 407-8; de ahí también herbolecer (citado arriba) y herbolario ‘conocedor de hierbas’ [erb-, Nebr.; harbolario, Fz. de Oviedo, J. Timoneda, † 1583], y partiendo de la idea de ‘embriagado o medio envenenado por una planta maléfica’, la ac. ‘botarate, alocado’ [Aut.; arb-, 2.ª mitad del S. XVIII, Torres Villarroel y R. de la Cruz, DHist., s. v.]. Herborizar [Acad. ya 1817; Terr., h. 1764, cita del botánico coetáneo Quer, herborización], con su variante anticuada herbolizar, tomado del fr. herboriser íd. [1534], derivado de herboriste ‘herbolario’ [1545], alteración de *arboriste, que por su parte resulta de arboliste íd. [1499] por influjo del lat. arbor ‘árbol’; arboliste resulta a su vez de un cambio de sufijo del oc. ant. erbolari, hermano del cast. herbolario; herborización; herborizador. Deshierbar. Enhierbar.

CPT.

Contrahierba [1590, J. de Acosta]; V. arriba para hierba ‘veneno’. Hierbabuena [Nebr.; Rob. de Nola, p. 117; en Canarias dicen hierba de huerta, BRAE VII, 341].

1 En Berceo, Mil. 507c, «pisó por su ventura yervo fuert enconada», parece tratarse de una hierba como la ortiga (pisó).―

2 Por lo demás, yerba como nombre del mate parece ser a primera vista inexplicable, porque el ilex paraguayensis es un árbol o arbusto y no un vegetal herbáceo: pero es que debe de ser traducción servil del guaraní caá ( = hierba), abrev. de caá guazú (literalmente ‘hierba grande’), el nombre de la hierba mate en guaraní.―

3 Para «ervatu o rabo de puerco, ierva: peucedanum», V. SERVATO.