GUIÑAR, ‘cerrar un ojo momentáneamente quedando el otro abierto’, del mismo origen incierto que el port. guinar ‘desviarse un poco un navío del rumbo que lleva’, vasco keinu o keiñu ‘guiño’, ‘mueca’, ‘seña’, ‘amago’, cat. guenyo ‘bizco’, ganya, ganyota ‘mueca’, oc. ant. guinhar ‘mirar furtivamente’, ‘hacer una seña’, fr. guigner ‘mirar furtivamente’, it. ghignare ‘reírse sarcásticamente’, sghignazzare ‘reírse con estrépito’; probablemente procedentes de un radical giྜ- de creación expresiva, con ligeras variantes fonéticas, como el que sirvió para formar el lat. tardío CINNUS ‘guiño’, ‘seña’, y empleado para indicar el movimiento instantáneo del párpado.
1.ª doc.: Gral. Est. II, 1, p. 170a1; Juan Ruiz2.
El cuadro que presenta el conjunto de estas numerosas formas romances es menos desconcertante por su variedad semántica que por las discrepancias fonéticas. En el primer aspecto es fácil partir de la idea única de ‘hacer señas con los ojos’, de donde por una parte ‘hacer muecas’ (cat., vasco) y ‘reírse en forma burlona, hipócrita o provocativa’ (italiano); por otra parte, desde la ac. primaria se pasa fácilmente a ‘mirar bizco’, ‘mirar de soslayo o furtivamente’, y de ahí ‘soslayar, oblicuar’ (ac. náutica); de ‘hacer señas’ también se pasa a ‘menear (la cola)’, etc., y así se pueden ir explicando todas las acs. Pero en lo fonético hay mayor dificultad. Si es verdad que la falta de correspondencia entre la inicial gui- galo e iberorrománica y la inicial ghi- (y no gui-) del italiano, todavía podría explicarse admitiendo que en este idioma es voz advenediza (aunque sea tan antigua y de significado tan divergente), las discrepancias que presentan la k- vasca, la -n- portuguesa y la é o á del catalán y del francés de Suiza, la o del picardo, difícilmente o de ninguna manera podrían explicarse con la hipótesis de un préstamo. Sin embargo, así se ha hecho repetidamente; la única razón parece haber sido que la inicial gui- creaba el prejuicio de un origen germánico, y como dentro de esta familia lingüística sólo se hallaba algo parecido en la rama occidental, ha habido tendencia a partir del fráncico y a considerar por lo tanto que las formas hispánicas e italianas debían ser galicismos.
Ya he observado la inverosimilitud de un galicismo en nuestro caso, por las varias razones apuntadas, y además porque el vocablo ha tenido siempre mucha más vitalidad en los idiomas meridionales que en francés. Sin embargo, varios romanistas se han empeñado en relacionar con el alem. winken, ingl. wink, ‘guiñar, parpadear’: Gamillscheg parte de un fránc. *WINKAN, conforme al a. alem. ant. winkan, y trata de evitar el obstáculo que le opone el extraño cambio de NK en ñ, refiriéndose a su etimología del fr. cligner como procedente del fránc. *HLUNKÔN, lo cual es huir del fuego para caer en las brasas, pues nadie cree en esta etimología, que él mismo propuso con vacilación. Brüch, ZRPh. XXXIX, 496, aferrándose a la misma idea, construye un fránc. *WINGJAN, que está desmentido unánimemente por las formas germánicas conocidas: a. alem. ant. winkan, neerl. med. winken, ags. wincian; sin embargo, arguye que pudo haber una variante en el radical, como ocurre alguna vez en las lenguas germánicas, gracias a elementos sufijales distintos (él cita el caso del alem. schwenken junto a schwingen). Pero salta a la vista que es un método detestable razonar una etimología que ya presenta tantos puntos dudosos5 a base de casos extraordinarios como éste; por lo demás, puede negarse decididamente la posibilidad de que aun el tan hipotético *WINGJAN diera guignier: en un idioma que tan pronto generaliza el tratamiento nj a expensas del antiguo ñ, como es el francés, diciendo étrange, linge, lange, frange, songe (y no extraño, etc.), es seguro que en una voz tardía, como lo son las de origen fráncico, hubiera cambiado NGJ en nj, como efectivamente lo hizo en donjon DUNGJO. Un germanista como Holthausen (ZRPh. XXXIX, 496) rechazó la etimología de Brüch como imposible desde el punto de vista germánico; tampoco la admitió Gamillscheg, que suele ser tan indulgente en materia de germanismos; Bloch, aun permaneciendo apegado al prejuicio germánico, reconoce que no se ha encontrado base satisfactoria; y sólo M-L. (REW, 9548) admitió con excesiva indulgencia la opinión de su ex-discípulo. Por lo demás, nada se ha propuesto que satisfaga, pues peor era aún el germ. *HWNAN o *HWÎNJAN de Cipriani (basado en el ingl. whinny, ags. hwinan), que sólo podía significar ‘relinchar’ o ‘zumbar’. Extraño que nadie hiciera caso de la prudente indicación de Diez (Wb., 162) al llamar la atención sobre el picardo guinier, que con su gui- y no wi-, nos muestra que no hay W- en el étimo, y que por lo tanto no hay por qué pensar especialmente en el germánico. En cambio, es elocuente el parecido de guiño, del vasco keiñu y de toda su familia descrita arriba, con el lat. tardío CINNUS ‘seña’, ‘guiño’ (hoy arag. ceño ‘guiño’, V. mi artículo CEÑO), voz latina que tampoco tiene etimología aceptable. El origen de todas estas variantes, tan parecidas y sin embargo algo discrepantes, es uno: se trata de creaciones expresivas. Comp. GUIPAR. La sílaba kin- o gin- era admirablemente apta, por la brevísima duración de sus dos sonidos oclusivos, y el timbre agudo de su vocal, para sugerir la idea de un movimiento instantáneo y casi invisible, como el de los párpados; en unas partes parece haberse conservado la nn doble del tipo latino (de ahí port. guinar, cast. guiñar), en otras pudo haber influjo de la palatal del fr. cligner, o más bien esta variante, como las variantes vocálicas observadas, y la de la sonoridad de la consonante inicial, se explicarán por ligeras discrepancias en la base onomatopéyica, como las que suele haber en semejantes casos6.
DERIV.
Guiñada [Aut.] o guiñadura [Quevedo]. Guiñador. Guiño [1605, Pícara Justina]. Guiñarol ‘aquel a quien hacen seña con los ojos’ [1609, J. Hidalgo]. Guiñón ‘guiño’ [íd.]. Guiñote ‘variante del tute’ (por los guiños empleados en los juegos de cartas).
1 «Fago algunas señales, como es daquello que dizen guiñar».― ↩
2 «El dinero... / por todo el mundo anda su sarna e su tyña, / do el dinero juega ally el ojo guiña», 499d; «luego quieres pecar con qual quier que tu veas, / por conplyr la loxuria guinando las oteas», 257d (el ms. único trae enguinando, que no cabe en el verso).― ↩
3 Otras acs. y variantes castellanas son secundarias. Jiño ‘guiño, seña con los ojos’ en Chile (G. Maturana, D. P. Garuya, p. 100) se explica fonéticamente por el plural frecuente los guiños > loh jiños. Ya en tiempo de Juan Hidalgo (1609) muchos consideraban guiñar como voz de germanía, y a finales del siglo figura como voz gitana en el sentido de ‘rogar’ (RH LIII, 615).― ↩
4 «Cara de mula guinyosa y orelles de majo vell», M. Gadea, Tèrra del Gè II, 43. Griera recoge el vocablo en Altea. Para el significado, comp. el cast. zaino ‘traidor’, ‘coceador’, y mirar a lo zaino ‘mirar de soslayo’. M-L. cita un cast. ant. guiñón en el mismo sentido, cuya fuente desconozco; Oudin da guiñoso. Todavía pertenecerá a la misma familia el cat. ant. guinyó ‘hipócrita’ (un ej. en la Suma de Col·lacions, del S. XV, en Ag.), guinyonia ‘carácter rencoroso’ («en quant... la persona és major e pus noble, en tant li està pus leig guinyonia e li pertany més benignitat, justícia e liberalitat», Eiximenis, Doctrina Compendiosa, p. 128), ganyonia ‘codicia’ (un ej. en Ag.), cat. mod. ganyó ‘avaro’, ‘hipócrita’.― ↩
5 Todavía tiene que recurrir a una contaminación con el fr. ant. grignier ‘rechinar los dientes’ para explicar la i de guignier, a pesar de la է del germánico.― ↩
6 Es dudoso que tenga alguna realidad la variante de guiznar y guizne ‘guiño’, señalados por Covarr. y recogidos como desusados por la Acad. Si la tuviera se explicaría bien como variante en la raíz expresiva. Pero quizá es inventada para apoyar la etimología de Covarr. (ár. Ǥizme, signo ortográfico). ↩