GODO, ‘rico’, ‘ilustre’, del nombre del pueblo germánico de los godos que fundó la monarquía medieval española, y constituyó el punto de partida de su nobleza.
Como nombre propio de nación,
godo es tan antiguo como el idioma, y se halla desde las Crónicas más antiguas del S. XIII (p. ej. las de Alfonso X); Nebr. no le reconoce otra ac. pero del pasaje transcrito de APal. se deduce que ya entonces
godo era usual como apelativo en el sentido de ‘personaje de la nobleza’. En textos posteriores son muy corrientes las locuciones
hacerse de los godos o
ser godo para ‘blasonar de nobleza’ y aun ‘darse importancia’: «si pasamos veinte caballeros a Italia, vienen cien infames cual éste a quererse igualar, haciéndose de los
godos»,
G.
de Alfarache,
Cl.
C. III, 16.10, y ej. análogo en II, 168.26; «era bellaquería que un preso tuviese tanta soberbia, y se quisiese hacer de los
godos y tener jurisdicción y mando aun dentro de la cárcel», en el
Alfarache de Martí (Rivad. III, 380), «conociendo el peligro la cortaron, y con ella las esperanzas a Lázaro de hacerse de los
godos» en el
Lazarillo de Luna (h. 1630) (Rivad. III, 114); en forma más explícita se decía también
descender de los godos: «nacimos todos y vivimos todos / hasta la muerte el tiempo permitido; / pero por varios y diversos modos / aquél busca el sustento y el vestido, / y éste, porque deciende de los
godos,
/ es adorado y por señor tenido», Lope,
El Caballero del Milagro (ed. Acad. IV, 166
b), análogamente en el
Lazarillo de Luna (p. 116), y Covarr. (s. v.) explica «para encarecer la presunción de algún vano le preguntamos si desciende de la casta de los
godos» (vid. también el vocab. de refranes de Correas). Por otra parte,
godo toma ocasionalmente el valor de ‘hombre orgulloso’ o análogo:
«I
SABEL: ¿Por qué así nos deshonras, / bayeta por frisar, tumba de honras? / D
OCTOR: Y
O sufro estos apodos / con una condición, señores
godos» (Quiñones de B.,
NBAE XVIII, 504). De ahí que en germanía
godo,
godizo y
godeño significaran «rico o principal», según el vocabulario de Juan Hidalgo (1609), y puedo documentar los dos primeros en dos romances de germanía publicados por el mismo autor (
RH XIII, 50 y 70), y el último en Cervantes y Quevedo (Fcha.). Por lo tanto, aunque
godiz se halle en francés unos 150 años antes, en el léxico de los Coquillards borgoñones, esto se debe tan sólo a la escasez de fuentes jergales españolas anteriores a Juan Hidalgo, y es increíble que la palabra sea galicismo en castellano, como supone Dauzat (
Rom. XLIV, 244-6): por el contrario, ha de ser en francés préstamo temprano de la germanía española (comp. los casos de
BRIBÓN,
GALLOFO y otros). En Chile y la Arg.
1 acabó
godo por hacerse sinónimo peyorativo de ‘español’, como recuerdo de la época colonial temprana, en que los españoles recién llegados solían blasonar de nobleza en el Nuevo Mundo. Comp.
REGODEARSE.