REGODEARSE, fué primeramente palabra de germanía, derivada de godo ‘rico, persona principal’, en el sentido de ‘vivir como un rico, divirtiéndose y sin trabajar’; godos llamaban los rufianes a los nobles y a los ricos, por alusión a la frase hacerse de los godos ‘pretender que uno desciende de los pueblos de esta raza’.

1.ª doc.: 1605, Ponce de León.

En la Quaresma de este predicador se lee «húvose el Sancto Patriarcha como el que compra del que siente que tiene gana y necesidad de vender, que se regodea mucho». Citado por Aut. con la definición «diferir u dilatar alguna resolución que se desea, mostrando desafecto a ella, o esperando repetidos ruegos y súplicas». Además admite la ac. «deleitarse o complacerse en lo que se gusta o goza, deteniéndose en ello» y «hablar o estar de chacota». El primer lexicógrafo que recogió regodear fué Oudin (1607), con la traducción «plaisanter, se resjouyr, moquer, ricaner, folastrer», con regodeos «plaisanteries, resjouissances»; Covarr.: «regodeo y regodearse, hablar de chacota: de re y gaudium».

Por lo general, toda la documentación temprana del vocablo que nos interesa tiene carácter claramente germanesco, o cuando no, por lo menos popular y marcadamente afectivo. Falta totalmente en autores clásicos de tono serio, aristocrático, culto o elevado, como Góngora y Ruiz de Alarcón; se halla, en cambio, varias veces en Quevedo, y sólo conozco un ej. cervantesco, significativamente puesto por el autor en boca del galeote Ginés de Pasamonte, quien cansado ya del interrogatorio de Don Quijote, exclama: «caminemos, que ya es mucho regodeo éste» (I, xxii, 92v°). Aquí otra vez tenemos el matiz de tardanza o entretenimiento, que la Acad. ha suprimido en las eds. modernas de su diccionario, por haberse anticuado; claro que este matiz va acompañado del de recreación (la conocida delectación morosa). Por lo demás el sentido moderno de deleite o complacencia aparece bien claro en Quevedo: «entonces la moza habló al alguacil muy sobre peine, y le aconsejó que no se anduviese regodeando, que se acordase de la de marras, que todo era fruslería, y que no había de tener más así que asado» (Cuento de Cuentos), «habiendo venido a su noticia las constituciones del cabildo del regodeo...» (Memorial pidiendo plaza en una Academia, Cl. C. IV, 117). Está bien clara la intención estilística de Quevedo, por la acumulación de locuciones caprichosas, idiotismos, vulgarismos expresivos y frases irónicas. Por lo demás, Pedro Espinosa en 1625 declara categóricamente, dos veces seguidas, que regodeo es «voz vulgar y mal sonante» (Obras, 195.13 y 196.3).

Hoy, después de 350 años, ha perdido el carácter hampón, pero todavía es expresión vigorosa, algo ruda más que grosera y vulgar, que de todos modos nunca nos atreveríamos a emplear hablando con un superior, a no ser aplicándola a una tercera persona; tono lingüistico muy alejado del de los latinismos, entre los cuales se ha querido clasificar esta palabra. En Colombia y en Chile se dice que se regodea o que es regodeona o regodienta la persona que se muestra regalona, delicada y esquilimosa (Román; Cuervo, Ap., § 596, donde se citan ejs. españoles del S. XVIII)1; por lo demás en Chile parece haberse conservado un uso enteramente análogo al documentado en Ponce de León, puesto que Cannobbio equipara regodearse a ‘regatear’ y regodeón a ‘regateador’ (V. REGATEAR).

Antiguamente se dijo también godear, con carácter netamente rufianesco, por ‘pasarlo bien, divertirse’, del cual hay dos ejs. en el romance Perotudo publicado por Juan Hidalgo (Hill, P. G. XXXIII, 199, 911; V. G., p. 93) y otro en otro romance de esta colección «estando así godeando, / entró un chulo por la puerta» (cita de Puyol, III, 183); godeo ‘placer’ está en un texto tan atestado de voces jergales como La Pícara Justina: «siempre tuve humos de cortesana... y cosa de montaña no me dava godeo» (ed. citada I, 203), «dar bureo o godeo, por divertir o entretener» define Gonzalo Correas2.

Con estos antecedentes no debemos tener la menor vacilación en derivar regodear del germanesco godo «rico o principal», que Juan Hidalgo anota en su Vocabulario de Germanía, junto con sus derivados y sinónimos godeño y godizo, y con godería ‘comida de gorra’, ‘borrachera’ (de ahí quizá el rioplatense gauderio ‘gaucho’, con influjo secundario de gaudeamus ‘comilona’, comp. GAUCHO); V. otros ejs. antiguos en Hill.

Etimológicamente, godear era, pues, ‘hacer como los ricos, entregarse a la holgazanería y al placer’, y de ahí el intensivo regodearse3; con este origen se comprende muy bien que regodearse no sólo significara ‘deleitarse’, sino también ‘entretenerse’, ‘pasar el tiempo sin hacer nada’. Hay que rechazar sin apelación la etimología tradicional, y generalmente admitida, que derivaba regodearse del lat. gaudere, que además de chocar con las razones ya apuntadas, no es aceptable morfológicamente (¿por qué -darse?) ni en el aspecto fonético; una de dos: o sería regodearse palabra hereditaria, y entonces el resultado habría sido *regoerse, o era cultismo y entonces esperaríamos *regauderse4.

DERIV.

V. arriba.

1 En el Cibao dominicano dicen degodeo por ‘delectación en lo que se gusta o se posee’ (Brito). El argentino Abelardo Arias emplea regodonamente, donde no sé si hay errata: «en la hilera vecina... escuché un rumor de hojas removidas: regodonamente abrí los ojos» (diario Los Andes, 22-VI-1941).―

2 El Marqués de Pidal en su ed. del Canc. de Baena dice que en los versos «vos cuydo socarrar todo, / viejo rucio e rrogodo, / maldiciente e syn castigo» esta palabra significa ‘el que se regodea’ (n.° 105, v. 53), pero el sentido es completamente oscuro, y seguramente sin relación alguna con la palabra que nos interesa.―

3 El sentido etimológico de ‘aristócrata’ dió lugar al germanesco mano goda ‘mano derecha’, propiamente ‘mano noble’.―

4 No se me objete el godible anticuado que registra la Acad. El único fundamento de este vocablo, que debería borrarse del diccionario, es el artículo de Aut., donde se le da como autoridad la de un pasaje de Ambrosio de Morales, en el cual se cita un antiguo testamento, creo del S. XIII, que «comienza assí: ‘Yo Fernan Mentález, de godible corazón, etc.’. Y yo creo que godible quiere decir alegre». Se trata, pues, de una de estas formas ocasionales, medio latinas, que aparecen a veces en la documentación arcaica, y que desde luego no han pertenecido jamás al castellano.