GARITA, del fr. ant. garite ‘refugio’, ‘garita de centinela’ (hoy guérite), quizá contracción de garite ‘refúgiate’, imper. sustantivado de se garir, o más probablemente de un participio sustantivado (irregular) de garir; del mismo origen germánico que nuestro GUARECER.

1.ª doc.: APal. (390d «son propugnacula garitas en los muros desde las quales defienden...», 261b «maleoli... manojos que en parte están tocados de pez y encendidos los echan en alto contra las garitas», otro ej. 292d).

Es frecuente en autores de h. 1600 (Rey de Artieda, ej. en DHist., s. v. centinela), Argensola, etc. Guarida ‘garita’ en la Gr. Conq. de Ultr., (h. 1300), p. 388, lo mismo puede ser una especie de adaptación de la voz francesa al castellano que una creación autóctona. También en occitano antiguo se halla garida «abri placé sur les remparts ou construit par l’assiégeant pour protéger ses approches», además del sentido básico de «secours, salut». Pero donde el vocablo es más antiguo, y tiene siempre la forma en -ite, es en francés, pues ya se halla garite ‘refugio, lugar para guarecerse’ dos veces en Gautier de Coincy (a. 1223), God. IX, 733a; IV, 232a (en un ej. de gariter), y el verbo derivado gariter (más tarde guériter) es muy frecuente en textos de los SS. XIII, XIV y XV; hay también ejs. de la aplicación a las garitas de fortificaciones y para centinelas, desde el S. XIV por lo menos. Como vieron Spitzer, ARom. XI, 97, Gamillscheg, EWFS, s. v., Bloch y otros, garite ha de ser derivado de garir, equivalente occitano y francés de nuestro guarecer, que allí en la Edad Media tenía precisamente el mismo significado y tiene el mismo origen que nuestro verbo; posteriormente se cambió garite en guérite, siguiendo el cambio paralelo del verbo guérir.

Pero la dificultad estribaba en explicar en francés un derivado en -ite, sufijo ajeno a este idioma, pues no sirve de nada decir con Spitzer que tenemos ahí el sufijo de réussite ‘éxito’, derivado de réussir: este sustantivo no es derivado francés de este verbo, sino préstamo del it. riuscita, y de fecha reciente; de ahí que M-L. (REW 9504) llegue a renunciar a toda la etimología y declarar que es palabra inexplicada. Gamillscheg supone préstamo a un it. ant. *guarita, pero como reconoce él mismo tal vocablo es desconocido en italiano; Bloch insinúa una adaptación irregular de oc. garida, pero además de que tal alteración fonética sería sin otros ejemplos, el caso es que el vocablo es mucho más vivaz y frecuente en francés que en lengua de Oc.

Ahora bien, la explicación de este enigma es como el huevo de Colón: nos la da uno de los pasajes de Gautier de Coincy: «A la garite, a la garite! / Fui tost, fui tost, et guari te», donde vemos el sustantivo rimando con el imperativo del verbo correspondiente: sabemos que en francés antiguo los pronombres sufijados se pronunciaban enclíticamente, como en otros romances1, de ahí que esta rima fuese posible, y que la frase guaris te! (cuya s ya empezaba a enmudecer en el S. XIII), dirigida a sí mismo o a sus camaradas por el soldado durante el ataque, acabara por sustantivarse, como término del lenguaje popular y pintoresco del ejército. Para otro caso de sustantivación de una frase imperativa, en el lenguaje militar, vid. ESTANDARTE. Del francés se propagó pronto el vocablo al castellano y otros romances, pero el it. garetta (antes también garitta), todavía inusitado a princ. S. XVII, no se tomó directamente del francés, sino por conducto del castellano, según vió Zaccaria: de ahí el cambio de «sufijo» garetta; otras adaptaciones dialectales son el sardo caríta «casotto», napol. galitte «casotto da sentinella», garidde ‘tablas que forman la garita del centinela en la popa de una nave’ (Buonarroti, S. XVII)2; Barèges garìto ‘agujero’, ‘grieta’ (Palay), comp. Garites y G(a)ritella en la toponimia catalana.

Insiste Spitzer (MLN LXXI, 381) en su afirmación de que ahí la terminación -ite puede explicarse por una derivación estrictamente francesa y no por un influjo extranjero, como suele decirse, ni por composición con pronombre, como admitía yo. Podría regateársele el caso3, pero al fin y al cabo habrá que darle la razón: los materiales reunidos por Risop son plenamente convincentes. No se trata de mute, fuite y assite, que son participios fuertes, con -T- apoyada (MOVէTA, ADSEDէTA, etc.), luego sin aplicación al caso de guérite, sino de emplite, repetidamente como participio en Gautier de Coincy y asegurado por la rima, de laidite (= laidengée) en Berte, de harditetnent en el trovero belga J. de Baisieux, de remplicte todavía rimando con dicte en Eust. Deschamps, y los ejs. modernos del Berry fini, -ite, y enroui, -ite, aunque sean sólo dos casos sueltos, indican que estas formaciones analógicas no quedaron sin descendencia moderna. El infinitivo emplire junto a emplite en el propio Coincy, y también asegurado por la rima, nos muestra que lo ocurrido (como en la extensión de -echo en cast. y la de -esto en it.) fué la propagación del tipo fuerte de desconfite, despite, dite, mute, cheoite, suite, élite, fuite, etc. Por lo demás es bastante seguro que el influjo latino e italiano desempeñaron su parte: nótese el harditement de Baisieux, y si Coincy se atreve a emplear esas formas, sin duda sentidas como incorrectas y desaprobadas por la mayoría, cuando le conviene para la rima, es también porque con prophétie emplite está traduciendo el «tunc impletum est quod dictum est per Abacuc» de su modelo evangélico. Me atrevería a sugerir, con todo, que si en el caso de guérite llegó a cuajar definitivamente una de esas formas minoritarias y en definitiva desechadas por el idioma, fué porque en este caso se apoyaba en el imperativo guéri-te con que tantas veces había que avisar a los soldados a la descubierta, y que por lo tanto hay algo de cierto en mi explicación. No sólo estos imperativos eran usuales en el S. XIII, sino todavía en el XV («que t’en chaut-il? ―J’en ai la desplaisance. / ―Laisse-m’ en paix! ―Pour quoy? ―J’y penseray», Débat du Cuer et du Corps de Villon, v. 8).

DERIV.

Garito ‘paraje donde concurren a jugar los tahúres’ [S. XVII, Aut.], en gnía. ‘casa’ [1609, Hidalgo]4, explicable semánticamente por comparación de la guarida de los tahúres con el escondite del soldado, y comp. el sentido del cast. guarida, de igual etimología, aplicado al refugio de los delincuentes; garitero [Cervantes, Entremés del Juez de los Divorcios, NBAE XVII, 3; Novelas Ejemplares]; garitón; engaritar; para desgaritar, vid. GARETE.

1 Por ej. «laissié-me aler car je sui rois», «tais-te: il n’i a fors que raison», versos de 9 sílabas en Adam de la Halle (Jeu de la Feuillée, vv. 395, 586), etc.―

2 No es conocido el ár. qarîta ‘casita’ del cual quisiera partir Gregorio; si existe ha de ser romanismo.―

3 Si ahí rechaza Spitzer la supuesta prueba (no decía yo tanto) de una rime équivoquée de Gautier, tiene mucha razón, pero me concederá que no la hay menos para rechazar las rimes équivoquées o figurae etymologicae en el caso de enceinte: acheinte, etc.―

4 Otro origen tendrá el ast. garitu ‘pedacito de pan’, esgaritar ‘desmenuzar el pan’ (V, R), a no ser que se relacione con garito ‘ganancia que se saca de la casa de juego’ (V. abajo); vid. GARETE.