ENELDO, ‘cierta planta umbelífera, Anethum graveolens L.’, del antiguo aneldo y éste del lat. vg. *ANTHŬLUM, diminutivo de ANTHUM íd. (procedente del gr. ıνƓȎον).

1.ª doc.: aneldo, S. XIV, Libro de la Montería; eneldo, APal. 20d, Nebr.

Neldo figura en G. A. de Herrera (1513) según Pagés. Del mismo origen port. endro (< ãedlo, con la misma evolución que en vedro VETULUS, Leite de V., RL II, 268), del cual procede un cast. ant. yendro, citado en el REW, 454, cuya existencia no puedo confirmar y el mozár. anelto en uno de los códices de Abenbeklarix. Quizá salga también de ANETHULUM un gall. enllos que Sarm. (CaG. 193r) oyó en Ribadavia, entendiendo «los primeros pimpollitos de las hierbas para el puchero» (vai a coller uns enllos o enlliños) fácil evolución semántica, si no es que fué realmente ‘eneldo’ (por mera incomprensión con el informante), pues siendo hierba aromática, como sus afines el comino y el hinojo, tal vez se emplee localmente con el fin de realzar el sabor del puchero. De ANTHUM descienden las demás formas romances, mozár. aneto en los demás códices de Abenbeklarix en Abenɏólɏol y Abenalɏazzar (Simonet, 17), it. aneto, oc. y cat. anet, y el cultismo cast. aneto. Para la e-, vid. ANEA (enea), ENDRINA (< andrina). Para el antiguo aneldo ‘aliento’, V. ALENTAR.