ENDE, ant., ‘de allí’, ‘de ello’, del lat. էNDE ‘de allí’.
1.ª doc.: Cid.
CPT.
Dende ‘de allí’ [den, Alex., 186; dende, Nebr.; etc.; J. de Valdés, Diál. de la l., 105.13, lo admite todavía en poesía, pero ya no en prosa; Cej. IV, § 57], vulgarmente se confundió con desde, y así se emplea (entero o reducido a ende por vía fonética) en España y América, en todas partes (ya dende que ‘desde el momento que’ en la Gr. Conq. de Ultr., 413, lección que debería verificarse); pero comp. lo que digo en DESDE. Desende ‘desde entonces’, ant., vid. DESDE. Enta, arag. ant. y alto arag. ‘a’, ‘hacia’ (hoy empleado desde Ansó hasta Venasque; también abreviado ta; se emplea igualmente en el gascón pirenaico y en el catalán de Huesca y del Segriá; ejs. antiguos en autores y textos aragoneses de los SS. XIV-XVI: Fuero de Tudela [Tilander, 266-7, 582], Fernández de Heredia [RH XVI, 268.713, 272.245, 273.872], Crónica de San Juan de la Peña [ed. Ximénez de Embún, pp. 12, 18, 20, etc.], ms. aragonés de Alex. 1117c, etc., Profecía aljamiada de fin S. XVI [PMLA LII, 635, 637, 643], Recontamiento de Alixandre [RH LXXVII, 462, 597], etc.), procede de una contracción de la forma ent arriba citada con la preposición a, vid. mis notas en Vocab. Aranés, s. v., y VRom. II, 160; a pesar de la semejanza casual con el umbriense ta ‘a’ (ZRPh. XLI, 457) que viene de INTUS AD, la preposición pirenaica no puede tener esta etimología (como sostuvo Rohlfs, ASNSL CLXVI, 148, y BhZRPh. LXXXV, §§ 107 y 435), puesto que la -S, que en Italia desaparece, se conserva sin excepciones en gascón, aragonés y catalán; la variante gascona ena comprueba, por lo demás, el étimo INDE AD, ya indicado por M-L.7; es dudoso que haya relación directa con el murc. inda ‘hacia’, ‘hasta’ (Ramírez Xarriá; G. Soriano, p. XCIX), que más bien parece contracción moderna de inde ‘desde’ (procedente de dende) con a; en cuanto a anda ‘hasta’ empleado en el catalán del Maestrazgo (G. Girona) creo que es contaminación de hasda, alteración de hasta corriente en Valencia, con dende.
1 Berceo, Mil., 90d, 896, etc.― ↩
2 P. ej., Berceo, Mil., 815b, 908d.― ↩
3 P. ej. en Juan Manuel, Rivad., LI, 309; Sánchez de Vercial, Libro de los Enxemplos, ibid., 482. Igualmente em en portugués antiguo (Canc. de D. Denís, v. 227, etc.).― ↩
4 Véanse los ejs. en RFE XXI, 159-60, y XXII, 76. En la frase «quando aquella moneda peora... aquell qui la tendrá... tomará de nueva», no hay un caso de ende, sino de la preposición partitiva de, procedente del lat. DE, que es de rigor en frases de este tipo en catalán actual (y también en aragonés): p. ej. dues cases velles i dues de noves. Queda un solo ej. «segunt que mas o menos abrá de», en fin de frase, que es muy chocante; quizá haya errata u olvido del copista, de otro modo debería ser una forma abreviada del partitivo abrá de ello; si se tratara de INDE, el orden sería diferente (ende abrá). A lo sumo podrá concedérsele a Sachs la posibilidad de que por una falsa interpretación de la contracción no·nde como si fuese non de, se extendiera analógicamente alguna vez el uso de de en frases semejantes. No sé si tiene que ver ahí la frase de la Crónica Troyana en gallego del S. XIV: «a resposta... non lle semellou boa nen lle paresçeu ben de, en tan mao contenente lle foy dita» (I, 117.15), lo cual habría que comprobar en el ms. y corroborar con otros ejs. Por analogía de la alternancia ende = en se dijo también ide en lugar de i (HIC) en aragonés antiguo.― ↩
5 Quizá así se explique ne en el verso «deysamos vos ne açaga, donde prisiestes male», en el poema de Roncesvalles, v. 47 (M. P., RFE IV, 111, se inclinaría a suprimirlo).― ↩
6 «Había ende, acerca dél, un león», Calila, ed. Rivad., p. 20 (pero el ms. A escribe «cerca de aquel plado avía», ed. Alemany); «fallaron ende la carne e traxérongela», ibid., p. 68; «otra mucha gente que se ende llegava», Enrique de Villena, Arte de Trovar, RFE VI, 167; «avía ende espessas vezes terremoto», APal. 4b; el ms. modernizante E del S. Domingo de Berceo evita el uso de i, a veces suprimiéndolo y otras veces cambiándolo por ende (así, 266a, 273c, 460c, 657d, 684c).― ↩
7 Es sabido que (i)nta, tan parecido al arag., gasc. y cat. occid. (en)ta, está bastante extendido en los dialectos italianos (vid. Rohlfs, It. Gr. III, 113-4), ahí más bien en el sentido de ‘en’; int’ se documenta desde Barsegapè y hoy en muchas hablas del N. y S. de Italia; ta < int’a se emplea para el dativo en Perusa (ibid. II, 443); en algún punto, como la Valsesia (Alpes lombardo-piamonteses), el empleo es igual al iberorrománico: par nutta ka m’askappa nta’l pra «perché non scappi nel prato» (Spoerri, p. 735). Todo esto vendrá de INTUS AD, pero si la caída de la -S es normal en Italia, es imposible en los Pirineos, donde la etimología ha de ser diferente, al parecer INDE AD; por lo demás, en ciertas hablas italianas también se halla ind ‘en’ (vid. Rohlfs, § 859), que tampoco puede venir de INTUS, y éste si es comparable a lo hispánico. ↩