EMBELECAR, ‘embaucar, engañar con embustes y falsas apariencias’, origen incierto; teniendo en cuenta que en portugués antiguo significaba ‘quedar aturdido’ viene probablemente del ár. báliq íd., o de otra forma verbal arábiga derivada de la misma raíz.

1.ª doc.: Quevedo; embelecador, 1615, Quijote, II, iii, fº 10.

Del verbo embelecar en el Siglo de Oro sólo conozco el ej. de Quevedo que cita Aut. y otro del mismo autor citado por Fcha., pero embelecador se halla en el Quijote, en Quevedo y en Colmenares. Algo más frecuente era embeleco, que sale por lo menos cinco veces en obras de Cervantes, una en Góngora (1613), además en Quevedo y en Ruiz de Alarcón, y está registrado en Oudin (1607: «enredo») y en Covarr.1 Embelecarse es vivo actualmente como sinónimo de embelesarse en judeoespañol (Yahuda, RFE II, 352, que no sé por qué lo cree de origen aragonés), y embeleco en muchas partes de América, donde por lo demás tiene las acs. secundarias ‘cosa fútil o frívola’ en Chile (Román), y ‘aspaviento’ en Santo Domingo (Brito), de donde embelequero ‘aspaventero, alarmista’ (Puerto Rico, América Central, Méjico, Ecuador, Perú y Chile, vid. Malaret). Más interesante que estas acs. me parece la aragonesa de embelecar ‘llenar de estorbos’ (Berceo, Torres Fornés), pues tiene un eco curioso en portugués anticuado (Fig.) y hoy en el del Brasil, donde embeleco es ‘obstáculo, estorbo’ en el Nordeste (Lima-Barroso) y particularmente en Pernambuco (Pereira da Costa), mientras en Bahía significa ‘amorío, enredo con mujeres’. Esto podría sugerir que embelecar se deba a un cruce de embelesar en su ac. etimológica de ‘aturdir’ (Cuervo, Dicc., s. v., apartado a) con el dialectal embolicar ‘enredar, embrollar, embolismar’ en la Litera (Coll A.), ‘envolver, enredar, liar’ en Murcia (G. Soriano), ‘engañar, embaucar, engatusar’ entre los judíos de Marruecos (BRAE XV, 58), de conocido origen catalán, donde significa lo mismo, es palabra de antecedentes medievales (Ag.) y derivado evidente de bolic ‘bulto, paquete’, diminutivo de bola2. También podría pensarse en un cruce de embelesar con el anticuado avellacar ‘envilecer’ («vilifacio», Nebr.)3, aunque en este caso se trata de palabra poco vivaz y que se presta menos desde el punto de vista semántico.

Pero el caso es que ambas ideas pierden mucha verosimilitud al tener en cuenta la gran antigüedad del vocablo en portugués. Aquí hallamos embelecar ‘embaucar’ en Jorge Ferreira (1547) y en Nunes de LeƟo (1606), y embeleco ‘embuste, impostura’ en LeitƟo de Andrada († h. 1629); también en Gil Vicente, Serra de Estrela (ed. 1912, I, 248, hacia el v. 100, un poco antes de la comedia), donde nega se m’eu embeleco parece claramente tener el sentido de ‘salvo si me equivoco’; pero sobre todo interesan los ejs. que citan Moraes y Vieira de dos autores de la segunda mitad del S. XV, el cronista oficial Eanes de Zurara y su sucesor Rui de Pina, en los cuales embelecar significa evidentemente ‘quedar aturdido o atónito de resultas de un golpe’: «Dom Duarte... com a lança lhe deu tal golpe que, pero [o] Mouro trouvesse [ = ‘trajese’] boa cota, ouve-lh’a porém de passar, e lhe deu uma ferida com que o Mouro embellecou. E... tornou outra vez a elle de mƟo tenente, e acertou-ho por uma obertura que a cota tinha diante, e meteo a lança toda nelle...»4 en un tercer pasaje, debido a Eanes de Zurara, se habla de otro moro que después de una escaramuza «andou embeleçado antre os [cristƟos] de pee, e bem podera ser em aquelle dia preso», y Vieira entiende «embaraçado, atrapalhado, enredado», pero se puede tratar del mismo sentido de ‘aturdido de un golpe’, annque el golpe no se mencione5.

Ahora bien, esto recuerda extrañamente la sugestión etimológica que un desconocido trasmitió a los autores del Diccionario de Autoridades, donde se lee que embelecar «viene del verbo arábigo embellek, que significa entontecer». De hecho el verbo báliq (pronunciado vulgarmente b?lq) significa en este idioma «attonitus fuit et obstupuit» (Freytag) y hay algún vocablo más, en esta raíz, de sentido análogo (bálaq «stultitia levior, non magna»). Como la séptima forma del verbo árabe tiene un significado intransitivo y pasivo, esta forma, en nuestro caso Ȑinbálaq (pronunciado vulgarmente Ȑenb?laq), había de significar ‘quedar atónito o aturdido’: efectivamente la séptima forma es frecuente, y sobre todo en árabe vulgar, en verbos de sentido muy semejante, como ȐinɅámaq «to be stupid or foolish» (calificado de vulgar e impropio por Wright, Gramm. of the Ar. Lang. I, 41C), Ȑindáwaȟ «s’étourdir», Ȑindáhaš «rester stupétait», Ȑindáhal íd. (los tres, vulgares en Egipto, según Bocthor). Por lo tanto un Ȑenb?laq ‘quedar atónito o aturdido’ sería muy natural en el vulgar de Marruecos o de España, y aunque no puedo documentarlo6, bien puede la noticia de Aut. estar fundada en un conocitniento directo del uso marroquí o morisco.

Sea así, o como derivado romance de báliq con el prefijo verbal castellano en-, es probable que embelecar venga del árabe. De ‘quedar aturdido’ se pasó a ‘hacer aturdir’ y ‘embaucar’. Es verdad que son escasos los verbos romances procedentes de verbos arábigos, pero esta norma admite excepciones, como halagar o achacar; por lo demás, también podría pensarse en un *beleco procedente de bálaq ‘tontería’, del cual embelecar sería derivado7.

DERIV.

Embelecador. (vid. arriba). Embelecamiento. Embeleco (vid. arriba), de ahí el vco. enbeleku ‘estorbo’ empleado en el dialecto vizcaíno de Guernica (Sup. a Azkue2); embelequero.

1 «Enveleco o embeleco: engaño o mentira con que alguien nos engaña divirtiéndonos y haziéndonos suspender el discurso por la multitud de cosas que enreda y promete» (s. v.), «embelecos, los engaños que nos hacen los embustidores y charlatanes, que nos sacan de sentido» (s. v. veleño). Parecidamente s. v. embelesado, palabra con la cual relaciona el vocablo Covarr.; pero claro está que no puede ser mero derivado de BELESA (de donde embelesar) ni de BELEÑO, por la -c-.―

2 Que embolicar habrá alcanzado bastante extensión en el territorio de lengua castellana lo indica el andaluz embolco ‘engaño, mentira’ (AV), que es evidente cruce de embauco con embolico.―

3 Y bellacar íd., ya en el Rim. de Palacio, vid. aquí BELLACO.―

4 Así en la Crónica do Conde D. Duarte de Menezes de Rui de Pina, Inéditos de Historia Portuguesa III, 74. Moraes comprendió bien el sentido; la definición ‘tambalear’, de Vieira, no es afortunada. Zurara (ibid. II, 613), refiriéndose al mismo suceso, empieza una narracién igual con palabras diferentes, pero el pasaje que nos interesa más es casi idéntico, con la diferencia de que dice «lhe deu uma ferida com que o fez embelecar»; salta a la vista, o que Pina copia a Zurara, o que ambos se fundan en una fuente común; como sabemos que Zurara fué al África para documentarse en su historia, estaríamos tentados de creer que se reproducen aquí las palabras de un testigo ocular, quizá de lengua arábiga, pero la idenddad del pasaje es demasiado perfecta para que las dos narraciones sean independientes, y Pina debió copiar a su antecesor.―

5 Los cristianos no se deciden a atacarle por no herir el caballo, que necesitarían capturar vivo, «pero á fim vendo como se começava de sahir-lhes, derom duas lançadas no cavallo» (ibid. II, 275). La misma grafía embeleçado se repite en la misma frase y con referencia al mismo suceso en la página siguiente. En vista de esta grafía CortesƟo cree que se trata de un embelessar, variante del port. embelesar ‘arrebatar los sentidos’, pero esta palabra tiene en portugués s sonora (por lo común escrita -z- en este caso, aunque arbitrariamente); por lo demás en el S. XV no sólo se distinguían en portugués, como hoy, la sonora y la sorda, sino que entonces tampoco era posible la confusión de ç con ss, tan poco posible como en castellano. Luego la errata estará en la cedilla, que no hubiera debido ponerse, y se deberá leer embelecado en este caso como en los demás.―

6 Falta en Freytag, Lane, Dozy, Beaussier, Fagnan, Lerchundi, Bocthor, PAlc., Spiro, Griffini y otros.―

7 No creo que haya relación entre embelecar y el fr. medio embeliner «capter, séduire», oc. mod. embelinà «enchanter, enjôler», Rabelais beliner «enchanter par de belles paroles», oc. mod. belin ‘brujo’, para los cuales da Sainéan, Sources Indig. II, 273n., una etimología nada convincente. Menos aún habrá relación con el it. belletto ‘colorete para el rostro’, imbelettarsi ‘pintarse (las mujeres)’. Y tampoco puede pensarse en un derivado portugués de belo ‘bello’ con sufijo -eco, en el senddo de ‘representar bella pero falsamente’, pues no se aviene con ello el sentido del port. ant. embelecar.