CRENCHA, ‘raya que divide el cabello en dos partes’, ‘cada una de estas partes’, del mismo origen incierto que el port. antic. crencha ‘trenza’ y cat. clenxa, crenxa, ‘crencha’: por razones fonéticas no puede ser voz genuina a la vez en los tres romances ibéricos, pero es dudoso desde cuál de los tres se propagó a los otros dos.
1.ª doc.: APal. 72b, 118b, 420b1; crenchador ya en 1402.
Ya Cabrera (seguido por Leite de V., RL II, 268-9) sugirió el étimo CRզNէCŬLUS, diminutivo conocido de CRզNIS: como éste significaba no sólo ‘cabello’, sino también ‘cabellera’, y en Plauto, Varrón y otros es ‘crencha, coca’, ‘trenza’, su diminutivo bien pudo aplicarse a las partes en que la cabellera se dividía, y habiendo convertido CRINIS en femenino la lengua castellana bien pudo el latín vulgar hispánico conocer una forma *CRզNէCULA. Que hay analogía semántica entre crencha y crines está fuera de duda: Cabrera observa que en el refrán «hace crines madrina; y ¿dó el cabello?», este vocablo tiene al parecer el sentido de ‘crencha, mata de pelo’, y a contaminación del mismo se deberá la variante crenche citada por Covarr., crinches f. en Marruecos, grintxa en el Maestrazgo y en el Valle de Arán; comp., además, el origen de CERNEJA y el de CRIZNEJA, que deja bastante asegurada la existencia de *CRINICULA en iberromance. Pero esta etimología sólo sería admisible si el vocablo fuese de origen portugués en castellano, y de ahí se hubiese propagado a la franja oriental de España: entonces la evolución fonética crĩelha > cryẽlha > cr(y)encha sería comparable a FENUCULUM > fẽulho > f(e)ũlho > funcho, a JENէPERUM Ȥĩebro > Ȥyẽmbro > zimbro, o a CէNզSէA > cẽisa > cĩsa > cinza; el tratamiento del grupo -NICUL- en -nch- no ofrecería dificultad alguna, y únicamente sería algo sorprendente la desaparición de la զ de la primera sílaba, aunque podríamos explicarla, sea por simplificación del grupo crଖe, complejo y en portugués inusitado, sea por un cambio de timbre motivado por la nasalización e inverso al que advertimos en JENÍPERUM > zimbro, o sea más bien por una disimilación CRզNզCULA > crẽílha > cré(i)nlha > crencha11. En conclusión, esta etimología no es imposible, pero queda muy hipotética mientras no se señalen ejs. de crencha en el portugués medieval, ya que según la documentación actual más bien deberíamos creer que este idioma fué el último de los tres en adquirir el vocablo. En rigor, teniendo en cuenta que crenchador, clenxador, aparece siglo y medio antes que el sustantivo crencha, podríamos partir de un verbo *CRզNզCULARE ‘hacer las crines o crenchas’ (o si se prefiere *DISCERNICULARE, de DISCERNICULUM, cruzado con CRINIS), que en castellano mismo pudo dar directamente crenchar, y de ahí se derivaría crencha como postverbal; sin embargo, esto también causa escrúpulo no habiendo otros testimonios latinos ni romances de la existencia de tales verbos, y adviértase que el sustantivo CRINICULUM (o en su caso DISCERNICULUM) habría estorbado probablemente la síncopa de la I interna del verbo.
G. de Diego, RFE XII, 1-3, rechaza el étimo *CRINICULA por escrúpulos fonéticos y admite que crencha es debido a un cruce de greña con el adjetivo gallego crecho ‘lo que tiene lana o pelo ensortijado, rizado, retorcido’ (Vall.), que vendría del lat. CRէSPŬLUS ‘rizado, rizadito’. Es una idea muy audaz, que debemos calificar de descabellada a no ser que realmente existiera un sustantivo *crecha ‘mata de pelo rizado’, sustantivación del mencionado adjetivo; y aun concediendo que así fuese que en realidad parece que nada de eso hay (V. abajo los datos críticos), el hecho de hallarse esto en gallego solamente, no en portugués, y de no contar con documentación antigua, daría motivo de sobra para dudar de la etimología latina CRISPULUS, voz que no habría dejado otro descendiente que éste en toda la Romania12. En definitiva, lo menos aventurado por ahora se nos antoja, al menos según las apariencias, el expresado origen portugués, aunque conviene dejarlo en cuarentena mientras no se confirme documentalmente que es palabra muy antigua en este idioma13 (V. CRESPO).
Hay en el extremo Norte del dominio catalán una palabra afín cuya forma puede señalar una interesante pista. En Ralleu (Conflent) oí muchas veces, y anoté, clenca con el mismo valor que el ribag., pall. y arag. clentxa ‘línea de cumbre’: després de la clenca baixeu cap a..., les «Collaes» ja són a la clenca. Quizá pueda deducirse de ahí que el vocablo procede de un verbo del latín vulgar en -TICARE. Pero no me satisfaría mucho postular un célt. *CRIN-TICARE, de la raíz KRI- ‘separar’ (del gr. κρίνω) y el lat. cerno, que no fué ajena al céltico, Pok., IEW 946), no sólo a causa de la -l- sino también porque ahí la -n- pertenece a la formación temática del presente y ante la -T- del participio esperaríamos KRIT- y no KRINT-. Algo más convincente podría ser KERN-, puesto que tenemos bret. kern ‘coronilla de la cabeza’ y aun ‘raya del cabello’ («scheitel»), irl. med. cern ‘rincón’ y aun formas semejantes en germánico (hirn, etc.). Pero además de que haría falta un temprano desplazamiento de la -r- juntándola con la K-, queda sobre todo el hecho de que en catalán, donde aparece primeramente esta familia, tiene cl- y no cr-, mientras que esta variante con -r- puede ser debida a cambio fonético de la -l-, no sólo en portugués, sino también en castellano. Por ello pienso ante todo en una raíz balto-eslava de la forma KLEN- que tenemos representada por el prus. ant. pre-klantits ‘condenado’ («verdammt») (catecismos III y II), pro-klantits en el dialecto del catecismo I), en frases como ‘quien no cree será condenado’ (pp. 92, 108, 171 del facsímil de Maɀiulis). Aunque Pokorny no ha recogido estas palabras, me parece bastante claro que se trata de la familia balto-eslava KLANA- ‘inclinación’, catalogada por Pok., IEW, en 928.26-28, a la cual pertenecen lit. klãnas ‘poza, bache’, klõnis ‘valle’, klonའ ‘hondonada’, kluõnas y letón kluõns ‘era de trillar’, que constituye ampliación radical de un más primitivo ոLEI- ‘inclinar’ (Pok. IEW 601.1, 12, 23, 25, 39)14; por otra parte, con el otro tipo de K- (= Q), vid. Pok. 928.33, 32 (cf. 603.13-21); todo lo cual muestra una raíz representada en varias familias indoeuropeas. Luego si KLEN- valió ‘inclinar, hundir, condenar’ y tenía derivados con -T- (prus. -klantits), bien podíamos suponer que el sorotáptico, tan afín al léxico balto-eslavo, formara partiendo de ahí un KLENT-IK- ‘inclinar, domeñar (el cabello)’. Todo lo cual queda, desde luego, muy hipotético, pero señala una pista que no convendrá perder de vista ya.
DERIV.
Grenchudo.
1 «Cernere... y viene discerniculus partido o en dos partes o en diversas: como los cabellos de las mugeres que se parten en la crencha con algund instrumento luengo y agudo que se llama en latyn discerniculo»; «discriminalia los ramales que son puestos para partir la crencha de los cabellos de las donzellas»; «ricinum... ricinum... es aguja o spinilla con que las donzellas se fazen la partidura de los cabellos delanteros, que dizen crencha».― ↩
2 «Crenche, la partidura del cabello, por medio de la cabeça, frontero de la nariz, echando la mitad de la cabellera a una parte, y la otra mitad a la otra... Dixose a crine. Juan de Malara, en el comento que haze al refran la crencha al ojo, marido tinoso...».― ↩
3 Hoy en Cespedosa grencha ‘crencha o raya del pelo’ (RFE XV, 147). Lo mismo crencha en el gallego del Limia (VKR X, glos.).― ↩
4 «El cabello sobre el hombro/ lleva partido en dos crenchas» y «En crenchas lleva el tocado / la Serrana de la Vera», en la comedia de este nombre, del primero de estos autores, vv. 2215 y 211; «El cabello en dos crenchas dividido, / inundaba la espalda en hebras de oro», en el segundo (Aut.).― ↩
5 Tres ejs. de h. 1600 en Moraes. Otro, más antiguo, significará probablemente lo mismo (aunque cabría entender ‘raya’): «e irƟo suas criadas / n’hum lago d’azeite todas, / sem crenchas, descabelladas, / como salvagens pasmadas / de tƟo altissimas vodas», Gil Vicente († 1540), Cortes de Júpiter, ed. Lisboa, 1843, II, 412. Una evolución secundaria análoga notamos en el judeoespañol de Marruecos: «alfiler... llevábase... en lo alto de la frente, en la raya que dividía las crinches, especie de cabellera postiza de seda negra» (BRAE XIV, 569).― ↩
6 De ahí grinxa ‘línea de cumbre de una montaña’, en el Valle de Arán, crentxell íd. en Espot (Pallars), crenxa en otros puntos de esta comarca y en Tortosa, aran, grintxo ‘peñasco’. También en tierras ribagorzanas es corriente la ac. ‘línea de cumbre’, con la cual he anotado kl༱ྜƇa en Tragó de Noguera y Blancafort y kr༱ྜƇa en Camporrells y el Torricó. Realmente es grande la extensión y arraigo de esta acepción en la Alta Ribagorza y Alto Pallars (he oído, p. ej. kl༱nƇa en Beranui, gr༱nƇa en Castrocit, y en otros muchos lugares de estos altos valles pirenaicos). En resumen: cr༱ntxa ‘línea de cumbre’ en toda la zona catalana de Huesca y pueblos vecinos a la izquierda de la Ribagorzana, pero cléntxa en la Conca de Tremp (Sra. Engràcia, Gurp), el Flamicell y el Valle de Ássua, gréntxa en Moror, crentxó ‘loma lateral’ en Giró; y una variante clintxa la he oído por una parte en lo alto del Pallars (Espot, junto con un masculino clintxo) por otra en el Norte valenciano, en Alcalá de Xivert. En este sentido el vocablo está muy propagado en el NE. del dominio alto-aragonés, grenchas en Torla etc., y en Bergua toma el sentido de ‘conjunto de piedras puestas derechas encima de una pared que cerca un campo, con objeto de hacerla más elevada y difícil de cruzar’ y aun puede darse allí este nombre de grencha a cada una de estas piedras (materiales recogidos oralmente para el Onom. Cataloniae). Este arraigo en el terruño, en la parte más conservadora del dominio catalán, refuerza la sospecha de una procedencia catalana en castellano y portugués, que ya nos producen las fechas de la documentación más antigua en los tres idiomas. Provisionalmente y siempre con reservas me voy inclinando hacia el tipo céltico *CRIENTICARE ‘separar, discernir’ a que apuntaba ya en el DCEC (notas 13, 6, 7 y p. 37).― ↩
7 El valenciano Sanelo (S. XVIII) define «carrera, señal que dexa el pelo quando se parte en la cabeza», pero en los extractos que sacó Tastu (que en general provienen de esta misma obra), hallo «mecha de pelo que se suelta». Sanelo cita demás clenxa «el partidor de los cabellos», del Thesaurus Puerilis del gerundense Onofre Pou (S. XVI). Hoy tiene este sentido clenxar en Mallorca (Amengual), y la forma crencher lo tiene ya en el valenciano J. Roig (1460), n. 2168.― ↩
8 «Veus-les brodades, / e divisades, / coha tallada, / crencha calada / fins a les celles», n. 10024.― ↩
9 Hoy está muy extendido clenxinar en catalán oriental y en rosellonés (Alcover; Misc. Fabra, 185). Me es familiar enclenxinar. Ambas formas se deberán a un cruce con pentinar ‘peinar’ PECTINARE.― ↩
10 Crin, que a juzgar por la -n conservada, debe ser castellanismo en catalán, tiene una variante catalana clin. También hay allí clina en el sentido de ‘línea de cumbre de una sierra’, que nos recuerda la misma evolución semántica que acabo de citar para crentxa. Claro que ninguno de los indicios apuntados es inequívoco. Los ejs. de cr- > cl- son frecuentes en voces genuinas en Valencia: cluixir ‘crujir’, clossa ‘muleta’ < crossa, fleix ‘fresno’ (pero clenxa es más antiguo que estas formas y a diferencia de ellas es común a casi todo el territorio lingüístico catalán).― ↩
11 Quizá para huir de esta dificultad prefería Diez, Wb. 443, partir de un *CRENICULA, emparentado con el fr. cren, crenel, crenelure, ‘muesca’. Hoy sabemos que no hay tal palabra *CRENA en latín, como la que entonces se suponía. Wartburg (FEW II, 1342), para esta familia romance representada en francés, retorrománico, alto-italiano y alemán del Sur (poco en lengua de Oc), admite como base un verbo céltico *CRINARE ‘hender’; de éste o del fantástico lat. *CRENARE vendrían Sajambre y ast. grinar ‘hacer marcas en las orejas al ganado’ (G.ª Oliveros), ‘marcarlo’, grino ‘marca’ (Fdz. Gonzz., Oseja, 272). De *CRINARE pudo formarse un derivado hispanolatino *CRINICULARE que explicaría directamente el verbo crenchar, de donde como postverbal crencha, autóctono entonces en cast. y port. y trasmitido por aquél al cat. Semánticamente tendríamos un caso análogo en CERNEJA. Pero debemos mostrarnos muy escépticos ante una etimología rebuscada mientras no se hallen rastros del simple *CRINARE, o de sustantivos como cren, en iberorromance.― ↩
12 Nótese además que debería suponerse un cruce en dos etapas: greña x *crecha > grencha, y grencha x *crecha > crencha. Finalmente yo no creo en la posibilidad de que la nasal intervocálica de greña diera lugar a la implosiva de grencha, crencha.― ↩
13 La única alternativa que nos quedaría sería tomar como única forma genuina el verbo catalán y postular, si ello fuese posible, una base como *CRENTICARE derivada de la raíz indoeur. K(E)R- ‘cortar, separar, distinguir’. Pero el participio o adjetivo verbal del lat. CERNERE es CERTUS, y el del gr. κρίνω es κριτóς; y aunque esta raíz existió también en céltico (Pedersen I, 134; Walde-P. II, 584; Stokes-B. 95), tampoco ahí damos con la base necesaria en -NT-. Lo más cercano, dentro de esta raíz, son los tipos galos CRIENTA ‘cascabillo, salvado’, *CRIENTIARE ‘beldar, limpiar el trigo’ (FEW II, 1335-6), cuyo significado queda muy lejos, o bien *CERENTIARE ‘pasar el lino o cáñamo por el rastrillo’, *CERENTION (fr. séran) ‘peine para rastrillar cáñamo o lino’ (FEW II, 594), que semánticamente se aproximan algo más, pero que vuelven a alejarse de la base fonética que nos haría falta. Y en general me parece poco aconsejable buscar un étimo prerromano a una palabra que signifique lo que crencha.― ↩
14 Cierto es que otros han buscado otras etimologías, al parecer más problemáticas, a este grupo báltico, vid. las citadas en Walde-Pok. I, 500, y en Trautmann, Balt.-Slav. Wb. 135. ↩