CORRAL, ‘recinto para pelear o para encerrar ganado’, ‘sitio cerrado y descubierto junto a una casa o dentro de ella’, vocablo común a los tres romances hispánicos y a la lengua de Oc, relacionado con el cast. y port. corro ‘recinto’, ‘cerco formado por un grupo de personas’, ambos de origen incierto, y es dudoso cuál de los dos sea el derivado y cuál el primitivo: si corro es derivado regresivo de corral, como parece indicarlo su rareza en la Edad Media y la menor extensión geográfica, quizá éste venga de un lat. vg. *CŬRRALE en el sentido de ‘circo para carreras’ o de ‘lugar donde se encierran los vehículos’, derivado del lat. CURRUS ‘carro’; menos probable es el caso contrario, aunque entonces corro podría ser un seudo-primitivo sacado del lat. CŬRRէCŬLUM ‘circo de carreras’, que se hubiera sentido falsamente como diminutivo.
1.ª doc.: Doc. zaragozano de 1119 («illo korral cum sua torre»), Al-And. XII, 94; y en otro de Oña de 1014 (copia coetánea), BHisp. LVIII, 358; Cid1.
Port. curral3 «cercado de paos para recolher gado, e apanhar peixe»; «na igreja, espaço cercado de bancos para pessoas de distinçƟo»; «grêmio da S. Madre Igreja» (ya en J. de Barros, a. 1540: Mores), «glebas cercadas de paredes, que só produzem centeio, e onde os gados descansam», en el Norte de Portugal (G. Viana, Apostilas, I, 346).
Mozár. qurrâl en una escritura toledana de los SS. XI-XIII (quizá la de 1144 que cita Oelschl.), como nombre de un literato malagueño del S. XIV (Simonet), y definido «gallinero donde se crían las gallinas» en PAlc., qorrâr ‘corral en las casas o en el campo para el ganado’ en Marruecos (Lerchundi).
Cat. corral ‘cercado para el ganado’ [ya en un documento catalán de 1188: «illud corrale quod est ante domos... istud corale...» Cartul. de Poblet, 109; Lulio], en Urgel ‘patio’, en Mallorca ‘huerto’ (Ag.), ‘trozo de tierra que se destina a cada ganadero para que en él paste su ganado’, ‘manada de ovejas o cabras’, ‘toril’ (Amengual), ‘lugar despreciable’ en la Crónica de Jaime I (fin S. XIII), ‘huerto o cercado anejo a una casa de ciudad’ (hablando del lugar donde se había escondido el rey moro de Tortosa, en Desclot, p. 94, misma fecha), ‘recinto donde un cautivo debe pelear con un león’ [Curial III, 155, med. S. XV; y otros ejs. de esta época en Ag.).
Oc. ant. corral ‘lugar donde los caballeros celebran consejo’ (en el tolosano G, Anelier, Guerra de Navarra, fin S. XIII, v. 1981), ‘liza o campo cerrado donde se da una batalla entre dos bandos de cien caballeros’ (en Arnaut de Castelnau d’Arri, a. 1318, Guilhem de la Barra, v. 1005), probablemente en el mismo sentido en el marsellés R. Feraut (h. 1300; «anc non ausist tam mortal guerra / sobre lo port en lo corral»), «enclos pratiqué dans une rivière pour y prendre du poisson» en bearnés antiguo; hoy gascón courrau «parc, bercail, étable à moutons», «maison avec ses dépendances» (Bcarne, Landas, Arán, Arrens), Ariège courral «cour de la ferme» (RLiR VII, 139), Rouergue courral «lieu où l’on rassemble les vaches pour les traire près des veaux» (Vayssier), Lou Courrau nombre de un paseo de Montpelier (Mistral).
¿Podemos asegurar que en catalán y en lengua de Oc es vocablo genuino y no tomado del castellano? No vacilo en decir que sí. Es verdad que G. Anelier emplea bastantes navarrismos y que se puede hallar algún raro aragonesismo en la Crónica de Jaime I, pero no ocurre así en los demás textos medievales citados; es verdad que el vocablo se halla poco en la toponimia catalano-occitana (excepto el caso de Montpelier y alguno de Valencia y Mallorca)4, mientras que el apellido Corral y los nombres de lugar Corral(es), Corralejos, Corralinos, Corralón son muy frecuentes en Castilla, Galicia (Madoz) y América, pero la gran vitalidad del vocablo en las Baleares, y su presencia en lugares tan apartados de España como el Rouergue y las Bocas del Ródano (en 1300), creo que pueden sacarnos todo escrúpulo. Es detalle importante, porque en estos idiomas (tampoco en mozárabe) no existe corro, lo cual impide considerar que corral sea derivado de este vocablo, como lo son, p. ej., bancal de banco, bozal de bozo, portal ‘puerta de la ciudad’ de puerta, ventanal de ventana, casal de casa, cat. bassal ‘balsa grande’ de bassa, etc.
Expongamos la historia de corro. No conozco otro ej. arcaico que éste que aparece en un documento de Valpuesta, del año 975: «kasas cum solare, corro, hera, orto vel exitos» (RH VII, 355), donde parece significar ‘corral’. Pero luego no vuelven a hallarse ejs. medievales, a excepción de algunos del S. XV: «¡Si supiesses como corro, / bien luchar, mejor saltar ! / Las moçuelas en el corro, / pagan sse del mi sotar» (Pero González de Mendoza, Canc. de Baena, ed. 1851, p. 258), «aunque la Muerte con dança muy dura nos meta en su corro» (Danza de la Muerte, LXXIX, 8), «corro de moços: chorus, chorea, restis»5, «corro del toro: harena, theatrum» en Nebr., y varios ejs. en APal.6; Aut. sólo da ejs. de los SS. XVI y XVII. Port. antic. côrro «circo, área onde se correm touros, ou se faz feira, ou se da algum espectáculo» (ya en Ferreira de Vasconcellos, S. XVI)7, dar corro ao touro «nƟo embaraçar» (ya en Sá de Miranda), ‘grupo’ (rodar no meio de um grão corro de inimigos, otro ej. del S. XVI: Moraes), hoy más bien curro, con cierre regular de la vocal, por metafonía8, ‘toril’, ‘conjunto de toros que se corren en un día’ (Fig.), gall. curro ‘corral pequeño’, ‘sitio donde trabaja el garañón’ (Vall.). Del castellano pasó el vocablo al valenciano del S. XV, donde significa ‘redondel de la plaza de toros’ (h. 1460: J. Roig, n. 3180, y varios ejs. de fin de siglo en Ag.); también en Gaçull y Llibre d’Antiquitats, vid. Gulsoy (Sanelo, D 13 v°b), pero así la fecha como el significado y el desuso total del vocablo en el resto del territorio lingüístico catalán indican que estamos ante un castellanismo. Este vocablo y sus derivados han alcanzado gran difusión moderna en el Noroeste hispánico: ast. corro ‘cabaña circular’ (Krüger, VKR VII, 373), corrada «el sitio destinado al corral, el estiércol, la pocilga y el hórreo» (R), «el corral unido a la casa» (V), gall. íd. «corral; parte de era y también de camino público cercano a la casa de un labrador, donde se echan aulagas, helechos, paja, etc., para que se pudra y hacer abono» (A. Cotarelo, BRAE XIV, 112), ya documentado en un doc. berciano de 1270 (Staaff, 95.7)9; pero corrata ‘casa con espacio de tierra dentro de los límites de una villa’ está en Vidal Mayor, 2.ª mitad del S. XIII, 8.21.18; ast. corripiu ‘corral’ (R), ‘cabaña para recoger ovejas’ (V), corripiar (R, y como propio de Llanes en V, s. v. acollechar), acorripiar (V) ‘acorralar’, correxu ‘el nicho en que el palomo anida’ (R)10, Valpaços curriça «pequena casa de campo destinado a recolher gado» (RL II, 257).
Posibilidades etimológicas para corro hay varias: ya Nebr., con su traducción, sugería, y Aut. y el P. Sarmiento (BRAE XV, 31) afirmaron categóricamente que procedía del lat. CH֊RUS ‘danza en corro’, fijándose en la ac. de corro como ‘cierto género de baile que se hace formando un círculo’ (Góngora, Valdivielso, y ya en González de Mendoza y en la Danza de la Muerte), documentada en el refrán bailo bien y echáisme del corro, que ya leemos en 1587 (A. Agustín)11; si tenemos en cuenta que CHORUS venía del gr. χóρος y por lo tanto pudo tener o cerrada en latín vulgar, esta etimología no es imposible fonéticamente, a condición de que admitamos, para explicar la rr, influjo de correr o de corral (que entonces debiera ser voz totalmente independiente). Pero todo indica que el significado primitivo es el de ‘lugar cercado’, documentado en la escritura de 975, en APal., Nebr., etc., y que sólo se llegó a ‘ruedo de gente’ en época tardía y por comparación de un cerco de gente con un lugar cercado. De hecho este cambio semántico está bien comprobado en el caso de corral, pues el Libro de Alexandre llama así el grupo de guerreros que rodea a su jefe Pándaro, el cerco de troyanos que delibera con Héctor y el formado por una haz de elefantes en pie de guerra (P, vv. 516a, 578c, 2042b)12; de suerte que podemos desechar la etimología CHORUS decididamente.
Por otra parte, podríamos suponer que el lat. CŬRRէCŬLUM ‘hipódromo, circo de carreras’ diera *correjo en castellano arcaico, y que habiéndose percibido el vocablo como diminutivo, se sacara secundariamente un seudo-primitivo corro: según Castro, el alav. y santand. carrejo ‘corredor, pasillo’ es alteración de este *correjo, por influjo de carro, y por otra parte el berc. corrillo, ast. occid. currieƫɊu13 ‘pocilga’ (G. Rey, Munthe), han conservado la vocal primitiva y presentan ya el significado de corro y corral.
Finalmente podríamos creer que corro es sencillamente un postverbal de correr (formado como el cast. ant. acorro de acorrer, o el mod. socorro), tal como admite C. C. Rice, HR III, 162, pero sería demasiado sorprendente el que una formación tan tardía como lo son los postverbales de la 2.ª conjugación hubiera ya llegado en el S. X a la etapa final de la larga evolución semántica ‘acción de correr’ > ‘corrida’ > ‘lugar donde se corre’ > ‘recinto anejo a una casa de campo’14.
Sea como quiera tendríamos que admitir el paso semántico de ‘recinto para carreras’ a ‘patio, recinto’ y de ahí a ‘ruedo de personas’, lo cual no presenta dificultad.
Pero creo que la rareza de corro en la Edad Media y la menor extensión geográfica de este vocablo, ajeno al cat. y el oc., invitan a creer que no es corral el derivado de corro, sino, por el contrario, éste el que se sacó secundariamente de corral, tal como, p. ej., en portugués, leonés e hispanoamericano se formó BOSTA de bostar, como si bostar y corral fuesen colectivos; si la ac. ‘ruedo de personas’ es más rara en corral que en corro, será debido únicamente a que éste significó, de acuerdo con su modo de formación, un recinto más pequeño, como suele serlo por naturaleza el formado por un grupo de gente.
Pues si es corral la palabra primitiva, ¿cuál puede ser su etimología? No creo que sea derivado de CURRERE, como admitieron Diez (Wb., 442) y Wartburg (FEW II, 1574n.10), pues no se forman derivados en -al de radicales verbales (tendal, p. ej., no viene de tender, sino de tienda). Este último autor se ha visto desorientado por la definición «cours, place libre où l’on peut circuler» que da el pequeño diccionario de Levy, pero Levy copió esta definición del glosario de Guilhem de la Barra por P. Meyer (que en una edición anterior traducía aún peor: «camino»), y como esta supuesta ac. no se apoya en ningún pasaje antiguo ni en las acs. modernas, debe borrarse resueltamente15.
En definitiva, el más probable es el étimo que M. P. sugiere lacónicamente en su glosario del Poema del Cid: *CURRALE, derivado de CURRUS (‘carro’)16. Que desde ‘lugar para los carros’ se puede llegar fácilmente a ‘corral’ lo prueba el auvernés, lemosín, poitevin y perigourdin charriero, -ieiro, -ière «basse-cour», «cour d’une ferme», «cour de maison» CARRARIA (FEW II, 413b; Daniel, Dict. Fr.-Périg.)17. V. ahora el valioso estudio de Krüger, Bibl. RDTP IX, 125-143 y 167-170, quien desarrolla ampliamente el estudio del grupo ast.-gall.-port. tratado en mis notas 5 y 10 (gall. corre ‘vara verde correosa y retorcida’, port. côrra ‘cuerda de apretar...’, ast. cuerr[i]a ‘pila circular de erizos’, ‘pequeño corral de piedra’, etc.) y cree que ahí se halla la clave de todo el problema de corro y corral: estaríamos ante un vocablo prerromano que de sentidos como ‘mimbre retorcida’ habría pasado a ‘recinto circular’; refiérese a Jost Trier, quien ha señalado COR- en celta con el sentido de ‘círculo de piedras’ o ‘círculo en general’ (así irl. med. cor). Es una aportación digna de reflexión detenida, que quizá signifique un adelanto decisivo en el estudio de la etimología de corral. De todos modos me quedan dos graves dudas: la raíz céltica en cuestión tenía -R- sencilla (Walde-P. II, 568; Stokes-B. 93; Walde-H., s. v. curvus) mientras que lo romance postula, imperativamente y en forma constante, una -RR-; por otra parte está lejos de ser evidente que corra ‘mimbre retorcida’ sea inseparable semánticamente de corro y corral: queda la posibilidad de que sólo aquél sea de origen prerromano y la etimología CURRALIS (lat. CURRUS) siga válida para corral. Hay que seguir pensándolo.
DERIV.
Corralero. Corralera. Corraliza. Acorralar ‘encerrar el ganado en corral’ [Partidas], ‘encerrar a una persona en un lugar sin salida, arrinconar’ [Alex.]; acorralamiento. Encorralar. Trascorral [princ. S. XIV, Zifar 19.18].
Derivados de corro: corrillo [h. 1572, Hurtado de Mendoza], corrillero; corrincho [1609, J. Hidalgo].
1 Dos veces, con el sentido de ‘patio (a la entrada de un monasterio o de un palacio)’. Simonet dice haber hallado un ej. en el S. X.― ↩
2 Así en el manuscrito anterior a 1479, mas para el autor de la versión modernizada de 1504-16 esta ac. ya se estaba anticuando, puesto que cree necesario explicar «corral o plaça».― ↩
3 Es antigua la grafía con u en gallegoportugués: está, p. ej., en las Ctgs. 58.23, 132.74, 275.13; en glos. del S. XIV (RPhCal. VI, 93, § 2453) y el nombre de lugar Curraes o Currales ya aparece en docs. portugueses de 1086 y dos veces en 1258 (CortesƟo, Onom.). Sabido es que hoy en Portugal se confunden totalmente los dos fonemas en esta posición, y Gonçalves Viana, Exposição da Pron. Normal Port., opina que ya se confundían en tiempo de Camoens, pero el hecho es que hoy suelen distinguirse en el Brasil; los diccionarios brasileños escriben, sin embargo, curral. Gall. curral (Vall.). El origen probable de esta u lo indico en la nota 8, a propósito de corro ~ curro.― ↩
4 Esta ausencia puede explicarse por la presencia de cort y sus derivados cortal y cortil, voces ajenas al castellano. Cort y derivados son vocablos más pastoriles y montañeses, mientras que corral es más de la ciudad y de los llanos.― ↩
5 Con esta última ac. comp. leon. corra ‘anillo de hueso o de marfil que se cuelga del cuello de los niños para que lo muerdan’, ‘aro de servilleta’ (Puyol, RH XV, 4), «inventario de armas... 1 medio faldón con corra blanca» en doc. aragonés de 1393 (BRAE IV, 520), Bierzo corla ‘aro o abrazadera de hierro’. Quizá el leon. corra, berc. corla ‘anillo de metal’, deba separarse de los demás y descender ―a pesar de su localización septentrional― del ár. vulgar kúrra (ár. kúra, kûra: Dozy, Suppl. II, 462a, 497b; I, 30b), que además de ‘globo, esfera’, ‘pelota, bola’, puede significar ‘trópico, círculo de la esfera’ (PAlc): para rr > rl o rn en arabismos e iberismos, vid. VRom. II, 455, § 384. De todos modos no creo que este arabismo pueda tomarse en consideración como posible étimo del cast. corro (a pesar de karr «rouler, faire rouler», Dozy, II, 451b), ni tampoco que corre, corra, ‘correa, cuerda, mimbre’, tengan relación etimológica con corro. Vid. por lo demás, CORREA.― ↩
6 «Bellicrepam dizian al corro donde saltavan con las armas», 44b, «auctum se dizia el espacio del cerco o corro», 37b, «circenses eran juegos que se fazian en Roma en que los ombres en corro andavan dançando con espadas», 77d, «girus es circuito o corro y ayuntamiento de cosas que se mueven en torno», 181d.― ↩
7 C. Michaëlis (Canc. da Ajuda II, 848) emplea corro ‘corral, atrio’ en port. moderno, no sé si reflejando el uso de algún documento.― ↩
8 De ahí pudo extenderse la u a curral. Un nombre de lugar Curro de Mauros se lee en doc. de 1018, Curros y Currelo en 1258, Currelos en 1220 (CortesƟo, Onom.).― ↩
9 Lo que prueba que no es alteración fonética gallega de corralada, pues la -l- no cae en este documento ni en el asturiano de Rato y Vigón.― ↩
10 Probablemente también cuerra ‘pila de erizos para que suelten las castañas’ (R), con variante cuerria (R, cuerroia es errata; cuerria, V, ‘pequeño corral de piedra que se hace en los castañedos para depositar los erizos’), y otra variante corra, empleada por R s. v. apilar y maciu; cuerre m. ‘pequeño cercado’, ‘el sitio donde se echan las castañas’; todos ellos en Rato. Pero aquí hay influjo evidente del verbo correr, que en asturiano hace el presente cuerre y aun el infinitivo cuerrer (Rato, p. 138). Acuerriar ‘cebar los erizos en la cuerria’ (V).― ↩
11 Comp. la frase cervantina andar la paz en el corro por en el coro, citada por Fcha.― ↩
12 Análogamente en la 1.ª Crón. Gral. De ahí ‘tribunal’ (<‘corro de jueces’) en varios fueros del S. XIII, V. las citas, en Cej., Voc.― ↩
13 Esta terminación coresponde a. -ELLUM, pero era fácil la invasión de este sufijo frecuentísimo en el terreno del menos frecuente -ICULUM.― ↩
14 Es postverbal indudable de correr, pero a mi entender debe separarse del cast. corro, el salm. corro ‘cilindro de madera, hueco, que se utiliza para enseñar a andar a los niños, metiéndolos en él’ (Lamano) y quizá también el b. arag. corro ‘extensión’ (esta finca tiene mucho corro: BDC XXIV, 165).― ↩
15 Este punto se halla fuera de dudas, aunque lo oscureciera aparentemente una de las obstinaciones en que algunas veces caía el buen erudito que fué Paul Meyer. Ya Noulet le hizo notar que el sentido de corral en Guilhem de la Barra era el mismo que tiene el vocablo en castellano, en catalán y en occitano moderno. Pero Meyer sólo consintió en modificar ligeramente su primera opinión, en el sentido indicado arriba. Ahora bien, la identidad semántica hispano - occitana está confirmada en el caso de este texto, no sólo por el contexto general, sino por varios detalles inequívocos: en el verso 974 el mismo lugar que más abajo se llama corral se describe con las palabras «el camp fo bels e grans e plas / on se dec far la vencezó» y el título del capítulo acaba de aclararnos de qué clase de camp se trata: «Eras ausiretz la batalha de .L. crestiás en camp claus contra .C. sarrazís». Luego era lo que en catalán se llama un camp clos, es decir, una liza o palenque, sentido que hemos visto documentado varias veces en las lenguas hispánicas medievales. El mismo Levy pequeño trae corral como adjetivo en el sentido «qui court les rues». Nada de esto en el Levy Grande, en Raynouard ni en muchos glosarios (Pansier, Delpit, Brunel, P. Meyer Docs.). Es posible que exista este vocablo, como hay coral ‘caballo corredor’ en francés antiguo, palabra rara, por lo demás (Tobler). Pero aquí se trata de un derivado del fr. courre, que como es sabido puede emplearse como sustantivo. Nada de eso tiene que ver con la voz castellana.― ↩
16 Sólo podría objetarse que CURRUS no ha dejado derivados populares en romance, pues el uso del galo CARRUS ya se generalizó en el S. IV. Sin embargo, la concordancia de cuatro lenguas romances puede autorizarnos a suponer la existencia del derivado *CURRALE ya en el latín vulgar imperial. Sería un caso más de arcaísmo del latín hispánico. Que el salm. corro ‘cilindro de madera, hueco, que se utiliza para meter en él a los niños para que aprendan a andar’ (Lamano) sea el lat. CŬRRUS ‘carro’ no es inverosímil, aunque sí inseguro por su aislamiento; aislamiento no completo, sin embargo, si de ahí viene el cat. corro ‘rodillo’. En efecto descendiente popular hispánico de CŬRRUS parece ser cat. corró ‘rodillo para arrastrar con facilidad una cosa de mucho peso’ (con las formas análogas que indiqué en VRom. II, 163, § 173), pues con el mismo sign. emplea el italiano su cultismo curro.― ↩
17 La misma etimología defiende Moll en el fascículo correspondiente del dicc. Alcover, publicado después de la redacción de este artículo. ↩