CINCO, del lat. vg. CզNQUE, lat. QUզNQUE íd.
1.ª doc.: 1090, Oelschl.
DERIV.
Cinca. Cincuenta [cinquaenta, Cid; cinqüenta, Berceo], del lat. QUզNQUAGէNTA; cincuentaina; cincuentavo; cincuentén y cincuentín (para el sufijo, vid. centén, -ín, s. v. CIENTO); cincuenteno, -tena, -tenario; cincuentón. Cincuesma [cinquaesma, Cid; cinqüesma, Berceo, Partidas; ast. pascua de cincuesma, V], del lat. QUINGUAGୱSէMA DIES, llamado asi por ser el quincuagésimo después de la Resurrección; duplicado culto, quincuagésima [Aut.]. Cinquén o cinquino (para el sufijo, vid. centén); cinqueno; cinquena. Cinqueño; cinquillo. Cinquina. Cultismos: quincuagena, del lat. quincuagēna; quincuagenario [Aut.]. Quincuagésimo [1604; Pícara Justina], del lat. quinquagēsĭmus íd. Quina [-s ‘suerte de los dados en que los dos salen con el 5’ 1283, Libro del Acedrex 288.28; 1588, Argote], del fem. sing. de quini ‘de cinco en cinco’; quinal [1848, Jal], el it. quinale está documentado desde el S. XIII (Jal); quinario; quínolas [1599, G. de Alfarache, Cl. C. II, 26.9; Ilustre Fregona, Cl. C., 293; Rinconete, 140; Calderón, La vida es Sueño, ed. Losada III, xv, p. 86], quinolillas, quinolear; comp. quiniela, juego de azar prohibido que se practica en la Arg.
Quinto [doc. de 1115, Oelschl.; Cid, etc.], de QUզNTUS íd.; quinta ‘quinta parte del botín, entregada al señor de la hueste’ [fuero de 1076, Cid, etc.; vid. M. P., Cid, 816-7; costumbre de antecedentes árabes], ‘quinta parte de los frutos, que el arrendador entrega al dueño de una finca’ [Covarr.; y comp. quintana], ‘esta misma finca empleada por el dueño como lugar de recreo’, ‘finca de recreo’ [Covarr.; Calderón, etc.] (íd. en port.; en Tras os Montes significa ‘pequeña población’, Leite de V., Philol. Mirand. I, 93; los paralelos franceses citados por Spitzer, ZRPh. XLV, 7n., son de índole distinta); quintero ‘el que tiene arrendada una quinta’ [J. Ruiz, 327a; gall. ant. quinteiro, Sarm. CatVG. 69r; pasó a América, de donde Quintero pueblo costeño en Chile], quintería; quintana [Quintana donga, doc. ast. de 976, y gall. de 969, M. P., Oríg. 181, n. 2], palabra arcaica y regional en cast. (falta Aut., pero en Colunga sigue significando la quinta parte de los frutos entregada al dueño de una finca, Vigón), pero muy viva en cat., galorrom. y sardo (REW 6966, y mi DECat.), y ya documentada en Eteria, S. Isidoro y glosas; quinterno [Nebr.], -erna; quinteto [Acad. S. XIX], del it. quintetto; quintil; quintillo, -illa; quintín [Acad. ya 1843], del nombre de Quentin, ciudad de Bretaña, lat. QUINTINUS, nombre de persona, derivado de QUINTUS; quintar [1640, Colmenares], quintador, quintante; requintar ‘pujar la quinta parte en los arriendos’ [Acad. ya 1817], ‘sobrepujar’, ‘defensarse esforzadamente un gallo de riña’ cub. (Ca., 206), ‘doblar el ala del sombrero’ arg. (Guiraldes, D. S. Sombra, ed. Espasa, 96); gall. requintado ‘refinado’ («un arte cicáis mais requintado que o noso» Castelao 97.17, 101.16); requintador; requinto; y los compuestos quintaesencia, quintaesenciar; quíntuplo, quintuplicar, quintuplicación.
Quiñón [quingone, docs. de 1082-1096, M. P., Oríg. 55; «quiñón de eredad: portio», Nebr.; Aut.]3, port. quinhão, gall. quiñón: partiendo de la noción general de ‘parte que uno tiene con otros en una ganancia o propiedad’, sus concreciones más divulgadas son ‘cada una de las porciones en que se divide la pesca entre los pescadores’ o ‘las telas entre los tejedores’ (Eladio Rdz., etc.); pero en la documentación medieval se halla más la referente a la división de la tierra: «huma testemoya diso que Payo tiña alí seu quinon, mais que non savia camaño [era]»; un testador lega «outro tamaño quiñon... que eu comprei por pregoes e por leilaes»: documentos pontevedreses de 1418 y 1381 leídos por Sarm., CaG. 71v, 87v; los participantes son «quiñoneiros e parzeiros» en un censo de 1445 donde se habla de una casa, a. 1445 (ib. 178v), hoy quiñoeiro; en particular sigue aplicándose a las partes que reciben de la pesca u otras ganancias los hombres de mar: «o que queira quiñons, que se xogue a vida no mar!», «as festas viñeron a menos, como quiñons dos mariñeiros», Castelao 256.2f., 200.21; procedentes del lat. QUINIO, -ONIS, ‘grupo de cinco’; contra la opinión de Diez y Schuchardt (ZRPh. XLI, 255), debe separarse del fr. quignon ‘cantero de pan’, que fué antes coignon y viene de CUNEUS; quiñonero [Nebr.]; ast. desquiñonar ‘determinar lo que corresponde de una cosa a cada uno de los que participan en ella’ (V).
CPT.
Circoañal. Cincoenrama [1555, Laguna]. Existió, al parecer, un descendiente mozárabe del cpto. QUINQUEFOLIUM ‘potentilla reptans’ (de donde cinquefoglie y otras formas dialectales italianas, REW 6965a), pues de CINQUE FOLIA vendrá sänki sbûya, que con variante sānǤi sbûya, Aben Albéitar da como equivalente de «quintefeuille»; por más que Dozy (Suppl. I, 691a) pretenda que es una palabra persa (pero en persa un cpto. así sería *panz-barg) quinquefolio [Aut.]. Cincollagas. Cincomesino. Cinconegritos. Cincuentañal. Quince [Cid], del lat. QUզNDĔCIM íd., compuesto con DECEM ‘diez’; quinceno4, quincena, quincenal, quincenario, quinzal, quinzavo. Cultos: quindécimo; quindenio, quindenial; quinquenio [Aut.: -enio], del lat. quinquennium íd., compuesto con annus ‘año’, de donde quinquenal; quinquelingüe, quinquenervia. Quinientos [-nentos, 1122, 1206, Oelschl.; -ñentos, S. XV, Crón. de Juan II, judesp., portugués; -nientos, Cid, etc.] del latín QUզNGENTI5; quinientista; culto quingentésimo. Compuestos del griego πέντε, hermano del lat. quinque: pentacordio; pentaedro; pentágono, pentagonal; pentagrama; pentámetro; pentarquía; pentasílabo; pentateuco; pentedecágono; diapente [1495, Nebrija], de la frase griega ƌιĮ πέντε χορƌNjν ‘a través de cinco cuerdas’.
1 También en otros textos del S. XIII según R. Lapa (CEsc. 1318, p. 678). Pero cinco ya en doc. gallego de 1302, cinquo en la Alveitaria del portugués Mestre Giraldo, y cinquo (en lugar de ceriquo del ms.) es lo que deberá leerse en una cantiga de Joan Soáres Coelho, que parece ser gallego y escribía h. 1250; cinque y cinco son ambos frecuentes en las Ctgs., p. ej. 70.1 y 197.3 etc.; cinque en la GralEst. 25.13, etc. Además de los factores mencionados contribuyó al avance de cinco el influjo de la Ȯ de cincuenta, gall.-port. ant. cinquoenta (GralEst. 42.7, etc.).― ↩
2 Entonces vino, pudo, y análogos, podrían explicarse por VENUIT, POTUIT (de donde luego los demás pretéritos en -o); cat. sangonera (y sangonent, sangonós), enconar, engonal, corresponden a SANGUէNARIA, INQUէNARE, INGUէNALE. Mohl relaciona cinco con una tendencia del latín rústico del Lacio, que habría ocasionado formas como por, por puer (Marcipor, etc.), y citaba CINQV en una inscripción latina de España (Hübner, Inscr. christ. Hisp., n.º 22a), pero A. Thomas, Rom. XXIX, 436, replicó que puede tratarse de un mero olvido del lapicida.― ↩
3 Especialmente arraigado en Navarra con el sentido de «sel, porción de terreno repartido entre los vecinos», allí pasó del romance al vasco kinio, kiño, íd., empleado en Aezkoa, con un derivado kiñiado «repartición de terrenos» en el valle de Erro (Supl. a Azkue2).― ↩
4 Desconozco el origen de quincineta ‘ave fría’ [h. 1590, Barahona, en Pagés; Acad. 1899 o 1914], que no parece ser derivado de quince.― ↩
5 Para las varias explicaciones del tratamiento de -NG-, vid. M. P., Oríg. 281-2; lo más probable es que se trate de una absorción temprana de la G por el diptongo ie, en relación con arienzo, ariento ARGENTUM, ANDULENCIA (< ¿*andulienza?) INDULGENTIA, y otros casos citados por M. P.; es algo diferente y más sencilla que la explicación de Zauner y Hanssen (en su reseña de AUCh. 1908, p. 13) por diferenciación. ↩