CIGARRA, relacionado con el lat. CէCଵDA íd., probablemente de una variante *CICଵRA que tendría esta voz, de origen mediterráneo en latín.
1.ª doc.: cigarra, Alex., 1974dO (cigala en P); cigarra E. de Villena, Arte Cisoria, ed. Navarro, p. 45; cigara, APal., 74b; cigarra ibíd., 502b, 511b; Cej. VIII, § 17.
Del todo inverosímil es que cigarra represente un derivado iberorromance *CICADARRA, como propone Leite, RL III, 289n.1. Pero tampoco creo que baste para explicar la variante hispano-portuguesa el deseo de dar al vocablo una forma más onomatopéyica, expresiva del «chirrido» del insecto, como creen Baist, RF IV, 418, y Cornu, GGr. I2, § 202; donde sí es evidente el carácter de creación posterior expresiva es en la variante portuguesa cègarréga [Arraes, 1589], pero ésta se explica mucho más fácilmente como derivada de cigarra, en busca de una repetición apofónica (del tipo zurriburri, fr. charivari), que cigarra partiendo de CICADA6. Vid. nota 1.
Como variante mozárabe de cigarra debemos mirar la forma chicarro que Nebr. define por «cigarra que canta; acheta»7. La importante forma chicarro está confirmada por el cordobés Rosal (1601): «chicarro llamó el antiguo a la chicharra o cigarra» (Gili, s. n.). En cuanto al común chicharra (la forma usada hoy en Andalucía; Covarr. dice que es de Toledo) sale del femenino correspondiente *chicarra, por una dilación consonántica favorecida por el efecto expresivo de la reduplicación y por el influjo de achicharrar ‘abrasar’; chicharra está documentado desde 1588 (J. de Pineda: Cej. VIII, p. 14)8.
DERIV.
Cigarrón ‘saltamontes’. Cigarral ‘en Toledo, huerta cercada fuera de la ciudad, con árboles frutales y casa para recreo’ [1599, G. de Alfarache], por las cigarras que abundan en los árboles de esta parte de Castilla la Nueva9; cigarralero. Chicharrero.
Chicharru ‘caranx trachurus’ ast. (V), gall. septr. chicharro ‘jurel’ (Sarm. CaG. 220v), vizc., vasco.
1 En portugués, según el Inq. de Boleo (RPF XI, mapa 20) chicharra aparece en varios puntos del Alemtejo Alto y Bajo, sobre todo éste, y casi todos en la parte extremo-oriental de esta región; cigarra (con cigarrela, -rrelha, -rrilha) en casi todo el país; la principal excepción es el área de cega-rega que ocupa grandes zonas del Centro (pero no en su parte litoral) y que ahora se explica muy bien como alteración onomatopéyica de cigarel(h)a cuya área es contigua (hay además un rela en un pueblo del Sur de la Beira Alta, muy poco más al Norte, que nos muestra cómo cegarrega nació de haberse desglosado el vocablo como cega-rela, y por haberse interpretado cega como ‘ciega’).― ↩
2 En catalán designa además un crustáceo marino cuyo cuerpo recuerda el de la cigarra (V. el grabado del Dicc. Alcover) y la argolla del ancla. De aquí el castellano cigala en las mismas acepciones (falta aún Acad. 1899). Acad. 1936 da además cigallo en la misma ac.― ↩
3 En los Hermeneumata Montepessulana de un ms. del S. IX (CGL III, 319.54) y en los H. Vaticana, ms. S. X (ib. III, 577.67), que contienen otras formas de latín vulgar análogas a las hispánicas (como sarracla > cast. cerraja).― ↩
4 Niedermann, Festgabe Kägi, 80n., seguido por Ernout-M. y Walde-H., como forma mediterránea del mismo origen que la clásica. Battisti, BhZRPh. XXVIIIIa, 15n., como forma dialectal del Lacio, con el cambio sabino de D en L. Cabría pensar en otra explicación. San Isidoro, Etym. XII, vii, 67 y viii, 10, nos dice que los españoles llaman cicūlus al cuclillo, de cuya saliva nacen las cigarras («Hispani ciculos vocant... Horum salivae cicadas gignunt»). Sofer, 12-13, explica que el santo pensaría en el Philenus spumarius L., también llamado cigarra espumante («Schaumzikade»), cuyas larvas producen la llamada espuma de cuclillo («Kuckucksschaum»), V. la bibliografía allí citada; de ahí vendría Niza cigalié ‘cuclillo’. Ahora bien, la forma CICȢLUS, a pesar de las vacilaciones de Sofer, existió indudablemente, pues de ahí viene el cast. ant. cegulo ‘cornudo’, documentado en el Fuero de Avilés (línea 38), en el de Llanes, en un foral portugués del S. XII, o cigulo (Fueros de Oviedo y de Parga, V. la edición de Fz. Guerra, en nota y en el glosario), y en otros textos legales de la época. Pudo haber un influjo recíproco entre las dos palabras, nacido de esta leyenda, en virtud del cual CICADA se hizo CICALA, y viceversa CUCULUS pasó a CICULUS, tanto más fácilmente cuanto que para esto último existen casos paralelos (CICUTA ~ CUCUTA ―REW―; pall., Arán, Vallée d’Aure, Luchon cigala ‘corneja’, junto al cat. cucala, oc. caucala íd.); de hecho el logud. chìgula (Spano), campid. cìgula, chìgala (REW) ‘cigarra’, parece estar bajo el influjo de CŬCŬLUS ‘cuclillo’, aun en lo que se refiere al acento y a la vocal postónica. Sin embargo, creo que fué el parecido fonético entre el lat. CUCULUS y el lat. vg., ya existente, CICALA, lo que dió nacimiento a tan extraña leyenda popular, la cual a su vez fué causa, posteriormente, del cast. ant. cegulo y de las formas sardas (para cuya explicación V. nota siguiente). Hesiquio cita una forma griega σιƔαλοί ‘cigarras silvestres’ (Walde-H.).― ↩
5 Sería onomatopeya independiente y sólo secundariamente influida por cigarra, M. L. Wagner, RF LXIX, 258.― ↩
6 Por lo demás, nótese que cegarrega se aplica especialmente a ciertos instrumentos que imitan el sonido de la cigarra; Moraes no indica si Arraes, y otra autoridad que cita, emplean el vocablo con referencia a este instrumento o al insecto.― ↩
7 Comp. Cigarro como nombre propio de persona, que CortesƟo documenta en un documento portugués arcaico (PMH), y que representa la única documentación antigua que me es conocida, para el representante portugués de nuestro vocablo.― ↩
8 M-Lübke, REW 8235, no se atreve a explicar chicharra como mozarabismo, por falta de pruebas documentales, proporcionadas por el chicarro de Nebr., que él no conocía. Una Toda Chicarra en doc. nav. de 1255 no creo que sea derivado de chico como supone Michelena, FoLiVa I, 45. Nótese que la cantidad CզCADA, que dan el REW y el FEW sin explicaciones, carece de fundamento. La única forma documentada por la versificación latina, es CէCଵDA, como miden Virgilio, Lucrecio, Ovidio, Marcial y otros en muchos pasajes de sus obras («sole sub ardenti resonant arbusta cicadis»). No sólo el sardo chìgula y el it. cicada corresponden a esta է, sino también oc. y cat. cigala (vid. lo dicho s. v. CENACHO). La única dificultad está en la i del cast. y port. cigarra. ¿Habrá variante en la base dialectal latina, o influjo del mozár. chicarra, chicharra, donde la i no puede sorprender?― ↩
9 Para derivados de nombres de animales con sufijo colectivo de plantas, comp. el port. passarinhedo ‘bandada de pájaros’, y demás ejs. reunidos por M-L., BDC XI, 18. Indefendible fonéticamente es el étimo de Eguilaz ár. Ȑard šaǤrâȐ ‘tierra abundante en árboles’, como ya indica Baist (RF IV, 409), que, por otra parte, no se atreve a considerar derivado de cigarra. Audaz e injustificada semánticamente es la idea de Unamuno: de *cigorral, derivado del alto extremeño cigorro ‘picacho o tormo’, que él cree variante de CIMBORRIO ‘cúpula’ (RFE VII, 351-2). Completamente infundado el supuesto de Elise Richter, Atti del XXII Congr. Intern. degli Amer., II, 304, de que pudiera significar ‘plantación de tabaco’ y derivar de cigarro. La autora advierte que no ha podido comprobar la presencia del vocablo en Guzmán de Alfarache. De todos modos, aparece ya en Oudin y Covarr., lo empleó Góngora en 1610 y 1612 (vid. Alemany), y la comedia de Tirso, Cigarrales de Toledo, es de 1621. No se comprende a qué étimo se refiere el P. Guadix al afirmar que cigarral es palabra árabe con el significado de ‘casa pequeña’, lo cual sería duwáȳra o duwirîya en este idioma. E. Richter dice que el supuesto étimo de tal significado sería caxral, pero ésta no es palabra conocida. ↩