CENACHO, ‘espuerta de esparto o palma, con asas, empleada para llevar víveres’, del mozár. ɊannâƇ ‘capacho, cenacho, canasta’, voz emparentada con el cat. senalla ‘cenacho para grano’, ‘cenacho en general’; probablemente del mismo origen que el fr. ant. y dial. senail ‘granero’, ‘henil’, a saber, del lat. CENACŬLUM ‘cámara alta’, ‘piso superior de un edificio’ (derivado de CENARE ‘cenar’, por ser este piso donde solía estar el comedor); en mozárabe el vocablo sufrió en su terminación el influjo de capacho y de qanâƇ ‘canasto’, y pasó sucesivamente por las fases semánticas ‘piso alto’ > ‘granero’ > ‘recipiente para grano’.
1.ª doc.: 1603, P. de Oña.
Ya Simonet (s. v. canách), seguido por Dozy (Suppl. I, 846a), Eguílaz (368), M-L. (REW1 1601), Steiger (Contr., 176) y Lokotsch, vieron que el cast. cenacho era solidario, tanto del cat. senalla como del mozár. ɊannâƇ, pero mientras Simonet y Eguílaz creen que esta palabra mozárabe tiene el mismo origen que qanâƇ ‘cesto’, y por lo tanto viene del lat. CANISTRUM, los tres últimos dan a entender que es palabra genuinamente arábiga2, y Dozy se abstiene de opinar acerca del origen. Obsérvese ante todo que ɊannâƇ o ɊannâǤ es palabra ajena al árabe propiamente dicho. Traen ɊannâǤ ‘cesta, canasto’ el español Abenalauam (S. XII), R. Martí, y como palabra marroquí Lerchundi (ɊannâǤ o sannâǤ ‘capacho, cenacho’)3 y A. Martin; çanách figura en PAlc. con la definición ‘capacho del molino de aceite’4, que deberemos entender como grafía imperfecta de çannách, en vista del plural çanánich5. En cuanto al cat. senalla, su significado es el mismo del cast. cenacho: ‘espuerta de esparto o de palma’, por lo común de tamaño mayor que la llamada cabàs ‘capacho’; es voz muy antigua en el idioma, documentada desde el S. XIII6. Claro está que es tan imposible fonéticamente derivar senalla del mozár. ɊannâƇ, como considerar a ambos como descendientes del lat. CANISTRUM, según quiere Simonet.
En la Acad. (1936) leemos, como etimología de cenacho: «lat. cenaculum, de cenare ‘comer’»; la última parte de esta explicación se referirá al detalle de que el cenacho suele emplearse para llevar alimentos. No está ahí la explicación semántica; y sin embargo creo que la idea de relacionar con CENACULUM, aunque por otro camino, no era desacertada. Hay hermandad muy probable entre senalla y el fr. ant. ceignail (S. XIII), fr. medio chenail, pic. šenal, valón sinail, ‘granero’, ‘henil’, que hoy tiene gran difusión en los dialectos franceses: senail, cénas, sinaut, y formas parecidas, se emplean en el Bajo Loire, en Bretaña, Normandía, Picardía, Valonia, Lorena, Champagne, etc. (FEW II, 577b); ahora bien, todos están de acuerdo en derivar esta palabra del lat. CENACULUM en el sentido de ‘piso superior de un edificio’, ‘cámara alta’. De ‘granero’ se pudo pasar a ‘recipiente para grano’, que es, en efecto, el uso a que se destina muchas veces la senalla catalana (así en Capellades, etc., según Griera, BDC XX, 315); es muy frecuente que una misma palabra signifique ‘granero’ y ‘cesta, canasto’: port. dial. canastru ‘granero’ (WS X, 91); murc. horón ‘sitio en que se guarda el trigo’, junto al cast. horón ‘serón’, lat. ero ‘cesta de mimbres’; gót. bansts, b. alem. y alem. centr. banse ‘henil’ junto al lat. vg. banasta ‘canasta’ (Kluge; FEW, s. v. *BANSA); pallar, calàs ‘depósito para guardar grano’ junto a fr. caláis ‘canasta’, Blonay tsọ «casier d’un bahut à grains», Bregaglia catla ‘cesta para llevar objetos a la espalda’, cat. calaix ‘cajón de escritorio’ (BDC XXIII, 280); Berry barȤ ‘cobertizo para guardar el heno’, ib. alem. barg ‘henil’ junto a Como bar(a)k, Verzasca, Tesino bargei ‘cesta’ (REW, FEW, s. v. BARGA); cast. troj(a) ‘espacio limitado por tabiques para guardar frutos y especialmente cereales’ junto a cast. ant. troja ‘alforja, talega o mochila’; arg. cesta ‘troj’ (AILC III, 50); svcr. boš ‘cesta’, ‘granero’; ingl. crib ‘cesta’, ‘granero’; etc.
Ahora bien, si admitimos CENACULUM o su plural CENACULA como étimo del cat. senalla (senall), también deberemos admitirlo para el mozár. ɊannâƇ; si bien, reconociendo que su terminación no se explica por la de la voz latina, deberemos aceptar que es debida al influjo de sus dos sinónimos mozárabes, CAPACHO y la forma que la voz CANASTO tomó en este dialecto, es decir, qanâƇ (Abencuzmán7, PAlc.), con el paso de ST a Ƈ, que es normal allí (BDC XXIV, 71; A. Alonso, PMLA, 1947) y en gallego (ganacho ‘especie de cesto’; terminación verbal -ache < -ASTI)8.
1 En Mallorca es ‘espuerta con asas pequeñas’, y en Valencia sarnatxo es lo mismo que el cast. cenacho o bien una ‘escarcela de cazador a manera de red’ (Escrig, s. v. sarnajo); en Martí Gadea es la mochila del pescador, donde éste mete la pesca (Tèrra del Gè II, 102). Sabido es que en estos textos valencianos j representa tx = cast. ch. Creo que en Mallorca y Valencia será también castellanismo, pero también podría ser mozarabismo indígena. La forma valenciana sufrió el influjo del indígena sària ‘serón’. Teniendo en cuenta la probabilidad de que esta -r- sea secundaria y de que en valenciano y mallorquín no sea palabra antigua, se hace muy dudoso que tengan algo que ver con esto las dos freguesías portuguesas llamadas Cernache que otros escriben con S- (una junto a Coímbra por el S., la otra a medio camino de Coímbra al Tajo), comp. los numerosos Sernadas y -nados o C- y Cernancelhe.― ↩
2 Steiger rectificó después. En VRom. IV, 357, declara brevemente que no es palabra arábiga. También M-L. pone un interrogante en la 3.ª ed. de su diccionario (7583a).― ↩
3 De aquí el bereber (Beni-Snous) asennaɁ «nasse d’alfa, corbeille de roseau, longue et étroite, sans anses», en el que Bertoldi, AGI XXXVI, 17n.34, quisiera ver un derivado de tsennît ‘esparto’, voz bereber que se cree de origen líbico; pero la opinión de Bertoldi parece aventurada en vista de las diferencias fonéticas entre las dos palabras. Evidentemente el bereb. asennaɁ ha de relacionarse con cenacho, voz que Bertoldi no parece conocer. En cuanto a suponer que cenacho venga del bereber, me parece fuera de toda posibilidad por muchas razones, entre ellas las fonéticas, a que aludo en la última nota de este artículo.― ↩
4 Para la exacta descripción del objeto a que se refiere PAlc., vid. Dozy.― ↩
5 Por otra parte, ɊannâǤ en Egipto y en otras partes designa algo enteramente distinto, esto es, la persona que toca el instrumento llamado ɊánǤa o ɊanǤ ‘especie de címbalo o de castañetas de metal’, palabra de origen persa en árabe. Salta a la vista que este vocablo no puede ser la fuente de la voz hispanoárabe, de significado tan remoto, aunque sí pudo ser causa de que el mozárabe ɊanáƇ tomara una nn doble secundaria. Griffin en su tesis sobre R. Martí explica ahora la Ɋ y la nn de ɊannaƇ por influjo de la voz semítica Ɋann ‘canastilla para el pan’. Sin duda atinadamente. También explica así la e (y no i) del cat. senalla, lo cual ya es menos claro: hay que estudiarlo. Del fr. dial. cenail pasó al bret. senailh f. ‘granero’ (Ernault).― ↩
6 Ag. sólo recoge un ej. del XVI, y uno del derivado senaller en el XV (otros de los SS. XIV y XV, s. v. sanalla). Leo senalla en el Consulado de Mar («Que algun exavaguer, pescador ne altre no gos metre ne llançar nançes ab pedra ne ab senalles ne en altra manera en la mar», ed. Pardessus, p. 205) y en Raimundo Lulio («dix al ortolà que li donàs sa sanalla hon portava los fems», Meravelles, N. Cl. I, 102). La forma masculina senall, única que registra M-L., es mucho más rara; sólo la recogen el diccionario catalán de Bulbena y el valenciano de Escrig («especie de cesto de mimbres; senall en tapa: excusabaraja»), obras recientes, de valor desigual, a veces nulo. Yo no la he oído nunca.― ↩
7 Comprobado en la ed. de G.ª Gómez 90.9.2 (cf. III, 395) donde hay que leer q(a)nâǤ y no q(i)nâǤ como supone el editor arbitrariamente, y no traducir ‘cenacho’ sino, conforme al contexto, ‘canastilla (de flores)’ con la cual compara el poeta a una mujer atractiva. PAlc., 137b35, traduce canasta como cuévano por canácha, pl. canachit.― ↩
8 Que ɊannâǤ (aun suponiendo que fuese árabe tal palabra) no podía dar cenacho, está claro incluso desde el punto de vista puramente castellano: el resultado habría sido en castellano *açañeche, pues la â larga da e cuando no está en contacto con enfáticas. Contra la etimología CENACULUM sólo queda un pequeño escrúpulo de fonética catalana. En catalán y en lengua de Oc la e pretónica precedida de c suele convertirse en i, lo cual no ocurre cuando la misma vocal se halla detrás de s: cirera CERASEA, ciment CAEMENTUM, cistella CէSTELLA, civada CէBATA, cigonya CէCONIA, cigró CէCERONEM, cibolla (oc. ciboulo) CEPULLA, cigala CէCADA, cimbell = fr. ant. cembel CȷMBALUM (-ELLUM), cisterna CէSTERNA, cimolsa CէMUSSA, civera CէBARIA, cinyell CէNGELLUM, cipella CէPP-ELLA, calcigar CALCէCARE. cisalla CAESALIA, cisell CAESELLUM, oc. acipà AD-CէPP-ARE, oc. cisoiros CAESORIA, oc. cisampa = lion. cesampa, oc. cigudo CէCUTA (gasc. cegudo se debe a disimilación ante ü, como delus DIE LUNAE; Fabra da una forma ceguda como catalana; también Griera [Tresor], sin localización, y Alcover, que sólo la localiza vagamente en Cataluña; podría tratarse de una forma gascona, del Valle de Arán, donde efectivamente recogí el vocablo), oc. (r)eissidar EXCէTARE; frente a los cuales sólo podemos citar cervell CEREBELLUM, cerfull CHAEREFOLIUM, cervesa CEREVESIA, Cerdanya CERETANIA―en los cuales parece haber un influjo particular de la r implosiva―, Ceret CERୱTUM, cercar CIRCARE (influjo de cerca), cepat (¿influjo de cep?), celler (¿influjo de cella CELLA?, pero esta palabra quedó confinada muy pronto a la toponimia), centella SCINTILLA, celar (influjo del presenta cela), cementiri (disimilación), Celoni o Celdoni CELEDONIUS (semiculto) y pocos o ninguno más; en cambio tras s la e se conserva (sedàs, segur, segon, segell, seixanta, senar, sencer, etc.). Por otra parte, la confusión de la antigua africada ç (c) con la fricativa s, que no es rara en el catalán de la 2.ª mitad del S. XIV, dudo que se halle todavía en manuscritos del XIII, y sin embargo senalla aparece constantemente con s, no sólo desde el S. XV, sino ya en Lulio y en el Consulado de Mar. Finalmente la representación normal de la Ce en mozárabe era ch-, mientras que S- da allí ç- (en grafía arábiga Ɋ o s). Todo esto invitaría más bien a buscar un étimo con S-. Por otra parte, con esta consonante no se ve ningún étimo posible, ya que SէNUS ‘seno’ y su descendencia romance (REW 7950) se hallan completamente alejados en lo semántico. Y ninguno de los tres argumentos indicados es decisivo (aunque no carecen de fuerza al coincidir los tres), pues los manuscritos en que se basan las ediciones de Lulio y del Consulado son posteriores al S. XIII (debería examinarse un manuscrito coetáneo), no falta en catalán algún caso de ce-´ (¿tratamiento ante n?, comp. centella) y las palabras mozárabes con ç < Ce no son nada raras (vid. A. Alonso, RFH VIII, 34 ss.). ↩