CHICOTE, ‘colilla, punta de cigarro’, ‘cabo o punta de cuerda en un navío, o pedazo separado de la misma’; amer.: ‘látigo, azote’; probablemente del fr. chicot ‘pedazo de tronco o de raíz cortados que sobresale de tierra’, ‘astilla que se clava en el pie de un caballo’, ‘raigón de diente’, del mismo origen que el fr. chique ‘trozo de tabaco que se mastica’, dialectalmente ‘pedazo en general’, y que déchiqueter ‘desmenuzar’.
1.ª doc.: 2.ª ac. 1587, G. de Palacio (?); 1675, 1722, Gili; 1696, Vocab. Marít. de Sevilla, en Aut.; 1.ª ac. ya Acad. 1843 (mal definido «cigarro puro»); 1867, Cuervo, Ap., § 510 (1907)1; 3.ª ac. 1789, doc. argentino (en Tiscornia, M. Fierro anot. y coment., 403).
Los otros tres posibles casos de términos náuticos de posible procedencia indígena americana que reuní en AILC I, 13, y que ya entonces me parecían muy dudosos (piola, garúa, sucucho), han resultado después ser todos de origen europeo (V. los artículos respectivos). Contra el origen náhuatl, en nuestro caso, hay toda suerte de dificultades, que obligan a descartar la idea (acogida ya con incredulidad por Tiscornia y Friederici)4. 1.° Un nahuatlismo difícilmente pudo propagarse hasta la Arg. y por otra parte a Portugal y al Cantábrico. 2.° Semánticamente el nah. šikótli ‘abeja’ no convence: la comparación del azote que hiere con el insecto que pica es rebuscada. 3.° Ya Lenz reconoció que lo regular es el paso de náhuatl š a j castellana5.
El paso de ‘pedazo de cuerda’ a ‘látigo’ nos coloca, en cambio, en un terreno frecuentadísimo: el de los americanismos de origen náutico (V. mi artículo en AILC I, 9 ss.). Luego podemos prescindir de la ac. ‘látigo’ para los efectos etimológicos y atenernos a las demás. Ahora bien, las ideas de ‘punta o pedazo de cuerda’, ‘punta de cigarro’ y la ac. chilena ‘los pedazos de género con hebilla con que se aprietan los pantalones por detrás’ (Lenz), coinciden en la noción general de ‘pedazo saliente (de cuerda, de cigarro, de ropa)’, y como el vocabulario náutico hispano-portugués, cuando es ajeno al Mediterráneo y no existente en catalán ni italiano (según ocurre con chicote), suele ser de origen francés, no hay dificultad en partir del fr. chicot ‘pedazo de tronco o de raíz cortados que sobresale del suelo’, ‘astilla que se clava en el pie de un caballo’, ‘raigón de diente’; el lenguaje anticuado y el uso dialectal nos confirman que esta palabra francesa significa básicamente ‘pedazo’ ‘trozo saliente’: fr. medio chicot «sorte de découpure, de dentelure» (dos ejs. de 1603 en Huguet), fr. canadiense chicot «reste d’une plante coupée presqu’au niveau du sol» (Gloss. du P. Fr. du Can.), Grand’ Combe šik࿀ «petit bouquet de fleurs qui termine la tige d’une plante» (Boillot), Aunis-Saintonge chicot «morceau d’une dent détériorée ou cassée» (Musset). Oído por los marinos españoles a sus colegas ultrapirenaicos, este vocablo francés de sentido genérico (ya documentado en el S. XVI) se aplicó naturalmente a los pedazos que más interesaban a su oficio, a saber los cabos de cuerda.
El origen del vocablo francés es oscuro. Pero como junto a él hallamos chique ‘trozo de tabaco que se mastica’ (de ahí ast. chicote «hoja de tabaco retorcida a modo de cuerda», V), que en los dialectos del Oeste y el Noroeste es ‘pedazo en general (de carne, de pan)’ (Picardía, Normandía, Anjou: Verrier-Onillon), ‘harapo, pedazo de ropa’ (en Normandía y en Jersey: ALF, Suppl.), que es de fecha moderna (1800), chiquet, chiquette ‘pedazo’ (Saboya, Valle de Yères, Bas-Maine, Poitou), que aparece en 1694, y por otra parte hay déchiqueter ‘despedazar, desmenuzar’, que ya se halla en el S. XV, es verosímil que éste proceda, como sugiere Bloch, de eschiqueté (1231) ‘paño de dibujo cuadrado como tablero de ajedrez’, eschaquetey (1348), derivados de eschiquier, eschaquier, ‘tablero de ajedrez’, a lo cual agregaré que en mi opinión bien pudieron chiquet, chicot y más tarde chique sacarse de ahí como derivados regresivos y con generalización del significado. Luego no habría relación, a no ser secundaria, con la familia romance de nuestro CHICO a pesar de las razones de Krüger, NRFH I, 384-5, que no son convincentes. El problema necesita todavía estudio. Pero aunque existiera alguna relación con CHICO, en el caso de chicote se trata, en todo caso, de una palabra de origen francés.
DERIV.
Chicotazo. Chicotear.
1 La Acad. no localiza. Varios autores americanos consideran que ha habido error por parte de la Acad. Sólo en Andalucía (A. Venceslada) y en América está comprobado el uso de esta ac.: en la Arg. (Vicente Rossi), en Bogotá y en Méjico (G. Icazbalceta, R. Duarte). Es inverosímil que en esta ac. sea voz independiente, derivada de CHICO, según quiere Lenz.― ↩
2 Malaret, Supl., dice que aparece en un villancico español de 1650; pero comprobado, resulta contener chicote ‘muchachito, niño’, aplicado a Jesús, que es palabra de origen diferente (V. CHICO). Toro, BRAE VIII, 416, dice que el derivado chicotazo en la frase resistir los chicotazos de la suerte se halla en Pérez Galdós, pero es cita de segunda mano sacada de Mugica, Maraña del Idioma, que a su vez no menciona la obra donde encontró la frase, y es autor desaliñado en sus citas. Aunque sea realmente de Galdós, podría significar ‘azote que da un cabo de cuerda’ como vocablo de marina, y aunque chicote ‘látigo’ perteneciera realmente al vocabulario de Galdós, podría ser voz local de Canarias.― ↩
3 «El Contramaestre... tendrá gran cuidado con los cables, teniéndolos en lugar enxuto y estanco para que no se pudran; y los cicotes, faxados» f° 114 r°. Parece ser errata por chicotes, como nota el capitán Guillén en su glosario.― ↩
4 No se sabe bien lo que significa chicotar en estos versos de P. González de Mendoza, recogidos por el Canc. de Baena (n.° 252, v. 8) y por lo tanto escritos h. 1400: «Menga, dame el tu acorro, / e non me quieras matar: / ¡si supiesses como corro, / bien luchar, mejor saltar! / Las moçuelas en el corro, / pá-gansse del mi ssotar. / D’esto, todo, bien me acorro, / e aun mejor de chicotar». No puede ser ‘dar chicotazos’, como sugiere W. Schmid. Difícilmente puede tratarse de ‘disputar, armar controversia’, como quiere el M. de Pidal en su glosario (entonces vendría del fr. chicotter íd., pero esta voz francesa no se halla antes de 1611), puesto que se trata de una serie de actividades físicas que indican agilidad: ‘bailar’, ‘correr’, ‘luchar’, ‘saltar’. Quizá sea ‘saltar a cuerda’, tratándose de un temprano ej. de la voz náutica. O será onomatopeya independiente de chicote y emparentada con CHACOTA.― ↩
5 En país donde el bilingüismo sigue hoy siendo fenómeno casi tan vivo como en el momento de la conquista, todo el mundo tiene todavía conciencia de esta correspondencia fonética. Son millares los nombres de pueblos, aldeas y lugares campestres que hasta hoy se pronuncian con š en los idiomas indígenas y aun en castellano, y que al mismo tiempo se oyen castellanizados con j fricativa velar. No hay por qué citar nombres de ciudades: el caso se da con pueblos pequeños, aldehuelas y parajes aún más oscuros, y se improvisa y repite continuamente sin que llame la atención a nadie, como he podido notarlo en excursiones por el campo mejicano: todo el mundo escribe, p. ej., Xalatlaco, pero unos pronuncian con š y otros con velar. Alguna vez se pronuncia s (Sochimilco por X-), pero ésta es pronunciación culta y artificial, como si alguien pronuncia Mé(k)siko. Podrá haber algún caso de ch (como el de chipote < šipótli, que cita H. Ureña, BDHA IV, p. XVI; changüí es otra cosa, vid. mi artículo), pero es muy raro. Luego los nuevomejicanos chocoque y tacuacho citados por Espinosa, RDR II, 423, y el salvadoreño chicote ‘avispa’, citado por el propio Lenz (y por lo demás sacado de Barberena, autor de fama sospechosa), se deberán, en estas zonas alejadas del territorio de lengua náhuatl, a alteración por parte de idiomas indígenas, y debida a circunstancias locales (el no poseer š estos idiomas, p. ej.). ↩