CHACOTA, ‘bulla y alegría, mezclada con chanzas y carcajadas’, del mismo origen que el port. antic. chacota ‘canción que los rústicos cantaban en coro’ (hoy ‘chacota’) y que el cast. chacona ‘son y danza que se baila con castañuelas’, todos ellos de la onomatopeya CHAC, imitativa del sonido de este y otros instrumentos o del ruido que emite el que ríe convulsivamente.

1.ª doc.: 1517, Torres Naharro; 1588, J. de Pineda: Cej. IX, pp. 442-3; 1599-1601, Rivadeneira; chacotero ya en Timoneda, † 1583 (ed. Mz. Pelayo I, 64); el gall. chacotares ‘chascarrillos’ ya se halla en las Cantigas («quen soube luitar, luitau, e quen soube chacotares b?os y os fou dizer», ed. Mettmann 351.18), y el port. chacota, en 1519, en Gil Vicente1. La forma arcaica de las Ctgs. parece indicar que primero corrió un verbo chacotar, de donde se derivó el postverbal chacota.

De la ac. moderna da varios ejs. clásicos Aut. (además hazer [algo] chacota ‘hacer burla de algo’, en Lope, El Marqués de las Navas, v. 297). Muy parecida a ésta parece ser la que aparece en el ej. más antiguo, en Torres Naharro, donde un rústico explica lo que suele hacer con las mozas, siempre poco amigas de hombres tímidos: «díganvos una chacota / que andavan por la dehesa / qué tal os parè a Teresa / el día de la bellota. / Dexéla la saya rota, / y ella, tendida en camisa, / dar arcajadas de risa» (Serafina, introito, v. 41): parece ser ‘broma pesada, pasada de chusco’2. Partiendo de la antigua ac. ‘copla rústica’ se ha llamado fala chacota o fala charra el dialecto de Tras os Montes, a distinción del portugués literario (Leite de V., RL, II, 98) y louça de chacota la loza ordinaria, según D. Vieira; según este lexicógrafo, que cita a Antonio Vieira (1676), la chacota podía ser también una copla satírica. Para completar el cuadro semántico en iberorromance hay que advertir que en portugués significó también ‘especie de palmeta empleada para marcar ruidosamente el ritmo de un baile’, en Gil Vicente, en una invitación al baile: «ordenemos festa com algum cantar /... / chacota na mƟo, fender os ouvidos / a quem nos ouvir» (pasaje final del Diálogo sobre a Resurreição). C. Michaëlis (Canc. da Ajuda II, 874) relaciona con ello los versos de P. González de Mendoza (Canc. de Baena, n.° 272): «las mozuelas en el corro / páganse del mi sotar; / d’esto todo bien me acorro / e aun mejor de chicotar», donde tenemos la misma onomatopeya, con variante vocálica (no hay que relacionar chacota con chicote, ni menos derivar todo de un *CICCULUS diminutivo de CICCUS ‘brizna, bagatela’, como insinúa D.ª Carolina). Con todo esto comp. Jaca chicotén ‘tipo de tambor de cuerdas parecido a un salterio’ (Caro, Pueblos de Esp. 434). Por lo demás, algo muy parecido a nuestro chacota existió también en francés, aunque fué allí palabra muy rara (falta God., Tobler, FEW s. v. kak3): chaquote «bavardage, caquetage», refiriéndose al parloteo insustancial de unas viejas, en unos proverbios saboyanos del S. XV (Grace Frank, RRQ XXXI, 219 y 235), palabra que se relaciona evidentemente con el fr. caqueter ‘charlar’. El valor puramente onomatopéyico permanece claro en el Uruguay, donde chacotear se aplica al ruido de los flecos del poncho al enredarse con las espuelas (F. Silva Valdés, La Prensa de B. A., 3-III-1940).

La chacona era, según Aut., «son, o tañido que se toca en varios instrumentos, al qual se baila una danza de cuenta con las castañetas, mui airosa y vistosa, que no sólo se baila en España en los festines, sino que de ella la han tomado otras Naciones». En efecto, el vocablo pasó al fr. chaconne [1674: BhZRPh. LIV, 69], al it. ciaccona [Corsini, † 1673; Panciatichi, † 1676: Zaccaria], y al alemán, y para esta danza escribió Bach páginas célebres. En castellano está ya en 1592 (Gillet, HispR. XXVI, 274), la emplea Góngora (1606) al parecer en el sentido de ‘bailarina descocada’ (ed. Foulché I, 274), y luego Cervantes (1613) en la Gitanilla, personificando esta danza en una «indiana amulatada, de quien la fama pregona que ha hecho más sacrilegios e insultos que hizo Aroba» (ed. Hz. Ureña, II, 80) y diciéndola propia de fregonas, pajes y lacayos; luego la miraba como danza originaria del Nuevo Mundo4, lo mismo que el zambapalo. Para Salas Barbadillo chaconista era sinónimo de ‘bailarina poco honesta’ y Quiñones de B. emplea un adjetivo chacona en un sentido al parecer análogo5. Más documentación en Cej. IX, pp. 441-2. Otra vez, pues, registramos el matiz de diversión popular y bullanguera, que nos muestra como los dos vocablos son fundamentalmente lo mismo6. La etimología de Ayala (1693), que partía de Chacona, apellido de mujer (vid. Gili), probablemente no tiene más fundamento que otras tantas etimologías anecdóticas; sí podría ser cierto que el apellido Chacón (-ona) viniera de la misma raíz onomatopéyica, con el sentido primitivo de ‘persona alegre y ruidosa’. Onomatopeya comparable es el ingl. chuckle ‘reír sincopada o convulsivamente’.

1 «CantarƟo todas estas figuras [los planetas] em chacota a cantiga de Llevadme por el río», ed. Hamburgo, II, 413; íd. en 419; «OrdenarƟo-se todos estes pastores em chacota, como lá se costuma, porém a cantiga della foi cantada de canto d’orgƟo», en la Tragicomédia Pastoril da Serra da Estrela (1527), II, 445 (se trata de una especie de décima de tono popular, con estribillo). También en Sá de Miranda, en la Égloga Basto, ed. C. Michaëlis, p. 166, n. 290: «Como o vírƟocorrérƟo, / um que salta, outro que trota, / quantas graças que i fizérƟo! / Logo todos se entendérƟo: / eis los, vƟo n?a chacota». La editora entiende «cantiga villancesca», pero como en el texto no sigue cantiga ni villancico alguno, y cambia inmediatamente el interlocutor, quizá deba entenderse el último verso como referente a los anteriores y traducir chacota por ‘comitiva popular bullanguera’, ac. que serviría de puente hacia la ac. moderna. De la antigua hay otros ejs. del S. XVI y princ. XVII en el dicc. de Moraes.―

2 Gillet (Propal. III, 230) reconoce que lo natural sería leer andava en vez de andavan, pero como no hay variantes manuscritas se contenta con poner este verso entre paréntesis. De todos modos no hay sujeto expresado más arriba, y el conjunto presentaría tantos anacolutos, que quizá habría que decidirse a una enmienda más fuerte: «dígovos una chacota: / qué tal os paré a Teresa, / que andava por la dehesa / el día de la bellota». Un copista habría copiado el verso fuera de lugar y habría aplicado la tilde de la primera a la última sílaba de andava; y el impresor habría cambiado digo en digan a causa del andavan del verso siguiente. ¿O se tratará de la ac. ‘comitiva popular bullanguera’ que hemos visto en Gil Vicente y Sá de Miranda? Entonces cabría en rigor respetar el texto actual y entender ‘haced que (la gente) os cuente (lo que ocurrió con) la cuadrilla (de mozas) que andaba por la dehesa’; pero es violento el anacoluto. Comp. Percivale (1591): «chacota: a merrie meeting of friends, a rejoycing of acquaintance togither».―

3 Un verbo normando chacouter «avertir par un coup de coude», «parler en riant» (II, 1449a, s. v. CUBITUS), sería otra cosa.―

4 Según Fray JoƟo Pacheco, que la describe musicalmente, era de origen morisco. Véase Vieira. En portugués, donde ya Melo emplea chacona a med. S. XVII (CortesƟo), es castellanismo, y la forma más común es chacouna (-oina).―

5 «Y si acaso es devota la persona / la llaman en la casa la chacona. / Si tengo, por ser vieja, sólo un cuarto, / me dicen que de vino no me harto,...», NBAE XVIII, 711).―

6 No parece que haya relación etimológica con capona, de donde el sic. capona «sorta di suono o ballo che usava la plebe stando in galloria», que Spitzer, ZRPh. XLIV, 378, cree derivado de capón; ni menos con chacón ‘especie de lagarto’, vocablo propio de las Filipinas. Tampoco tiene fundamento la etimología de Larramendi, recogida por Diez, vasco vízc. y guip. txukun ‘limpio, aseado, pulido’.