M. L. Wagner (
RFE XXV, 173-4) cree que se trata de este último vocablo, de hondas raíces en los dialectos zingáricos, y que en el gitano español tiene también el significado de ‘miedoso’: se habría aplicado a los gitanos como nombre oprobioso. Todavía parece preferible admitir, con Tagliavini,
ARom. XXII, 255-6, que
cañí en España tomaría el significado de ‘muchacha gitana’, por una metáfora calcada del cast.
polla ‘gallina’ y ‘muchacha’; sin embargo es probable que al tomar el vocablo los castellanos confundieran en una las dos voces
calí ‘gitana’ y
cañí *‘jovencita’; la aplicación a los hombres gitanos se produciría secundariamente. En un lenguaje tan decadente y casi moribundo como es el gitano en España abundan los casos de vocablos que al pasar al español se confunden con otros vocablos parecidos, sea del castellano, sea del propio gitano, y las violentas alteraciones semánticas (vid. p. ej.
CANÉ,
CALÉ,
SANDUNGA). En otros casos los castellanos confundieron dos palabras gitanas de forma análoga.