CARROÑA, tomado del it. carogna íd., procedente del lat. vg. *CARĶNĔA1> íd.

1.ª doc.: 1601, Rosal («se dice por denuesto a la vieja»); Covarr.; Acad. ya 1783; Bretón de los Herreros (ed. 1883).

Para la formación de *CARĶNĔA, V. CARONA. Este vocablo del latín vulgar sólo dejó descendencia en Italia (carogna) y Francia (fr. charogne, oc. caronha). Contra lo que aseguran los diccionarios etimológicos romances, no hay descendencia autóctona en la Península Ibérica, pues el vocablo no existe en portugués, y es de fecha muy reciente en castellano y en catalán [carronya, S. XIX]. Verdad es que carroña «carne infecta y corrompida» está ya en Covarr., pero era italianismo raro entonces, pues no sólo falta en Aut., sino también en C. de las Casas, Percivale, Oudin, Franciosini y Minsheu; y es ajeno al léxico del Quijote, Góngora, Moratín, etc. Las denominaciones castizas fueron otras: cast. calabrina, carcamal, carne mortecina, buitrera (Fr. M. Agustí, Agricultura, S. XVII, cita del DHist.), arag. carnuz, cat. carnús, ròssa, rosell. coronyada (en el texto citado de Agustí)2.

Fracasaron intentos anteriores de aclimatar el vocablo; lo cual, por lo demás, sólo se hizo en acs. secundarias: carroño adj. ‘podrido, achacoso’ [Quevedo, que también emplea encarroñar: Musa 6, Rom. 85, Rivad. LXIX, 220a; viejo lobo, carroño «astuto y torpe» Correas, Vocab., p. 658a], explicable por el empleo del fr. charogne como término injurioso; caroña ‘carnosidad de las llagas’ en la Albeitería de Reina (1576); en cuanto a caroñoso en el Centón Epistolario de Cibdarreal, es una de tantas voces inexistentes en castellano, que contiene esta falsificación italiana del S. XVII; y carroñar ‘causar roña’ en la Vita Beata de Lucena (1463) es palabra incierta (derivado de ROÑA). Si *CARĶNĔA hubiese dejado descendencia en castellano, sería seguramente en la forma *carrueña (comp. risueño, halagüeño, vergüeña, etc.) (como ya indicó Tuttle, ZRPh. XLI, 687). Para la duplicación de la -rr-, que por lo demás ya se halla en gascón, V. s. v. CARRAZO.

1 G. Alessio, Fs. Wartburg, 1958, 20-21, piensa que el it. carogna y sus congéneres no vendrían de CAROcarne’, sino del gr. χαρǠνεια ‘cavernas llenas de vapores malolientes a la entrada del infierno’ (derivado de /ρων Caronte, ‘representante mitológico del infierno’); el sentido primitivo sería el conservado por el port. cauronho ‘maloliente’. Parece tener razón (cf. la opinión de Spitzer, según la cual carona tampoco tendría nada que ver con CARO, -NIS).―

2 Este derivado es el único representante iberorromance de *CARONEA con filiación autóctona. Nótese que aun en lengua de Oc antigua caraunhada [fin S. XII: Rom. XXXIV, 536] es bastante más frecuente que el primitivo caronha, que sólo se generalizó en la lengua moderna, por influjo francés.