CARRASCA, ‘encina, generalmente pequeña’ vocablo común a los tres romances peninsulares, de una raíz prerromana KARR-, a la cual pertenecen también el beréber akarruš, cat. y oc. garric, lat. cerrus, calabr. carrigliu.

1.ª doc.: 1369, invent. arag., BRAE II, 709; los derivados Carrascal y qarrašqîla aparecen ya en documentos mozárabes de 1176 y 1106, respectivamente.

Port. carrasco1, cat. carrasca ‘encina’2; un representante gascón aislado, cascarro ‘encina’, en el Valle de Aure (Marsan), junto al límite aragonés. Aunque el ej. más antiguo de carrasca, y también el segundo (Glosario de Toledo), lo mismo que el de qarrasqîlla3, son aragoneses, hay testimonios del uso en las zonas más diversas del territorio castellano (en el murciano Pérez de Hita, ed. Blanchard II, 350; en Cespedosa de Tormes: RFE XV, 272; Carrascal en dos documentos mozárabes toledanos de los SS. XII-XIII citados por Oelschl.). Hay parentesco más lejano con toda una serie de denominaciones de la encina procedentes de una raíz KARR-, KERR-: lat. cerrus, sólo usado desde el S. I d. C., y por muy pocos autores (Vitruvio, Columela, Plinio), que también en otros casos emplean voces de raíz hispánica4; bereb. akarruš, akerruš, ȎașierȎ, ár. magr. querrûš, kerrûš, qurrîš (Schuchardt, Roman. Lehnw. im. Berb., 18-19; ZRPh. XXIII, 198), marroq. kirîša (Patricio de la Torre, en Simonet, s. v. chírca)5; Calabria, Lucania carrigliu, carigliu, carrìa, carrigna, gr. de Calabria kárro, Hesiquio καππóς (Rohlfs, EWUG, n.° 919; Lausberg, BhZRPh. CX, 130); cat. sept. y oc. garric, langued. y gasc. garroulho (FEW II, 410a)6, cat. dial. garrólla7. No puede asegurarse que esta raíz como denominación de un vegetal tenga algo que ver con el prerromano CARR-piedra’, según quieren Wartburg y Bertoldi (FEW II, 409 y ss.), aunque ello es posible, pues la carrasca suele hacerse en terrenos pedregosos, comp. colomb. y chil. carrascal ‘pedregal’ (Cuervo, Román), carrasqueño ‘áspero o duro’ [Tirso y otros autores de los SS. XVII y XVIII], carrasco ‘de genio desabrido y duro’ (Terr.). Comp. CARBA y ACARRARSE 8. V. además Krüger, Bibl. RDTP IX, 95-97, 163 (pero exclúyase Carracedo, -cido, que es CARICETUM), quien llama la atención hacia el parentesco con gall. carro(u)cha ‘tronco’, ‘brezo’.

DERIV.

Carrasco [Nebr., y en el Bursario atribuído a Rz. de la Cámara, med. S. XV; es forma muy frecuente en los SS. XVI-XVII]. Carrascal [V. arriba]. Carrascalejo. Carrascón. Carrascoso. Carrasqueño. Carrasquera. Carrasquilla ‘Teucrium Chamaedrys’ [V. arriba]; es traducción culta del gr. χαμαίƌρυς ‘carrasquilla’, propiamente ‘encina enana’; se ha llamado también encinilla, lat. qercula (CGL), it. querciola. Carrasquizo.

1 También carrasca, pero sólo con el significado ‘especie de olivo’, según Figueiredo. Por lo demás, la ac. ‘especie de roble’ la da Fig. para carrasco, junto a equivalencias con otros árboles, y Moraes define carrasco como una zarza. Parece que el vocablo tenga menos vitalidad en portugués que en los otros romances hispánicos.

2 En uso en el Reino de Valencia, y también en las comarcas meridionales del Principado: Tortosa, Gandesa, Ribera del Ebro, Priorato y Garrigas (oído en Marçà y en la Granadella). Leo un ej. de 1333 en los Privilegios de Catí, Maestrazgo (Bol. de la Soc. Castellon. de Cult. XV, 197). Figura en Eiximenis (Regiment de Prínceps, 23.24), pero este gerundense del S. XIV vivió mucho tiempo en Valencia. La repartición entre carrasca (Sur) y garric (Norte) es ya antigua en catalán.―

3 Como nombre del culantrillo de pozo, en Abenbuclárix, hierba semejante a la carrasquilla ‘aladierna’, según Simonet.―

4 De un descendiente de CERRUS en mozárabe o en el romance norteafricano proceden probablemente el bereb. ašerruš, ár. magr. šīš (Schuchardt), mozár. chirích ‘coscoja en que nace la grana, mesto’, chirícha ‘carrasco, árbol de bellotas’ (PAlc). No puede aceptarse por razones fonéticas el que carrasca sea sencillamente un descendiente del lat. CERRUS, según han defendido Brüch (ZRPh. LI, 515-22) y otros.―

5 Hoy la forma arábiga es qarrûš «chêne vert et à glands doux» en Argelia (Beaussier) y qorrîš ‘carrasco, encina’ en Marruecos (Lerchundi); además puede proceder del mismo origen el ár. tunecino ȟarȟâí «chêne nain» (Beaussier).―

6 El alto arag. escarronero no es «especie de roble o encina» según define Kuhn, RLiR XI, 162, sino ‘arce’, según Rohlfs, Le Gascon, § 14 (comp. FEW II, 412a, n. 16); se tratará de una palabra independiente.―

7 Lo tengo anotado de muchos pueblos del NE., desde Peralada hasta el Cabo de Creus, con definiciones como «mata que echa bellotas y pincha o pellizca», o sea lo que se llama garric o coscoll en el resto de Cataluña; creo lo tengo también en el Rosellón, por lo menos garroll empleado por Bosch de la Trinxeria, que era del Alto Vallespir.―

8 Simonet admite que el gall. queiroa, queiroga ‘cisto’ (Valladares), que representa un tipo *CARIOLA (vid. ALACAYUELA), pertenece a la familia de carrasca. No es imposible si pensamos en la reducción de -RR?- en -R?- que se observa en el cat. quer < *CARIU (= vasco harri, karri). Claro que no por eso es lícito fonéticamente, y menos aún en el aspecto morfológico, relacionar el gall. queiro(g)a con el nombre de la carrasca en latín, y partir (con GdDD 1592a) de un *CERREOLA. Es muy dudoso el parentesco que otros han supuesto con el port. carvalho (V. CARBA).