CARQUESA o CARQUEJA, ‘cierta planta medicinal parecida a la retama’, origen incierto, quizá del lat. COLOCASIAarum colocasia L.’, gr. κολοκασία.

1.ª doc.: carquesia, 1627, Cienfuegos; carquexa, carqueja, carquesa, med. S. XVIII, P. Sarmiento, Quer, Nipho, Barnades, en Colmeiro II, 65, 68.

V. mi artículo, RFH VI, 83-84. Ya muy anteriormente hallamos el mozár. karkáȳša, como nombre de una planta que se hace en las piedras y en los montes llenos de guijarros, en el botánico de h. 1100 (Asín, 227), cuyo sinónimo árabe Ʌuráȳša es diminutivo de ɅaršâȐ ‘erucastrum obtusangulum Reichh.’. Colmeiro y sus fuentes identifican la carqueja con la genista sagittalis o la genista tridentata de Linneo (que otros incluyen en el género pterospartum). El vocablo es hoy propio de los dialectos leoneses y gallego-portugueses, y del castellano de algunos países de América: Cáceres carquesa (con s sonora), Sierra de Gata karkéȳɁa, ȳȟa (Espinosa, Arc. Dial., 183), salm. carquesa, sanabr. karkéȳɁa, karkéȳša (Krüger, Hom. a M. P. II, 137), Bierzo carqueisa, ast. carquexa (V), ast. occid., gall. carqueixa, port. carqueija. Éste se halla documentado indirectamente en el nombre de lugar Carqueigiosa, citado de un doc. de 1258 por CortesƟo (Onomástico), y en el mirandés Carqueijall (1539), y es muy frecuente en la toponimia gallegoportuguesa (Leite de V., Philol. Mirand. II, 17). Pasó al cub. carquesa y al rioplat. carqueja, para los cuales V. mi artículo; el último parece ser de procedencia brasileña. Dudo que sea importante la variante vocálica carcoxa ‘mata enana de haya, de roble, del roble enano’ (Fdz. Gonzz., Oseja, 225), pues lo probable es que se deba a un cruce de coscoja con carqueja.

La correspondencia entre carquesa (que es la forma que Sarmiento da como castellana), mozár. karkaȳša, leon. carqueisa, gall. carqueixa1 y port. carqueija, indica un étimo en -ASIA o -ESIA; las formas carquesia y carquexia (la adoptada como normal por la Academia) son latinizaciones o deformaciones de las anteriores. Como Moraes dice que la carquesa se emplea para calentar hornos2, se ha pensado que su nombre podía venir del cast. carquesa [1771, 1786], fr. carcaise [1701] ‘horno de templar vidrio, en forma de mesa con su nicho, comúnmente en arco’, según define Terr., pero el nombre de planta es muy antiguo en la Península, según hemos visto, mientras que carquesa ‘horno’ es palabra moderna, y término técnico de muy escasa divulgación. Creo, pues, que no hay parentesco entre las dos palabras, a no ser que lo hubiera indirecto por venir ambos independientemente de un étimo común3, hipótesis muy incierta. Ante esta incertidumbre, es mucho más aceptable, al menos desde el punto de vista fonético, la etimología que anotó Dozy en las adiciones manuscritas a su Gloss.: ár. qarqâs o qarqâɊ4, variante de qalqâs. En su Suppl, II, 398b, anota el sabio holandés el nombre de planta qalqâs en el Mohit-al-Mohit, que otros vocalizan con u en la primera sílaba, qalqâɊ en Abenbatuta y en Berggren, mientras que uno de los códices de Abenbuclárix da q-lqâɊ como nombre hispanoárabe del lûf mayor, o sea el aro (fr. pied-de-veau), y el glosario de Leyden traduce qalqâɊ como «platanus»; se trata evidentemente del arum colocasia L., que según Discórides se llama κολοκασία, o κολοκάσσιον (esta forma con referencia a Chipre) o λοǢưα (entre los Sirios). Observaré por mi parte que necesitamos la opinión autorizada de un botánico que nos aclare qué analogías hay entre una leguminosa del género Genista y una aroidea, como la colocasia, antes de admitir esta etimología, bastante satisfactoria en su aspecto fonético; y que la terminación de las formas romances indica que el vocablo en España ha de ser de origen grecolatino directo y no trasmitido por el árabe, aunque de éste saldrá alcozcaz, recogido como nombre de la colocasia por Clusio (1576, 1601) y otros (Colmeiro V, 197, que cita también culcasa en Nebr.). De una variante *calcaza como éstas acaso salga el gall. carpaza aunque sea hierba diferente5, por contaminación de algún parasinónimo (¿carpanzo?, ¿CARPIR y su familia?). Siendo rastrera como la calabaza, quizá tenga que ver con *CARAPACCIA, étimo de ésta. De todos modos hay otra hierba también llamada carpaza que nos describe Sarm. en A97r diciendo que parece carqueixa. Todavía otra hierba tal vez relacionada aunque diferente: carnabaza, umbelífera, más alta y esparcida que el tarrelo (vid. TIERRA), de flores muy semejantes, pero sin su nabito y frecuente en los setos (Sarm. CaG. 97v, A98r); podría haberse extraído de carpaza o *CARAPACCIA bajo el influjo de nombres de vulnerarias como junta-carne6.

1 El P. Sarmiento dejó dos redacciones (1759 y 1761) de una descripción monográfica de la carqueixa y de sus efectos medicinales (que había experimentado por sí en una caída que tuvo en 1745), Pensado CaG. 33n.2; datos rectificados en la o. c. A44r.―

2 Viterbo recoge carque ‘materia combustible que se enciende fácilmente’, agregando que es lo que hoy llaman carqueja. Debe de tratarse de una lección mutilada de un texto antiguo.―

3 Da Terr. las variantes carquesio y carquesia para el horno, si bien advirtiendo que los oficiales dicen carquesa. Estas variantes corroboran la idea de Spitzer (ZRPh. XLII, 337-8), de que será un representante culto del gr. καρχƲσιον ‘especie de copa que se estrechaba en su mitad’ (en glosas latinas carchesia), pues según sus informes, la carcaise francesa consiste en unos recipientes que se estrechan hacia abajo. Para otros representantes de esta palabra griega, V. CARCAJ. Un brote de carqueja andina que he conservado, muestra unas hojas largas y estrechas que van estrechándose y ensanchándose sucesivamente. ¿Estará ahí el punto de comparación? Antes de fundarnos en este pormenor, será bueno esperar informes acerca de la forma de la carqueja peninsular, pues la americana es planta diferente, a la cual se le aplicó el nombre hispánico, sólo secundariamente, por alguna semejanza que no sabemos en qué consistiría. Para el fr. carcaise, V. además Sainéan, Sources Indig. I, 107.―

4 Para estas formas, remite el sabio arabista a las adiciones marginales de su ejemplar de Freytag, que por desgracia ignoro a dónde fue a parar. Se refiere Dozy al nombre castellano carquesia, «que falta en los diccionarios pero figura en Banqueri [trad. de la Agricultura de Abenalauam], I, 432, n. 3».―

5 «Planta rastrera y montaraz como urce menudito de flores purpurinas» (Sarm. CaG. AA2v, 123r, 143v, 203r, 136v).―

6 Se entrevén varias alternativas: *cavarnaza CAVA ARENACEAM, por lo de estar cavando tarrelos, que se dice de éstos hablando de un muerto; o CAULIS NAPACEAentre col y nabo’.