CAMA II, ‘pieza encorvada que forma parte del arado’, ‘pina, trozo de madera de las ruedas’, ‘cada una de las nesgas que se ponían a las capas para que resultaran redondas, o los pedazos de tafetán con que se hacían los mantos de las mujeres’, del céltico *CAMBOS ‘curvo’.
1.ª doc.: 1.ª ac. 1369, invent. arag., BRAE II, 709; Nebr.―2.ª ac. 1499 (ley de esta fecha en la N. Recopil.: DHist.).
La formación más curiosa, y algo extraña, es el port. [ya Moraes] y gall. campa ‘la piedra que cubre la sepultura’; palabra de fuerte y arraigada tradición en Galicia. Sobre la «humilde campa» del poeta muerto se explayaban los versos osiánicos del venerable Anón (V. la cita que doy hablando de bagulla = bágoa); passim en Castelao: Calviño «mestre canteiro» famoso en el S. XIX, describe «as campas do cimetério de Ponte-Caldelas e outras» (134.14) y V. 89.15, 176.7, 187.26. Urgiría buscar documentación antigua de esta curiosa palabra. No niego la posibilidad de que se deba a una alteración de camba por influjo de otro vocablo: difícilmente camposanto (italianismo no antiguo y mal arraigado) o tapa (derivado diferente), quizá CAMPANA (> gall. campá3, port. campá y aun cámpa) por las que tocan a los muertos cuando habrá que levantar la campa.
Pero guardémonos mucho, sobre todo, de perder de vista que, emparentado con el célt. CAMBA, está el gr. καμπƲ ‘curvatura’, ‘sinuosidad de un río’, ‘flexión de un miembro’, etc.; y que junto con los celtas lusitanos y ártabros coexistieron, precediéndoles y conviviendo con ellos, los sorotaptos que dejaron sus mámoas de entierro en la mayor parte de Galicia y del Norte portugués (menudean, p. ej. en torno a Noia, donde hay desde antiguo topónimos sorotápticos por la fonética, como Supertamarici). ¿No sería campa, al principio, una losa protectora de las urnas de un sorotafio?
Para la raíz CAMB- en la terminología del yugo, vid. Mörgeli, Die Term. des Joches, § 313; para la toponimia, vid. Simonet, s. n. camba y cambilla; Hubschmied, VRom. III, 63, y 697 n. 2.ª Para la etimología céltica, comprobada por las formas de los dialectos célticos modernos (irl., bret. camm, galés y córnico cam ‘curvo’4) y por los nombres de lugar galos Cambodunum, Camboritum, y para la parentela galorrománica, puede verse FEW II, 125-7. El étimo (de origen ignoto) *CANէPA, admitido por M-L. (REW 1591), es imposible para las formas hispánicas, pues la m del castellano revela un grupo primario -MB-. De *CANIPA o de una variante suya quizá venga el ast. calavía ‘asa de la caldera’ (V), en vista de que el oc. mod. carbo significa lo mismo. Para cama en la ac. ‘cama del freno’, V. GAMBA. Cf. también el pueblo b. nav. Cambo entre Hazparren y Ezpeleta; in cambo novo < in campo novo en un documento de 1211 escrito en Buñuel, Col. Dipl. Irache I, n.° 228 (con evolución sorprendente de la P del lat. CAMPUS ¿debida quizá a la influencia de este parónimo céltico?).
DERIV.
Arado camero [Nebr.]. Cambado rio-plat. ‘estevado o patizambo’, tomado del port. cambado; cambeto venez. ‘id.’. Cambar arg. y venez. ‘encorvar’, del port. cambar. Berc. cambȇla ‘tipo de arado primitivo, asociado con el cultivo de la escanda, y consistente en una reja en forma de gancho fijada en el extremo del timón’ (Krüger, Gegenstandsk. 184-5; Caro, Pueblos de Esp., 309). Cambero ast. ‘rama delgada, terminada en un gancho, para ensartar peces’; gall. cambo ‘el junco, vara o cordel en el cual se ensartan las anguilas, truchas, etc., que se pescan’ («ya está nô canbo»:. de una cosa segura) Sarm. CaG. 226r. Cambín mar. ‘nasa de junco parecida a un sombrero redondo’ [1831]. Cambiza salm. ‘trozo de madera encorvado que se ata al yugo para hacer la limpia del grano’; cambizar; cambocho alav., o gambocho, ‘el mayor de los dos palos que se usan en un juego parecido al de la tala’; cambumba cub. ‘tala’, ‘juego de la tala’ (que Ortiz, Glos. de Afron., cree de origen africano). Cambo salm. ‘aposento donde se cuelga, en varales, el mondongo, para que se sazone’, según Lamano por la combadura que se hace en el varal con el peso de los embutidos; ‘artesa cuadrada’, en la Cabrera Baja (RFE XI, 198). Cambucha (R), cambuchu (V) ast. ‘pina’; cambucho o -ucha, chil., ‘cucurucho’, ‘cesta para papeles inútiles o para ropa sucia’, etc. Cambuto per. ‘pequeño, rechoncho, grueso (cosa o persona)’, tomado del port. cambuto ‘estevado o patizambo’. Ast. occid. cambón ‘timón o lanza’ D. Alonso, RFE XXXIV, 240. Camón ‘pina’, ‘parte de una cercha’ [1633, López de Arenas, p. 60], ‘armazón de bóveda’; encamonado; camonadura. Cambona ast., adj. «(pera) de tamaño grande y de buen gusto, que madura a principios del invierno» (V). Y vid. CAMACHUELO, CAMBIJA.
1 Ya camiço en documentos de Palencia y de Sahagún, aa. 1243 y 1245 (Staaff, 22.31 y 26-40). Cespedosa cambizo (RFE XV, 268). Comp. el cat. camissa íd. En otras hablas catalanas cama o cameta íd.― ↩
2 Pero cama en Granada: Giese VKR VII, 50.― ↩
3 Campá emplean todavía escritores castizos como Leiras Pulpeiro («a campá da miña aldea» C. Gall., p. 49), as campás Castelao 219.6, 219.26, Lugrís, DAcG., etc., por más que la forma latinizante campana fuese ya aceptada en los versos famosos de Pondal (as campanas de Anllons) y de Curros. Aunque no cabe negar que en parte puedan venir de CAMPUS, llama la atención el gran número de aldeas llamadas Las Campas, y otra Campa y La Campa; lo curioso es que esto abunda más aún en Asturias que en Galicia. Cuento 11 Las Campas en Asturias (más en el Centro que en el Este) y uno en el valle de Mena (N. de Burgos), 8 La Campa en Asturias y otras dos en las Encartaciones de Vizcaya, 5 Campa en Galicia y 2 en Asturias: Muchos de ellos, por lo menos, deben de proceder del vocablo aquí estudiado (y quizá en el sentido de sorotafio o Urnenfeld); además Campía, pueblo unos 45 kms. al E. de Aveiro (NNE. de Coímbra) parece derivado de lo mismo con sufijo prerromano -զLA.― ↩
4 Ky. ant. camb «recourbé, tors» (glosario alfabético de Oxford, S. IX), irl. ant. camm íd., corn. ant. cam «strabo», galo cambodunum, (μορικάμβƓ; cf. griego σκαμβóς. La -(m)m exige imperiosamente una base MB, pues una -M- intervocálica habría dado -v- (J. Loth, Vocab. V. Bret., 63). Al estudio de los topónimos galos en CAMBO algo aporta C. Davillé, Rev. Ét. Anc. XXXI, 1929, 42 ss.; de sus datos resulta que en Francia sólo ha tenido aplicación toponímica a la idea de curva o curvatura de forma y por otra parte a la de ‘península’, pero allá apenas ha tenido aplicación alguna a la de concavidades o alturas del terreno. ↩