CABRA, del lat. CAPRA íd.

1.ª doc.: 965.

Cabra saltante ‘fuego fatuo’ [Covarr.] se explica por la creencia popular de que las cabras están poseídas del demonio, creencia motivada por el carácter caprichoso de la cabra; nombres parecidos se han empleado en francés: chèvre de feu, chèvre sautelante (Riegler, WS IV, 220-2; FEW II, 301a, 302b).

El masculino correspondiente a capra en las lenguas indoeuropeas KAPRO- designó muchos animales monteses machos: gr. κάπρος ‘jabalí’, germ. hafr ‘chivo’, ‘avena’, irl. ant. gabor ‘potranca’, lat. caper ‘cabrón’, capreolus ‘cervatillo’. El vocablo se conservó en céltico en la forma gabros ‘chivo, macho cabrío’, donde así la g- como -br- (< -PR-) presentan un tratamiento fonético algo excepcional (Pok. IEW, 529; Walde-P. I, 347-8); por lo demás Bertoldi (RCelt. XLVII, 184 ss.) al explicar plausiblemente el galorrománico *KABROSTO- = lat. caprifolium ‘madreselva’ demostró que en celta continental coexistió KABRO- con dicho GABRO-. Interesaría mucho el dato de Sarm. de que un gall. caparo se conservó en la Sierra de San Mamed [entre Viana do Bolo y Sanabria] como nombre del cabrito de la corza, capturado por los cazadores porque su carne es mejor que la de los de la cabra; en efecto, dadas las condiciones prerromanas indicadas, sería lícito admitir que ora en el dialecto céltico de los ártabros, ora en el sorotáptico, el vocablo había conservado la K- y la P- indoeuropeas, y aún sería lícita especulación admitir una -PP- reduplicada que diera cuenta de la -P- gallega y tuviera algo que ver, directa o indirectamente, con la excepcional -B- de las formas célticas hasta ahora conocidas. Por desgracia los datos gallegos son escasos y vagos. Los propios mss. de Sarm. discrepan, pues el copista del CaG. escribe caparo sin acento, lo cual no prueba nada, y con r sencilla, lo cual no es terminante; y el del apéndice «o Borrón de nombres de animales» trae caparro con las mismas precisiones semánticas y geográficas (A18r). Los lexicógrafos modernos no aclaran: Vall. y el DAcG. dan caparro, Eladio Rdz. cáparo: como el sentido es el mismo, quedo con la impresión de que sólo conocen el vocablo por Sarm., y en portugués no hay nada. Ahora bien, el paso de *capro a cáparo sería posible, pero caparro se explicaría no sólo por adición del sufijo -arro, sino también por cruce con nuestro tipo PARRO, que en cat. NO. designa ciertas reses pequeñas que quedan en el monte, en ciertas hablas occitanas es nombre del morueco, etc., lo cual tendría además la ventaja de dar cuenta de la -p- sorda automáticamente.

DERIV.

Cabrearse ‘amoscarse’ [1891: R. Caballero], pop., menos frecuente cabrear tr., se explica por las rabietas típicas de las cabras, comp. fr. pop. prendre la chèvre ‘encolerizarse’, chevreter íd. en Rabelais, y otras formas francesas que cita el FEW II, 295a. Claro que el reciente y jergal cabrear no viene de CAPERRAREfruncir el ceño’ por más que diga GdDD 1386a. Cabreja ‘máquina militar que se usaba antiguamente para tirar piedras’ [h. 1340, Crón. de Alf. XI]; según Hevia, Dicc. Militar, se empleó también cabra en el mismo sentido, y también cabrita (Guillén de Segovia, p. 34: «nunca afloxaron los dos engeños y una cabrita y tres lonbardas», íd. p. 37, Covarr.: «máchina de guerra espantosa en el cerco de Balaguer», Nougué, BHisp. LXVII); para la explicación semántica, V. CABRIA; es errónea la grafía cábreia de la Acad. Cabrerizo. Cabreriza. Cabrero, -a; cabrería. Cabrilla, ‘pez que salta mucho’, ‘ola pequeña que salta en el mar formando espuma’; cabrillear; cabrilleo. Cabrina. Cabrío [1427: Villena]. Cabrito [Berceo], también port. cabrito (a pesar de que aquí el sufijo diminutivo es -inho y no -ito): el lat. tardío CAPRզTUS ya se halla en la Ley Sálica, a princ. S. VI, y de esta base salen regularmente el cat. y oc. cabrit, -ida1, fr. orient. chevri (FEW II, 295b, 301b); CAPRITUS es propiamente el participio de un verbo *CAPRIREparir (la cabra)’, pero la forma castellana y portuguesa ha sufrido influjo del sufijo diminutivo -ito2, mientras que en la Alta Italia hay formas que corresponden a -ETU (Jud, ASNSL CXX, 93; CXXIV, 407); cabrita, cabritero, cabritilla, cabrituno; encabritarse [Acad. ya 1884], explicable por la tendencia de la cabra y el cabrito a erguirse sobre las patas traseras, comp. fr. se cabrer, etc.3. Carabritear (fin S. XVI, Barahona de Soto), con repercusión de la r y anaptixis. Cabrón [Berceo]; de aquí secundariamente se sacó cabro, empleado por Lope y Quevedo4, y hoy vivo en la mayor parte de América (Méjico, Guatemala, Colombia, Ecuador: Toro G., BRAE VII, 451; también en Chile y la Arg.; en Chile se le da la ac. ‘muchacho’, comp. angloamer. kid ‘niño’; fué también portugués, pero cayó en desuso); cabronada. Cabruno [1050], del lat. tardío CAPRȢNUS (SS. IV-VI); cabruna (comp. RFE VIII, 326). Cabruxa ast. ‘piedrecita redonda de 10 a 12 mms. de diámetro que en número de cinco utilizan las niñas para jugar’ (V).

Derivados cultos. Caprario. Caprino. Capela (Acad. 1936) o capella (1709, 1875) ‘estrella de la constelación del Cabrero’, tomado del lat. capella, diminutivo de capra ‘cabra’.

CPT.

Capricornio [1256-76: Alfonso X], tomado del lat. Capricornus íd., propiamente ‘cuerno de cabra’, compuesto con cornu ‘cuerno’; la forma se alteró por influjo de unicornio (comp. Capricornius en 1308, en bajo latín galicano). Caprifoliáceo, derivado culto del lat. caprifolium ‘madreselva’, compuesto con folium ‘hoja’; son derivados populares el fr. chèvrefeuille, etc., gall. dial. cadrifollo (h. Betanzos) íd. < *cabrifollo (Sarm. CaG. A98v). Capriforme, con forma. Caprípedo o caprípede, tomado de capripes, -ĕdis, compuesto con pes ‘pie’.

V. además las palabras siguientes en CABR-.

1 También crabido en el aragonés de Venasque, pero crabito, crabit, crapito, en el resto del Alto Aragón (Kuhn, RLiR XI, 181). La forma aragonesa crabito ya se halla en 1331 (BRAE II, 551) y en los Fueros de 1350 (RFE XXII, 125), carapito en Juan de Dueñas (1433): BRAE XX, 92. Formas ambiguas en parte, que así pueden corresponder fonéticamente a -ito de la lengua literaria como a -ido.―

2 En realidad el influjo sería recíproco y aún más bien en el sentido de -զTUS de CAPRITUS actuando sobre el sufijo del dimin., que por lo demás es -էTTUS en todos los romances. El uso de cabrito en una ctga. gallega de Alfonso el Sabio (26.32), es una buena confirmación de la procedencia participial en -ITUS , por cuanto que -ito en sentido diminutivo no existe, ni menos existia en el idioma. En catalán mismo hay solamente -et, junto con el comarcal -c (cast. -ico). Sin embargo, una rara forma -it ha existido localmente en catalán, aunque no parece ya sobrevivir, y lo revelador es que este sufijo dimin. -it formaba en catalán el fem. en -ida, mostrando así a las claras la acción del -it, -ida, de cabrit-cabrida, boquit-boquida. En una versión recogida en Olot del romance de L’Hostalera i el Pobre, la posadera rechazaba al mendigo, en medio de una serie rimada en -it, con las palabras: «aquí non recullim pobrits» y «ja torna aquel pobrit!» (Milà, Romancerillo, n.° 35, vv. 5, 11; la versión recogida por Verdaguer en Prats de Molló cambia pobrit en podrits, pero claro que esto es una alteración motivada por el olvido hoy completo de aquella forma); y en el gran romance del Comte l’Arnau (que viene ya de la E. Media) dice la versión de Ripoll: «ahont teniu les filles, muller lleya? / A la cambra son, pobrides, valga’m Déu, val» (ibid. 78s). V. además MOSQUITO.―

3 La tardía fecha de encabritarse frente a la muy temprana del fr. cabrer (S. XII, FEW II, 302a) hace a aquél sospechoso de ser imitación del francés. Para la explicación fonética de cabrer, vid. Bloch.―

4 Como observa Cuervo, Ap., § 211, el pasaje de Quevedo, que contiene un juego de palabras, no prueba que cabro en el sentido de ‘cabrón’ fuese realmente usual por entonces; no tengo a mano el de Lope citado por Toro G. Lo seguro es que cabro fué usual en portugués, pero es dudoso que haya continuidad desde el lat. caper, -pri.